Catalina II de Rusia (Catalina la Grande) fue emperatriz regente de Rusia entre 1762 y 1796. Nació en Prusia, hija del príncipe Cristián Augusto de Anhalt-Zerbst (1690-1747) y de la princesa Juana Isabel de Holstein-Gottorp (1712-1760), y aunque su familia era noble, no era rica. Se casó con el futuro zar ruso, Pedro de Holstein-Gottorp (1728-1762), en 1745 en San Petersburgo.
Pedro fue coronado como emperador Pedro III de Rusia en 1762, y Catalina se convirtió en emperatriz consorte. Sin embargo, el matrimonio y el reinado conjunto de Pedro y Catalina no fueron felices, y Catalina llegó a odiar todo lo que representaba Pedro. Catalina no tardó en buscar apoyo en otros lugares y trató de derrocar a Pedro. Con la ayuda del ejército ruso y de sus partidarios, Pedro fue arrestado y obligado a firmar un documento de abdicación. Poco después fue asesinado, lo que allanó el camino para que Catalina se convirtiera en la única gobernante de Rusia.
Catalina fue formalmente coronada emperatriz regente el 22 de septiembre de 1762, como Catalina II de Rusia. Durante su largo reinado, transformó el sistema educativo, las artes y la economía de Rusia e inauguró la era de la Ilustración rusa.
Primeros años
Catalina nació como Sofía Federica Augusta de Anhalt-Zerbst-Dornburg el 2 de mayo de 1729 en Stettin, Prusia (actual Szczecin, Polonia), hija de Cristián Augusto, príncipe de Anhalt-Zerbst y de la princesa Juana Isabel de Holstein-Gottorp. Tuvo dos hermanos y una hermana menores. Uno de sus hermanos menores, Guillermo Cristián, murió a los 12 años de escarlatina. Se dice que Catalina tenía una relación más estrecha con su padre que con su madre.
Aunque no tenían mucho dinero, Catalina fue educada por tutores franceses y una institutriz francesa, como correspondía a una niña de noble cuna. Su institutriz, Isabel (Babet) Cardel, ejerció una gran influencia en ella, y Catalina se refería a Isabel como el tipo de institutriz que toda niña debería tener. Fue una niña alegre y llena de energía: disfrutaba de jugar con los niños del pueblo y le gustaba mandar. Su infancia fue relativamente tranquila, y Catalina declaró que no había «nada interesante en ella».
Esperanzas de un matrimonio real
Aunque tenía tres hijos sanos y vivía en un castillo, Juana no estaba satisfecha con su vida y lamentaba haberse casado con un hombre que estaba por debajo de su estatus. Comenzó a visitar a sus parientes con buenas conexiones y, cuando tuvo edad suficiente, se llevó a Catalina con ella. Juana tenía un objetivo: conseguir un matrimonio real para su hija.
En 1739, Catalina, de 10 años, conoció al futuro Pedro III (entonces Carlos Pedro Ulrich, duque de Holstein), de 11 años. Como heredero al trono de Suecia y único nieto vivo de Pedro el Grande de Rusia, se lo consideró inmediatamente un excelente partido para Catalina, y Juana se alegró de ver que su hija reaccionaba positivamente ante él. En sus memorias, Catalina escribió que Pedro era agradable y educado. En realidad, Pedro estaba poco desarrollado física y emocionalmente.
Catalina mantuvo una breve e inocente relación con su tío Jorge Luis, quien pidió su mano en matrimonio. Ella aceptó, pero sus padres querían más para su hija, por lo que su relación no fue más allá. Juana tenía vínculos familiares con los Romanov de Rusia: la hermana mayor de la emperatriz rusa Isabel, Ana, estaba casada con un primo de Juana, Carlos Federico (los padres de Pedro). Isabel también había estado prometida al hermano mayor de Juana, que murió antes de su boda. Debido a todo esto, Isabel le tenía gran afecto a la casa de Holstein, lo que resultaba increíblemente ventajoso para Catalina y su familia. Para fomentar aún más esta relación amistosa, Juana llevó a Catalina al pintor de la corte prusiana Antoine Pesne, donde mandó pintar su retrato para enviarlo como regalo a la emperatriz.
En enero de 1742, Pedro fue nombrado heredero de Isabel, y el hermano de Juana, Adolfo Federico, se convirtió en el heredero al trono sueco en su lugar. El día de Año Nuevo de 1744 llegó una invitación de Rusia para Juana y Catalina, seguida de una carta del rey Federico II de Prusia, que expresaba sus deseos de que Catalina se convirtiera en la esposa de Pedro. El 10 de enero de 1744, Catalina y sus padres fueron a Berlín para reunirse con el rey Federico II, quien debía dar su aprobación a Catalina antes de que fuera a Rusia.
Llegada a Rusia
Catalina y su madre viajaron a Rusia en un cortejo de cuatro carruajes el 16 de enero de 1744. Llegaron al Palacio de Invierno el 3 de febrero de 1744, donde se les dio una bienvenida imperial. Finalmente se reunieron con Pedro y la emperatriz Isabel el 9 de febrero de 1744. Aunque Pedro estaba realmente contento de ver a Catalina, estaba claro que la consideraba más una amiga que su futura esposa. A pesar de su decepción, la princesa estaba decidida a enfrentarse a todo lo que se le pusiera por delante.
Catalina comenzó pronto su educación rusa: un profesor le enseñó a hablar y escribir en ruso, mientras que un sacerdote le daba lecciones sobre la Iglesia Ortodoxa Rusa. Amaba Rusia y estaba tan entregada a sus estudios que se despertaba en mitad de la noche para recitar palabras en ruso. Estas lecciones nocturnas le provocaron una neumonía y cayó gravemente enferma. La emperatriz Isabel corrió a su lado y la ayudó a recuperarse.
Matrimonio con Pedro III
Catalina ingresó en la Iglesia Ortodoxa Rusa el 28 de junio de 1744 y sus esponsales con Pedro tuvieron lugar al día siguiente. Tras una peregrinación a Kiev, la ciudad más sagrada del Imperio Ruso, y después de que Pedro sufriera un grave ataque de viruela, regresaron a San Petersburgo.
La boda de Catalina y Pedro tuvo lugar el 21 de agosto de 1745. Fue un evento enorme, con diez días de celebraciones. Sin embargo, el matrimonio de Pedro y Catalina distó mucho de ser feliz y permaneció sin consumarse durante años. Catalina tuvo múltiples amantes y se especula que sus tres hijos fueron fruto de estas relaciones. Se cree que su primer hijo, el gran duque Pavel Petrovich (Pablo I), nacido en 1754, era hijo del amante de Catalina, Serguéi Saltykov (oficial del ejército ruso). Catalina tuvo dos hijos más, una hija, la gran duquesa Anna Petrovna (1757-1759), que se cree que era hija del conde Estanislao Poniatowski (1732-1798), futuro rey de Polonia, y un hijo, el gran duque Alekséi Grigorevich Bobrinski (1762-1813), que se especula que era hijo del soldado Grigori Orlov (1734-1808).
Catalina apoyó a su marido en casi todo durante los primeros años de su matrimonio y toleró su comportamiento inmaduro, pues sabía que su futuro dependería de su buena voluntad.
El derrocamiento de Pedro III
La emperatriz Isabel murió en diciembre de 1761 y Pedro fue coronado Pedro III de Rusia, convirtiéndose Catalina en emperatriz consorte de Rusia. Pedro no tardó en poner a la gente en su contra con su falta de sentido común y sus acciones insensatas. No pasó mucho tiempo antes de que varios grupos empezaran a conspirar contra él, y muchos querían que Catalina se convirtiera en emperatriz regente. Uno de los partidarios más destacados de Catalina era su amante Grigori Orlov, oficial de la guardia rusa, y sus cuatro hermanos, que ocupaban altos cargos en el ejército ruso.
El 28 de junio de 1762, Catalina tomó el poder y fue proclamada emperatriz rusa por el ejército ruso. Pedro fue arrestado y obligado a firmar documentos de abdicación. Poco después, fue asesinado, probablemente por el hermano de Grigori, Alekséi Orlov (1737-1808). Se ha especulado sobre el papel de Catalina en su muerte, pero no hay pruebas concretas que demuestren su implicación.
Coronación
Catalina fue coronada formalmente como emperatriz regente el 22 de septiembre de 1762 en la Catedral de la Asunción de Moscú con el nombre de Catalina II de Rusia. Para su coronación se confeccionó la Corona Imperial de Rusia, que se convirtió en la corona de coronación de los soberanos rusos a partir de entonces. Estaba compuesta por 75 perlas, una cruz de diamantes, un rubí, 4936 diamantes de la India, y medias esferas de oro y plata que representaban los imperios ruso oriental y occidental. Fue diseñada por el joyero suizo Jérémie Pauzié (1716-1779).
Al ser coronada emperatriz regente, Catalina siguió los pasos de Catalina I de Rusia (1684-1727), que procedía de una familia de clase baja, se casó con Pedro I (Pedro el Grande) (1672-1725) y luego se convirtió en emperatriz regente en 1725 con el apoyo del ejército ruso.
Reforma de los sistemas jurídico y administrativo
En 1775 se publicó el Estatuto para la Administración de las Provincias del Imperio Ruso. Sus directrices incluían la creación de instituciones individuales para los sistemas de administración, justicia y finanzas. La administración debía estar bajo el control de un gobernador, asistido por un vicegobernador encargado de recaudar impuestos y recolectar deudas.
Bajo el mando del gobernador, se crearon tribunales de justicia con un tribunal superior, uno inferior y uno de distrito para las clases alta, media y baja. El estatuto también estableció instrucciones sobre el cuidado general y el bienestar del pueblo ruso, con juntas de bienestar social formadas bajo el gobernador en cada capital de provincia. La junta de bienestar social supervisaba hospitales, casas de trabajo, casas de beneficencia y correccionales.
Reformas educativas
Uno de los aspectos más importantes del reinado de Catalina fue el sistema educativo: creía que todos los niños rusos debían recibir una educación europea y le apasionaba que tanto hombres como mujeres recibieran una educación adecuada. Nombró a Iván Betskói su consejero educativo. Estudió el sistema educativo de Rusia en comparación con el de otros países, creó una comisión educativa y se reunió con otros pioneros de la educación, como el reverendo Daniel Dumaresq (1712-1805), que se unió a su comisión educativa.
Creó el Instituto Smolny para Niñas Nobles, que educaba a mujeres nobles y adineradas, y más tarde aceptó a niñas de familias de clase media. También transformó el Cuerpo de Cadetes en 1766, que educaba a los niños desde una edad temprana hasta los 21 años. Se añadieron al plan de estudios la historia, la filosofía, las artes y las ciencias. En 1786 se creó el Estatuto Ruso de Educación Nacional, que estableció un sistema de dos niveles de escuelas primarias y secundarias gratuitas para los niños de todas las clases, a excepción de los siervos. El Estatuto regulaba el plan de estudios y formaba a los profesores.
Las reformas educativas de Catalina fueron objeto de numerosas críticas. Sus detractores afirmaban que no destinaba suficientes fondos al sistema educativo y que los nobles seguían prefiriendo enviar a sus hijos a escuelas privadas y caras en lugar de a instituciones estatales. También impidió que muchos campesinos recibieran educación.
Los siervos y el Levantamiento de Pugachov
Los siervos eran campesinos que renunciaban a su libertad y trabajaban para los terratenientes para que estos los protegieran en tiempos difíciles. Catalina heredó el sistema de siervos de Rusia. Sin embargo, introdujo algunos cambios y mejoras: prohibió que los antiguos siervos volvieran a serlo y estableció un estatuto burocrático formal que permitía a los siervos solicitar la libertad si eran poseídos ilegalmente. También permitió a los siervos presentar quejas contra sus terratenientes para evitar revueltas.
Sin embargo, está claro que, aunque Catalina introdujo algunas mejoras para los siervos, no tenía una mentalidad totalmente moderna respecto a su bienestar y libertad. Un ejemplo de esto es que derogó una ley establecida por Pedro el Grande que liberaba a todos los siervos que pertenecían a la Iglesia Ortodoxa Rusa.
En 1771 se produjo una mala cosecha generalizada que limitó aún más la libertad de los siervos. Esto provocó violencia y protestas, que desembocaron en el Levantamiento de Pugachov (1773-1775). Yemelián Pugachov (1742-1775) era un exteniente del ejército imperial ruso. Se convirtió en el líder de un gobierno alternativo ruso en nombre de Pedro III y pretendía convertirse en emperador de Rusia. Abogó por la libertad de los siervos y ayudó a la clase baja, que le dio su apoyo. El Levantamiento de Pugachov fue la mayor rebelión campesina de la historia de Rusia y solo fue sofocada por completo cuando Pugachov fue arrestado y ejecutado en enero de 1775.
Guerra y relaciones internacionales
Rusia salió victoriosa de la primera guerra ruso-turca (1768-1774), que supuso la ampliación de las fronteras del Imperio Ruso hasta el actual sur de Ucrania y el Mar Negro. Catalina anexionó Crimea, que pasó a formar parte de Rusia tras la segunda guerra ruso-turca (1787-1792). En 1791, Rusia y Prusia firmaron formalmente una tregua.
Entre 1788 y 1790, Catalina y Rusia entraron en guerra contra Suecia y el primo de Catalina, el rey Gustavo III de Suecia (1746-1792). En 1789, la armada sueca superó a la rusa, obligando a los rusos a negociar. Esto condujo a la firma del Tratado de Värälä en 1790, por el que todas las tierras capturadas fueron devueltas a sus propietarios originales.
En 1791, la Constitución de Mayo trató de establecer una monarquía más democrática en la Mancomunidad de las Dos Naciones (también llamada Mancomunidad Polaco-Lituana). Esta constitución otorgaba a los campesinos la protección del gobierno y garantizaba la igualdad política entre los nobles y las clases bajas. Catalina decidió intervenir. Al cabo de tres meses se alcanzó un alto el fuego y Rusia pudo repartir partes de Polonia entre Prusia y Austria. En 1796, Rusia entró en guerra contra Persia tras firmar el Tratado de Gueórguiyevsk, en el que Rusia juraba proteger Georgia contra una invasión persa. Catalina moriría antes de que terminara la batalla.
Aunque Catalina involucró a Rusia en varias guerras, también creía firmemente en la paz y la diplomacia, y bajo su mandato, Rusia se convirtió en mediadora internacional, mediando en la guerra de sucesión bávara (1778-1779) entre Prusia y Austria. Catalina también estableció la Liga de Neutralidad Armada en 1780, que protegía los barcos de intereses neutrales de la Marina Real Británica durante la revolución estadounidense (1775-1783). En 1792, Catalina intentó establecer relaciones comerciales con Japón y envió una misión comercial. Sin embargo, las negociaciones no llegaron a buen puerto.
Patrona de las artes
Catalina era una apasionada de las artes y se interesaba especialmente por la literatura, la pintura y la filosofía, e incluso escribía sus propias comedias y obras de ficción. Fue muy elogiada por el escritor francés Voltaire (1694-1778) y el filósofo francés Diderot (1713-1784). Durante su reinado, fundó el Museo del Hermitage en San Petersburgo, que sigue siendo el segundo museo de arte más grande del mundo. El 7 de diciembre, el museo celebra su fundación como el Día de Santa Catalina. El reinado de Catalina vio nacer la intelectualidad rusa, en la que más gente viajaba, hablaba lenguas extranjeras, asistía a la universidad, escribía obras de teatro, poesía y novelas, y traducía obras escritas al ruso.
Religión
Catalina nacionalizó todas las tierras de la Iglesia para pagar las guerras. Durante su reinado, los nobles adquirieron más importancia que la propia Iglesia. Sin embargo, introdujo una política que protegía a los cristianos durante la dominación turca y promovió la conversión a la ortodoxia rusa.
En 1767 se introdujo la Comisión Legislativa de 1767, que protegía los derechos religiosos de los musulmanes. Esto se amplió con el Edicto de Tolerancia de Credos de 1773, que permitía a los musulmanes construir mezquitas y practicar su fe. Catalina trató el judaísmo como un sistema legal separado, pero comenzó a asimilar al pueblo judío con la Ley de la Carta de los Pueblos en 1782, en la que se les reconocía como iguales a los ciudadanos ortodoxos rusos.
En 1786, Catalina pidió que se excluyera la religión de las escuelas públicas. Su visión personal de la religión podría considerarse laica.
Muerte y legado
Catalina murió a la edad de 67 años, el 17 de noviembre de 1796, tras sufrir un presunto derrame cerebral. El legado de Catalina como «Catalina la Grande» perdura hasta nuestros días. Tenía una educación excepcional y llevó a la práctica muchas de sus ideas ilustradas durante su largo reinado. Todos los visitantes de la corte imperial comentaban la gracia y amabilidad de Catalina y la dignidad con la que se presentaba. Intentó introducir a Rusia en el mundo moderno y lo consiguió con creces.
Ha inspirado muchos libros, pinturas, películas y óperas, de las cuales las más famosas en la actualidad son la serie de televisión de 2019 Catalina la Grande, en la que la renombrada actriz inglesa dame Helen Mirren interpreta a Catalina, y la popular serie de televisión The Great (2020-), donde Catalina es interpretada por la actriz estadounidense Elle Fanning.
