Leónidas fue el rey espartano quien, famosamente, dirigió un pequeño contingente de aliados griegos en la Batalla de las Termópilas en el 480 a.C. donde los griegos defendieron valientemente el paso, a través del cual, el rey persa Jerjes buscaba invadir Grecia con su inmenso ejército. Al final, Leónidas y sus hombres fueron aniquilados, pero compraron a las ciudades-Estado griegas un valioso tiempo y dieron un ejemplo inspirador, no solo lo que los hoplitas griegos podrían lograr contra las fuerzas invasoras, sino además, el precio que los griegos estaban dispuestos a pagar para mantener su libertad de la opresión extranjera.
Sucesión
Heródoto en sus Historias describe la línea familiar de Leónidas que puede ser rastreada 20 generaciones atrás al mítico héroe Heracles. El padre de Leónidas fue el rey espartano Anaxandridas, hijo del rey León. Anaxandridas, sin embargo, tuvo algunas problemas en producir un heredero después de que su primera esposa fuera estéril. Los éforos y ancianos espartanos, para proteger el linaje real, forzaron a Anaxandridas a tomar una segunda esposa. Ella sí dio a luz a un hijo, Cleómenes, pero en un extraño giro, la primera esposa de Anaxandridas anunció que ella también estaba embarazada y otro hijo, Dorieo, nació. Poco tiempo después, la primera esposa nuevamente dio a luz, alrededor de los 540s a.C. a Leónidas y Cleómbroto, donde algunos mencionan que eran gemelos.
Como Leónidas tuvo dos hermanos mayores, parecía improbable que representaría a la Casa Real de los Agíadas y convertirse en uno de los dos reyes espartanos. Sin embargo, lo realizó después de la muerte de Dorieo en campaña en Sicilia y el misterioso suicidio (atribuido a malos hábitos de bebida) de Cleómenes, quien no dejó heredero. Leónidas fue casado con Gorgo, la hija de Cleómenes, y la muerte de su padre significó que Leónidas se convirtiera en rey, alrededor del 490 a.C.
Termópilas
Leónidas estaría en sus sesentas en el momento de las Termópilas y, sin lugar a duda, sería un experimentado comandante militar, a pesar de que no conocemos nada de sus anteriores comandos. Seguida de la invasión por tierra por Jerjes de la Grecia continental en el 480 a.C. Leónidas fue seleccionado para dirigir a un pequeño contingente de hoplitas espartanos -algunos 300 hombres seleccionados a mano con herederos varones - para defender el paso de las Termópilas y detener la fuerza invasora hasta que más tropas pudieran ser reunidas. Los espartanos, en este tiempo, estaban envueltos en la sagrada festividad de las Carneas y, teóricamente, no podrían ir a la guerra hasta que estuviera terminada. Esparta podría bien reunir hasta 8,000 hoplitas, pero no durante las Carneas. Los 300 espartanos fueron unidos por tropas de diferentes ciudades-Estado para alcanzar una fuera de hasta 7,000 hombres, lamentablemente inadecuada para detener el ejército de Jerjes de 80,000.
Las Termópilas, 150 km. al norte de Atenas, era una excelente opción como punto para defender Grecia, ya que las montañas cruzan hasta el mar dejando solamente un estrecho paso. Sin embargo, Jerjes estaba tan confiado en su éxito que envió un mensajero a Leónidas para solicitar a los griegos su rendición y soltar sus armas. La respuesta lacónica del rey espartano fue 'molōn labe' - ven y tómalas.
Con Leónidas liderando desde el frente y los hoplitas peleando en su apretada formación de falange, tomaron ventaja de su armadura y armamento superior y lograron detener al ejército persa por dos días. No obstante, traicionados por un pastor local quien informó a los persas de un paso montañoso que les permitió llegar detrás de las líneas griegas, las cosas se veían severas para los defensores. Leónidas ordenó al grueso de su ejército retirarse y mantuvo con él solo los espartanos, tespios y tebanos, en orden para hacer una última resistencia y proveer acción de retaguardia.
Al final, las fuerzas griegas fueron aniquiladas a un hombre y el oráculo de Apolo en Delfos resultó correcto cuando ella declaró que, ya sea Esparta o uno de sus reyes, caería. Después de la batalla, Jerjes demandó que la cabeza de Leónidas fuera puesta en una estaca para exhibición pública, un acto altamente deshonorable y contra todas las reglas de guerra de la época.
Leónidas Vengado
El hijo de Léonidas, Plistarco, se convirtió en rey a la muerte de su padre pero, debido a su joven edad, Pausanias actúo como regente. Los griegos, dentro de un año, lograron venganza por las Termópilas con victorias en Salamina y Platea; la última incluso dirigida por Pausanias, sobrino de Leónidas. La invasión de Jerjes fue, enfáticamente, rechazada y aquellos que cayeron en las Termópilas no fueron olvidados. Un monumento fue erigido en el sitio con las palabras del epitafio de Simónides: 'Ve y avisa a los espartanos que aquí yacemos, en obediencia a sus leyes'. Un león de piedra fue también ubicado en memoria de Leónidas y sus hombres. Cuarenta años después de la batalla, los restos del rey fueron exhumados y regresados a Esparta donde se le dieron propia sepultura y un santuario de héroe fue erigido en su honor.
En el arte antiguo, Leónidas es, posiblemente, el sujeto de una estatua de mármol sobreviviente de la acrópolis de Esparta, 490- 480 a.C. Resplandeciente en un casco corintio con cresta, su cara, la cual tendría ojos incrustados, representa la sombría determinación por la cual el rey caído se convirtió en leyenda.