La vestimenta que llevaban los mongoles en los siglos XIII y XIV d.C., al igual que la mayoría de aspectos de su cultura, reflejaba su estilo de vida nómada en el clima a menudo duro de la estepa asiática. Entre los artículos típicos se podían encontrar sombreros de fieltro, chaquetas largas con mangas anchas y pantalones holgados prácticos. Como el ejército mongol se basaba en una caballería que se movía rápido e iba poco armada, los reclutadores solían tener una perspectiva relajada en cuanto a uniformes; los hombres solían llevar lo puesto, de manera que la ropa tanto en la guerra como en la paz solía ser similar. Las unidades de caballería pesada llevaban armadura hecha de materiales guateados, cuero endurecido y piezas de metal. Muchos de los artículos de ropa mongoles del periodo medieval todavía siguen en uso entre los pueblos nómadas de toda Eurasia.
Clima e importancia
El clima común de la estepa asiática es frío, seco y ventoso. Los inviernos pueden ser largos, de septiembre a mayo, y extremadamente fríos (con temperaturas de hasta -34°C o -30°F). Los veranos son cortos, pero pueden ser calurosos, y las temperaturas pueden llegar a más de 30°C (86°F). Por tanto, la ropa tiene que ser abrigada pero también ir por capas para aquellos raros momentos en los que la temperatura se disparaba. Como los mongoles a menudo estaban en marcha y montaban a caballo, también tenía que permitir el movimiento fácil.
Otra consecuencia de la vida nómada era la ausencia de una gran cantidad de posesiones materiales, por lo que la tela y la ropa eran uno de los bienes importantes de la familia y se entregaban como regalos y como parte de la dote de novia. Amigos y hermanos de sangre solían intercambiar un cinturón de cuero, mientras que los gobernantes les regalaban ropas suntuosas a otros gobernantes a modo de regalos diplomáticos y funcionarios importantes en ocasiones especiales tales como nacimientos y bodas en la realeza, o como recompensa por un servicio leal. Incluso la ausencia de ropa tenía un significado; por ejemplo, todo el mundo se quitaba los cinturones y los sombreros antes de orar (incluso los kanes), los espectadores tenían que quitarse el cinturón y echárselo al hombro durante las ceremonias de sucesión para demostrar su obediencia y a veces a los acusados en un juicio se los desnudaba antes de dictar sentencia.
Materiales
Las ovejas aportaban vellones y lana para hacer fieltro, que no hace falta tejer, sino que se fabrica golpeando la lana y haciendo que sus escamas microscópicas formen láminas entrelazadas. El fieltro se usaba para la ropa, las mantas y las yurtas que siguen usando hoy en día los nómadas asiáticos. También tenían grandes rebaños de cabras, que eran la fuente principal de cuero.
Gracias a la caza, el comercio o los tributos de los pueblos conquistados, los mongoles conseguían pieles tales como marta, ardilla, conejo, zorro, mono, perro, cabra y lobo. Las pieles exóticas o difíciles de conseguir, como la del leopardo de las nieves o el lince, se apreciaban sobremanera y se reservaban para los miembros de la élite. En las épocas más frías, llevaban dos capas de pieles: la interior con el pelo hacia dentro y la exterior hacia fuera. Materiales como la seda se podía adquirir mediante el comercio, y se volvieron mucho más disponibles una vez que hubieron conquistado China: tanto hombres como mujeres llevaban ropa interior de este material.
Fabricar fieltro, cuero y ropa, y luego remendarla, eran todas tareas que se esperaba que realizaran las mujeres. El lavado era una tarea que no ocurría muy a menudo a causa de la falta de agua en el entorno normalmente árido de la estepa. Los viajeros extranjeros de la época solían hacer comentarios sobre la suciedad de los mongoles y de su ropa y de hábitos como limpiarse las manos en el pantalón después de comer. En cualquier caso, lavar las prendas exteriores regularmente no era algo deseable entre los nómadas porque a menudo tenían una película de grasa animal para hacerlas resistentes al viento y el agua.
Capas exteriores
La prenda exterior más reconocible, tanto para hombres como para mujeres, que todavía se usa ampliamente hoy en día, era una túnica corta o deel. Esta chaqueta larga de una pieza se cruzaba y se cerraba al lado izquierdo del pecho (la parte izquierda cruzada sobre la derecha) con un botón o un lazo dispuesto bajo la axila derecha. Algunas deel tenían bolsillos y las mangas normalmente solo llegaban hasta el codo. La tela exterior de la túnica era de algodón o seda y las versiones más pesadas tenían un forro de piel o fieltro, o estaban acolchadas. El forro normalmente se remangaba hacia afuera un poco en las mangas y el dobladillo. Los que podían permitírselo le añadían pieles exóticas en el cuello y los bordes.
Llevaban un cinturón ancho de cuero que tenía unos bolsos colgantes prácticos y que podían estar decorados con piezas de metal (el metal, de cualquier clase, era una rareza para los pueblos nómadas). Los cinturones de las mujeres eran aún más decorativos que los de los hombres. En invierno, llevaban un abrigo grueso de fieltro o piel por encima del deel. Bajo la túnica puede que llevaran otra más fina o una simple camisa interior de algodón o seda. Por debajo de la siempre presente túnica, llevaban pantalones. Los pantalones de invierno podían estar hechos por completo de pieles o tener un acolchado de algodón, lana o seda, de los cuales este último era un excelente aislante ligero.
Sombreros y botas
Las botas se hacían de fieltro o cuero con suelas de una capa más gruesa de fieltro, y normalmente eran lo suficientemente altas como para meter los pantalones por dentro. No tenían tacón y se ataban con cordones. Para mantener los pies calientes, llevaban medias gruesas de fieltro. El sombrero clásico mongol era cónico y estaba hecho de fieltro y piel con orejeras y un ala vuelta hacia arriba en la parte frontal. A veces el ala estaba dividida en dos. En verano, a veces llevaban un pañuelo ligero en la cabeza para protegerse del sol.
Los hombres y mujeres de la élite se distinguían mediante unas plumas de pavo real en el sombrero. Una de las pocas áreas en las que las mujeres se diferenciaban de los hombres, e incluso entonces solo entre la élite, era el elaborado tocado conocido como boqta, con perlas y plumas decorativas. Estos tocados todavía se pueden ver hoy en día, por ejemplo, cuando las mujeres kazajas participan en festivales tradicionales. Aunque tanto hombres como mujeres llevaban pendientes, las mujeres también llevaban decoraciones de metal, perlas y plumas en el pelo. Los hombres, en cambio, no tenían muchas oportunidades de hacer lo mismo, ya que parece que se afeitaban la coronilla, dejando a veces sólo una fina franja de pelo en la parte delantera de la cabeza y con mechones colgando hasta las cejas. El cabello de la parte posterior de la cabeza se solía dejar largo y se recogía en dos trenzas. En las ilustraciones medievales, los hombres mongoles suelen tener una perilla rala y bigotes largos.
La corte imperial
Cuando los mongoles conquistaron la China de la dinastía Song (960-1279 d.C.) algunos de sus gobernantes y miembros de la élite adoptaron la ropa de estilo chino, tales como ropajes de seda ricamente decorados. Marco Polo (1254-1324 d.C.), el viajero veneciano que sirvió a Kublai Kan (que reinó de 1260-1294 d.C.) y escribió sobre sus experiencias en sus Viajes (en circulación desde alrededor de 1298 d.C.), ofrece la siguiente descripción de las ropas suntuosas que se llevaban en la corte de la dinastía Yuan, mongola, durante los festivales religiosos importantes:
... el gran kan aparece en una espléndida vestimenta de tela de oro, y en la misma ocasión viste a todos los veinte mil nobles y los oficiales militares en ropas similares a la suya en cuanto al color y la forma; pero los materiales no son igual de suntuosos. Sin embargo, son de seda y de color oro; y junto con la túnica, también reciben una faja de gamuza, trabajada curiosamente con hilo de oro y plata, y también un par de botas. Algunas de las túnicas están decoradas con piedras preciosas y perlas por valor de mil besantes de oro. (Libro II, cap. XI)
Esta historia muestra claramente que la ropa tradicional mongola no había cambiado tanto, sino solo los materiales de los que estaba hecha. En el otro extremo de la escala de vestimenta, Marco Polo también menciona que los monjes que se encontró en Mongolia llevaban ropa de cáñamo de color negro u oscuro.
Guerreros con armadura
Aunque los guerreros llevaban básicamente la misma ropa que en tiempos de paz, prudentemente algunos añadían armadura para protegerse mejor. El ejército mongol solía ser ligero para no ralentizar a la caballería ni dificultar el uso del arco. Una túnica acolchada o una chaqueta de cuero podían ofrecer cierta protección contra las flechas, y la túnica tradicional se podía reforzar con tiras de cuero endurecido, hueso o metal. Algo que aprendieron de los chinos fue a llevar una camisa interior de seda, porque era útil en caso de recibir un flechazo: se enroscaba en torno a la punta de la flecha, de manera que protegía la herida además de facilitar la extracción.
Las armaduras de placas y la cota de malla eran raras, pero era bastante común utilizar placas pequeñas de metal o piezas de cuero curtido que se cosían para formar un traje. Solía aplicarse una capa de lacado negro a las piezas de cuero para que fueran impermeables. El cosido se hacía con tiras de cuero, y un cronista medieval destacó que la armadura de metal mongola estaba tan pulida que las piezas se podían usar a modo de espejo. Los abrigos reforzados con armadura, al igual que la deel, llegaban hasta la rodilla y solo cubrían la parte superior de los brazos. Algunas descripciones contemporáneas mencionan un sobreveste de seda que se llevaba por encima de la armadura con bordados muy elaborados. Normalmente los guerreros llevaban botas de cuero pesadas. En el otro extremo del cuerpo, la cabeza iba protegida por un casco de hierro o cuero endurecido, a veces con un protector para el cuello y con un pincho superior central, una bola o un penacho.