Josef Mengele (1911-1979) fue médico del régimen nazi y practicó horribles experimentos pseudocientíficos sobre los detenidos en el campamento de concentración de Auschwitz, donde desempeñó el cargo de oficial médico desde 1943 hasta 1945. Miles de las víctimas de Mengele tuvieron que soportar operaciones extrañas e innecesarias sin anestesia; el Ángel de la muerte, como se lo conocía, mató a otros miles con inyecciones letales.
Mengele tenía el poder absoluto sobre la vida y la muerte de los reclusos del campo de Birkenau, que era parte del complejo de Auschwitz. A pesar de su obsesión con la genética y la creación de una raza maestra, es importante señalar que los experimentos que condujo Mengele sobre humanos “no tuvieron ningún beneficio para la ciencia” (Shirer, p. 979). El médico logró evitar ser identificado luego de la guerra, pero a medida que sus crímenes fueron saliendo a la luz, escapó a Sudamérica donde logró escapar a la justicia, a pesar de verse obligado a trasladarse de país en repetidas ocasiones. Se exhumaron e identificaron los restos de Mengele en 1985; había muerto de causas naturales en 1979.
Josef Mengele nació el 16 de marzo de 1911 en Gunzburgo, Alemania. El padre de Josef, Karl, era dueño de una fábrica productora de maquinaria agrícola; la fábrica resultó ser un éxito y curiosamente, dados los eventos posteriores, abrió una sucursal en Argentina. Josef estudió filosofía en Múnich y luego se licenció en medicina en la universidad de Fráncfort. Se unió al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, conocido coloquialmente como Partido Nazi, en 1937. Mengele trabajó en el Instituto de Biología Hereditaria e Higiene Racial y siguió desarrollando su interés por la teoría de la raza al estudiar las obras de ideólogos nazis, como Alfred Rosenberg (1893-1946). Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el médico se unió a la Waffen-SS en capacidad de oficial médico. Sirvió tanto en el frente este como el oeste, ganando dos Cruces de Hierro en el proceso, pero también continuó su investigación sobre la teoría de la raza y en particular la genética. En 1943, Heinrich Himmler (1900-1945), líder de la SS, incorporó a Mengele al personal del más infame de los campos de concentración nazi: Auschwitz.
El Ángel de la Muerte
Mengele tenía una fascinación particular por la idea de fomentar el nacimiento de gemelos.
El complejo de campos de concentración nazis comúnmente denominado Auschwitz está localizado en el sur de Polonia, entonces ocupado por los alemanes, y en su momento constaba de tres campos principales. Las víctimas se utilizaban para trabajos forzadoso se ejecutaban en cámaras de gas (a ambos) y después se incineraban colectivamente. Así, Auschwitz se convirtió en un elemento central de la Solución Final nazi; es decir, la ejecución deliberada de todos los judíos europeos, una tragedia humana que hoy se conoce como el Holocausto. Aunque los judíos conformaron la mayoría de las víctimas, los nazis también pusieron en la mira a otros grupos importantes, incluidos romaníes, personas con discapacidades físicas y mentales, intelectuales, comunistas, prisioneros de guerra, partisanos, masones y cualquiera que hubiera hablado en contra del reinado de terror conducido por Adolf Hitler (1889-1945).
Al principio Mengele sirvió como adjunto al director médico de los campos de exterminio en Birkenau, el doctor Hans Klein, pero fue reemplazado por Mengele cuando Klein se trasladó al campo de concentración de Bergen-Belsen en el norte de Alemania. La red nazi de campos de concentración incluía a unos 200 médicos sádicos, que conducían experimentos extraños y horrorosos en personas vivas para un cuestionable beneficio de la ciencia. De estos diablos en bata blanca, Mengele llegaría a ser uno de los más infames.
Cuando sustituyó a Klein, Mengele empezó a llevar a cabo varios experimentos pseudocientíficos en cualquiera que le pareciera apropiado; tenía el poder absoluto sobre la vida y la muerte de aquellos con los que experimentaba. Elegía experimentar sobre hombres, mujeres y niños recién llegados a Auschwitz, quienes estaban destinados a los campamentos de trabajo y a las cámaras de gas; aunque les salvaba la vida de momento, los estaba condenando, en la mayoría de los casos, a un destino peor que la muerte. Un hábito siniestro que lo caracterizaba era siempre vestir una bata blanca inmaculada (a veces con guantes a juego) y, mientras elegía a sus próximas víctimas, extendía los brazos y silbaba, lo que llevó a los presos de Auschwitz a apodar a Mengele como el Ángel Blanco y el Ángel de la Muerte. El médico podía ser encantador, sonriente y hasta comprensivo cuando dirigía a los prisioneros hacia la izquierda o hacia la derecha: para un lado, los campamentos de trabajos y, para el otro, las cámaras de gas. Le gustaba jugar juegos con sus víctimas para divertirse con ellos, tales como cambiar la dirección a la se dirigía una fila o haciendo comentarios misteriosos a uno de los presos indicándole lo que estaba por suceder. Silbaba música y le pedía la víctima que la identificara; si fallaba, la mandaba en dirección a una muerte inmediata.
Por lo tanto, Mengele no era un médico que se distanciara de la muerte. Un excompañero comentó que Mengele era “un hombre que creía únicamente en el poder, un cínico total” (Levy, p. 355). No había duda de que Mengele disfrutaba su diabólico trabajo. El historiador Al Cimino señala:
En una ocasión una madre no quiso separarse de su hija de 13 años; le mordió y rasguñó la cara al nazi que intentó obligarla a formar fila. Mengele desenfundó su arma y disparó a la mujer y a la niña.
Como castigo, envió a todos a la cámara de gas, incluidos aquellos que habían sido seleccionados para trabajar, agregando el comentario: “¡Saquen esta mierda!” (p. 222).
Baer, Mengele y Höss, 1944
Unknown Photographer (Public Domain)
Otro ejemplo de los crímenes de Mengele no relacionados con experimentos médicos fue la ocasión en que mandó a todas las ocupantes de una cabaña, alrededor de 750 mujeres, a que fueran gaseadas de inmediato porque le habían informado que la cabaña estaba infestada de piojos.
Mengele tenía una fascinación particular por la idea de fomentar el nacimiento de gemelos, porque creía que ayudaría a aumentar la población del Tercer Reich. Asistió al parto de muchos de los bebés que nacieron en los campamentos y, en casi todos los casos, a menos que fueran gemelos o el bebé tuvieran algún defecto físico interesante que pudiera estudiar, enviaba a la madre y su criatura a morir en la cámara de gas. Otra área que le interesaba era la genética: tenía la esperanza de poder crear la superraza de nazis rubios de ojos azules, raza a la que no pertenecían ni él ni tantos otros nazis.
Mengele podía actuar sin ningún tipo de restricción sobre sus actividades.
Entre los “experimentos” realizados por Mengele, se encuentra la administración de varios tipos de inyecciones letales. Algunas inyecciones tenían el propósito de infectar a la persona con una enfermedad mortal con el fin de observar los síntomas y la lucha contra la muerte. Colocaban a niños en jaulas y los aislaban para estudiar sus reacciones. Otra práctica común de Mengele era inyectar un gemelo con la sangre de su hermano, pero que tenía un grupo sanguíneo distinto. Se castraba o esterilizaba a los gemelos. En una ocasión, hizo que cosieran a dos niños romaníes para crear gemelos siameses artificiales. El diabólico médico practicaba disecciones mientras la víctima seguía viva o les quitaba una extremidad u órgano, sin uso de anestesia por lo general. Inyectaba tintura azul en los ojos, que por lo general resultaba en ceguera. Depués, mandaba que mataran al paciente y pegaba los ojos en la pared como mariposas, creando una gama de colores repugnante, desde el amarillo pálido hasta un violeta penetrante. Mengele podía actuar sin ningún tipo de restricción sobre sus actividades pero, en medio de todos esos horrores, al médico se lo conocía por sus modales agradables y educados; incluso les daba dulces a los niños en el campamento.
Una prisionera, la antropóloga polaca Martina Puznya, fue obligada a trabajar con Mengele y anotó como este no se atenía al método científico en lo absoluto:
[Mengele] solo se puede describir como un maniaco (…) Sobre todo, creo que su única preocupación era su carrera. También creo que hubiera sido capaz de matar a su propia madre si lo hubiera beneficiado (…) Sus experimentos se llevaban a cabo de manera anormal (…) Solo tenía que dar cuentas ante sí mismo. Hacía lo que se le daba la gana y realizaba sus experimentos como un aficionado desquiciado. No era un erudito, sino que tenía la obsesión de un coleccionista (Levy, 243 y 245).
Equipaje de las víctimas de Auschwitz
Jorge Láscar (CC BY)
Fuga
El Ejército Rojo de la Unión Soviética liberó Auschwitz en enero de 1945. Para entonces los nazis ya habían empezado a demoler su terrible máquina de destrucción, pero quedó lo suficiente para confirmar lo que había sucedido en ese lugar. Los relatos de testigos sobrevivientes completaron los aterradores detalles. Se estima que murieron entre 1,2 y 1,5 millones de personas en Auschwitz. El número de judíos asesinados fue alrededor de 800.000.
Al término de la segunda Guerra Mundial, Mengele escapó a la justicia, pero sin necesidad de ocultarse; no tenía el tatuaje que comúnmente utilizaban los oficiales de la SS ni era muy conocido, dado que evitó ser fotografiado durante el tiempo que sirvió en las SS. Luego de ser procesado por las autoridades Aliadas, recibió una identificación con el nombre falso de Fritz Hollmann. Durante los tres años siguientes el médico vivió como un peón de campo en Bavaria; también recibió ayudo de viejos amigos, y desde el verano de 1948 hasta la primavera de 1949, incluso llegó a vivir oculto en su pueblo natal de Gunzburgo.
Las fuerzas Aliadas llevaron a cabo varios juicios específicos contra los nazis que habían realizado experimentos médicos en inocentes. El Juicio de los doctores (1946-1947), como llegaron ser conocidos, llevaron ante la justicia a 23 médicos, incluidos individuos infames como Karl Gebhardt (1897-14948), quien fue ahorcado, y Fritz Fischer (1912-2003), quien recibió 20 años de prisión (pero fue liberado en 1954). No solo los testimonios de 85 testigos incriminaron a muchos de los acusados, sino también sus propios escritos, que dejaban registros meticulosos de los experimentos que habían realizado. En total se hallaron 16 médicos culpables de crímenes de lesa humanidad y siete de ellos recibieron la pena de muerte.
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El Juicio de los doctores promovió la concienciación pública y como el nombre de Mengele seguía apareciendo con relación a los crímenes de guerra, este decidió escapar hacia la seguridad de Argentina en julio de 1949. Auxiliaron el escape de Mengele una red bien establecida de nazis y sus simpatizantes, que incluía altos cargos de la Iglesia católica y en el gobierno argentino. Además, es muy probable que esa misma red financiara a Mengele durante sus años en fuga.
Hombre buscado
Una vez establecido en Buenos Aires, Mengele comenzó a trabajar como médico de nuevo, aunque creyó prudente cambiar de identidad en varias ocasiones. Llevaba una vida holgada gracias a que la empresa que su padre había fundado seguía funcionando bien y podía desviar fondos en su propio beneficio (aunque tanto la empresa como su familia en Alemania lo negaro en repetidas ocasiones). Mengele llegó incluso a poder usar su propio nombre otra vez y creó una nueva empresa especializada en farmacéuticos.
En 1958, Mengele empezó a considerar trasladarse de forma permanente a Paraguay, donde estaba instalado un gobierno que simpatizaba con el fascismo. En 1959, el gobierno de Alemania Occidental proveyó evidencia al gobierno argentino de que Mengele se encontraba en el país y pidió su extradición, pero recibieron como respuesta que los crímenes de Mengele solo se consideraban “políticos”, por lo que el asunto requeriría una larga investigación. El médico nazi tomó acción y, gracias a la ayuda de exnazis, adquirió la ciudadanía paraguaya en 1959. El gobierno de Paraguay, al igual que el de Argentina, simpatizaba con fugitivos de la Alemania Nazi y negó en repetidas ocasiones que Mengele viviera en el país. Lo crucial es que Paraguay tenía una ley que prohibía la extradición de ciudadanos paraguayos.
Mengele siguió siendo uno de los criminales de guerra nazis más buscado, tanto así que el gobierno de Alemania Occidental empezó a ofrecer una importante recompensa por su captura. Por lo tanto, alrededor de 1961, se trasladó a Brasil. Lamentablemente aquellos que estaban tratando de atrapar a Mengele estaban convencidos de que seguía en Paraguay. De seguro Mengele se consternó con la captura, juicio y posterior ahorcamiento de Adolf Eichmann (1906-1962), otro fugitivo nazi infame, a manos del gobierno israelí en 1962. Sin duda, el servicio de inteligencia israelí, el Mossad, estaba buscando activamente a Mengele y estaba listo para secuestrarlo, donde quiere que estuviera, para enjuiciarlo en Israel. Otros grupos interesados en arrestar al fugitivo incluían a cazadores de nazis como Simon Wiesenthal (1908-2005) y Beate Klarsfeld (nacida en 1939).
Simon Wiesenthal
Rob Bogaerts / Anefo (Public Domain)
En 1963 el gobierno de Alemania Occidental, que todavía estaba convencido de que Mengele se ocultaba en Paraguay, ofreció al dictador del país, Alfredo Stroessner (1912-2006), un importante incentivo monetario para que entregara al médico, pero este rechazó la oferta; lo que Stroessner no dijo fue que Mengele ya no se encontraba en Paraguay. En muchas ocasiones Mengele recibió ayuda de exnazis y sus simpatizantes, muchos de los cuales tenían conexiones en el gobierno. Ahora sabemos que el médico fugitivo había cambiado de nombre y estaba viviendo en Brasil desde principios de 1960, donde trabajaba como jefe de explotación agraria. Los empleadores de Mengele estaban al tanto de quién era en realidad, pero simpatizantes nazis les pagaron para que no revelaran el secreto, además de recibir dinero del propio Mengele para financiar el negocio. Mientras tanto, en el resto del mundo, varios avistamientos falsos en distintos países resultaron en que se cuadruplicara la recompensa por la captura de Mengele.
Muerte confirmada
Finalmente se logró avanzar en la cacería por Mengele. Una noticia de enero de 1985 indicaba que Mengele seguía en Paraguay, pero, en junio de ese año, otra noticia aseguró que se había ahogado en Brasil en 1979 luego de sufrir un derrame cerebral mientras nadaba. Las autoridades investigaron la historia de la muerte de Mengele el 7 de febrero en Bertioga, cerca de São Paulo; se exhumó un féretro y un equipo de 16 forenses internacionales examinaron los restos. Basados en pruebas genéticas y una posterior comparación entre registros dentales, los expertos concluyeron que el cuerpo en el féretro era el de Josef Mengele. En 1992 se realizaron pruebas de ADN que confirmaban esa conclusión.
Una fuente de mucha especulación fue qué tramas había urdido Mengele mientras estuvo en Sudamérica; aunque existieron teorías descabelladas, la realidad es que Mengele vivió una existencia tranquila y restringida, además de probablemente en exceso tediosa, en sus dos últimas décadas de vida. Una teoría descabellada, por ejemplo, es la cantidad inusual de nacimientos de gemelos que se produjo en el pueblo de Cândido Godói, Brasil, que Mengele había visitado, lo que llevó a muchos a especular que el médico continuó trabajando en los experimentos de Auschwitz en sus últimos años. Sin embargo, los científicos brasileños descartaron esa posibilidad dado que el fenómeno ya estaba presente antes de la visita de Mengele. Aun así, quizás lo que las especulaciones muestran es una persistente mezcla de fascinación, repulsión y frustración por el hecho de que uno de los criminales nazis más infames nunca fuera llevado ante la justicia.
Soy traductor técnico-científico y literario de inglés a español, aficionado a la Historia desde muy pequeño. La posibilidad de combinar las dos disciplinas me parece una oportunidad imperdible e invaluable.
Mark es un autor, investigador, historiador y editor a tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.
Cartwright, M. (2025, febrero 03). Josef Mengele [Josef Mengele].
(N. Cavaliere, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-23976/josef-mengele/
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Cartwright, Mark. "Josef Mengele."
Traducido por Nicolás Cavaliere. World History Encyclopedia. Última modificación febrero 03, 2025.
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Cartwright, Mark. "Josef Mengele."
Traducido por Nicolás Cavaliere. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 03 feb 2025. Web. 09 mar 2025.
Licencia y derechos de autor
Escrito por Mark Cartwright, publicado el 03 febrero 2025. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.