Cosméticos, perfumes e higiene en el Antiguo Egipto

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Artículo

Joshua J. Mark
por , traducido por Emiliano S. Grill
Publicado el 04 mayo 2017
Disponible en otros idiomas: inglés, árabe, francés, italiano
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Para los antiguos egipcios la vida era una celebración. Por lo tanto, al igual que uno querría verse lo mejor posible en cualquier fiesta, la higiene personal era un valor cultural muy importante. Los egipcios se bañaban a diario, se afeitaban la cabeza para evitar los piojos u otros problemas, y utilizaban regularmente cosméticos, perfumes y mentas para el aliento. Tan importante era la apariencia personal que algunos hechizos del Libro de los Muertos estipulan que uno no puede recitarlos en el más allá si no está limpio y presentable, y está claro que esto se refiere a un sentido físico.

El hechizo 125 prohíbe recitarlo a menos que uno esté «limpio, vestido con ropas frescas, calzado con sandalias blancas, con los ojos pintados, ungido con el mejor aceite de mirra». Los dioses son representados habitualmente con los ojos maquillados, al igual que las almas en el más allá, y los cosméticos se encuentran entre los objetos más comunes depositados en las tumbas como ajuar funerario.

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Cosmetic Box of Kemeni
Caja cosmética de Kemeni
Ralph Daily (CC BY)

Los cosméticos no se utilizaban solamente para mejorar la apariencia personal, sino también para la salud: los ingredientes de estos ungüentos, aceites y cremas ayudaban a suavizar la piel, proteger de las quemaduras solares, proteger los ojos y mejorar la autoestima. Los cosméticos eran fabricados por profesionales que se tomaban su trabajo muy en serio, ya que su producto sería juzgado duramente si no era el mejor posible; tal juicio no solo supondría una pérdida de reputación en la comunidad, sino la posibilidad de una mala recepción por parte de los dioses en la otra vida. Para asegurarse de ofrecer lo mejor, los fabricantes del antiguo Egipto recurrían a los mejores ingredientes naturales y a los métodos de producción más fiables.

La ciencia que había detrás de los cosméticos, desodorantes, pastillas de menta y dentífricos egipcios era tan avanzada que, según el Oxford English Dictionary, la palabra inglesa chemistry («química») tiene sus antiguas raíces en la palabra Kemet, el antiguo nombre de Egipto en lengua egipcia (el nombre «Egipto» es un término griego). La palabra española «química» tendría también el mismo origen. En su artículo sobre La medicina en el antiguo Egipto, el Dr. Sameh M. Arab apoya esta etimología y explica cómo, a pesar de sus deficiencias, los médicos egipcios poseían los conocimientos más completos sobre medicamentos del mundo antiguo. Esta misma pericia es evidente en la fabricación egipcia de cosméticos, perfumes y otros aspectos de la higiene personal.

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Uso cotidiano de los cosméticos

Los cosméticos se utilizaron desde el periodo predinástico en Egipto (aproximadamente entre el 6000 a.C y el 3150 a.C.) hasta el Egipto romano (30 a.C. - 646 d.C.), a lo largo de toda la civilización egipcia. Hombres y mujeres de todas las clases sociales se aplicaban cosméticos, aunque, evidentemente, los mejores productos solo podían permitírselos los ricos. Estos cosméticos se fabricaban profesionalmente y se vendían en el mercado, pero parece que algunos de menor calidad podían elaborarse en el hogar.

En todos los hogares, independientemente de su clase social, había una palangana y una jarra para lavarse las manos y asearse.

Uno de los rituales matutinos, tras levantarse de la cama, era bañarse. En todos los hogares, independientemente de la clase social, había una especie de palangana y una jarra para lavarse las manos y asearse. También había lavapiés hechos de piedra, loza, cerámica o madera. Se fabricaron en serie durante el Primer Periodo Intermedio de Egipto (2181-2040 a.C.) en forma de baños para uno o dos pies.

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Se lavaban las manos, la cara y los pies antes y después de las comidas, antes de acostarse y al levantarse por la mañana. Los sacerdotes debían bañarse con más regularidad, pero el egipcio medio se duchaba y bañaba a diario. Por la mañana, después de lavarse, se aplicaban una crema en el cuerpo (el equivalente antiguo de la crema solar) y luego se maquillaban la cara con un derivado del ocre, a veces mezclado con sándalo. La egiptóloga Helen Strudwick escribe

En el antiguo Egipto, la atención se centraba en los ojos, que se delineaban con pintura verde o negra para resaltar su tamaño y forma. Los pigmentos molidos de malaquita verde, mezclados con agua para formar una pasta, se utilizaron hasta mediados del Imperio Antiguo, pero luego fueron sustituidos por el kohl negro, producido a partir del mineral galena, procedente de las regiones montañosas del Sinaí. El kohl tenía, además, valor terapéutico: protegía los ojos de las infecciones causadas por la luz solar, el polvo o las moscas. (380)

El kohl se creaba moliendo los elementos naturales de la galena, la malaquita y otros ingredientes hasta convertirlos en polvo y luego mezclándolos con aceite o grasa hasta obtener una crema. Esta crema se almacenaba después en vasijas de piedra o loza que se guardaban en un estuche de madera, marfil, plata u otro metal precioso. Algunos de los objetos más elaborados hallados en tumbas y ruinas de casas y palacios son estos estuches de kohl, obras de arte talladas con gran minuciosidad. El kohl era bastante caro y solo estaba al alcance de las clases altas, pero parece que la clase campesina tenía su propia variante, más barata, del cosmético. No está claro cómo se fabricaba ni con qué sustancias.

También se utilizaban cremas, aceites y ungüentos para conservar un aspecto joven y prevenir las arrugas. Se aplicaban con la mano, con pinceles y, en el caso del kohl, con un bastoncillo. Estos aplicadores, junto con las cucharas cosméticas, se encuentran con frecuencia como ajuar funerario. La miel se aplicaba sobre la piel para ayudar a cicatrizar y desvanecer las cicatrices, y para hacer estas aplicaciones se utilizaban flores de loto machacadas y el aceite de varias plantas (como el papiro). Además de proteger la piel del sol, estos cosméticos parecían ahuyentar a las moscas y otros insectos.

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Cosmetic Spoon
Cuchara cosmética
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)

Los ricos guardaban los ungüentos en tarros ornamentados, a menudo con diseños tan complejos como los de los estuches de kohl. Un diseño especialmente popular era un tarro con la forma de Bes, el dios de la fertilidad, la maternidad, los niños y la alegría. Los ungüentos se frotaban por todo el cuerpo y las mezclas de olores especialmente dulces y potentes se aplicaban bajo los brazos y alrededor de las piernas.

Como la mayoría de los egipcios iban descalzos, también se frotaban un ungüento en los pies, sobre todo en las plantas, que actuaba como repelente de insectos y protector solar. Para el rey y la clase alta se empleaban manicuristas que se ocupaban de las uñas de las manos y los pies, lo que se hacía con un pequeño cuchillo y una lima. El manicurista del rey era un cargo prestigioso, y estos hombres siempre incluían su título de trabajo de forma destacada en sus tumbas.

No se tiene constancia de cómo se hacían la manicura y la pedicura los campesinos, pero lo más probable es que siguieran el mismo procedimiento, aunque con utensilios o sirvientes menos sofisticados. La vida general de la clase campesina está bastante bien documentada, pero no los detalles concretos. Los campesinos y sus familias también se aplicaban cremas, ungüentos y algún tipo de desodorante, pero no podían permitirse la mayoría de los perfumes.

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Perfumes y desodorantes

El perfume más popular y conocido era el kyfi. Se elaboraba con incienso, mirra, lentisco, resina de pino, canela, cardamomo, azafrán, enebro, menta y otras hierbas y especias. El aroma se describe como completamente elevador, y se dice que los que podían permitírselo eran envidiados por los que no podían. Strudwick señala que «a los egipcios les encantaban los perfumes dulces y especiados que llenaban el aire con su aroma embriagador y duradero», y el kyfi era el más caro y codiciado de ellos (378).

Los ingredientes del kyfi procedían en gran parte de la tierra de Punt, por lo que eran raros en Egipto. Solo se mencionan unas pocas expediciones a Punt en la historia egipcia, aparte del famoso viaje encargado por la reina Hatshepsut (1479-1458 a.C.). Se desconoce si los egipcios fueron capaces de reproducir estos ingredientes por sí mismos, pero parece poco probable. El kyfi era tan raro y caro que se utilizaba principalmente en los templos como incienso quemado para los dioses.

Los perfumes menos caros y más comunes se elaboraban con flores, raíces, hierbas y otros elementos naturales, que se molían hasta formar una pasta y luego se combinaban con grasa o aceite para obtener una crema o se convertían en un cono de incienso. Las pinturas y las inscripciones representan a menudo a hombres y mujeres del antiguo Egipto con estos conos en la cabeza en fiestas y festivales, pero existen muchas dudas sobre si se paseaban con incienso encendido pegado a la peluca.

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Egyptian Perfume Bottle
Botella de perfume egipcio
Tim Evanson (CC BY-SA)

No se han encontrado restos de incienso o grasa en ninguna de las pelucas que se conservan del antiguo Egipto, y parece improbable que intentaran mantener el equilibrio con un cono de incienso en fiestas en las que era habitual beber en exceso. Lo más probable es que las representaciones de las personas con los conos en la cabeza simbolicen los buenos momentos que se pasaban en tales eventos o, tal vez, que en el evento había habido incienso de olor dulce. Sin embargo, también existe la posibilidad de que los egipcios llevaran estos conos de incienso en la cabeza en las reuniones.

Los desodorantes se elaboraban del mismo modo que los perfumes y a menudo se trataba de la misma receta aplicada de la misma manera. Sin embargo, varias recetas de desodorantes eran para productos con menos olor que un perfume. Una de ellas consistía en mezclar huevo de avestruz, nueces, tamarisco y caparazón de tortuga triturado con grasa, formar una crema y aplicarla en brazos, torso y piernas para obtener un desodorante sin aroma. Una receta y prescripción del texto médico conocido como Papiro Hearst recomienda mezclar lechuga, mirra, incienso y otra planta (cuyo nombre se desconoce) y frotar la pasta sobre el cuerpo para evitar el olor de la transpiración. También se utilizaban jugos de frutas, mezclados con incienso u otras especias como la canela.

Pelucas, pasta de dientes y pastillas de menta

Antes de salir de casa, uno se ponía la peluca y se limpiaba los dientes. Las pelucas, como se ha dicho, se usaban para evitar los piojos, pero también eran más cómodas en el clima árido y facilitaban la higiene personal. Las pelucas se fabricaban con pelo humano hasta el Segundo Periodo Intermedio de Egipto (aproximadamente entre 1782 a.C y 1570 a.C.), cuando los hicsos introdujeron los caballos en Egipto. Posteriormente, se utilizó pelo de caballo en la fabricación de pelucas, además de pelo humano.

Se hacían pelucas de diferentes estilos para llevarlas en distintas ocasiones: se entendía que una persona podía querer llevar el pelo de forma diferente para una reunión familiar que para un evento más elegante o un festival, y las pelucas se diseñaban de forma diferente para satisfacer esta necesidad. Como en todos los demás ámbitos de la vida egipcia, los ricos podían permitirse las mejores pelucas, a veces trenzadas con joyas o piedras preciosas y perfumadas. Los más pobres de las clases bajas llevaban pelucas tejidas con plantas de papiro o se afeitaban la cabeza y se limitaban a cubrírsela.

Egyptian Tomb Relief
Relieve de tumba egipcia
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Para limpiarse los dientes se utilizaba el cepillo y la pasta de dientes, inventos egipcios. La pasta de dientes se inventó antes que el cepillo de dientes, y las pruebas de su uso se remontan al Periodo Predinástico. Se desconocen los ingredientes de las primeras pastas, pero una receta posterior incluye una mezcla de menta, sal de roca, pimienta y flor de lirio seca. Esta mezcla se molía y se aplicaba a los dientes; la saliva la convertía en una pasta. Al principio, el cepillo de dientes era un palo con un extremo deshilachado en forma de abanico. Con el tiempo, se convirtió en un palo dentado con finas tiras de plantas cortadas (probablemente papiro) fuertemente unidas a la muesca a modo de cerdas.

A lo largo del día, para mantener el aliento fresco, se chupaban pastillas de menta. Se fabricaban tanto comercialmente como en casa mezclando incienso, canela, melón, semillas de pino y nueces, moliéndolos hasta convertirlos en polvo y añadiéndoles miel. La miel servía como ingrediente aglutinante que, una vez mezclado con el resto, se calentaba al fuego, se dejaba enfriar un poco y luego se formaban pequeños caramelos. Es probable que algunos de los tarros y cuencos encontrados en las casas fueran dulceras que contenían estos caramelos de menta.

Al volver a casa por la noche, uno se quitaba la peluca y se bañaba para desmaquillarse antes de la cena. De la mañana a la noche, los cosméticos y la higiene personal formaban parte de los rituales diarios de todo egipcio. Dado que uno de los principales objetivos de la vida era hacer que la existencia personal fuera digna de la eternidad, el cuidado del aspecto físico y la salud eran prioritarios.

Puede que los egipcios tuvieran la visión más ideal de la otra vida, pero no hay constancia de que ninguno de ellos tuviera especial prisa por llegar a ella. Aun así, la cultura egipcia entendía la vida como un viaje eterno. La aplicación de cosméticos, así como el uso de otros medios para mantener la salud y la apariencia, era necesaria no solo para pasar un tiempo más agradable en la tierra, sino para la forma eterna del alma en la siguiente fase de la existencia.

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Sobre el traductor

Emiliano S. Grill
Nacido y criado en Uruguay, Emiliano es un traductor, subtitulador y aficionado a la historia. Le apasionan los idiomas, la lectura y la escritura.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2017, mayo 04). Cosméticos, perfumes e higiene en el Antiguo Egipto [Cosmetics, Perfume, & Hygiene in Ancient Egypt]. (E. S. Grill, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1061/cosmeticos-perfumes-e-higiene-en-el-antiguo-egipto/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Cosméticos, perfumes e higiene en el Antiguo Egipto." Traducido por Emiliano S. Grill. World History Encyclopedia. Última modificación mayo 04, 2017. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1061/cosmeticos-perfumes-e-higiene-en-el-antiguo-egipto/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Cosméticos, perfumes e higiene en el Antiguo Egipto." Traducido por Emiliano S. Grill. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 04 may 2017. Web. 07 sep 2024.

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