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La guerra romano-parta de 58-63 d.C. se desencadenó cuando el gobernante del Imperio parto impuso a su propio hermano como nuevo rey de Armenia, considerada por Roma como un estado barrera, casi neutral, entre los dos imperios. Cuando Partia dio un paso más y declaró a Armenia estado vasallo en el año 58 d.C., estalló una guerra total. La guerra intermitente, en la que se destacó el comandante romano Corbulón, no se resolvería hasta el año 63 d.C. con el Tratado de Rhandeia, que compartía la responsabilidad de gobernar Armenia entre las dos potencias.
El trono armenio
Tiridates I de Armenia (que reinó en torno a 63 a 75 u 88 d.C.) era hermano del rey parto Vologases I (también conocido como Vagharsh, que reinó en torno a 51 - hasta 80 d.C., fechas en disputa) que invadió Armenia en 52 d.C. con el propósito específico de establecer a Tiridates en el trono. Sin embargo, el Imperio romano no se contentó con permitir pasivamente que Partia entrara en lo que consideraban una zona de amortiguamiento entre las dos grandes potencias. Tampoco estaba dispuesto a aceptar la consiguiente merma en el orgullo y prestigio romanos. Además, llegó a Roma una embajada que representaba a la facción proromana en Armenia y pidieron ayuda directa. En consecuencia, el emperador romanoNerón (54-68 d.C.) envió un ejército en el año 54 d.C. para al menos restaurar el status quo. El comandante encargado de la tarea fue Cneo Domicio Corbulón, el mejor general de Roma en ese momento.
Corbulón, un hombre de imponente estatura, se había ganado su reputación luchando en Alemania para restaurar la influencia romana en la región. El historiador moderno M. Lovano ofrece el siguiente resumen de la descripción de Corbulón del historiador romano Tácito (c. 56 - c. 120 d.C.):
Su mayor héroe en los Anales es definitivamente Corbulón, vencedor de la amenaza parta. Corbulón es capaz de una gran resistencia física, es tan trabajador como espera que sean sus hombres, alentador y solícito de su bienestar, pero también duro en la disciplina, y cauteloso y muy minucioso en la preparación y ejecución de la batalla. (en Campbell, 87)
Corbulón fue nombrado gobernador de Capadocia y Galacia, y se le asignó la tarea de asegurar tanto Siria como el pequeño reino al sur de Armenia, Sofene, para reforzar la presencia de Roma en la región y recordarle a Partia a quién se enfrentaban. El general, famoso por su estricta disciplina, también reorganizó el ejército romano en el este; claramente, se estaba preparando para una campaña importante. Las precauciones tomadas antes de una batalla abierta con Partia bien pudieron deberse a que la última vez que ambos bandos lucharon, en la batalla de Carras en el año 53 a.C., los romanos sufrieron una derrota desastrosa y su comandante Marco Licinio Craso había perdido la cabeza, así como su ejército.
Los romanos, por tanto, estaban muy familiarizados con la estrategia parta de evitar el combate cuerpo a cuerpo y confiar en su habilidad como jinetes capaces de disparar sus arcos incluso detrás de ellos mientras estaban en movimiento: el famoso "disparo parto". La fuerza del ejército romano fue una batalla total de grandes escenarios donde la disciplina y el trabajo en equipo hicieron de las maniobras de las legiones un arma formidable en sí misma. Los partos, sin embargo, favorecían un enfoque más móvil de la guerra con el uso de retiradas fingidas para distraer a su enemigo y llevarlo a una persecución desordenada. Como resultado, la campaña por el control de Armenia nunca iba a ser corta.
CUANDO PARTIA DECLARÓ A ARMENIA ESTADO VASALLO EN EL 58 D.C., CORBULÓN SE MOVIÓ HACIA EL NORTE Y ATACÓ A LA PROPIA ARMENIA.
Cuando Partia declaró a Armenia un estado vasallo en el año 58 d.C., Corbulón avanzó hacia el norte y atacó a la propia Armenia. Si el general romano no podía inmovilizar al enemigo en el campo de batalla, al menos podía atacar objetivos estacionarios como ciudades y fortalezas. Cuando los romanos llegaron al reino de Tiridates, Vologases se había visto obligado a retirarse para hacer frente a los problemas internos en Partia, pero Tiridates permaneció en la capital armenia de Artaxata (Artashat). En realidad, Tiridates contaba con el apoyo de la mayoría del pueblo armenio, que simpatizaba más con Partia que con Roma por razones históricas y culturales.
Corbulón volvió a demostrar ser un comandante de campo muy capaz y, con el apoyo logístico de los barcos romanos en Trebisonda y otros puertos del mar Negro, tomó y destruyó Artaxata. La estrategia de Corbulón era claramente causar el mayor terror posible en el pueblo armenio y así disuadirlo de ayudar a Partia o resistir a la fuerza romana. De hecho, tal era la reputación de Corbulón por tomar y destruir fuertes y asentamientos que los habitantes de Artaxata abrieron las puertas de la ciudad y se rindieron sin luchar. También vale la pena señalar que el comandante primero dejó que los no combatientes huyeran de la ciudad antes de incendiarla, una decisión basada en la creencia de que no tenía fuerza suficiente para mantener la ciudad y continuar la campaña al mismo tiempo.
Tigranocerta, la segunda ciudad fortaleza más importante, pronto cayó en manos de los romanos en circunstancias similares:
Poco después, los enviados de Corbulón que había enviado a Tigranocerta informaron que las murallas de la ciudad estaban abiertas y los habitantes aguardaban órdenes. También le entregaron un obsequio que denotaba amistad, una corona de oro, que él reconoció en lenguaje elogioso. No se hizo nada para humillar a la ciudad, para que, al permanecer ilesa, pudiera seguir rindiendo una obediencia más alegre. (Tácito, Anales, Libro 14:24)
Con estos éxitos y otros, hacia el año 60 d.C., Corbulón podía pretender gobernar todo el reino de Armenia y Tiridates se vio obligado a huir de regreso con su hermano en Partia. En el mismo año, Tigranes V (r. c. 60-61 d.C.), que tenía impresionantes conexiones reales siendo nieto de Herodes el Grande, fue colocado en el trono como monarca pro-romano. Mientras tanto, Corbulón fue nombrado gobernador de Siria, pero el trabajo aún no estaba terminado.
El papel de Tigranes V llegó a un final abrupto cuando los partos enviaron un ejército para sitiarlo en Tigranocerta. En el año 62 d.C., en Rhandeia, un ejército conjunto Armenio-Parto con su famosa caballería con cota de malla y arqueros a caballo obtuvo una victoria contra un ejército romano que, tal vez de manera significativa, ya no estaba comandado por Corbulón sino por el menos consumado Cesenio Peto. Peto, que defendió inadecuadamente su campamento militar de invierno y se vio tentado regularmente a realizar incursiones que sobrecargaban sus líneas de suministro, capituló ante los partos en términos vergonzosos y Nerón lo despidió.
En el año 63 d.C., Corbulón, ahora responsable de toda Capadocia-Galacia y Siria, recibió el maius imperium o mando supremo en la guerra. Debía regresar a Armenia para rescatar y restaurar los estandartes de las legiones bajo el mando de Peto y las ambiciones romanas en general en la región:
Corbulón, completamente valiente, dejó la mitad de su ejército en Siria para conservar los fuertes construidos en el Éufrates, y tomando la ruta más cercana, que tampoco carecía de suministros, marchó a través del país de Comagene, luego a través de Capadocia y de allí a Armenia. Además de los demás acompañamientos habituales de la guerra, su ejército iba seguido de un gran número de camellos cargados de semillas, para protegerse tanto del hambre como del enemigo. (Ibídem, Libro 15:12)
Una vez logrado su objetivo, las asediadas tropas de Peto fueron enviadas de regreso a Siria para recuperarse mientras Corbulón se preparaba para una ofensiva final en Armenia. El comandante,
... condujo desde allí a Armenia las legiones Tercera y Sexta, tropas con total eficiencia y entrenadas mediante servicios frecuentes y exitosos. Y añadió a su ejército la Quinta legión, que, estando acuartelada en el Ponto, no había conocido ningún desastre, con hombres de la Decimoquinta, recientemente reclutados y veteranos escogidos de Iliria y Egipto, y toda la caballería e infantería aliada, y los auxiliares de los príncipes tributarios, que se habían concentrado en Melitene, donde se preparaba para cruzar el Éufrates. (Ibídem, Libro 15:26)
La amenaza de Corbulón una vez más en el campo fue suficiente para que los partos se retiraran y se redactó el Tratado de Rhandeia (que lleva el nombre del sitio en Armenia occidental). Ahora se acordó que Partia tenía el derecho de nombrar reyes armenios, Roma el derecho de coronarlos y que ambas potencias gobernarían Armenia por igual con el rey como su representante. De este modo, Nerón recibió el privilegio de coronar a Tiridates en Roma en un fastuoso espectáculo que contribuyó en gran medida a mostrar el poder y el alcance global del Imperio romano.
En el año 66 d.C., Tiridates viajó a la gran ciudad de Roma para recibir su corona de manos de Nerón en uno de los espectáculos públicos más extravagantes que la Ciudad Eterna jamás haya presenciado. Corbulón, en cambio, era sospechoso de traición (o más precisamente, su yerno) y fue invitado a suicidarse en octubre del mismo año. Fue un extraño giro del destino que el vencedor y el perdedor en el campo de batalla vieran un cambio tan completo en su suerte. Antes de morir, Corbulón escribió un relato del conflicto, sus commentarii, que formaron la base para escritores posteriores como Tácito. El prestigio de Corbulón en el ejército nunca flaqueó a pesar de su caída política, lo que quizás explica la motivación del emperador Vespasiano (r. 69-79 d.C.) para concertar un matrimonio entre su hijo Domiciano (r. 81-96 d.C.) y la hija de Corbulón, Domicia Longina.
Las guerras contra Partia habían sido costosas para los romanos, como lo indica la reducción del porcentaje de oro y plata en las monedas romanas de la época. La rivalidad y las disputas entre Partia y Roma tampoco desaparecieron, y los dos imperios continuaron enfrentándose hasta principios del siglo III d.C.
Magíster en Historia Militar con más de 20 años de servicio militar, actualmente realizando trabajos de investigación sobre desarrollo tecnológico en buques y memoria histórica con veteranos.
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.
Cartwright, Mark. "Guerra romano-parta 58-63 d.C.."
Traducido por Rodrigo Pedraza. World History Encyclopedia. Última modificación marzo 06, 2018.
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Cartwright, Mark. "Guerra romano-parta 58-63 d.C.."
Traducido por Rodrigo Pedraza. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 06 mar 2018. Web. 21 dic 2024.
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Escrito por Mark Cartwright, publicado el 06 marzo 2018. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.