Un hoplita (de ta hopla que significa herramienta o equipo) fue el tipo más común de infantería pesada en la antigua Grecia desde los siglos VII al IV a.C., y se esperaba que la mayoría de los ciudadanos ordinarios con medios suficientes de las ciudades-Estado griegas pudieran equiparse y estar disponibles para el papel cuando fuera necesario.
Atenas tenía un sistema de servicio militar obligatorio para los jóvenes de 18 a 20 años, pero durante una guerra, todos los ciudadanos varones hasta la edad de 60 podían ser llamados a las fuerzas armadas. Otras ciudades de la antigua Grecia siguieron una política similar, lo que significaba que los hoplitas no eran soldados profesionales y frecuentemente carecían de suficiente entrenamiento militar, aunque algunos estados sí mantuvieron una pequeña unidad profesional de élite, los epilektoi. El más famoso de estos era el Batallón Sagrado de Tebas, una unidad compuesta de 150 parejas de amantes masculinos que juraron defender a su pareja hasta la muerte. Esparta, donde todos los ciudadanos varones mayores de 20 años eran miembros de un ejército profesional permanente, era la notable excepción a este enfoque de solo convocar a un ejército cuando era absolutamente necesario y, en consecuencia, sus hoplitas eran famosos por su destreza militar.
Armas y Armadura
Las principales armas de un hoplita eran una larga lanza de madera de fresno (doru) y una espada corta (xiphos). La lanza medía en promedio 2.5 metros de largo y estaba equipada con una hoja de bronce o hierro y una punta de cuatro lados (sauroter). La espada también era de hierro con una hoja recta o, en ocasiones, curva (machaira o kopis) de no más de 60 centímetros de largo. Sin duda, muchos hoplitas también cargaban una daga (encheiridion) como medida adicional. La protección estaba proporcionada por un casco de bronce forrado en cuero que podía varias en diseño, a menudo tenía una cresta y protegía la cabeza, el cuello y la cara. Una coraza (thorax) de bronce o cuero (más tarde reducido a un chaleco de lino laminado para ahorrar peso, el linothorax), grebas de bronce (knemides) para proteger las espinillas, y en ocasiones protectores de brazos, también eran utilizados. El hoplita cargaba un gran escudo circular (hoplon o aspis) de unos 80 centímetros de diámetro y pesaba hasta 8 kilogramos. Este era hecho de madera o cuero rígido, revestido de bronce y se sujetaba con el brazo izquierdo colocado a través de una banda central (porpax) y sujetado mediante una correa (antilabe) unida al borde del escudo. Los escudos a menudo llevaban diseños particulares (el más famoso siendo la V invertida de los hoplitas espartanos) y emblemas (particularmente popular era la Gorgona de la mitología griega, con su asociación de convertir al espectador en piedra). Algunos ejemplares de petos y cascos sobrevivientes también muestran decoración grabada. Así, completamente blindado, el hoplita requería cargar unos 20 kg de equipo y, por lo tanto, tener buena condición física le otorgaba una gran ventaja a un bando (e.g. los profesionales y bien entrenados espartanos). Precisamente porque todo este equipo equivalía a una gran inversión, el ser hoplita también indicaba que el individuo tenía cierto estatus en la sociedad griega. Además, la coraza de bronce y el escudo del hoplita (tomados, por ejemplo, como botín después de una campaña militar) a menudo se dedicaban en lugares sagrados de la antigua Grecia desde Delfos hasta Delos.
Falange Hoplita
Los hoplitas se organizaban en regimientos o lokhoi (varios cientos de hombres), y luchaban en filas de ocho o más hombres de profundidad (conocida como la falange) y parados juntos, la mitad de un escudo de un hombre protegía a su vecino del lado izquierdo. Curiosamente, esto significaba que la falange a menudo avanzaba en un ligero ángulo hacia la derecha ya que los hombres buscaban mantenerse detrás del escudo vecino. Esto resultaba en que el flanco izquierdo generalmente rompiera la formación primero, por lo que este era el flanco en el que un comandante competente atacaría con prioridad y, por ende, se aseguraría de tener a sus mejores tropas en su propio flanco derecho. La falange griega avanzaba a paso caminado o más rápido, a menudo acompañada de música rítmica de los tocadores de aulós y gritando un tremendo grito de guerra (paean). Al enfrentarse al enemigo, los hoplitas primero atacaban con la lanza, usualmente por encima del brazo. Después del contacto inicial, las líneas oponentes generalmente pasaban por una serie de empujones (othismos) y peleas cuerpo a cuerpo con espadas, las cuales solo terminaban cuando uno de los bandos rompía filas. La persecución de los hoplitas en retirada solía ser a corta distancia para mantener la formación cerrada protectora.
Los hoplitas fueron decisivos en la guerra griega y en las victorias de los ejércitos griegos sobre Persia en la batalla de Maratón (490 a.C.) y en la batalla de Platea (479 a.C.) durante las guerras médicas. Las debilidades de la formación en falange (ataque desde los flancos o retaguardia por caballería ligera, o estar en terreno accidentado) eran a veces explotadas por comandantes astutos; sin embargo, la formación, aunque con infantería más ligera, todavía estaba en uso durante la época helenística y romana temprana.