El clero y el sacerdocio en el antiguo Egipto

Artículo

Joshua J. Mark
por , traducido por Rosa Baranda
publicado en 07 marzo 2017
Disponible en otros idiomas: Inglés, Árabe, Francés
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Los antiguos egipcios entendían que sus dioses habían prevalecido sobre las fuerzas del caos mediante la creación del mundo y esperaban que la humanidad cuidara de él. La gente de Mesopotamia tenía esa misma creencia, pero sentían que su labor era trabajar junto a los dioses, cada día, para mantener el caos a raya mediante los actos más simples, mientras que los egipcios creían que todo lo que tenían que hacer era reconocer cómo funcionaba el mundo, quién estaba encargado de gestionarlo, y comportarse acorde a ese conocimiento.

Este comportamiento estaba dirigido por un valor cultural central, el ma'at, que es la armonía y el equilibrio sustentado por una fuerza subyacente conocida como heka (magia). La heka, personificada como el dios Heka, había estado presente desde la creación del mundo, preexistente a los dioses, y permitía que estos dioses pudieran llevar a cabo sus obligaciones. Cuando el pueblo respetaba el ma'at ayudaba a mantener el orden establecido por los dioses mediante la heka, pero había una clase especial responsable de honrar y cuidar de los dioses a diario, el clero.

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Stela of Roy and Kashisha
Estela de Roy y Kashisha
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)

El clero del antiguo Egipto ni rezaba, ni evangelizaba, ni interpretaba las escrituras ni realizaba servicios semanales. Su única responsabilidad era cuidar del dios en el templo. En el clero había tanto hombres como mujeres, que realizaban las mismas funciones y recibían la misma paga. A menudo las mujeres eran sacerdotisas de deidades femeninas mientras que los hombres se encargaban de las deidades masculinas, pero no siempre era así, como se puede ver con el clero de la diosa Serket (Selket), que eran doctores y contaban tanto con mujeres como con hombres, y el del dios Amón. El puesto de la esposa del dios de Amón, que correspondía a una mujer, llegaría a ser tan poderoso como el del rey.

El rey era el que elegía a los sumos sacerdotes, ya que él era el que se consideraba el sumo sacerdote de Egipto, el mediador entre el pueblo y los dioses por lo que este puesto conllevaba autoridad política y religiosa. El clero ya se había establecido en el Periodo arcaico de Egipto (en torno a 3150-2613 a.C.) pero se desarrolló durante el Imperio antiguo (en torno a 2613-2181 a.C.) en la misma época en que se estaban construyendo los grandes complejos mortuorios de Guiza y Saqqara. A lo largo de la historia de Egipto, el clero serviría un papel vital a la hora de mantener las creencias religiosas y la tradición, mientras, al mismo tiempo, desafiaba constantemente la autoridad del rey al amasar riqueza y poder que en ocasiones rivalizaban con los de la corona.

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Tipos de sacerdotes

Los sacerdotes se conocían como hem-netjer y las sacerdotisas como hemet-netjer (siervos de dios). El clero se regía por una jerarquía, que iba desde el sumo sacerdote (hem-netjer-tepi, "primer siervo de dios") en la cima hasta los sacerdotes wab en la base. Los sacerdotes wab llevaban a cabo las tareas simples pero esenciales de cuidar del templo y realizar cualquier función que se les pidiera, como ayudar a preparar los festivales.

Entre estas dos posiciones había una amplia gama de sacerdotes que llevaban a cabo todo tipo de obligaciones al servicio de los dioses: cocineros, limpiadores, celadores, escribas... cualquiera que trabajara en el templo que tuviera alguna asociación con el dios era de alguna manera un sacerdote. Incluso los cantantes y músicos del culto tenían que haber recibido algún tipo de formación en el sacerdocio para realizar sus tareas, aunque probablemente no era el mismo tipo de iniciación y educación que tenían que cumplir los sacerdotes propiamente dichos.

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Head of the Egyptian Priest Iufenamun
Cabeza del sacerdote egipcio Iufenamun
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)

Los sacerdotes hour eran astrónomos que llevaban el calendario, establecían cuáles eran los días afortunados y aciagos e interpretaban los augurios y los sueños. También estaban los doctores, que también eran sacerdotes, el swnw (médico general) y el sau (médico hechicero) que combinaba medicina con magia. Las familias también pagaban a un sacerdote ka (también llamado siervo ka) para que realizara las ofrendas diarias en las tumbas de los fallecidos.

También estaban los sacerdotes sem, que supervisaban los ritos mortuorios y realizaban los servicios funerarios. Los sacerdotes sem eran los embalsamadores que momificaban a los cadáveres y recitaban los encantamientos mientras envolvían a la momia. Inspiraban un gran respeto porque eran los responsables de recitar adecuadamente los encantamientos que garantizarían la vida eterna de los difuntos. Una excepción interesantes eran los sacerdotes sem que realizaban la propia incisión en el cuerpo para sacar los órganos. Independientemente de cómo se lo tratara el resto del tiempo, tras este procedimiento había un ritual en el que lo insultaban y lo perseguían por la calle, probablemente para ahuyentar a los malos espíritus asociados con las heridas causadas en el cuerpo.

En el siguiente rango de la jerarquía después del sumo sacerdote estaba el sacerdote lector (hery-heb o cheriheb), que ponía por escrito los textos religiosos, enseñaba al resto del clero y recitaba la "recitación de autoridad", el heka, en el templo y en los festivales. Aunque hay pruebas de que las mujeres desempeñaban todos los puestos de la vida del templo, no hay ningún registro que indique la presencia de una sacerdotisa lectora. Esto puede deberse a que este puesto normalmente pasaba de padres a hijos.

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Excepto por el puesto de sumo sacerdote, la mayoría de los demás puestos eran a tiempo parcial. Los sacerdotes y sacerdotisas se organizaban en "vigilias", y servían en el templo un mes de cada cuatro. Cuando terminaba el mes, regresaban a sus trabajos normales en la comunidad, que normalmente eran en la burocracia a un nivel intermedio. Mientras estaban de servicio, vivían en el templo. Se esperaba que fueran ritualmente puros, que se bañaran varias veces al día y que pudieran realizar las tareas que se les encomendaban.

Obligaciones y rituales

Aunque no están claros los detalles, el clero tenía que superar algún tipo de iniciación antes de asumir su puesto. Se ha sugerido que la Confesión negativa, la lista de los pecados que se podía decir honestamente que no se habían cometido, en un principio era parte de esta iniciación ritual. Para la época del Imperio nuevo de Egipto (en torno a 1570-1069 a.C.), la Confesión negativa estaba totalmente asociada con el juicio de Osiris en la otra vida y estaba incluida en El Libro de los muertos, pero lo más probable es que se desarrollara antes como una afirmación de que la persona era digna de servir al dios.

Había tantas obligaciones y rituales como sacerdotes, pero el clero de mayor importancia participaba diariamente en dos rituales considerados de la mayor importancia: Encender el fuego y Retirar el Perno. En el ritual del fuego, los sacerdotes se reunían antes del alba en la habitación sagrada junto al santuario del dios para recrear la primera aparición del sol encendiendo un fuego en un brasero. Se creía que la barca del dios sol atravesaba el inframundo por la noche, donde lo amenazaba la serpiente Apofis. Los rituales a menudo se llevaban a cabo para ayudar al sol a tener un viaje seguro y derrotar a Apofis; encender el fuego por la mañana era uno de estos rituales.

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Book of the Dead Papyrus
Papiro del Libro de los muertos
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Tras el ritual de fuego venía la retirada del perno, que es cuando se abría la puerta al santuario donde residía la estatua del dios. Tan solo el sumo sacerdote podía entrar en el santuario porque creían que el dios o la diosa vivía en la estatua y estaba entrando en un espacio sagrado. Se consideraba que solo el sumo sacerdote era lo suficientemente sagrado como para compartir la presencia del dios, al menos hasta el Imperio Nuevo, cuando se elevó el puesto de esposa del dios de Amón en el reinado de Ahmosis I (en torno a 1570-1544 a.C.). La esposa del dios de Amón se convirtió en la homóloga femenina del sumo sacerdote y algunas de las esposas del dios habían sido sumas sacerdotisas anteriormente. El sacerdote bañaba y vestía a la estatua, y después los sacerdotes de cargos inferiores le proporcionaban la comida y la bebida, que se llevaba al dios y se dejaba en el santuario. Cuando consideraban que el dios había absorbido las ofrendas de manera sobrenatural, se sacaban de la habitación y se repartían entre los empleados del templo.

EN GENERAL, LA GENTE DE EGIPTO INTERACTUABA CON LOS DIOSES DE MANERA PRIVADA O DURANTE LOS ABUNDANTES FESTIVALES QUE HABÍA A LO LARGO DEL AÑO. LOS SACERDOTES SERVÍAN A LOS DIOSES, NO AL PUEBLO.

A lo largo del día, los sacerdotes, sacerdotisas, cantantes, músicos y demás realizaban muchos rituales en el templo y los alrededores. Otra característica importante de los templos era la institución conocida como Per-Ankh (La casa de la vida) que era en parte una biblioteca, en parte un scriptorium, un centro de conferencias y un instituto de estudios superiores. Aquí se escribían, copiaban, estudiaban y discutían los textos religiosos y médicos, y puede que fuera aquí también donde estudiaban los sacerdotes y doctores jóvenes. Además de las actividades en el Per-Ankh, también se realizaban rituales en honor a deidades menores asociadas con el dios principal del templo, para honrar a reyes y reinas fallecidos, a otras personalidades importantes y garantizar la fertilidad y la salud de la tierra.

Ninguno de estos rituales consistía en un servicio semanal en el que el pueblo acudiera a adorar al dios y oír hablar al sacerdote o sacerdotes. La gente entendía cómo funcionaba el mundo y qué se esperaba de ella sin necesidad de estos servicios ni de que ninguna autoridad eclesiástica se lo enseñara. Hay indicios de que la gente acudía al templo para cubrir sus necesidades médicas, financieras y emocionales, además de para pedir protección contra malos espíritus o fantasmas, y también está claro que llevaban ofrendas al templo a modo de agradecimiento por las plegarias contestadas. Sin embargo, la gente de Egipto en general interactuaba con los dioses de manera privada o durante los abundantes festivales que había a lo largo del año. Los sacerdotes servían a los dioses, no al pueblo.

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La evolución del sacerdocio

Sin embargo, con el tiempo los sacerdotes empezaron a servirse a sí mismos más que a unos u otros. De hecho, ya en el Imperio antiguo hay indicios de esta tendencia, tras el establecimiento de la gran necrópolis real de Guiza. En el Imperio antiguo, Guiza no era la meseta de arena solitaria y barrida por el viento que vemos hoy en día, sino que era una comunidad próspera de funcionarios, mercaderes, artesanos y sacerdotes. Estos sacerdotes eran los responsables de proporcionar las ofrendas diarias y llevar a cabo los rituales que permitían que los reyes continuaran su viaje en la otra vida.

Uno de los factores que contribuyeron al colapso del gobierno central a finales del Imperio antiguo fue que el rey había eximido al sacerdocio de pagar impuestos. Los sacerdotes no solo vivían de las ofrendas que se hacían a los dioses, sino que también podían beneficiarse de las tierras que tenían, cuyos frutos estaban fuera del alcance de la tesorería real. En ningún otro periodo de la historia egipcia queda igual de claro este paradigma. Se ha sugerido, y es totalmente probable, que las reformas religiosas de Akenatón (1353-1336 a.C.) en el Imperio Nuevo fueran más bien una maniobra política para minar el poder de los sacerdotes que un esfuerzo real de llevar a cabo una reforma religiosa.

Akhenaten Stele
Estela de Akenatón
wikipedia user: Maksim (Public Domain)

Para la época de Akenatón, el culto de Amón se había hecho tan poderoso y rico que rivalizaba con el rey. El puesto de esposa del dios de Amón, que ostentaban las mujeres de la realeza en el templo de Karnak en Tebas, había comenzado como un título honorario a mediados del Imperio medio de Egipto (2040-1782 a.C.). Pero para la época del Imperio nuevo era un puesto poderoso, y en el Tercer periodo intermedio (en torno a 1069 hasta en torno a 525 a.C.), la hija del rey Kashta (en torno a 750 a.C.), Amenirdis I, en la práctica gobernaba el Alto Egipto desde Tebas como Esposa del dios. Akenatón, que probablemente ni tenía las inclinaciones místicas ni era tan inútil en la política como se suele decir, reconoció el peligro que suponía que el culto de Amón si hiciera demasiado poderoso, e intentó evitarlo estableciendo el monoteísmo.

Sin embargo se esforzó en balde; no solo porque estaba luchando contra 2000 años de tradición religiosa, sino porque, a nivel puramente práctico, había demasiada gente que vivía del templo y de la adoración del dios. Tras su muerte, su hijo Tutankamón (en torno a 1336-1327 a.C.) abolió la religión de su padre y regresó a las costumbres anteriores, y Horemheb (1320-1292 a.C.) completó estas reformas, borrando el nombre de Akenatón de la historia escandalizado por su irreverencia.

Degeneración y desaparición

Gracias a esto, el clero pudo prosperar y se hizo especialmente poderoso en Tebas. Cada vez más a Amón se lo consideraba como el rey de los dioses, y se convirtió en la potencia política de Tebas a través de su gran templo de Karnak y la manipulación del clero de dicho templo.

Temple of Amun, Karnak
Templo de Amón, Karnak
Dennis Jarvis (CC BY-SA)

Según la erudita Marie Parsons, para la época del reinado de Ramsés III (1186-1155 a.C.), en el posterior Imperio Nuevo, los sacerdotes de los diferentes cultos tenían más poder y riqueza que el faraón; especialmente los sacerdotes de Amón. Parsons escribe que:

Durante el reinado de Ramsés III, el templo de Amón en Karnak contaba con 433 vergeles, 421.000 reses, 65 villas, 83 barcos y 46 talleres, además de cientos de acres de huertas y un total de mano de obra de 81.000 personas. El templo de Ra en Heliópolis poseía cientos de acres, 64 vergeles, 45.544 reses, 103 villas, 3 barcos y 5 talleres, con una mano de obra de 12.700 personas. Los supervisores de las propiedades y los graneros, los escribas y los soldados, todos ellos daban cuenta a los sumos sacerdotes del templo. (4)

Tal y como puede que temiera Akenatón, el poder de los sacerdotes comprometió el puesto del rey. En el Tercer periodo intermedio de Egipto, Amón era en la práctica el gobernante de Tebas y el Alto Egipto. En vez de tener al faraón interpretando la voluntad de los dioses para el pueblo y actuando como el sumo sacerdote supremo, los sacerdotes consultaban a los dioses directamente e interpretaban sus respuestas. Los casos criminales y civiles, los asuntos de política, los temas domésticos, las políticas de construcción... todo ello se decidía en Tebas, donde los sacerdotes interpretaban y ponían en práctica las decisiones de Amón. El egiptólogo Marc van de Mieroop escribe:

En la práctica, el dios tomaba las decisiones de estado. En Karnak había un festival de Audiencia Divina regular, en el que la estatua del dios se comunicaba mediante oráculos, asintiendo cuando estaba de acuerdo. Los oráculos divinos se habían vuelto importantes durante la Dinastía XVIII; en el Tercer periodo intermedio formaban la base de la práctica gubernamental. (266)

A lo largo del Tercer periodo intermedio y del período tardío del antiguo Egipto (525-332 a.C.), los sacerdotes siguieron manteniendo este nivel de poder, pero el sacerdocio empezó a degenerar cuando se empezaron a comprar y vender los diferentes puestos. La egiptóloga Margaret Bunson hace un comentario al respecto:

Con el tiempo, los sacerdotes verían la caída de sus propios santuarios y templos, y algunos de entre sus propias filas entrarían en política con ciertas ambiciones. Incluso el papel del clero se negociaría y desperdiciaría para sacar beneficio. (209)

Los sacerdotes mantuvieron su posición, con mayor o menor éxito, a lo largo del reinado de la dinastía ptolemaica (332-30 a.C.) e incluso durante el periodo romano, pero para la época del ascenso del cristianismo en el siglo IV d.C. habían perdido gran parte de su prestigio y poder, y en general habían traicionado sus posiciones a cambio de poder personal y bienes materiales. En parte fue debido a esta degeneración del sacerdocio que el cristianismo pudo conseguir tal influencia en Egipto y acabar sustituyendo la antigua fe con una nueva.

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Sobre el traductor

Rosa Baranda
Traductora de inglés y francés a español. Muy interesada en la historia, especialmente en la antigua Grecia y Egipto. Actualmente trabaja escribiendo subtítulos para clases en línea y traduciendo textos de historia y filosofía, entre otras cosas.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

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Estilo APA

Mark, J. J. (2017, marzo 07). El clero y el sacerdocio en el antiguo Egipto [Clergy, Priests & Priestesses in Ancient Egypt]. (R. Baranda, Traductor). World History Encyclopedia. Obtenido de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1026/el-clero-y-el-sacerdocio-en-el-antiguo-egipto/

Al estilo de Chicago

Mark, Joshua J.. "El clero y el sacerdocio en el antiguo Egipto." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. Última modificación marzo 07, 2017. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1026/el-clero-y-el-sacerdocio-en-el-antiguo-egipto/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "El clero y el sacerdocio en el antiguo Egipto." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 07 mar 2017. Web. 20 nov 2024.

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