Nabucodonosor II (r. 605/604-562 a.C.) fue el mayor rey de la antigua Babilonia durante el período del Imperio neobabilónico (626-539 a.C.), sucediendo a su fundador, su propio padre, Nabopolasar (r. 626-605 a.C,). Es conocido principalmente por los libros de Daniel y Jeremías de la Biblia, donde se lo describe como el rey que plantó cara a Dios.
Nabopolasar había derrotado a los asirios con la ayuda de Media y había liberado a Babilonia del mandato asirio. Después continuó su conquista de la región, y de esta forma proporcionó una base estable y una gran riqueza a su hijo, a partir de lo cual pudo establecerse. Nabucodonosor aprovechó al máximo la oportunidad de grandeza ofrecida del mismo modo que Alejandro Magno (r. 336-323 a.C.) se benefició de la riqueza y el ejército que le legó su padre Filipo II de Macedonia (r. 359-336 a.C.).
Nabucodonosor se casó con Amitis de Media (630-565 a.C.) y de esta forma aseguró la alianza entre los medios y los babilonios (ya que Amitis era la hija, o quizás la nieta, de Ciáxares, rey de Media) y, según algunas fuentes, hizo construir los jardines colgantes de Babilonia para que ella pudiese recordar su Persia natal.
Al ascender al trono, Nabucodonosor se dirigió a los dioses en su discurso inaugural:
Oh, misericordioso Marduk, que la casa que he construido resista para siempre, que yo esté satisfecho con su esplendor, que llegue a la edad anciana en ella, con abundante descendencia, y reciba allí tributos de los reyes de todas las regiones, de toda la humanidad (Kerrigan, 39)
Parece que su patrón Marduk le escuchó, ya que, bajo su reinado, Babilonia se convirtió en la ciudad-estado más poderosa de la región, y el propio Nabucodonosor II el mejor rey guerrero y gobernador del mundo conocido.
En la Biblia se habla de él de forma desdeñosa, sobretodo en los libros de Daniel y Jeremías, donde se le ve como un “enemigo de Dios”, y alguien de quien la deidad de los israelitas pretende hacer un ejemplo, o por el contrario, el agente que usa Dios como azote contra los infieles seguidores de Yahvé. Murió en el 43º año de su reinado como el monarca más poderoso de Oriente próximo en la ciudad que amaba.
Vida temprana y ascenso al poder
Nabucodonosor II nació alrededor del 634 a.C. en la región de Caldea, en el sureste de Babilonia. Su nombre en caldeo era Nabu-kudurru-usur (Nabu, cuida de mi primogénito), y los israelitas de Canaán lo conocieron por el nombre de “Nebuchadnezzar” (del acadio “Nebuchadrezzar”). Era el hijo mayor de un general babilonio del ejército asirio, Nabu-apla-usur (Nabu, protege a mi hijo), más conocido como Nabopolasar.
En esta época, el Imperio asirio aún controlaba la región, pero estaba en sus últimos momentos. El imperio había llegado a ser demasiado grande para poder mantenerlo, y comenzó a debilitarse hacia el final del reinado del último gran rey asirio Asurbanipal (r. 668-627 a.C.). En el 627 a.C. los asirios enviaron dos representantes a hacerse cargo del gobierno de Babilonia, pero Nabopolasar se negó a apoyarlos, los envió de vuelta a casa y fue coronado rey en el 626 a.C.
NABUCODONOSOR II MARCHÓ SOBRE EL REINO DE JUDÁ EN CANAÁN EN EL 598/597 a.C, Y CON LA CAÍDA DE TIRO EN EL 585 a.C. CONSOLIDÓ SU IMPERIO.
Durante los siguientes diez años Nabopolasar combatió a los asirios mientras Nabucodonosor crecía, recibiendo educación en asuntos militares así como en cultura general y administración del gobierno. En el 615 a.C. Nabopolasar atacó la ciudad de Ashur, pero no pudo tomarla hasta que Media, bajo el mando del rey Ciáxares se unió a la resistencia y la ciudad cayó. Nabopolasar entabló una alianza con Ciáxares y la selló con el matrimonio entre Nabucodonosor y la hija (o nieta) de Ciáxares, Amitis.
En el 612 a.C. la ciudad de Nínive sucumbió ante la alianza de babilonios y medos, y este evento se identifica con el fin del Imperio asirio. Es más, ni si quiera con la ayuda de los egipcios, bajo el reinado del faraón Necao II (r. 610-595 a.C.) el último rey asirio, Ashur-uballit II, pudo volver al poder. Nabucodonosor II derrotó en batalla a Necao II en el 605 a.C., cerca de Karkemish. Algún tiempo después Nabopolasar murió por causas naturales en Babilonia. Nabucodonosor volvió a la ciudad convertido en héroe de guerra y fue coronado rey bien a finales del 605 a.C. o a principios del 604 a.C.
Nabopolasar había formado su imperio a base de conquistas hacia el 616 a.C., y Nabucodonosor aprovechó los recursos disponibles para fortalecer y expandir sus fuerzas armadas, así como comenzar proyectos de construcción. Absorbió todas las regiones del caído Imperio asirio, aplastando toda la resistencia que pudiera haber encontrado. En el 598 o 597 a.C. marchó sobre el reino de Judá en Canaán, y sitió su capital, Jerusalén. Envió a los ciudadanos más consolidados a Babilonia, un periodo conocido como el Cautiverio de Babilonia.
Una mayor resistencia por parte de Judá tuvo como consecuencia una nueva serie de campañas militares entre el 589 y el 582 a.C. (incluida la destrucción de Jerusalén en el 587 o 586 a.C.), lo cual redujo el reino y dispersó a la población. Después de que la ciudad cananea de Tiro cayera tras un largo asedio en el 585 a.C., Nabucodonosor había consolidado su imperio.
Tras esto comenzó a construir edificios monumentales con los que renovó y mejoró trece de sus ciudades. Sin embargo el mayor esfuerzo lo puso en la más famosa: Babilonia. La erudita Susan Wise Bauer comenta lo siguiente:
Tenía que establecer y mantener su propia posición como gran rey, y se encomendó a ello como los reyes mesopotámicos llevaban haciendo 2000 años ya: se puso a construir. Sus propias escrituras recogen la restauración y nuevas construcciones de templos en la propia Babilonia. Babilonia era el hogar del dios Marduk y la devoción de Nabucodonosor también era una celebración del triunfo de Babilonia. (447)
Una parte importante del proyecto de restauración fue la reconstrucción del gran zigurat conocido como Etemenanki (los cimientos del cielo y la tierra), que había sido destruido por el rey asirio Senaquerib (r. 705-681 a.C.) junto con el resto de Babilonia. La reconstrucción comenzó con el hijo de Senaquerib, Asarhaddón (r. 681-669 a.C.), continuó con Nabopolasar, y fue Nabucodonosor II quien la completó. Etemenanki, con su alta torre, puede haber sido la inspiración de la bíblica Torre de Babel.
Para el 600 a.C. Babilonia era tan impresionante que se la consideraba el centro del mundo, parece ser que no solo lo hacían los propios babilonios. Una tablilla de arcilla de la época, descubierta en las ruinas de la ciudad de Sippar (al norte de Babilonia) y guardada hoy en el Museo Británico, describe el mundo antiguo como si girase en torno a Babilonia. Se supone que la tablilla es un mapa del mundo, pero no representa a muchas de las regiones circundantes de Babilonia, incluyendo a Sippar. El mapa es babilonio, y se desconoce cómo llegó a Sippar, pero es posible que esta pieza sea una de muchas que tuvieran las ciudades que reconocían el reinado de Nabucodonosor II y su gran centro urbano. Michael Kerrigan apunta:
Cuando se representa el mundo en un mapa, también se presenta una “visión del mundo”, un conjunto ordenado de actitudes y presunciones. Este, centrado como está en la metrópolis y la aparente aceptación sin reparos de que Babilonia era el nexo de todas las cosas, dice mucho de la confianza que la ciudad tenía en sí misma. (36)
Se hizo énfasis en los grandes templos y monumentos, y se facilitó su acceso con nuevos caminos. Se puso especial atención en la creación de la Vía procesional para el Festival de Marduk, durante el cual la estatua del dios se sacaba del templo y se paseaba por la ciudad e incluso fuera de las murallas. El camino tenía 21 metros (70 pies) de ancho y llegaba desde el complejo de los templos en el corazón de la ciudad hasta la Puerta de Ishtar, en el norte. Tenía casi un kilómetro de largo (más de media milla), y murallas de más de 15 metros (50 pies) de alto a cada lado. Estaban decoradas con más de 120 imágenes de leones, dragones, toros y flores de oro.
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Nabucodonosor II estaba especialmente orgulloso de la Puerta de Ishtar y de la Vía procesional, y dejó una inscripción que las describía, junto con la motivación de su construcción, que dice así:
(…) de ladrillos con piedra azul en los que se muestran espléndidos toros y dragones. Cubrí los tejados con majestuosos cedros a lo largo. Colgué puertas de cedro adornadas con bronce en todas las entradas. Coloqué toros salvajes y dragones en las entradas, y de esta forma las adorné con un lujoso esplendor que la gente admirará maravillada. (Kerrigan, 39)
Las murallas de Babilonia y la Puerta de Istar se consideraban tan impresionantes que algunos autores antiguos aseguraban que deberían haber sido incluidas en las listas de las siete maravillas. Babilonia se incluyó en la lista pero por algo distinto: los jardines colgantes.
Los Jardines Colgantes de Babilonia
Los Jardines Colgantes son la única de las antiguas siete maravillas del mundo antiguo cuya existencia es objeto de debate, porque no se han hallado restos arqueológicos y, además, los únicos informes conocidos son de la época posterior a la caída de Babilonia. Aún más significativo es que la famosa inscripción de la Casa de las Indias Orientales, un peán de alabanza escrito por el propio Nabucodonosor II que ensalza lo bella que él mismo hizo a la ciudad (y llamada así por haberla descubierto un representante de la Compañía de las Indias Orientales en 1801), no hace mención a los Jardines colgantes. Se describen con más detalle en un pasaje de Diodoro Sículo (c. 90-30 a.C.) en su obra Bibliotheca Historica, libro II.10:
Y se encontraba también junto a la acrópolis el jardín llamado «colgante», que lo había construido no Semíramis sino un rey sirio posterior como obsequio a una concubina; afirman que ésta, persa de raza, añoraba los prados de las montañas y pidió al rey imitar las particularidades del territorio persa mediante la destreza del cultivo. El parque se extiende hasta cuatro pletros por cada lado y posee una subida montañosa y unas edificaciones sobre otras, de manera que el aspecto es parecido a un teatro. Debajo de las rampas construidas, se edificaron galerías que sostienen todo el peso del cultivo, elevadas poco a poco unas sobre otras siempre un pequeño trecho a lo largo de la subida; y, siendo la galería de lo alto de cincuenta codos de altura, tenía sobre ella la superficie más alta del parque, igual que el circuito de las defensas. Después, los muros, construidos suntuosamente, tenían un espesor de veintidós pies y, cada uno de los pasadizos intermedios, la anchura de diez. Y cubrían los techos vigas de piedra, de una longitud de dieciséis pies con las superposiciones, y de una anchura de 5 cuatro. La techumbre sobre las vigas tenía primero caña extendida con mucho asfalto y, después de eso, doble ladrillo cocido unido con yeso y recibía, como tercera capa, cubiertas de plomo para que no penetrara en espesor la humedad del terraplén. Sobre éstas, fue amontonado un espesor adecuado de tierra, suficiente para las raíces de los árboles más grandes. El suelo nivelado estaba lleno de árboles de todas clases capaces de seducir el ánimo a sus observadores por su tamaño y sus otras gracias. Las galerías, que recibían luz por la elevación de unas sobre otras, tenían muchas y variadas estancias regias de todas clases; pero había una con aberturas desde la superficie más alta y con máquinas para la captación de las aguas, mediante las cuales se extraía gran cantidad de agua del río, no pudiendo ver lo sucedido nadie desde el exterior. Ese parque, pues, como dije antes, fue construido después.
(Trad. Parreu, F. Editorial Gredos, 2001)
Diodoro habla de «un rey asirio» porque sigue la tradición griega de llamar Asiria a Mesopotamia, pero también puede ser porque hablaba de los jardines de la ciudad asiria de Nínive en lugar de Babilonia. Senaquerib había convertido célebremente la ciudad de Nínive en la joya del Imperio asirio, que es lo que Nabucodonosor II haría posteriormente con Babilonia. Se sabe que en Nínive había muchos parques y espectaculares jardines, y basándose en esto, y en la distancia temporal entre el reinado de Nabucodonosor II y las menciones de los Jardines colgantes, los estudiosos hoy en día piensan que estos se encontraban en Nínive, si es que llegaron a existir.
La descripción de los Jardines que hace Diodoro aparece en su libro en la sección sobre la semimítica reina asiria Semíramis, y es posible que estuviera mezclando una historia sobre ella, de las cuales tiene muchas, con otra historia posterior que tuviese que ver con Nabucodonosor II y Amitis. Sin embargo no hay una respuesta clara a esta pregunta, y muchos estudiosos siguen pensando que Diodoro y otros historiadores hablaban de un sitio histórico real de Babilonia. Se dice que Nabucodonosor II creó los jardines para su esposa, que echaba de menos el paisaje de su hogar, y este detalle se incluye en la descripción de Diodoro.
Aunque no se hayan encontrado pruebas físicas de la existencia de los Jardines colgantes en Babilonia, no hay razón para creer que Nabucodonosor II no podría o no habría querido construirlos allí. El erudito Paul Kriwaczek apunta lo siguiente:
Nabucodonosor II reafirmó el nuevo estatus de la ciudad y la elevó a su mayor gloria. La convirtió en la ciudad más grande y espléndida, y a ojos de algunos, la más glamurosa que el mundo había visto. (262)
Aunque no cabe duda de la veracidad de esto, casi todos los escritores antiguos hablan de Babilonia siempre en un estilo que denota admiración y reverencia. No era una opinión compartida por todos, y por desgracia para la reputación de Babilonia, los que no la compartían se convertirían en la fuente de información sobre la ciudad más leída: los escribas hebreos responsables de las narraciones de la Biblia.
Nabucodonosor en la Biblia
BAJO EL REINADO DE NABUCODONOSOR II, BABILONIA SE CONVIRTIÓ EN UNA CIUDAD QUE NO ERA SOLO MARAVILLOSA DE CONTEMPLAR, SINO TAMBIÉN UN CENTRO PARA EL ARTE Y LA INQUIETUD INTELECTUAL.
Nabucodonosor II había orquestado el llamado exilio de Babilonia (cautiverio de Babilonia) de los judíos tras la destrucción del reino de Judá, así que no es sorprendente que los escribas hebreos no profesaran amor por él ni su ciudad. Los judíos del siglo VI a.C., como muchos pueblos de la Antigüedad, creían que su dios residía en el templo dedicado a él. Cuando Nabucodonosor II destruyó el templo de Jerusalén, literalmente destruyó la casa de Dios.
El judaísmo (de nuevo, como otros sistemas de creencias religiosas) se basaba en el entendimiento de quid pro quo (esto por aquello), en el que las personas rendían homenaje a su dios y ese dios proveía y protegía a la gente. Cuando se destruyó el templo (y después el resto del reino) y el pueblo tuvo que marcharse a una tierra extranjera, la clase eclesiástica tenía que encontrar algún tipo de explicación.
La conclusión a la que llegaron fue que, anteriormente, otros dioses y costumbres los habían llevado por el camino equivocado, y no habían prestado suficiente atención al culto único a Yahvé. En la época conocida como el Periodo del Segundo Templo (c. 515 a.C. - 70 a.C.), el judaísmo se modificó a la luz del cautiverio de Babilonia para centrarse en una creencia y práctica monoteísta, y al mismo tiempo, se editaron los textos que se acabarían convirtiendo en sus escrituras para encajar con esta nueva perspectiva.
Babilonia y Nabucodonosor II, descritos en otras obras del mundo antiguo con las palabras más ensalzadoras, reciben en la Biblia un tratamiento muy distinto, como era de esperar. Babilonia suele describirse como una ciudad de maldad y pecado, y Nabucodonosor II aparece en el libro de Daniel como un tirano testarudo que reconoce el poder del dios de Daniel, pero no se somete a él hasta que se vuelve loco literalmente y recupera después la cordura. En el Libro de los Reyes los escribas relatan el saqueo de Jerusalén, y Nabucodonosor II se menciona también en otras partes, pero es principalmente del Libro de Daniel de donde la mayoría conoce a Nabucodonosor y es el que le confiere su reputación.
En Daniel 1-4, Nabucodonosor es testigo del poder del dios de Daniel cuando los tres jóvenes judíos Sidrac, Mesac y Abdénago se niegan a adorar al ídolo dorado que ha creado el rey, y el cual ha decretado que todos deben reverenciar. El rey los hace arrojar a un horno, pero la fe los salva, y salen indemnes (Daniel 3:12-97). El dios de los israelitas también le concede a Daniel la habilidad de interpretar sueños, y él se lo demuestra al rey interpretando correctamente su visión del árbol (Daniel 4:1-24).
El evento más dramático para Nabucodonosor en este relato se da al oírse una voz en el cielo que afirma que en breve se volverá loco, cosa que sucede poco tiempo después (Daniel 4:25-30). Se cuenta que Nabucodonosor “se alejó de los hombres, y comió pasto como una res, y su cuerpo estaba húmedo con el rocío de los cielos, hasta que le creció pelo como crecen las plumas de las águilas, y sus uñas como garras de ave de presa” (4:30). La locura le duró siete años, justo como predijo la voz, y después el rey volvió a estar cuerdo y adoró a Dios.
Conclusión
Aunque el Libro de Daniel es un documento fascinante, no hay ningún tipo de corroboración externa de la historia de la locura del rey, o de ningún ataque de tozudez particular. No es sorprendente que las personas que se hayan sentido víctimas de este rey lo representen de forma negativa, pero eso no quiere decir que esas narraciones sean históricamente precisas.
Nabucodonosor II se representa en otras fuentes como un gran rey que no solo restauró la antigua gloria de Babilonia, sino que la transformó en una ciudad de luz. Bajo su reinado, Babilonia se convirtió en una ciudad que no era solo maravillosa de contemplar, sino también un centro para el arte y la inquietud intelectual. Las mujeres gozaban de los mismos derechos que los hombres (aunque no del mismo estatus según los estándares actuales), había muchas escuelas y templos, y un florecimiento de la alfabetización, las matemáticas, las ciencias y la artesanía, así como la tolerancia, e incluso el interés por dioses de otras creencias y culturas.
En muchos sentidos, el mapa de cerámica que representa a Babilonia como el centro del mundo era acertado. Nabucodonosor II tuvo la visión de una ciudad que la gente mucho tiempo después admirarían maravillados, y la hizo realidad. Murió tranquilamente por causas naturales en la ciudad que había construido y dirigido durante 43 años, pero Babilonia no duró ni si quiera 25 años más tras su muerte. La ciudad cayó ante los persas en el 539 a.C., y los posteriores esfuerzos de Alejandro Magno por restaurarla nunca la devolvieron a la gloria que alcanzó con Nabucodonosor II.
Nabucodonosor II (r. 605/604-562 a.C.) fue rey de Babilonia durante la época del Imperio neobabilónico.
¿Por qué es importante Nabucodonosor II?
Nabucodonosor II es importante porque fue el rey que elevó a Babilonia a su mayor esplendor cultural, político y militar. Bajo su reinado, Babilonia se convirtió en uno de lo centros religiosos, intelectuales y culturales más importantes del mundo antiguo.
¿Por qué es conocido Nabucodonosor II?
Nabucodonosor II es conocido por su representación en el Libro de Daniel, de la Biblia, donde es el antagonista de Dios. Sin embargo, no hay ninguna prueba externa de esta historia.
¿Cómo murió Nabucodonosor II?
Nabucodonosor II murió por causas naturales en Babilonia, tras un reinado de 43 años.
¡Hola! Soy Miguel, traductor de inglés y francés de Málaga. Entusiasta de la literatura desde pequeño, amante de la historia y de las historias. Me hice traductor porque no quiero que ninguna historia se quede por contar en español.
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.
Mark, J. J. (2018, noviembre 07). Nabucodonosor II [Nebuchadnezzar II].
(M. M. Ruiz, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-316/nabucodonosor-ii/
Estilo Chicago
Mark, Joshua J.. "Nabucodonosor II."
Traducido por Miguel Mariscal Ruiz. World History Encyclopedia. Última modificación noviembre 07, 2018.
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Estilo MLA
Mark, Joshua J.. "Nabucodonosor II."
Traducido por Miguel Mariscal Ruiz. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 07 nov 2018. Web. 20 nov 2024.
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Escrito por Joshua J. Mark, publicado el 07 noviembre 2018. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.