La batalla de Issos, ocurrida el 5 de noviembre del 333 a.C., fue la segunda batalla de Alejandro Magno contra el ejército persa y su primer encuentro directo con el rey Darío III; la batalla tomó lugar cerca del pueblo de Issos en el sur de la Turquía actual. Representó una importante victoria para Alejandro derrotar al Imperio aqueménida y poner en fuga del campo de batalla a Darío III.
Preludio
Luego de la muerte de su padre y su ascensión al trono macedónico, Alejandro priorizó perseguir el sueño del difunto Filipo: la conquista del Imperio persa. Poniendo como excusa la búsqueda de venganza por la invasión de Grecia por parte de Darío I y Jerjes I, el joven rey cruzó el Helesponto y se adentró en Asia Menor. En su marcha hacia el sur, derrotó a las fuerzas persas estacionadas en Gránico y Halicarnaso; la próxima gran confrontación sucedería en Issos en noviembre del 333 a.C. Esta batalla sería la primera de dos encuentros entre Alejandro Magno y el rey Darío de Persia; ambos encuentros resultaron en la derrota de los ejércitos persas.
Cuando Alejandro se enteró de que Darío se encontraba en las tierras fértiles que rodeaban Issos, decidió avanzar con rapidez desde Gordio a través de las Puertas Cilicias hacia la localidad portuaria de Issos. Aunque la batalla tomaría lugar más al sur en una planicie angosta entre el mar Mediterráneo y las Montañas Amanus, el puerto sirvió como campamento base para las fuerzas de Alejandro; fue ahí donde dejó a soldados heridos y enfermos para que se recuperasen. Más adelante, cuando Darío marchara sus tropas para enfrentarse a Alejandro cerca del río Pinaro, el rey persa se detuvo en el campamento base, donde torturó y ejecutó a los soldados macedonios convalecientes, cortando la mano derecha de aquellos a los que permitieron vivir. Ese acto serviría como incentivo para que el ejército de Alejandro derrotara a los persas.
Los dos ejércitos se enfrentaron cerca del río Pinaro; llovía y el clima estaba frío.
Guiándose por fuentes antiguas, la historiadora Ruth Sheppard estimó que el ejército de Darío contaba entre 300.000 y 600.000 soldados, además de 30.000 mercenarios griegos, mientras que estimativos más actuales calculan que la cantidad de soldados era entre 25.000 y 100.000, contando con solo 10.000 mercenarios griegos. En dirección a su encuentro con Alejandro, Darío avanzó al norte desde Babilonia hacia un área al este del rio Issos. Aunque consideró esperar en esa ubicación al ejército de Alejandro, el rey persa cambió de opinión con la esperanza de separar al ejército macedonio de su campamento en Issos, y así lograr aislarlo. Alejandro marchó al sur desde Issos hacia Siria, pero habiendo confirmado la presencia de Darío en Issos, retornó hacia el norte. Los persas continuaron su marcha al sur insertándose en la franja angosta de tierra al oeste de las Montañas Amanus, por lo que las tropas terminaron en una posición desventajosa. Los dos ejércitos se encontraron en el río Pinaro; llovía y el clima estaba frío. Sin embargo, el terreno proveía de una clara ventaja a Alejandro porque le permitía extender sus tropas mientras que reducía la movilidad del ejército de Darío.
Plutarco, en su obra Vidas paralelas, menciona la ventaja con la que contaba y de la pronta victoria que traería:
La fortuna, pues, le preparó este lugar a Alejandro; pero él, por su parte, procuró también ayudar a la fortuna, disponiendo las cosas del modo mejor posible para el vencimiento; pues siendo muy inferior a tanto número de bárbaros, no sólo no se dejó envolver, sino que, extendiendo su ala derecha sobre la izquierda de aquellos, llegó a formar semicírculo, y obligó a la fuga a los que tenía al frente, peleando entre los primeros.
La batalla
Por desgracia para Darío, decidió ignorar el concejo de Caridemo, uno de sus generales griegos de confianza, que le había sugerido dividir las fuerzas y permitirle luchar solo contra Alejandro. Darío lo ignoró por una cuestión de ego y prestigio: no había forma de que perdiera contra el joven griego advenedizo. Al ser ignorado, Caridemo cometió el error de criticar a los persas, porque Darío, que hablaba griego y entendió la crítica, se ofendió y mandó a que ejecutaran al general de inmediato; una decisión que muchos consideraron poco sabia dado que consideraban que Caridemo era uno de los generales más capaces con los que contaba el rey persa.
Nada en la batalla salió bien para los persas. Por un lado, a pesar de que contaban con una ventaja numérica, pronto estuvieron a la defensiva, incapaces de realizar las maniobras que hubieran deseado. El valle del río los estorbaba con las montañas a la izquierda y el mar a la derecha.
Por el otro lado, Alejandro pudo utilizar la confiable formación de falange. Contaba con tres batallones en su flanco derecho y cuatro en su flanco izquierdo, mientras que la infantería pesada se posicionaba en el centro. Tras contemplar la formación de los macedonios, Darío movilizó su caballería para atacar el flanco derecho con la esperanza de abrirse camino. Por su parte, aunque obstaculizados por la ribera del río y la empalizada construida por los persas, Alejandro y su caballería de élite, los hetairoi, se abrieron camino rápidamente a través del flanco izquierdo persa, y los intentos de hacer retroceder a Alejandro al otro lado del Pinaro fracasaron. En su obra Las campañas de Alejandro, el historiador Arriano escribió lo siguiente:
Los mercenarios griegos lucharon para empujar hacia el río a los macedonios y así salvar el flanco izquierdo, porque, aunque tenían ante sus ojos el plan triunfal de Alejandro, estaban determinados a igualar su éxito y no desmerecer la reputación de la falange, de la que ya se oía decir que era invencible.
Alejandro y sus seguidores giraron hacia el centro de la formación persa cuando divisaron a Darío. El hermano de Darío, Oxatres, fracasó en el intento de detener la carga de Alejandro, aun así, Darío logró escapar; primero, en carro y luego, a caballo. A pesar de una herida seria en el muslo, Alejandro continuó la persecución hasta la caída de la noche, pero volvió con las manos vacías. Mientras tanto, el flanco izquierdo del ejército macedonio, comandado por Parmenión, experimentaba dificultades con el flanco derecho persa; sin embargo, cuando las fuerzas persas vieron a su líder huir, hicieron otro tanto y muchos murieron pisoteados en la retirada. En total los persas perdieron 100.000 infantes y 10.000 jinetes, mientras que Alejandro solo perdió 1.200 soldados. Esos números, como se mencionó antes, son estimaciones basadas en fuentes griegas antiguas. Los estimativos actuales son más razonables, indicando que Darío perdió alrededor de 20.000 hombres y Alejandro 7.000. Los persas fueron tan prestos a marcharse que muchas riquezas quedaron a la espera del rey macedonio y sus hombres. En palabras de Plutarco:
Habían reservado para él la tienda de Darío, rebosante de una magnífica servidumbre así como de abundantes muebles y tesoros. Así que Alejandro, despojándose al punto de la armadura, se encaminó hacia el baño diciendo: «Vamos a limpiarnos el sudor de la batalla en el baño de Darío».
Sin embargo, habían dejado atrás más que riquezas: en la tienda de Darío se encontraban la madre de Darío, su esposa y dos hijas, pero Alejandro les prometió que no recibirían daño alguno. Así lo relata Plutarco:
Alejandro (…) despachó a Leonato para que les dijera que Darío no había muerto y que no debían que tener miedo de Alejandro, pues si luchaba contra Darío era por el imperio, pero ellas disfrutarían de todas las consideraciones de que eran objeto bajo el reinado de aquél.
Aunque Darío deseaba que le devolvieran su familia, prometiendo a Alejandro la mitad de su reino, este se rehusó. En vez de eso, el rey macedonio desafío a que se batieran en batalla, y así volvieron a encontrarse por segunda vez en la batalla de Gaugamela donde el rey persa volvería a huir, pero esta vez hallaría su muerte a manos de uno de los suyos: Bessos.
Soy traductor técnico-científico y literario de inglés a español, aficionado a la Historia desde muy pequeño. La posibilidad de combinar las dos disciplinas me parece una oportunidad imperdible e invaluable.
Donald impartió clases de Historia de la Antigüedad, de la Edad Media y de los Estados Unidos, en el Lincoln College (Normal, Illinois) y desde que comenzó a estudiar sobre Alejandro Magno, siempre ha sido y será un estudiante de historia. Le ilusióna transmitir conocimientos a sus alumnos.
Wasson, D. L. (2011, noviembre 24). Batalla de Issos [Battle of Issus].
(N. Cavaliere, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-527/batalla-de-issos/
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Wasson, Donald L.. "Batalla de Issos."
Traducido por Nicolás Cavaliere. World History Encyclopedia. Última modificación noviembre 24, 2011.
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Wasson, Donald L.. "Batalla de Issos."
Traducido por Nicolás Cavaliere. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 24 nov 2011. Web. 03 dic 2024.
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Escrito por Donald L. Wasson, publicado el 24 noviembre 2011. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.