Los antiguos Juegos Olímpicos

Definición

Mark Cartwright
por , traducido por Agustina Cardozo
Publicado el 13 marzo 2018
Disponible en otros idiomas: inglés, neerlandés, francés, alemán, griego, italiano, portugués
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Greek Wrestlers (by Mark Cartwright, CC BY-NC-SA)
Representación de dos luchadores griegos
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Los antiguos Juegos Olímpicos eran un evento deportivo que se celebraba cada cuatro años en el lugar sagrado de Olimpia, en el Peloponeso occidental, en honor a Zeus, el dios supremo de la religión griega. Los Juegos, que se celebraron entre el 776 a. C. y el 393 d. C., contaban con participantes y espectadores de toda Grecia e incluso de fuera de ella.

Los Juegos Olímpicos fueron el acontecimiento cultural más importante de la antigua Grecia y se celebraron durante 293 olimpíadas consecutivas. Tan importantes eran los Juegos en el mundo antiguo que incluso se utilizaban como base para el calendario.

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Orígenes

Al principio, los eventos deportivos se asociaban con los rituales funerarios, en particular los de los héroes y los caídos en batalla, por ejemplo, los juegos por Patroclo en La Ilíada de Homero. En Olimpia, en particular, algunos relatos mitológicos atribuyen a Zeus el inicio de los Juegos para celebrar su victoria sobre Cronos, mientras que otros afirman que el héroe Pélope los inició en honor a Enómao. En cualquier caso, el deporte, el cuerpo sano y el espíritu competitivo formaban parte de la educación griega, por lo que no es de extrañar que en algún momento se crearan competiciones atléticas organizadas, como ya ocurría en las anteriores civilizaciones minoica y micénica.

El deporte, la salud del cuerpo y el espíritu competitivo eran una parte importante de la educación griega.

Las primeras Olimpíadas se celebraron a partir del año 776 a. C. en la primera luna llena después del solsticio de verano (hacia mediados de julio) en honor a Zeus. El vencedor de la primera y única prueba, la carrera a pie del stadion, fue Koroibos de Elis y, a partir de entonces, se registraron todos los vencedores y se dio nombre a cada olimpíada, lo que nos proporcionó la primera cronología exacta del mundo griego antiguo. Una olimpíada no solo era el nombre del evento en sí, sino también del período entre los juegos. Durante una tregua panhelénica de tres meses, los atletas y hasta 40 000 espectadores venían de toda Grecia para participar en los Juegos de Olimpia. Más tarde, se organizarían otros juegos en otros lugares sagrados como Delfos, Istmia y Nemea, pero los Juegos Olímpicos seguirían siendo los más prestigiosos.

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Los Juegos comenzaban con una procesión que iba desde la ciudad anfitriona de Elis hasta Olimpia, encabezada por los Hellanodikai (jueces), y al llegar a Olimpia todos los atletas y funcionarios juraban seguir las reglas establecidas de las competencias y competir con honor y respeto. La ceremonia religiosa más importante del evento era el sacrificio de 100 bueyes, conocido como la hecatombe, en el altar de Zeus, que se llevaba a cabo al finalizar las pruebas deportivas.

Greek Athletes
Atletas griegos
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Los espectadores

Los heraldos (spondophoroi) eran enviados desde Elis para anunciar la llegada de los Juegos a toda Grecia. Los espectadores no solo venían de la Grecia continental, sino también de las islas, de Jonia y de la Magna Grecia. Para facilitar el desplazamiento de los espectadores y los atletas, y por respeto a la importancia religiosa de los Juegos, se convocó una tregua sagrada (ekecheiria) en toda Grecia. Inicialmente, la tregua era de un mes, pero en siglos posteriores se amplió a tres. No se permitían las guerras, no se podían llevar armas en el territorio de Elis y no se debía poner ningún obstáculo a ningún espectador, atleta o theoriai (las misiones oficiales que representaban a determinadas ciudades) que se desplazara a los juegos desde cualquier lugar y territorio que tuvieran que atravesar.

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El recinto de Olimpia debía de ser un hervidero durante los Juegos, con multitudes de espectadores entusiasmados que se alojaban en campamentos improvisados (solo más tarde se proporcionó alojamiento a los visitantes) y admiraban las masas de bellas estatuas y edificios del recinto. Los vendedores de comida, los artesanos, los músicos, los poetas y los filósofos aprovechaban las multitudes para dar a conocer sus productos o sus ideas. Se desconoce la cantidad de espectadores que asistían a cada uno de los Juegos, pero se sabe que unos 45 000 espectadores, entre hombres, esclavos y extranjeros, se sentaban a observar desde los terraplenes del estadio donde se hacían las pruebas principales. Los espectadores participaban activamente en las pruebas con su apoyo bullicioso a los atletas y, después de cada prueba, arrojaban flores y hojas de laurel a los vencedores.

Stadium Entrance, Olympia
Entrada al estadio, Olimpia
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

A las mujeres no se les permitía participar ni ver las pruebas, aunque sí podía haber chicas jóvenes entre el público, con la única excepción de la sacerdotisa de Deméter Chamyne. Hubo un caso famoso de incumplimiento a esta regla de exclusividad de hombres: el caso de Kallipateira. Había entrenado a su hijo Peisirodos y, cuando ganó la carrera, la madre celebró de manera demasiado exuberante en la multitud: se quitó la ropa y reveló su sexo. Se libró del castigo prescrito de la pena de muerte porque procedía de una familia de grandes vencedores olímpicos, pero a partir de entonces todos los entrenadores debían ir desnudos, como los atletas, para evitar que se produjera un hecho semejante en el futuro.

Los atletas

¿Quién de los hombres de hoy se ha adornado con tantos pétalos, mirtos y coronas de rosa gracias a su victoria en los Juegos? Oda de Simónides a Astylos

Los atletas se entrenaban bajo la atenta mirada de un entrenador profesional (gymnastes) o preparador físico (paidotribes), que sabía cómo desarrollar mejor determinados músculos, la mejor dieta y la cantidad correcta de ejercicios que había que hacer. Los atletas más exitosos solían agradecer a sus entrenadores con la dedicación de una estatua en su honor en el lugar. Los atletas también contaban con un aleiptes que los untaba con aceite y los masajeaba tanto antes como después del ejercicio.

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Los atletas competían desnudos, probablemente para tener total libertad de movimientos. Las pruebas estaban abiertas a todos los varones griegos libres y la lista de vencedores ilustra el carácter panhelénico de los Juegos, ya que los atletas procedían de toda Grecia y, en la época romana, la norma de no extranjería para los atletas fue más flexible. Los vencedores eran aquellos que vencían a todos los demás competidores. Prácticamente no existen registros de los tiempos y distancias alcanzados por los atletas vencedores, ya que no se consideraban importantes, la idea era ser el primero entre los mejores, no batir récords.

La carrera a pie del stadion

Durante las 12 primeras Olimpíadas, la carrera a pie del stadion fue la única prueba y siguió siendo la más prestigiosa a lo largo de la historia de los Juegos. La carrera se desarrollaba en una longitud (un stadion) de la pista del estadio, de 600 pies antiguos o 192 m, y se realizaban series preliminares en las que los ganadores de las series pasaban a la final. Los atletas se agrupaban por sorteo y, en aras de la equidad, esta era también la forma en que se hacían los emparejamientos en las demás pruebas. El ganador final del stadion incluso daba su nombre a esos Juegos en particular y, de esta forma, era recordado para siempre.

Starting Blocks, Olympia
Bloques de partida, Olimpia
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Otras pruebas deportivas

Con el paso del tiempo, se añadieron otras pruebas a los Juegos para que el programa total fuera de 18 pruebas repartidas en cinco días:

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  • diaulos: carrera a pie de dos estadios, añadida en el año 724 a. C.
  • dolichos: carreras a pie más largas, de 7 a 20 estadios, añadidas en el 720 a. C.
  • lucha libre: añadida en el 708 a. C. Los competidores debían tirar al suelo a su oponente tres veces para obtener la victoria.
  • pentatlón: también se añadió en el 708 a. C. Se hacía en un solo día, en este orden: salto (en un foso de tierra blanda con pesas de mano o halteras y acompañado de música), lanzamiento de disco (de piedra, hierro o bronce), stadion, jabalina (en madera y lanzada con una correa de cuero) y lucha. No está claro cómo un atleta ganaba la prueba general, es posible que tres victorias en pruebas garantizaran la victoria general.
  • boxeo: añadida en el 688 a. C. Los atletas llevaban correas de cuero (himantes) alrededor de las manos, al principio como protección, pero evolucionaron hasta convertirse en armas destructivas con piezas de metal añadidas. Las reglas se limitaban a no dar golpes bajos y a no sujetar. Eran habituales las lesiones graves e incluso la muerte.
  • tethrippon: carrera de cuadrigas de cuatro caballos, añadida en el 680 a. C., que se disputa en diez o doce circuitos del hipódromo. En el 384 a. C. se añadió una versión con potros en 8 circuitos.
  • keles: carrera de caballos añadida en el 648 a. C. que se corría sobre 6 circuitos. En el 256 a. C. se añadió una versión con potros.
  • pankration: mezcla de boxeo y lucha también añadida en el 648 a. C. El pankration era una prueba brutal y lo único prohibido era morder y apretar los ojos, aunque los competidores no llevaban las dañinas correas de cuero de los boxeadores.
  • hoplitódromo: carrera con armadura hoplita (casco, escudo y lanza) de entre 2 y 4 estadios que se añadió en el 520 a. C. y solía ser la última prueba de los Juegos.
  • apene: carrera con carros tirados por dos mulas, añadida en el 500 a. C. (abandonada desde el 444 a. C.).
  • kalpe: carrera de caballos al trote para yeguas, añadida en el 496 a. C. (eliminada desde el 444 a. C.).
  • synoris: carrera de carros de dos caballos que se disputa en ocho circuitos del hipódromo, añadida en el 408 a. C. En el 268 a. C. se añadió una versión con potros en tres circuitos.
  • concursos de trompetas y heraldos: añadidos en el año 396 a. C. Se celebraban el primer día y a los ganadores (aquellos cuyo sonido llegaba más lejos) se les concedía también el honor de anunciar a los vencedores el último día en el acto oficial de entrega de premios.

Greek Chariot
Carruaje griego
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Reglas de competición y jueces

Los atletas debían llegar a Olimpia un mes antes de los Juegos para entrenar y, además, debían declarar que habían estado entrenando durante al menos diez meses. Quedaban excluidos de la participación los no griegos, los esclavos, los asesinos, los condenados por profanar los templos y todos aquellos que no hubieran respetado la tregua. De hecho, las ciudades podían incluirse en esta última categoría, como lo fue Esparta en el año 420 a. C.

Los jueces Hellanodikai tenían el poder de descalificar y multar a los atletas por cualquier infracción.

Las pruebas eran supervisadas por jueces entrenados de Elis, los Hellanodikai (o agonothetai) que también tenían varios asistentes como los alytai (oficiales de policía). En las primeras 49 Olimpíadas solo hubo un juez, pero se le unieron otros hasta llegar a un máximo de doce, repartidos entre las distintas pruebas. Originalmente, el cargo era hereditario y vitalicio, pero más tarde los jueces fueron elegidos entre los elis por sorteo. Los Hellanodikai tenían la potestad de descalificar y multar a los atletas por cualquier infracción del reglamento y, ataviados con su capa púrpura, disponían de asientos de honor especiales en el estadio. Las decisiones de los Hellanodikai nunca podían ser revocadas, pero los propios jueces estaban sujetos al juicio de un consejo de ancianos y, si un atleta apelaba con éxito, el juez en cuestión podía ser multado.

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Rara vez se infringían las reglas y, cuando sucedía, se imponían sanciones que iban desde la exclusión y las multas hasta la flagelación. Las multas se pagaban tanto al santuario como al atleta perjudicado. Si un infractor no pagaba la multa, la ciudad a la que representaba debía hacerlo o, de lo contrario, quedaba excluida de los siguientes Juegos. Los ingresos procedentes de las multas se utilizaban, en parte, para erigir estatuas de Zeus conocidas como zanes, cuyas bases aún pueden verse en el lugar.

Los premios olímpicos

Los Hellanodikai también entregaban la corona de la victoria (kotinos) de hojas de olivo silvestre y una rama de olivo cortada del árbol sagrado (Kallistephanos) a cada ganador de la prueba. El olivo era relevante porque se cree que los árboles de Olimpia fueron plantados originalmente por Hércules. Otro premio podía ser una cinta de lana roja que se llevaba en la parte superior del brazo o alrededor de la cabeza, especialmente para los corredores de carros, ya que era el dueño del caballo quien recibía realmente la corona de olivo.

Después de los Juegos, los vencedores eran recibidos como héroes en sus ciudades de origen. Los vencedores solían entrar en la ciudad en una procesión en la que montaban un carro de cuatro caballos, se celebraban grandes banquetes en su honor y podían recibir beneficios adicionales como la exención de impuestos e invitaciones para formar parte de la élite política. Las ciudades también recibían el prestigio de las victorias en los Juegos y, por ello, a veces ofrecían incentivos económicos a los atletas, como el premio de 500 dracmas de Solón (una suma considerable si se tiene en cuenta que una oveja costaba un dracma en aquella época).

Sin embargo, el verdadero premio para los atletas era la gloria, la fama y, en un sentido muy real, la inmortalidad histórica. La fama en vida lo hacía posible, pero se perpetuaba después de la muerte a través de las listas de vencedores, las estatuas personales y las odas a la victoria escritas en honor al vencedor.

Greek Foot Race
Carrera a pie griega
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Atletas olímpicos famosos

Hubo muchos grandes atletas que ganaron fama y gloria en múltiples Juegos. Kroton, del sur de Italia, ganó tres carreras de stadion consecutivas desde el 488 al 480 a. C. Phanas de Pellene consiguió ganar tres pruebas en los Juegos Olímpicos de 521 a. C.: el stadion, el diaulos y la carrera con armadura. Leónidas de Rodas fue incluso mejor y consiguió ganar las tres pruebas en cuatro Olimpíadas consecutivas entre el 164 y el 152 a. C., hazaña casi igualada por Hermógenes de Xanthos, conocido como "el caballo", que ganó ocho pruebas de atletismo en tres olimpíadas entre el 81 y el 89 d. C. Milon de Kroton ganó la competición de lucha cinco veces entre 532 y 516 a. C. y el corredor Astylos de Kroton ganó seis coronas en las tres Olimpíadas de 488, 484 y 480 a. C. Por último, Herodoros de Mégara ganó la increíble cantidad de diez competiciones consecutivas de trompeta entre el 328 y el 292 a. C.

Los Juegos y su prestigio también atrajeron a competidores famosos de fuera del mundo del deporte. El gran general y estadista ateniense Alcibíades ganó tres carreras de carros en el año 416 a. C. Filipo II de Macedonia ganó la carrera de caballos en el 356 a. C. y repitió su racha de victorias en las carreras de carros de los Juegos de 352 y 348 a. C. Además, el emperador romano Nerón ganó todas las pruebas en las que participó en el año 65 d. C. Estos poderosos líderes políticos incluso trataron de exprimir el prestigio de sus éxitos en Olimpia acuñando monedas para conmemorar sus victorias.

La primera mujer que ganó la corona de la victoria fue Kyniska en el año 392 a. C. Aunque a las mujeres no se les permitía competir, podían poseer caballos y era la propietaria la que ganaba el premio de la corona de oliva. Muchas otras mujeres emularon a Kyniska y las mujeres espartanas, en particular, gozaron de una gran reputación en las pruebas ecuestres de Olimpia.

El fin de los Juegos

Los Juegos continuaron durante el periodo helenístico, con más edificios añadidos al recinto, mayores comodidades para los espectadores y un aumento de la profesionalidad y la especialización de los atletas. En la época romana, aunque se produjeron algunos cambios en la tradición, como el traslado de los Juegos del 80 a. C. a Roma por parte de Sula, los Juegos siguieron siendo populares y su prestigio aumentó bajo emperadores helenófilos como Adriano. Sin embargo, fue el emperador Teodosio quien finalmente decretó el cese de todas las prácticas de culto, incluidos los Juegos, y la última Olimpíada se celebró en el año 393 d. C, tras una serie de 293 Olimpíadas a lo largo de más de un milenio.

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Bibliografía

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Sobre el traductor

Agustina Cardozo
Agustina es traductora pública (inglés/español), uruguaya, con estudios avanzados de Lingüística. Sus áreas de experiencia como traductora son la traducción biosanitaria y la traducción jurídica. Le interesan la Historia y las humanidades en general.

Sobre el autor

Mark Cartwright
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.

Cita este trabajo

Estilo APA

Cartwright, M. (2018, marzo 13). Los antiguos Juegos Olímpicos [Ancient Olympic Games]. (A. Cardozo, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-440/los-antiguos-juegos-olimpicos/

Estilo Chicago

Cartwright, Mark. "Los antiguos Juegos Olímpicos." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. Última modificación marzo 13, 2018. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-440/los-antiguos-juegos-olimpicos/.

Estilo MLA

Cartwright, Mark. "Los antiguos Juegos Olímpicos." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 13 mar 2018. Web. 20 nov 2024.

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