Asarhaddón (que reinó de 681-669 a.C.) fue el tercer rey de la dinastía sargónida del Imperio neoasirio. Era el hijo más joven del rey Senaquerib (que reinó de 705-681 a.C.) y su madre no era la reina, sino una esposa secundaria, Zakutu (también conocida como Naqi'a-Zakutu, que vivió en torno a 728-668 a.C.). Su obra más famosa fue reconstruir Babilonia, anteriormente arrasada por Senaquerib.
Se lo menciona en la Biblia en II Reyes 19:37, Isaías 37:38 y Esdras 4:2. Además de su restauración de Babilonia, también es conocido por sus campañas militares en Egipto y por asegurar una sucesión sin problemas para su hijo Asurbanipal (que reinó de 668-627 a.C.). Era un ávido seguidor de la astrología y consultó los oráculos regularmente a lo largo de su reinado, mucho más que cualquier otro rey asirio.
Afirmaba que los dioses le habían ordenado restaurar Babilonia y, astutamente, omitió de sus inscripciones cualquier cosa que pudiera implicar a su padre en la caída de la ciudad, presentándose así como un benefactor sin interés personal en el proyecto. En sus cartas diplomáticas también parece igual de cuidadoso al presentarse a sí mismo como un monarca justo y objetivo. Mantuvo, y posteriormente agrandó, el imperio que le había dejado su padre y su reinado afianzó la estabilidad y la prosperidad de la región. Murió en una campaña en Egipto en 669 a.C. y le dejó el trono a su hijo Asurbanipal, el último gran rey del Imperio neoasirio.
Ascenso al trono
Senaquerib tuvo más de once hijos con sus varias esposas y eligió como heredero a su favorito, Ashur-nadin-shumi, el mayor de los nacidos de su reina Tashmetu-sharrat (muerta en torno a 684/681 a.C.). Asarhaddón, nacido en 713 a.C., era hijo de Zakutu, una de las esposas secundarias de Senaquerib. Senaquerib había nombrado a Ashur-nadin-shumi para gobernar sobre Babilonia y, mientras desempeñaba este trabajo, fue secuestrado por los elamitas, que se lo llevaron a Elam. Senaquerib montó una expedición enorme para recuperar a su hijo, pero fue derrotado. Se cree que Ashur-nadin-shumi fue ejecutado por sus captores en algún momento en torno a 694 a.C.
Tras la derrota del ejército asirio a manos de la coalición elamita, Senaquerib regresó a su capital en Nínive y se enfrascó en proyectos de construcción y en gestionar el imperio. Tenía que elegir un nuevo heredero, pero parece que se tomó su tiempo en decidir quién sería. Puede ser que, durante este tiempo, estuviera evaluando a sus hijos, o puede que sencillamente estuviera todavía llorando la muerte de su favorito y no quisiera reemplazarlo. En cualquier caso, no fue hasta 683 a.C. que Senaquerib nombró heredero a Asarhaddón, su hijo menor.
A sus hermanos mayores no les sentó bien. En sus inscripciones, Asarhaddón escribe:
De mis hermanos mayores, era yo el hermano menor
Pero por decreto de [los dioses] Ashur y Shamash, Bel y Nabu
Mi padre me ensalzó a mí, entre una asamblea de mis hermanos:
Le preguntó a Shamash, "¿Es este mi heredero?"
Y los dioses le contestaron, "Es tu segundo yo".
Y mis hermanos se enfadaron.
Desenvainaron sus espadas, impíamente, en mitad de Nínive.
Pero Ashur, Shamash, Bel, Nabu, Ishtar,
Todos los dioses observaron con ira los hechos de estos canallas,
Aportaron su fuerza a la debilidad y los postraron ante mí.
Aunque su inscripción cuenta la historia básica, no está completa. Parece ser que, una vez que Senaquerib hubo anunciado su elección, los hermanos dejaron claro su descontento y Zakutu mandó a Asarhaddón a esconderse. No se sabe exactamente adónde fue, pero fue en algún lugar de la región que anteriormente habían tenido los mitani. En torno a 689 a.C. Senaquerib había saqueado y destruido la ciudad de Babilonia, se había llevado la estatua del gran dios Marduk, y estas acciones le habían granjeado la desaprobación de la corte asiria, así como de las gentes del imperio. Babilonia y Asiria compartían muchos dioses, y una afrenta a Marduk de Babilonia era un sacrilegio intolerable.
En 681 a.C. Senaquerib fue asesinado por dos de sus hijos. Aunque sin duda su motivo podría haber sido matarlo para hacerse con el trono (y privar así a Asarhaddón de su herencia), habrían necesitado alguna justificación, y la destrucción de Babilonia habría servido bien ese propósito. No se saben los nombres de estos dos hijos más allá de las versiones bíblicas de II Reyes 19 e Isaías 37:38, donde los llaman Adramélec y Saréser. Tras el asesinato, los dos príncipes huyeron de Nínive y se refugiaron con el rey de Urartu, Rusas II.
En ese momento, Asarhaddón regresó de su exilio (probablemente convocado por su madre) y luchó contra las facciones de su hermano por el trono. Tras una guerra civil que duró seis semanas, salió victorioso, ejecutó a las familias y socios de su hermano, así como a todos los que se habían asociado a su causa, y ascendió al trono.
Reinado y restauración de Babilonia
Uno de sus primeros decretos fue la restauración de Babilonia. En su inscripción escribe:
Gran rey, poderoso monarca, señor de todos, rey de la tierra de Assur, gobernante de Babilonia, fiel pastor, amado de Marduk, señor de señores, amado de la consorte de Marduk Zurpanitum, humilde, obediente, rebosante de alabanzas a su fuerza y deslumbrado desde sus primeros días en la presencia de su grandeza divina [soy yo, Asarhaddón]. Cuando, durante el reinado de un rey anterior hubo malos augurios, la ciudad ofendió a sus dioses y fue destruida por sus órdenes. Me eligieron a mí, Asarhaddón, para devolverlo todo a su orden correcto, para calmar su ira y calmar su rabia. Tú, Marduk, me encomendaste la protección de la tierra de Assur a mí. Los dioses de Babilonia, mientras tanto, me ordenaron reconstruir los altares y renovar las celebraciones religiosas apropiadas del palacio, Esagila. Llamé a todos mis obreros y recluté a toda la gente de Babilonia. Los puse a trabajar, cavando el suelo y llevándose la tierra en cestos. (Kerrigan, 34)
Asarhaddón tuvo cuidado de distanciarse del reinado de su padre y, en especial, de la destrucción de Babilonia. A pesar de que se identifica como hijo de Senaquerib y nieto de Sargón II en otras inscripciones, para dejar claro que es el rey legítimo, en sus inscripciones sobre Babilonia sencillamente es el rey al que los dioses le han ordenado restaurar el orden. Senaquerib solo se menciona como "un rey anterior" de una época pasada. La propaganda funcionó, ya que no hay documentación alguna de que se lo asociara de manera alguna con la destrucción de la ciudad; solo con su reconstrucción. Sus inscripciones también afirman que participó personalmente en el proyecto de restauración. El historiador Michael Kerrigan comenta lo siguiente al respecto:
Asarhaddón creía dirigir desde el frente, en adoptar un papel central en lo que hoy en día llamaríamos la "colocación de la primera piedra" para el nuevo Esagila. Una vez demolido el templo dañado y despejado el emplazamiento, dice, "vertí las libaciones de los mejores aceites, mieles, ghee, vino tinto, vino blanco, para instilar respeto y miedo por el poder de Marduk en el pueblo. Yo mismo tomé la primera cesta de tierra, la alcé sobre mi cabeza y la transporté". (35)
Reconstruyó la ciudad entera, desde los templos hasta las casas de la gente y las calles y, para asegurarse de que todo el mundo recordaría a su benefactor, grabó su nombre en los ladrillos y las piedras. La erudita Susan Wise Bauer apunta:
Escribió sus propias alabanzas en las mismas piedras de las calles: muchos de los ladrillos que pavimentaban el camino hasta el gran complejo del templo de Esagila tenían estampado, "Para el dios Marduk, Asarhaddón, rey del mundo, rey de Asiria y Babilonia, construyó esta avenida procesional de Esagila y Babilonia resplandece con ladrillos cocidos en un horno ritualmente puro". (401)
Aunque las profecías relacionadas con la reconstrucción de Babilonia habían dicho que la ciudad no se restauraría en otros 70 años, Asarhaddón manipuló a los sacerdotes para que leyeran la profecía como once años. Hizo que leyeran el número cuneiforme de 70 boca abajo, de manera que significaba 11, que era exactamente el número de años que había planeado para la restauración. Como durante toda su vida tuvo un interés en la astrología y la profecía, a algunos estudiosos les ha resultado extraño que manipulara a los sacerdotes de esta manera, desacreditando así la integridad de los oráculos. No obstante, parece que tenía una visión muy clara de su reinado y, aunque creía en las señales de los dioses, no iba a permitir que esa creencia se interpusiera en su camino para lograr sus objetivos.
Campañas militares
Una vez restaurada Babilonia, Asarhaddón se propuso expandir y mejorar su imperio. Los cimerios, una tribu nómada del norte, estaban amenazando las fronteras occidentales, y el reino de Urartu, a quien había derrotado su abuelo en 714 a.C., había vuelto a alzarse en el norte. Los dos hermanos de Asarhaddón que habían matado a su padre estaban todavía bajo la protección del rey Rusas II quien, al igual que los demás reyes de Urartu antes que él, no tenía ningún amor por los asirios.
Para mantener a los cimerios a raya, Asarhaddón firmó un tratado con los escitas, otra tribu nómada afamada por su habilidad ecuestre en la batalla. Aunque sentía que necesitaba su ayuda, no confiaba en ellos como aliados. Asarhaddón consultó los oráculos en relación a Urartu, los cimerios y los escitas, y sus preguntas se han conservado en las tablillas de adivinación (oraciones o peticiones grabadas en tablillas que después se leían en el templo en presencia del dios). Dos de las tablillas dicen:
Shamash, gran señor, ¿vendrá Rusas, rey de Urartu, con sus ejércitos, y los cimerios (o cualquiera de sus aliados), y emprenderá la guerra matará, saqueará y robará?
Shamash, gran señor, ¿si entrego a una de mis hijas en matrimonio al rey de los escitas, me dirá palabras de buena fe, palabras verdaderas y honestas de paz? ¿Mantendrá el tratado y hará lo que a mí me parece bien?
Mientras Asarhaddón estaba consultando sus oráculos, los cimerios invadieron desde el oeste en 679 a.C. Para 676 a.C. se habían adentrado más en los territorios asirios mediante batallas y habían conquistado Frigia (en la actual Turquía), destruyendo ciudades y templos. Asarhaddón se enfrentó a los cimerios en la batalla en Cilicia y los derrotó. En sus inscripciones afirma que mató a su rey, Teushpa, con su propia espada.
Al mismo tiempo que los cimerios invadieron, la ciudad de Sidón en el Levante se rebeló contra el gobierno asirio y Asarhaddón bajó por la costa del Mediterráneo, derrotó al rey rebelde y lo ejecutó. Después se dio la vuelta y marchó contra los aliados de Urartu los mannai al noreste y para principios de 673 a.C. estaba en guerra con la propia Urartu. No se sabe qué pasó con sus hermanos, pero Urartu volvió a ser derrotada por el ejército asirio y, si sus hermanos todavía estaban vivos cuando Asarhaddón derrotó a Urartu, sin duda los ejecutó entonces.
Campañas egipcias y muerte
Tras asegurar las fronteras, Asarhaddón quiso expandirlas. Egipto había sido un problema para los asirios durante el reinado de su padre y todavía seguía alentando la disensión y las revueltas en el Imperio asirio. En 673 a.C. Asarhaddón lanzó su primera campaña militar contra Egipto y, pensando que podía tomar Egipto en un único empujón furioso, marchó con su ejército a gran velocidad. Resultó ser un error. Cuando se enfrentaron a las fuerzas egipcias bajo el faraón kushita Tirhakah a las afueras de Ascalón, los asirios estaban exhaustos y los egipcios los derrotaron fácilmente. Asarhaddón se retiró del campo de batalla y su ejército se arrastró de vuelta a Nínive.
El rey aprendió de su error y en 671 a.C. se tomó su tiempo y condujo un ejército mucho mayor poco a poco por el territorio asirio, llegando hasta las fronteras egipcias. Después ordenó el ataque. Las ciudades egipcias cayeron rápidamente frente a los asirios y Asarhaddón condujo a su ejército por el delta del Nilo, donde llegó a capturar la capital de Menfis. Aunque Tirhakah se escapó, Asarhaddón capturó a su hijo, su esposa, su familia y la mayor parte de la corte real y los envió, junto con gran parte de la población de Menfis, de vuelta a Asiria.
Después instaló a funcionarios leales a él en puestos clave del gobierno de su nuevo territorio y regresó a Nínive. Su victoria se conmemora en la famosa Estela de la victoria de 671 a.C. que hoy en día se encuentra en el Museo de Pérgamo de Berlín, Alemania. La estela representa a Asarhaddón en toda su majestad, sujetando una maza de guerra, con un rey arrodillado a sus pies y el hijo de Tirhakah, también arrodillado patéticamente, con una soga al cuello.
El hijo mayor y heredero de Asarhaddón, Sin-iddina-apla, había muerto en 672 a.C. y en ese momento el rey eligió sucesor a su segundo hijo, Asurbanipal. Obligó a los estados vasallos a jurarle lealtad por adelantado a Asurbanipal para evitar cualquier posible revuelta sobre la sucesión. En torno a esa misma época, la madre de Asarhaddón, Zakutu, emitió el Tratado de Lealtad de Naqi'a-Zakutu (en 670 o 668 a. C.) que obligaba a la corte asiria, y aquellos territorios bajo el gobierno asirio, a aceptar y apoyar el reinado de Asurbanipal. Para evitar la clase de conflicto que había vivido él con sus hermanos, Asarhaddón también cuidó de su hijo menor, Shamash-shum-ukin, al decretar que sería rey de Babilonia.
Parece que Asarhaddón no acababa de terminar de poner sus asuntos en orden cuando le llegaron noticias de una nueva rebelión en Egipto. Muchos de los funcionarios de confianza que se habían quedado al cargo de las ciudades y provincias habían simpatizado con la liberación egipcia y, sin duda, se estaban beneficiando abundantemente de sus puestos y se mostraban reacios a enviar sus tributos a Nínive. En 669 a.C. Asarhaddón volvió a movilizar a su ejército para bajar a Egipto. Nunca había disfrutado de una gran salud, y murió de causas naturales antes de llegar a las fronteras. Sería entonces tarea de Asurbanipal completar la obra de su padre y conquistar Egipto para el Imperio asirio.