El término mitologíaproviene de las palabras griegas mythos ("historia del pueblo") y logos ("palabra"), y se define como la historia hablada (y posteriormente escrita) de una cultura. Los académicos modernos han clasificado los mitos en diferentes tipos que cumplen diversas funciones culturales.
Los mitos buscan dar sentido al origen del mundo, explicar cómo y por qué funcionan sus distintos aspectos, abordar el significado del sufrimiento y la muerte, y, sobre todo, afianzar los valores de una cultura. Estas historias giran en torno a figuras sobrenaturales, como dioses, héroes, demonios o espíritus, que encarnan y comunican su mensaje.
Estas figuras, además de cumplir otros roles, reflejaban los temores y las aspiraciones de las sociedades que las crearon. Aunque los dioses de las civilizaciones antiguas se solían ver como seres benevolentes, no faltaban deidades que complicaban la existencia humana.
Del mismo modo que uno se esfuerza más por ganarse el favor de un profesor o supervisor intimidante que de uno afable y comprensivo, los antiguos se encargaban de rendir tributo antes de rendir homenaje a las que solo querían su bienestar. Se recurría a amuletos, encantamientos, figuras votivas, rezos, gestos y devociones diarias para protegerse de las amenazas sobrenaturales,y, en ciertos casos, estas prácticas se manifestaban a través de un ser sobrenatural particular.
La siguiente lista proviene de culturas de todo el mundo, y las figuras seleccionadas son representativas de distintos tipos. Existen miles de figuras similares en la mitología mundial, y cada una posee sus propias características individuales y funciones particulares dentro de la cultura que las originó.
Algunas de estas entidades son deidades, pero la mayoría son seres sobrenaturales dotados de poderes inferiores a los de los dioses, pero mucho mayores que los humanos. La forma subyacente de todas estas criaturas simboliza el cambio y la transformación, algo tan inevitable como la resistencia humana a ello. Los humanos buscan consuelo en lo conocido, y tienden a alejarse o resistir activamente las amenazas percibidas contra su orden establecido.
Al mismo tiempo, existen desafíos evidentes en la vida que el sentido común dicta que se deben evitar, como la muerte, la enfermedad y la pérdida, y estas figuras representaban esas amenazas y la esperanza de eludirlas. Entre los mayores temores de los antiguos, a juzgar por la cantidad de artefactos y encantamientos relacionados, se encontraba la mortalidad infantil, ya que amenazaba no solo el crecimiento de la población, sino también la estabilidad social.
Pazuzu
Pazuzu, un demonio asirio-babilónico de Mesopotamia, surgió como respuesta a esta amenaza. Se lo representa como un ser humanoide con rostro canino, ojos saltones, piel escamosa, grandes alas, garras y un pene con cabeza de serpiente. Es más conocido en la actualidad por su papel central en la exitosa novela y película de los años 70 El exorcista.En esa obra, Pazuzu es el demonio que posee al personaje principal, pero, originalmente, habría sido la entidad que una madre invocaba para proteger a su hija.
Pazuzu era sin duda una fuerza maligna y caótica, pero precisamente por esto se invocaba con frecuencia en busca de su protección. Se colocaban pequeñas imágenes y estatuillas de Pazuzu, especialmente en las habitaciones de los niños, con este mismo propósito. Se pensaba que la imagen invocaba al espíritu mismo y, dado que la persona estaba honrando al demonio a través de esa imagen y homenaje, Pazuzu desataría su ira sobre aquello que amenazara la seguridad y el bienestar del hogar. Se le invocaba con mayor frecuencia contra el demonio-espíritu conocido como Lamashtu, que acechaba a las mujeres embarazadas y a los recién nacidos.
Bes es el dios enano del antiguo Egipto, quien cumplía un propósito similar, pero además era una deidad de la fertilidad que regía la sexualidad humana, el humor y la guerra, todos aspectos de la transformación. Principalmente, se le invocaba para proteger a las mujeres embarazadas y a los recién nacidos. Su imagen ha sido encontrada fuera de las ruinas de antiguas casas de parto egipcias, hogares y templos dedicados a deidades femeninas y a la fertilidad, como el templo de Hathor en Dendera. A Bes se le representa como un hombre de baja estatura, con genitales prominentes, piernas arqueadas, barba, cabello largo y desordenado, siempre sonriente. Su contraparte femenina era Beset, quien protegía a las personas de fantasmas, espíritus malignos y demonios hostiles, pero Bes estaba más estrechamente asociado con la diosa de la fertilidad y el parto, Tueris (Tauret), que generalmente se representa como un hipopótamo.
Lamia
La mitología griega incluye varios relatos sobre las aventuras extramaritales del dios Zeus, y la historia de Lamia se encuentra entre ellos. Lamia fue una de las amantes de Zeus y, cuando su esposa Hera se enteró, maldijo a la mujer con insomnio, para que nunca pudiera descansar, y sembró en ella un hambre insaciable por los niños. Aunque originalmente no parecía haber ninguna conexión entre el comportamiento de un niño y la amenaza de Lamia, con el tiempo esta se convirtió en su característica más común, ya que los padres (incluso hasta la Edad Media) recurrían a la amenaza de Lamia para infundir miedo en sus hijos traviesos y hacer que cumplieran con sus órdenes, especialmente cuando se trataba de la hora de dormir. Lamia se consideraba una empusa (ser que cambia de forma) al menos desde el siglo I d.C. y se la veía como una seductora de jóvenes a quienes luego devoraba. Algo similar a los súcubos con los que se asocia, así como con la Lamashtu mesopotámica.
Lemures
Las lemurias son un precursor antiguo de los festivales modernos que honran a los muertos, como el Día de Muertos en México, Halloween o el Día de Limpieza de Tumbas o Día de los Difuntos en China.
Los lemures de Roma eran los muertos inquietos e iracundos que había que apaciguar mediante un festival conocido como las lemurias que se celebraba del 9 al 13 de mayo. Este ritual se desarrolló a partir de un par de celebraciones que se realizaban en momentos anteriores del año: Parentales, que rendía homenaje a los espíritus de los ancestros (del 13 al 21 de febrero) y Ferales, que honraba a los espíritus de los seres queridos que habían fallecido (21 de febrero). Los muertos podían regresar a perturbar a los vivos por diversas razones, pero principalmente debido a rituales funerarios y de entierro incorrectos, incluido el hecho de no respetar sus deseos expresos en los testamentos. Los lemures interrumpían la vida cotidiana, vagando por las calles y causando todo tipo de problemas (según lo describe Ovidio en su obra Fastos, alrededor del 8 d.C.), a menos que se celebraran las lemurias y se les asegurara que sus agravios serían atendidos. Las lemurias son un precursor antiguo de los festivales modernos que honran a los muertos, como el Día de Muertos en México, Halloween o el Día de Limpieza de Tumbas o Día de los Difuntos en China.
El caos provocado por los lemures era consecuencia de errores humanos en los rituales de los muertos, pero el Nian de China atacaba a la gente por su propia naturaleza, sin más razón. El Nian, un pájaro de enormes dimensiones, vivía en las profundidades del mar o en las cumbres de las montañas, y al llegar el Año Nuevo, descendía sobre las aldeas para devastar las cosechas y devorar a seres humanos y ganado. El Nian era más grande que cualquier otro ser vivo en la Tierra, con cara de león, cabeza cornuda y dientes afilados que se proyectaban hacia fuera. El Nian tenía una preferencia por los hombres, los animales grandes y los granos, pero su verdadera predilección era devorar niños y destruir poblaciones. No había manera de matar al pájaro, pues era inmortal, pero lo podían ahuyentar con ruidos estridentes y el color rojo lo disgustaba. Es por esta razón que el Año Nuevo chino se celebra con tambores, fuegos artificiales, petardos, desfiles y la prominente incorporación del color rojo en los adornos.
Pájaro Huma
El pájaro Huma de Persia es todo lo contrario al Nian, pues si se llega a ver, aunque solo por un instante, trae bendiciones de por vida. El Huma nace en pleno vuelo, jamás se posa en la tierra y surca sin cesar las alturas del cielo. Su propósito subyacente parece haber sido inicialmente explicar la fortuna, ya que se pensaba que, aunque no se pudiera verlo, si la sombra del pájaro Huma caía sobre una persona esta sería bendecida. En cambio, quien intentara capturar o matar al pájaro, moriría poco después y sufriría infortunios antes de su muerte.
El vuelo del Huma lo vinculaba con los cielos más elevados, y con el tiempo, pasó a asociarse con la divinidad y la realeza. Se pueden encontrar imágenes del Huma en las ruinas de Persépolis y otros antiguos sitios persas, donde se asemeja a la figura mítica del grifo que surgiría después. La capacidad transformadora del Huma se refleja en su relación con el fénix que resurge de sus propias cenizas, ya que se cree que el Huma contiene tanto lo masculino como lo femenino y se renueva a sí mismo en su vuelo.
¿Te gusta la historia?
¡Suscríbete a nuestro boletín electrónico semanal gratuito!
Bhramari
La diosa Bhramari de la India es una personificación de la energía cósmica llamada Shakti. Su existencia fue una respuesta a una crisis que solo ella podría resolver. El demonio Aranasura engañó al gran dios Brahma para obtener una dispensa especial que le otorgaba la invulnerabilidad ante todo ser de dos o cuatro patas. Una vez que obtuvo esta promesa, atacó las moradas de los dioses y los expulsó, y con esto sumió al universo en el caos. Después hubo una feroz batalla entre los demonios de Aranasura y los dioses, pero no lograron derrotar al demonio y los dioses fueron obligados a retroceder hasta que la diosa de la fertilidad y el amor, Parvati, reunió a todos los insectos de la tierra: abejas, moscas, mosquitos, avispas, y muchos más. Fue entonces cuando la energía Shakti se encarnó en la diosa Brahmari, quien aniquiló al ejército demoníaco y, con sus insectos de seis patas, logró dar muerte a Aranasura. Con ello, los dioses pudieron volver a sus moradas y se restauró el orden.
Ixtab
La dualidad entre el orden y el caos es un tema común en la mitología y, en Mesoamérica, se expresa de manera particular en la diosa maya del suicidio, Ixtab. Se concebía como el cadáver en descomposición de una mujer colgada por un lazo de los cielos, quien consolaba a los suicidas y los conducía de forma segura al paraíso después de su muerte.
El más allá de los mayas (y de otras culturas indígenas mesoamericanas) era un laberinto oscuro y peligroso, lleno de caminos errados y artimañas malignas diseñadas para mantener al alma vagando el mayor tiempo posible mientras se buscaba la raíz del árbol del mundo en el inframundo, por la que había que ascender para llegar al paraíso. Ixtab recogía el alma del suicida antes de que ingresara al oscuro reino de Xibalbá, librándola de mayores penas, convirtiéndose así en una figura de equilibrio que aseguraba que ninguna muerte quedara desatendida. Los mayas, al igual que otras culturas mesoamericanas como los aztecas y los tarascos, también creían en perros espirituales que cumplían la misma función que Ixtab para otras muertes, como ahogamientos, muertes solitarias durante la caza o la muerte de niños, asegurando el paso seguro del alma por el más allá.
La Morrigan
La Morrigan tenía la habilidad de ver lo que deparaba el futuro, pero además se le atribuía el poder de decidir quién sobreviviría o perecería en combate.
La transición entre la vida y la muerte ha sido, desde siempre, percibida como la transformación más dramática y temida. En la antigua Irlanda, la diosa que se asociaba estrechamente con esta transición era la Morrigan, una deidad triple que aparecía en una sola forma y que presidía principalmente sobre el destino y la guerra. La Morrigan estaba vinculada con la mística raza de los Tuatha De Danann (hijos de la diosa Dana), quienes habitaron la tierra y fueron desplazados bajo tierra con la llegada de los formorianos y otras razas posteriores. En la épica irlandesa Cath Maige Tuired, la Morrigan reúne a los Tuatha De Danann para derrotar a los formorianos y recuperar su patrimonio. En las historias del héroe épico Cú Chulainn, la Morrigan también desempeña un papel fundamental al profetizar su muerte. También estaba asociada con el festival de Samhain, el Año Nuevo celta, un momento en el que se pensaba que el velo entre los vivos y los muertos era más delgado, y los muertos podían caminar entre los vivos e interactuar con ellos. La Morrigan tenía la habilidad de ver lo que deparaba el futuro, pero además se le atribuía el poder de decidir quién sobreviviría o perecería en combate. Aunque sus motivos eran un misterio, su acción estaba siempre dirigida a la búsqueda del orden definitivo, simbolizado por su habilidad para metamorfosearse, especialmente en un cuervo, su ave compañera.
Manananggal
En contraste, Manananggal de Filipinas es un ser que prospera en medio del caos y la destrucción. Representada como una criatura espantosa con alas gigantes, esta vampira (dado que casi siempre es femenina), recorre la tierra hasta que localiza a su presa, momento en el cual desprende el torso de las piernas para volar rápidamente y atacar. Las extremidades inferiores permanecen en su lugar hasta que haya vaciado la sangre de su presa y la haya despedazado, tras lo cual se recompone y continúa su andar. El significado de su nombre, que se traduce como "retirar" o "separar", alude a su habilidad, aunque, en un sentido más amplio, puede relacionarse con sus feroces embistes a sus víctimas. Como sucede con muchas entidades mitológicas, se cree que tiene una especial predilección por los niños y, con su larga lengua bifurcada, extrae la vida de un feto mientras la madre embarazada duerme. También se dice que busca a las parejas recién casadas, los futuros esposos y las futuras esposas figuran entre sus víctimas predilectas, aunque puede mantenerse a raya con ayuda de amuletos y diferentes especias. Manananggal representaba el temor a la oscuridad y a lo desconocido ya que, como todo vampiro, no podía resistir la luz solar, porque le resultaba mortal. Si se localizaba y destruía la mitad inferior de Manananggal una vez separada (frotándola con sal o ajo) la criatura moriría, pero existía el peligro de que la parte superior regresara durante el proceso.
Kelpie
El Kelpie es un demonio acuático de Escocia capaz de cambiar de forma que suele presentarse como un caballo, aunque en ocasiones adopta la apariencia de un joven apuesto. Su estrategia consiste en atraer a las personas, especialmente a las mujeres jóvenes y a los niños, incitándolos a acercarse o subirse a su lomo, para luego arrastrarlos a las aguas donde habita.
El Kelpie es uno de los espíritus más populares en las mitologías del mundo, al igual que los zombis, los vampiros y otras criaturas. Conocido como el demonio acuático, el Kelpie es el equivalente escocés de entidades como el Qalupalik de los inuit, el Shui gui de China y el Bunyip de Australia. Estas entidades cumplen principalmente la función cultural de alejar a los más indefensos, sobre todo a los niños, de los peligros que acechan cerca del agua. Existen muchas versiones diferentes de la historia del kelpie, pero generalmente, la entidad se presenta como un hermoso caballo que emerge de un lago o estanque y atrae a los niños para que suban a su lomo. Luego, se zambulle en el agua, ahoga y devora a las víctimas, y finalmente escupe sus intestinos sobre la orilla. El Kelpie puede adoptar cualquier forma, por lo que, además de advertir a los jóvenes sobre las aguas peligrosas, también los incitaba a ser cautelosos con los extraños.
Akabeko
En cambio, el Akabeko de Japón es una vaca tal como parece. Según cuenta la leyenda, en el distrito de Aizu, Japón, había una vaca llamada Akabeko que se entregó a los trabajadores que erigían un templo budista en el siglo IX d.C. Se pensaba que la vaca se había consagrado a Buda y, según la versión de la leyenda, o se convirtió en piedra para formar parte del edificio o vivió una vida larga y próspera en los terrenos del templo. La vaca se transformó en una entidad sobrenatural en el siglo XVI d.C., cuando su vida ejemplar y devoción a Buda hicieron que el señor Toyotomi Hideyoshi (r. 1585-1592 d.C.) ordenara a sus artesanos principales fabricar pequeños juguetes de Akabeko para los niños de la región. Cuando estalló una epidemia de viruela, los niños con juguetes de Akabeko se salvaron de manera inexplicable, y se creía que el juguete tenía poderes curativos y protectores gracias a la santidad del Akabeko original. Hoy en día, estos juguetes siguen fabricándose en Japón y se les atribuyen las mismas propiedades protectoras.
Conclusión
La importancia de Akabeko ejemplifica el de todas las criaturas mitológicas, ya que surgió como respuesta a una amenaza directa contra la salud, la seguridad y el bienestar. En el caso de Akabeko, la historia de su origen es bien conocida, pero en la mayoría de las entidades mitológicas no siempre sucede. Aun así, algún evento o la coincidencia de circunstancias debió haber dado origen a cada una de las figuras presentadas aquí y a miles de otras en todo el mundo. Los estudiosos del tema especulan que el Minotauro, célebre figura de la mitología griega, por ejemplo, fue creado a partir de una combinación del temor y la sospecha de los atenienses hacia los minoicos de Creta y el deporte cretense de saltar sobre toros, en el que el atleta y el toro parecían convertirse en un solo ser. Se cree que los basiliscos de los mitos europeos surgieron como respuesta al miedo a las serpientes venenosas y a la forma en que una persona "se congelaba" al ver una. Se cree que los kodama, los espíritus de los árboles de Japón, surgieron como una explicación de por qué los árboles vivían, morían y parecían "sangrar" savia cuando se les cortaba.
Los kodama ejemplifican el tipo de figura presente en los mitos etiológicos, aquellos que explican por qué las cosas suceden como lo hacen o cómo algo llegó a ser. También existen mitos históricos, psicológicos, nacionales y de muchos otros tipos; en la mayoría de ellos, el tema central es la transformación y el cambio. Muchos mitos psicológicos presentan a un héroe en un viaje de autodescubrimiento, pero incluso cuando falta ese arquetipo, las criaturas sobrenaturales que forman parte de la historia cumplen el mismo propósito al confrontar los temores de la audiencia, al encarnarlos y, en muchos casos, al servir de protección contra ellos.
Fernando Belmonte es estudiante de segundo año de Traducción en el INTER Centro de Estudios Superiores de México y tiene una profunda pasión por la historia. Su objetivo es acercar estos temas a un público más amplio y despertar un mayor interés por ellos.
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.
Mark, Joshua J.. "Doce figuras mitológicas hostiles y protectoras."
Traducido por Fernando Belmonte. World History Encyclopedia. Última modificación octubre 15, 2019.
https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1457/doce-figuras-mitologicas-hostiles-y-protectoras/.
Escrito por Joshua J. Mark, publicado el 15 octubre 2019. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.