En 2017, la arqueóloga Charlotte Hedenstierna-Jonson, de la Universidad de Uppsala, publicó un estudio acerca de una tumba vikinga descubierta en Suecia, en la ciudad de Birka en el siglo XIX, que ella junto con su equipo volvieron a visitar. Afirmó que lo que se creía que era una tumba de un guerrero vikingo era de una mujer, lo cual se confirmó con pruebas de ADN, y que esto demostraba que las guerreras vikingas sí existieron durante la era vikinga (ca. 790-1100). Sin embargo, las afirmaciones de Hedenstierna-Jonson se desmoronaron rápidamente cuando la profesora Judith Jesch, una experta no solo en los vikingos sino también en las mujeres en la era vikinga, desafió esta teoría, y señaló múltiples problemas con los procedimientos involucrados y las conclusiones a las que llegó el equipo.
La mayoría de los estudiosos, al igual que Jesch, opinan que no hubo guerreras vikingas, ya que esto habría sido la antítesis del espíritu vikingo. Aunque las mujeres compartían los mismos derechos que los hombres (podían poseer tierras, iniciar el divorcio, servir como clérigos y administrar sus propios negocios), su ámbito era principalmente doméstico. Las mujeres se ocupaban del hogar, de los parientes ancianos y de los niños, y era poco probable que escaparan de estas responsabilidades para unirse a los hombres en la batalla. La literatura y la mitología nórdicas, sin embargo, describen a varias mujeres legendarias que hacían precisamente eso.
Estas mujeres se describen en las sagas islandesas de los siglos XII y XIII en la obra de Snorri Sturluson (1179-1241) un mitógrafo islandés que escribió y preservó obras nórdicas anteriores que habían sido transmitidas oralmente, o en las obras históricas y semihistóricas de otros escritores como el danés Saxo Grammaticus (ca. 1160 - ca. 1220). Todos estos relatos, por supuesto, posteriores a la era vikinga y a las sagas en especial, se consideran poco confiables ya que a menudo relatan eventos mágicos o místicos que no pueden corroborarse. Aun así, reflejan una admiración nórdica por la mujer fuerte que se encarga de conseguir lo que quiere e ir a donde le plazca.
Doncellas escuderas, valquirias y heroínas
El tipo más famoso de mujer guerrera mortal conocida de las leyendas es la doncella escudera, situada en el reino espiritual del más allá por las valquirias. La supuesta doncella escudera era una mujer que tomó las armas y la armadura y luchó en la batalla junto a los hombres. El relato más conocido de esto proviene de Saxo Grammaticus en su descripción de la Batalla de Bråvalla (o Brávellir) (ca. 750, aunque se ha cuestionado su historicidad) en la Gesta Danorum (Historia danesa) al principio del siglo XIII, donde afirma que lucharon 300 doncellas escuderas para los daneses. Las valquirias, por supuesto, eran las mujeres guerreras sobrenaturales que elegían a los más heroicos entre aquellos caídos en batalla y los conducían al salón del Valhalla de Odín.
Este concepto de una mujer guerrera fuerte se resume en la leyenda sueca Blendasägnen, que habla de la heroína Blenda de Småland, Suecia (ca. 500 o ca. 750) que salva a su país junto con su ejército de mujeres de la invasión danesa, al invitar a los guerreros daneses a un festín y emborracharlos y matarlos mientras dormían. Esta historia aparece impresa por primera vez en el siglo XVII, aunque se cree que es mucho más antigua. No hay forma de verificar su historicidad, pero en lo que se refiere a la imagen de la mujer guerrera, no hay necesidad de hacerlo. Si Blenda realmente derrotó a los daneses no es tan importante como el hecho de que existe la leyenda, y ha sido bastante popular que se ha repetido oralmente. Sin duda la leyenda es tan antigua que la cultura nórdica admiraba a las mujeres lo suficiente como para ponerlas al mismo nivel que los grandes héroes.
Este mismo paradigma se puede ver en las sagas islandesas y los mitos de los nórdicos, y se ejemplifica en diez figuras femeninas nórdicas:
- Skadi – diosa de la caza y el esquí.
- Freyja – diosa de la fertilidad, el amor y la suerte.
- Brunilda – la valquiria que se vuelve mortal y se venga.
- Lagertha – la victoriosa doncella escudera.
- Hervor – portadora de la espada mágica Tyrfing.
- Freydis Eiríksdóttir – exploradora y defensora de su grupo.
- Gudrid Thorbjarnardóttir – exploradora en América del Norte (Vinland).
- Sigrid la Orgullosa – gobernó sola, mató a sus pretendientes.
- Unn la Sabia – se asentó en Islandia y comandó su propia flota.
- Olga de Kiev – regente de del Rus de Kiev, vengó la muerte de su marido.
Skadi
Skadi es la hija del gigante Thjazi que fue asesinado por el dios Thor de Asgard. Como su padre no tenía hijos varones para vengarlo, Skadi “tomó su coraza, escudo y yelmo y fue hacia Asgard para vengar a su padre” (Lindow, 268). Se presentó en las puertas de Asgard completamente armada, y se tranquilizó con la oferta de los asgardianos de elegir a su esposo entre ellos, pero debía hacerlo solo mirando sus pies. Eligió a uno que creía que era el apuesto Balder, pero resultó ser Njord, dios del mar.
Skadi disfrutaba de las montañas donde cazaba y esquiaba, mientras que a Njord le gustaba su cueva oscura y húmeda junto al agua. La pareja acordó pasar nueve días en la residencia de cada uno, pero Skadi no pudo soportarlo y lo dejó por su casa en la montaña. Posiblemente sea la madre de dos de los dioses nórdicos más importantes, Freyr y Freyja, pero no se menciona que haya tenido alguna participación en su educación. Después de separarse de Njord, continúa con sus propios intereses, incluido tener una serie de aventuras con Odín.
Freyja
Freyja es una de las diosas más populares del panteón nórdico, era diosa de la fertilidad, de la suerte, del amor, de la lujuria, del más allá y de la protección. Cabalga por los cielos en su carruaje tirado por gatos y da libremente todo lo que tiene a la humanidad. Como diosa de la fertilidad, los vikingos la invocaban para obtener buenas cosechas, pero también para tener hijos fuertes y matrimonios estables, ya que pensaban que les daría su aprobación.
Su asociación con la guerra y las batallas tiene que ver con su reino en el más allá. Freyja preside Fólkvangr ("Campo del Pueblo") y se dice que recoge la mitad de los caídos en el campo de batalla para ella; la otra mitad las reúne Odín para Valhalla. Fólkvangr rara vez se menciona en la literatura nórdica, pero por la poca que existe, parece que Freyja también puede observar cómo los guerreros se involucran en un combate continuo, y cuando menos, hay una parte del Fólkvangr reservada para estos concursos.
Brunilda
Brunilda (también conocida como Brynhildr, Brunhild, Brunhilde o Brunhilda) es una valquiria que después de apoyar al héroe incorrecto en una contienda vigilada por Odín, se vuelve mortal y es encarcelada en un castillo detrás de una pared de escudos, dormida dentro de un anillo de fuego. El héroe Sigfrido la rescata y le da un anillo, y le promete casarse con ella, pero primero debe ir a la corte del rey Gjuki. La esposa de Gjuki es una hechicera, quiere que Sigfrido se case con su hija Gudrun y le da a Sigfrido una poción que le hace olvidar a Brunilda.
La hechicera también orquesta el rescate de Brunilda para que su hijo Gunnar se case con ella, pero Gunnar no puede cruzar el anillo de fuego. Sigfrido se transforma en Gunnar y rescata a Brunilda, se casa con Gunnar, creyendo que él fue quien la rescató. En una discusión con Gudrun, Brunilda se da cuenta que Sigfrido fue quien la rescató, pero luego la abandonó, y Brunilda jura vengarse de todos ellos. Mata al hijo pequeño de Sigfrido y luego hace que maten a Sigfrido mientras dormía. Cuando se enciende su pira funeraria, ella salta al fuego y muere con él. Mientras viaja con él al más allá en Hel, se encuentra con un gigante que la reprende por su comportamiento, pero Brunilda no se arrepiente y dice que ella y Sigfrido ahora vivirán sus vidas juntos como estaba previsto. Según las sagas, de alguna manera tuvieron una hija en medio de todo este drama: Aslaug, una de las esposas de Ragnar Lothbrok.
Lagertha
Lagertha (también conocida como Ladgerda) solo se conoce por el Capítulo IX de Gesta Danorum (Historia de los daneses) de Saxo Grammaticus. El legendario héroe Ragnar Lothbrok llegó a Noruega para vengar la muerte de su abuelo Siward y la humillación de sus esposas y parientes a manos de Frø, el rey de Suecia. Lo recibieron varias mujeres vestidas de hombres que se ofrecieron como voluntarias para ayudarlo, tal como lo escribió Saxo:
...entre ellas estaba Lagertha, una habilidosa guerrera que, aunque era una doncella, tenía el valor de un hombre y luchó al frente junto con los más valientes, con el cabello suelto sobre los hombros. Todos se maravillaron de sus inigualables hazañas, porque los mechones que le caían por la espalda delataban que era una mujer. (IX).
Ragnar estaba tan impresionado con ella (que incluso le atribuye la victoria) y decide convertirla en su esposa, pero Lagertha coloca un oso y un perro afuera de su casa para protegerse de él. Ragnar mata a ambos animales, se casa con ella y tienen dos hijas, pero más tarde, cuando recuerda cómo ella había tratado de hacer que el oso y el perro lo atacaran, se divorcia y se casa con otra mujer, Thora. No se sabe nada más de Lagertha.
Hervor
Hervor es la heroína de la saga Hervarar (Hervarar saga ok Heiðreks) del siglo XIII y también es el nombre de su nieta, la hija de su hijo Heidrek. El padre de Hervor, Angantyr, tenía una espada mágica llamada Tyrfing, pero murió en un duelo y la espada fue enterrada con él. Hervor viaja con su tripulación a la isla de Samsø en la región de Kattegat donde está enterrado Angantyr y convoca a su espíritu, exigiendo la espada. El fantasma de su padre le ruega que abandone su búsqueda, aunque no se la negará. Al final, abre su tumba y le entrega la espada mágica.
La espada no trae más que problemas a su dueña y Hervor tiene una serie de aventuras antes de establecerse y casarse. Su hijo Heidrek hereda la espada que le causa tantos problemas como a su madre. Tras su muerte, la espada pasa a manos de su hija Hervor, que termina muriendo en la batalla. La parte más impresionante de la saga es el desafío de Hervor por las convenciones y que no se rindió, y siguió con su reclamo en la tumba de su padre hasta que le dieron lo que buscaba.
Freydis Eiríksdóttir
Freydis Eiríksdóttir (ca. 970 - ca. 1004) fue una gran mujer guerrera o una asesina malvada e intrigante, según cuál de las dos historias sobre ella se lea. Aparece en La Saga de Erik el Rojo (donde ella es la heroína) y La Saga de los Groenlandeses (una villana). En La Saga de Erik el Rojo, Freydis, hija de Erik el Rojo, acompaña a un grupo a Vinland (Terranova, América del Norte). Son atacados por un grupo de nativos y los hombres del grupo se retiran, y dejan a Freydis sola. Ella les grita: "¿Por qué huyen de criaturas tan despreciables? ¡Hombres corpulentos que son! ¡Cuando podrían sacrificarlos como si fueran ganado! ¡Denme un arma, creo que podría pelear mejor que cualquiera de ustedes!" (Capítulo 12). A pesar de que no se encuentra bien (posiblemente embarazada) y sola, Freydis toma una espada de un camarada muerto, rasga su camisa y golpea sus pechos con la hoja, desafía al enemigo a retirarse de ella, salvando así a su grupo.
En La Saga de los Groenlandeses acompaña a su esposo con sus hombres y dos hermanos socios comerciales a Vinland (Terranova). A ella no le gustan los hermanos y siente que son demasiado presuntuosos, por lo que les tiende una trampa; le dice a su esposo que abusaron de ella, la golpearon y que se divorciará de él si no venga el insulto. Su esposo y sus hombres matan a los hermanos y su grupo, pero no ejecutarán a las mujeres, así que Freydis asesina a todas las mujeres con un hacha. Es probable que esta segunda historia, escrita después de la primera, sea un intento de desacreditar la fuerte figura femenina de la saga anterior. A diferencia de los personajes claramente mitológicos y legendarios discutidos anteriormente, Freydis tiene una mayor probabilidad de reflejar una persona histórica real, ya que el consenso de estas dos sagas se menciona Vinland (Terranova) y recuerdan personas al igual que eventos reales que se conservaron, al menos en parte, a través de una tradición oral.
Gudrid Thorbjarnardóttir
Gudrid Thorbjarnardóttir (970 - 980) fue una de las primeras exploradoras de América del Norte, según La Saga de los Groenlandeses y La Saga de Erik el Rojo. Ella era originaria de Islandia, pero se fue con su padre Erik el Rojo a establecerse en Groenlandia. En Groenlandia, su esposo murió y poco después se casó con el hermano menor de Leif Erikson; Thorstein. Gudrid acompañó a su esposo y cuñado en su expedición a América del Norte, donde exploró Vinland con los demás en el grupo.
Thorstein murió allí y Gudrid regresó a Groenlandia donde se casó con Thorfinn Karlsefni y, en algún momento posterior, regresó con él a Vinland para establecer un asentamiento permanente. Su hijo, Snorri Thorfinnsson, fue el primer niño europeo nacido en América del Norte. Al igual que Freydis, es probable que el Gudrid de las sagas tenga sus raíces en una figura histórica real.
Sigrid la Orgullosa
Sigrid la Orgullosa (ca. 927 - ca. 1014, también conocida como Sigrid la Altiva, Sigríð Storråda o Sigrid Tostadottir) fue una reina sueca que se negó a vivir bajo las reglas de otras personas. Estaba casada con Erik el Victorioso, rey de Suecia (quien reinó ca. 970-995), y después de su muerte prefirió reinar sola. Fue cortejada por Harald Grenske de Noruega y Vissavald el Rus de Kiev, pero reconoció que ambos solo estaban interesados en ella por su tierra y riqueza. Los invitó a una fiesta en la que después de que ellos y sus hombres se quedaron dormidos por beber demasiado, cerró las puertas del salón y los quemó vivos para desalentar a futuros pretendientes. Su historicidad es discutida y, por lo tanto, esta jugosa historia puede no ser más que una leyenda.
El infame Olaf Tryggvason, quien reinó de 995 a 1000 y convirtió a la población de Noruega al cristianismo a través de la tortura, al parecer también pidió su mano, pero insistió en que Sigrid se convirtiera al cristianismo primero. Cuando ella se negó, él la abofeteó en público y Sigrid juró venganza. Se dice que luego se casó con Svend Forkbeard (barba partida) por sus conexiones y poder y orquestó la Batalla de Svolder (ca. 1000) en la que mataron a Olaf.
Unn la Sabia
Unn la Sabia (siglo IX, también conocida como Aud la Sabia y Aud Ketilsdóttir) era la hija de Ketil Flatnose de Noruega, que huyó a Escocia tras el ascenso de Harald Fairhair (quien reinó de 850 a 933) en Noruega. Cuando su padre y su hijo Thorstein murieron, comprendió que su posición en Escocia era precaria y se fue primero a las Orcadas en el norte y luego a Islandia, que exploró antes de establecerse. Estaba al mando de una tripulación de hombres, quienes le eran fieles y ninguno contraería matrimonio que pudiera poner en peligro la propiedad o el poder de Unn.
Gobernó sobre sus tierras en el sur de Islandia y a su familia hasta el día de su muerte. El día de la boda de su nieto, Olaf Feilan, supervisó los preparativos y el servicio y luego se retiró a su dormitorio donde murió mientras dormía.
Olga de Kiev
Olga de Kiev es mejor conocida como Santa Olga (m. 969) en la Russ de Kiev. Aunque definitivamente se la entiende como una figura histórica real, el relato de su reinado temprano como regente de su hijo Sviatoslav I (quien reinó de 945 a 972) en la Crónica Primaria Rusa (compuesta ca. 1113) contiene una serie de mitos y elementos maravillosos que la sitúan entre las legendarias guerreras vikingas (varengas).
Olga fue la esposa de Igor de Kiev (quien reinó de 912 a 945), hijo de Rurik (quien reinó de 862 a 879) e hijo adoptivo de Oleg el Profeta (quien reinó de 879 a 912). La codicia excesiva de Igor resultó en su asesinato por parte de la tribu drevliana (una tribu de los primeros eslavos orientales). Posteriormente, los drevlianos querían que Olga se casara con su príncipe Mai para consolidar la región, pero Olga solo estaba interesada en vengar a su marido muerto.
Primero solicitó emisarios de los drevlianos, a quienes engañó para que los llevaran "con honores" en su barca hacia su residencia y luego los arrojó a un pozo y los enterró vivos. Más tarde pidió a los más sabios de los drevlianos que fueran a su palacio y, después de invitarlos a bañarse antes de la cena, prendió fuego a las casas de baños y los quemó vivos. A continuación pidió a los drevlianos que prepararan un gran banquete fúnebre para honrar a Igor, permitió que todos los presentes se emborracharan e hizo que sus soldados los asesinaran a todos.
Su último acto de venganza fue conducir a los drevlianos a la ciudad de Iskorosten, donde Igor había sido asesinado, y más adelante sitió la localidad. Cuando se dio cuenta de que no podía tomar la urbe, ofreció a los sitiados un arreglo; que le entregaran tres palomas y tres gorriones de cada hogar. Cuando se los entregaron, hizo que sus soldados les amarraran azufre en las garras y los soltaran, al regresar a sus nidos en la ciudad, prendieron todo fuego. Toda la ciudad se quemó y los que sobrevivieron fueron asesinados o vendidos como esclavos, pero Olga perdonó a un cierto número para que pudieran continuar pagando su tributo.
Conclusión
Todas estas mujeres, ya fueran guerreras activas o fuertes gobernantes, encarnaban el ideal vikingo de independencia y fortaleza personal, aunque fueran en gran medida mujeres idealizadas; no hay evidencia de doncellas escuderas reales. Judith Jesch ha señalado que la interpretación de la tumba del guerrero de Birka en Suecia, como la de una mujer guerrera por parte de Charlotte Hedenstierna-Jonson, ilustra una fascinación general del siglo XXI por las guerreras vikingas. Al respecto comenta:
Siempre he pensado (y hasta cierto punto sigo pensando) que la fascinación por las mujeres guerreras, tanto en la cultura popular como en la argumentación académica, es probable que esté demasiado influenciada por los deseos de los siglos XX y XXI. (Newitz, 1)
Si bien eso puede ser posible, es obvio que hubo una fascinación muy fuerte en el pasado, como lo demuestra el trabajo de Saxo Grammaticus y las sagas nórdicas. Al parecer la cultura nórdica valoró a las mujeres lo suficiente como para incluir deidades femeninas en su panteón y atribuirles las mismas habilidades marciales y capacidades, para dictar su propio destino como a los hombres se les permitía.
Existen, por supuesto, fuertes deidades femeninas en la literatura y la mitología de muchas civilizaciones antiguas. Los griegos tenían sus amazonas y poderosas diosas como Atenea y los romanos su contraparte, Minerva y otras deidades como Fortuna, que decidían la buena o mala suerte de una persona en la vida. Aun así, las mujeres reales en Grecia y Roma no tenían el mismo nivel de autonomía del que disfrutaban las mujeres nórdicas. Entre las civilizaciones más antiguas que adoraban a deidades femeninas, solo Egipto reconocía los derechos de la mujer al mismo nivel que los del hombre.
Sin embargo, en la cultura nórdica incluso después de la llegada del cristianismo, que de manera notoria y en repetidas ocasiones negaba la igualdad de las mujeres, las mujeres no solo fueron apreciadas sino elevadas a un estatus que ellas mismas no podrían alcanzar. La mujer nunca sería como Freyja o como Lagertha, pero saber que las mujeres podían ser veneradas seguramente fue muy reconfortante.