El qilin (麒麟, o simplemente lin 麟) es una criatura mítica china, a menudo llamada «unicornio chino». Aunque este término podría sugerir una criatura con un solo cuerno, el qilin generalmente se representa con dos. De todas formas, al igual que el unicornio occidental, el qilin se considera una criatura pura y benévola. Este ser, un presagio infrecuente, simboliza la virtud, la futura grandeza y un liderazgo justo.
A lo largo de la historia, el qilin ha sido una figura recurrente en la literatura, el arte y la vida cotidiana chinas. Como una de las «cuatro bestias auspiciosas», junto al dragón, el ave fénix y la tortuga, el qilin también simboliza la prosperidad y la longevidad, y posee un estatus celestial. Las referencias al qilin se encuentran en antiguos textos chinos, donde esta venerada criatura es considerada un signo de buena fortuna y un indicador de un gobernante virtuoso. Su vinculación con el filósofo Confucio (que vivió aproximadamente entre el 551 y el 479 a.C.) resalta su importancia como símbolo auspicioso. La imagen del qilin fue apreciada por varias dinastías chinas, y su popularidad se extendió a otros países asiáticos, como Japón, Corea y Vietnam.
El Qilin en los textos clásicos
En el clásico Libro de los ritos de Confucio (también conocido como Liji, de fecha incierta), el qilin se menciona como una de las cuatro criaturas inteligentes junto al ave fénix, el dragón y la tortuga, comúnmente referidas como las «cuatro bestias auspiciosas». Cada una de estas criaturas divinas simboliza diferentes virtudes que se consideran esenciales para una coexistencia exitosa y armoniosa. En términos generales, el dragón representa el poder y la fuerza, el ave fénix encarna la renovación y la gracia, la tortuga simboliza la longevidad y la estabilidad, y el qilin personifica la prosperidad y la rectitud. Juntos, estos seres transmiten un mensaje colectivo de buena fortuna y equilibrio.
El Clásico de las montañas y los mares (Shan Hai Jing, siglo IV a.C.), una obra que ofrece una geografía mitológica de tierras extranjeras, menciona varias bestias de un solo cuerno, aunque ninguna se identifica específicamente como el qilin. La primera referencia conocida al qilin en textos antiguos data del periodo Zhou Occidental (1045-771 a.C.), la primera mitad de la dinastía Zhou, la más longeva en la historia china. El qilin también aparece en el Shijing, conocido como el Libro de las odas o Clásico de poesía, compilado por Confucio en el siglo IV a.C., lo que lo convierte en la colección poética más antigua de China. El Shijing reúne algo más de 300 poemas y canciones, algunos de los cuales se cree que fueron escritos entre los siglos X y V a.C. La pieza en cuestión, «Los pies del lin», se encuentra al final de la sección que recoge las voces del pueblo llano:
¡Los pies del lin! ¡Majestuosos hijos del príncipe! ¡Oh, los lin!
¡La frente del lin! ¡Majestuosos parientes del príncipe! ¡Oh, los lin!
¡Los cuernos del lin! ¡Majestuosos familiares del príncipe! ¡Oh, los lin!
Aquí, lin se refiere al qilin, y sus rasgos físicos distintivos se comparan con la descendencia y los parientes reales. Este es un «simple canto de caza y exclamación de júbilo» (7), y se sugiere que originalmente aludía a un animal real pero raro, como un tipo de ciervo, que con el tiempo se transformó en una leyenda fantástica. En la traducción del poema realizada por James Legge, se describe al qilin como un ser con cuerpo de ciervo, cola de buey, pezuñas de caballo, un solo cuerno y escamas de pez. Se menciona que los pies del qilin no dañan a ningún ser vivo, ni siquiera a la hierba; tampoco embiste ni ataca con su cuerno. Estas notas, citadas con frecuencia debido a la popularidad y disponibilidad de la traducción de Legge, presentan al qilin como una criatura supremamente pacífica y benevolente por elección.
En el siglo V a.C., el qilin, mencionado nuevamente como lin, aparece en Los anales de primavera y otoño, un registro histórico de los acontecimientos ocurridos en el estado de Lu. Esta crónica documenta la captura de un lin en el año 14 del gobierno del señor Ai, en el 481 a.C. Estudiosos posteriores han analizado y otorgado gran importancia a este suceso, al igual que podría haber hecho el propio Confucio, quien fue el compilador de Los anales de primavera y otoño.
De la traducción de James Legge de Los clásicos chinos, volumen V, 1872, página 832, (y traducido al español):
En el decimocuarto año del duque, en primavera, algunos cazadores en el oeste capturaron un lin.
Confucio y el Qilin
Los estudiosos han interpretado estos registros históricos con varios niveles de profundidad simbólica. Los comentarios sobre Los anales de primavera y otoño, que datan del siglo IV a.C., ofrecen diferentes relatos y detalles sobre el avistamiento y posterior muerte del qilin capturado. Según algunas versiones, hacia el final de la vida de Confucio, un qilin fue atrapado por cazadores o, en otros relatos, por recolectores de leña. La criatura, herida y reconocida como algo excepcional, fue llevada a Confucio. Al identificarla como un qilin, Confucio lloró, interpretando la aparición de esta criatura divina en un momento inadecuado como un mal presagio. En lugar de aparecer durante un gobierno justo y próspero, el qilin había aparecido en una época que Confucio consideraba de decadencia moral y liderazgo insatisfactorio. Según se dice, Confucio vio la muerte del qilin como una señal de que su propia muerte estaba cerca y que la dinastía Zhou había perdido el Mandato del Cielo, es decir, el derecho divino de gobernar. Dos años después, Confucio murió.
Según la leyenda, un qilin también se apareció a la madre de Confucio poco antes de su nacimiento, y en algunos relatos, llevaba consigo una tablilla de jade. Debido a este motivo, el qilin ha quedado asociado con el nacimiento y la muerte de grandes sabios a lo largo del tiempo.
Apariencia física
Las descripciones del aspecto del qilin varían considerablemente a lo largo de la historia. En algunos relatos, se lo describe con el cuerpo de un ciervo, la cola de un buey, pezuñas hendidas, la cabeza de un dragón y cubierto de escamas, a veces con llamas que brotan de su cuerpo. Aunque algunos comentaristas modernos lo interpretan como una quimera (una combinación de partes de diferentes animales), este enfoque puede no captar del todo su significado en el contexto histórico. En lugar de ser una mera amalgama de criaturas, los distintos rasgos del qilin parecen invocarse para destacar lo extraordinario y raro que es. En la mitología china, la esencia y el simbolismo del qilin son más importantes que su apariencia física. A lo largo de la historia, el qilin ha sido un tema popular en diversas formas de arte, desde la escultura y la pintura hasta la cerámica y el bordado. Aunque su representación física ha variado, su esencia simbólica ha permanecido notablemente constante.
En la capital china, Pekín, se encuentra una imponente estatua de bronce de un qilin en el exterior del Palacio de Verano. Esta escultura muestra al qilin con una cabeza de dragón adornada con dos cuernos, pezuñas hendidas y un cuerpo corpulento y escamoso del cual emanan llamas. Una imagen similar de un qilin, también con dos cuernos, escamas y pezuñas hendidas, fue utilizada en las insignias de rango que portaban los oficiales militares de primer rango entre 1453 y 1662. Durante la dinastía Ming (1368-1644), los qilin se asociaban con la proximidad al emperador, y su uso en los uniformes militares de los generales se remonta incluso a la dinastía Tang (618-907).
Se cree que la variación en la apariencia del qilin en las insignias de rango, incluso dentro del mismo período, se debe a que estas se confeccionaban de manera individual, financiadas por el propio portador. Esta diversidad es evidente en las insignias descubiertas durante la excavación de la tumba del duque Xu Fu (fallecido en 1517), en Nanjing. Una de estas insignias era particularmente interesante, ya que mostraba una criatura parecida a un qilin tradicional, pero con un cuello inusualmente largo. El académico James C. Y. Watt sugiere que, al compararla con pinturas de jirafas de la dinastía Ming, es evidente que la apariencia del qilin estaba influida por la jirafa.
La jirafa como qilin
Durante la dinastía Ming, en 1414, el rey Saifuddin Hamza Shah de Bengala regaló una jirafa al emperador Yongle (quien reinó entre 1403 y 1424). Se creía que esta criatura era un qilin y se consideró un signo auspicioso que confirmaba el gobierno justo del emperador Yongle. El almirante y aventurero chino Zheng He, en el transcurso de sus siete viajes diplomáticos entre 1405 y 1433, trajo consigo muchas maravillas, entre ellas la jirafa, una especie nunca antes vista en China. La llegada de la jirafa, con su comportamiento gentil y aspecto singular, llevó a muchos a interpretarla como el qilin, la criatura mítica. Esto hizo que algunos pensaran que El clásico de las montañas y los mares había estado en lo cierto todo el tiempo. Así, el qilin-girafa se convirtió en una imagen cultural popular y en un símbolo de la diplomacia internacional de la época.
La influencia del qilin se extiende más allá de China: en Japón se le llama kirin y en Corea girin (pronunciado «kirin»). Curiosamente, tanto en japonés como en coreano, la palabra para qilin y jirafa es la misma. El simbolismo y el aspecto del kirin y el girin son similares a los de su homólogo chino. En Japón, un kirin de un cuerno es famoso por su imagen en la cerveza Kirin, que se elabora desde 1888. En Corea, el girin puede tener una piel parecida a la del ciervo en lugar de escamas, pero conserva su fuego. El Kỳ Lân de Vietnam comparte muchas similitudes con el qilin y también es símbolo de buena fortuna.
Cultura más amplia e interpretaciones modernas
Como símbolo de buena suerte y protección, el qilin se puede integrar en el feng shui doméstico para promover la armonía en el hogar. Las familias que desean tener hijos pueden colocar representaciones del qilin con la esperanza de ser bendecidos con descendencia que tenga un futuro brillante, especialmente en lo que respecta al éxito académico y la ascensión a puestos oficiales. Un ejemplo de esta connotación de alto estatus y logros, además de las insignias de rango, fue la llamada «Corte Qilin», una sala construida durante la dinastía Han Occidental (206 a.C. - 9 d.C.). Esta sala albergaba retratos de generales y ministros aprobados por el emperador, simbolizando un alto honor que celebraba sus logros.
Durante festivales y celebraciones, como el Año Nuevo chino, puede representarse la danza qilin, un baile folclórico tradicional relacionado con las artes marciales. Los intérpretes lucen trajes coloridos y decorados e invocan la prosperidad con sus movimientos similares a los de un qilin. De hecho, algunas formas de danza qilin están experimentando un renacimiento moderno. Otra visión moderna del qilin aparece en la película Animales Fantásticos: los secretos de Dumbledore, en la que se conservaron algunos aspectos tradicionales de la mitología china.
Conclusión
Desde la mitología antigua a la iconografía imperial, pasando por los medios de comunicación contemporáneos, el qilin encarna valores atemporales de benevolencia y señala un gobierno virtuoso. Su representación en textos antiguos y su papel en festivales subrayan su importancia como símbolo de buena fortuna y rectitud. La posición del qilin como una de las «cuatro bestias auspiciosas» y su conexión con Confucio subrayan aún más su lugar en la historia china. Hoy, el qilin florece en la danza, el arte, el feng shui y el entretenimiento, reflejando su perdurable importancia cultural en muchas regiones de Asia.