El cristianismo comenzó como una secta del judaísmo en la región de Judea en el siglo I d.C. y se extendió a las ciudades del Imperio romano de Oriente y más allá. En estas ciudades, los no judíos, los gentiles, querían unirse al movimiento, y estos gentiles cristianos pronto superaron en número a los judíos. La evolución de las creencias y conceptos cristianos (que se convertirían en dogma) absorbió tanto las ideas judías como las de la cultura dominante, pero el cristianismo trajo innovaciones que transformaron el pensamiento tradicional en relación con la sociedad y los roles de género.
Los cambios más importantes en la sociedad y los roles de género podrían resumirse de la siguiente manera:
El cristianismo eliminó la idea de los cultos étnicos al crear una religión portátil.
El matrimonio se convirtió en un vínculo sagrado para toda la vida.
Se desarrolló la tradición de los santos patronos.
Las relaciones sexuales se convirtieron en un pecado.
Las mujeres fueron demonizadas.
Sociedades antiguas de la cuenca mediterránea
En el mundo antiguo, no existía una categoría separada conocida como "religión". La religión se absorbía bajo la rúbrica de las costumbres ancestrales de cada uno. los dioses transmitían estas costumbres a través de los antepasados. Todo en la vida se entendía como una relación con los dioses (los poderes universales de los cielos y debajo de la tierra). Una persona nacía en su identidad étnica, dentro de un grupo que compartía idioma, historia, mitología, rituales religiosos, comida y comportamiento.
TODAS LAS COMUNIDADES ANTIGUAS TENÍAN CÓDIGOS LEGALES O REGLAS QUE DICTABAN EL COMPORTAMIENTO PÚBLICO Y PRIVADO. LOS CÓDIGOS LEGALES PROVENÍAN DE LOS DIOSES Y, POR LO TANTO, ERAN SAGRADOS.
En el centro de las creencias antiguas estaba la importancia de la fertilidad: fertilidad de los cultivos, rebaños y manadas, y humanos. Por lo tanto, los panteones antiguos tenían parejas, dioses masculinos con diosas femeninas como consortes. La excepción a esta idea era el Dios de Israel, que no tenía consorte, sino que creaba a través del "habla".
Todas las comunidades antiguas tenían códigos legales o reglas que dictaban el comportamiento público y privado. Los códigos legales provenían de los dioses y, por lo tanto, eran sagrados. Los judíos tenían un código legal que estaba organizado en varios libros como "La Ley de Moisés", dictada por el Dios de Israel. La Ley de Moisés distinguía a los judíos de los demás mediante la circuncisión, las leyes dietéticas y la observancia del sábado. El mandamiento de no "adorar a otros dioses" significaba que solo podían realizar sacrificios al Dios de Israel en su templo en Jerusalén.
El honor y la vergüenza reflejaban la propia reputación privada y pública. El honor era el reconocimiento público del valor personal en la comunidad. El elemento del control era un concepto importante dentro del honor y la vergüenza. La virilidad de un hombre se medía por su capacidad para controlar su ira, su temperamento y el comportamiento de todos los miembros de su familia.
En el mundo antiguo, uno nacía en la clase social/económica a la que pertenecería, aunque se permitía el movimiento, la mayoría de las veces a través de contratos matrimoniales concertados. Las clases altas, o sea la aristocracia, ocupaban los puestos de magistrados y funcionarios electos. Los patricios de Roma, todos ellos, afirmaban tener antepasados que habían surgido en los comienzos de la República romana. Las clases altas eran las más educadas. Sin embargo, esto se relaciona con el aprendizaje formal, que era diferente de la alfabetización. Los estudiosos estiman que el nivel de educación oscilaba entre el 1 y el 5%. Sin embargo, un porcentaje mucho mayor sabía leer y escribir, simplemente para poder trabajar en el comercio.
Después de unos siglos, los plebeyos, la clase inmediatamente inferior, negociaron para obtener puestos en el sacerdocio y como magistrados. Lo que consideraríamos la clase media incluía a los equites, la clase de los caballeros de Roma, aquellos involucrados en la banca, la manufactura y el comercio. Por debajo de los plebeyos estaban los hombres libres ciudadanos. La ciudadanía no solo proporcionaba estatus, sino que también garantizaba derechos legales, como el debido proceso ante las leyes.
En el fondo estaban los esclavos. Había diferentes formas de esclavitud, desde los esclavos utilizados por el estado, hasta los esclavos domésticos, pasando por los que trabajaban en las grandes granjas, los latifundios. Los esclavos estatales y domésticos ganaban salarios que podían ahorrarse para su tiempo de manumisión o libertad (generalmente de 10 a 20 años). Muchos aristócratas liberaban a sus esclavos en sus testamentos.
En la sociedad mediterránea, el sistema de patrones y clientes se basaba en la idea de "ayúdame que yo te ayudaré". Los ricos dependían de las clases bajas para la producción de alimentos y el trabajo, mientras que las clases bajas dependían de los ricos para obtener beneficios. Los ricos tenían la obligación religiosa de proporcionar beneficios a los de abajo, lo que generalmente se hacía pagando los sacrificios durante los festivales religiosos, donde los restos se distribuían al público. Esta era probablemente la única ocasión en la que los pobres tenían la oportunidad de comer carne. Los festivales religiosos se organizaban para el beneficio de la comunidad. Cada ciudad-estado y pueblo tenía leyendas acerca de su fundación por un dios o un héroe de la mitología, y estos dioses patronos podían actuar como mediadores divinos para ellos.
Roles de género
La familia era la unidad social básica en el Mediterráneo antiguo. Se trataba de familias extensas, que incluían a los padres, los suegros, los esclavos, los libertos, los clientes y los antepasados muertos. Al igual que en la Tierra, la idea de familia se proyectaba sobre los dioses que tenían un padre y una madre, hijos, suegros y linajes complicados. Cada miembro de la familia tenía deberes religiosos que cumplir. El padre era responsable de los rituales religiosos de la familia y de todo el comportamiento de sus miembros. Todos los hombres tenían que defender la ciudad-estado o el pueblo, pero su función principal era el matrimonio y la procreación. A las mujeres se les asignaba generalmente solamente un papel y un aporte social: su fertilidad. Su deber religioso era casarse y reproducirse. Sus funciones sociales se limitaban a la maternidad y a la gestión del hogar.
Una forma sencilla de entender el papel de las mujeres es pensar en términos de leyes de propiedad y contratos. A excepción del antiguo Egipto, las mujeres eran propiedad de los hombres. Cuando nacía una niña, era propiedad de su padre. El padre negociaba entonces un contrato matrimonial (que incluía una dote) y ella pasaba a ser propiedad de su marido. Si enviudaba, regresaba a la casa de su padre (si aún vivía) o pasaba a ser propiedad de sus hijos o hermanos.
El término "adulterio" es en realidad la violación de la propiedad de otro hombre. En las Escrituras judías (y en algunos otros códigos legales) conllevaba la pena de muerte tanto para el hombre como para la mujer. No existían pruebas de ADN para la paternidad y era crucial que el niño fuera de la línea de sangre del marido. Esto contribuyó al antiguo concepto del velo de las mujeres. Cuando una mujer iba al mercado (siempre acompañada de un miembro masculino de la familia o un esclavo de confianza), mantenía el cabello y la cabeza cubiertos para que otros hombres no se sintieran atraídos. Las mujeres en Grecia vivían en una parte separada de la casa para no ver a ningún visitante masculino de su marido.
Las mujeres en Roma eran ciudadanas, pero no podían votar ni ocupar cargos públicos. Sin embargo, podían heredar propiedades e iniciar un divorcio. Pero en todos los asuntos legales y judiciales, las mujeres tenían que tener un pariente masculino que hablara por ellas. En un mundo en el que se esperaba que todos los hombres cumplieran con su servicio como magistrados del gobierno romano y en el ejército romano, las mujeres a menudo se quedaban a cargo de los presupuestos domésticos y de las vastas propiedades cuando sus hombres estaban fuera, a veces durante años. Las mujeres de las clases bajas tenían relativamente más libertad. Trabajaban con sus maridos en la gestión del comercio y los oficios. Esto era particularmente común en el caso de las viudas, que se hacían cargo del negocio de su marido si este moría.
Nuestra información sobre los roles de género en la antigüedad es muy parcial porque casi todo lo que sabemos fue escrito por hombres educados de clase alta.
Nuestra información sobre los roles de género en la antigüedad es muy parcial porque casi todo lo que sabemos fue escrito por hombres educados de clase alta. Su limitado conocimiento médico sostenía que los hombres tenían sangre caliente, lo que les otorgaba fuerza y capacidad para ir a la guerra. Las mujeres tenían sangre fría, lo que las convertía en criaturas pasivas. Se entendía que la sangre caliente de los hombres llegaba a un punto de ebullición y luego tenía que ser aliviada mediante una expulsión saludable del semen. El papel de las mujeres en la procreación era el de incubadora del feto.
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En los escritos antiguos, tenemos dos puntos de vista polarizados. La mitología griega incluía muchas mujeres fuertes, como las diosas que ejercían el poder sin un consorte masculino, como Atenea y Deméter. Pero también tenemos la historia de que Zeus creó a la primera mujer, Pandora, como castigo para los hombres. A las mujeres se las acusaba constantemente de usar su sexualidad para seducir a los hombres. Escapar de estas "artimañas de las mujeres" fue un tema constante en las escuelas de filosofía griega; se culpaba a las mujeres de que los hombres perdieran el control de sus impulsos sexuales.
El mensaje cristiano
Pablo, un fariseo, se convirtió en creyente después de experimentar una visión de Jesús, quien le dijo que se convirtiera en el apóstol de los gentiles. Cuando los misioneros llevaron el mensaje de Jesús (que el reino de Dios era inminente), se encontraron con gentiles que estaban interesados. Hubo una reunión en Jerusalén alrededor del año 49 d.C. donde se tomó la decisión de que estas nuevas personas no tenían que convertirse al judaísmo. Sin embargo, no podían comer carne con sangre, tenían que seguir las leyes judías sobre el incesto y, sobre todo, debían abandonar su idolatría.
Para Pablo el apóstol y su generación, esto sería el final del antiguo orden. Jesús regresaría del cielo y entonces todos los elementos del reino de Dios en la tierra se manifestarían. Mientras tanto, debían vivir prolépticamente, como si el reino ya estuviera aquí. Pablo afirmó que cuando llegara el reino, ya no existirían las convenciones sociales ni la identidad étnica: “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:28). Mientras esperaban el reino, debían permanecer como eran cuando Cristo los llamó. Si no estaban circuncidados, no lo hagan; si estaban comprometidos con alguien, no se casen; si eran viudas, no se vuelvan a casar.
El cambio cristiano más radical fue el cese de toda adoración a los dioses tradicionales. Esta nueva enseñanza iba en contra de las costumbres de los antepasados y habría sido chocante para la mayoría (junto con sus opiniones sobre las mujeres). Es muy probable que sea por eso que algunas de las cartas de Pablo estén escritas desde la prisión. Aparentemente, tales enseñanzas resultaron en desórdenes civiles. Con el tiempo, este elemento provocaría la eliminación del mundo antiguo por el nuevo.
A finales del siglo I d.C., esta prohibición de la idolatría era la razón por la que el Imperio romano perseguía a los cristianos. El delito era el ateísmo o la incredulidad en los dioses (Julio César había eximido a los judíos de participar en los cultos estatales). El ateísmo podía enfadar a los dioses y provocar desastres naturales. Si no se honraba a los dioses, el imperio no prosperaba. Por tanto, el ateísmo equivalía a la traición y daba lugar a la pena de muerte.
Las cartas de Pablo y las pastorales
Pablo tomó prestada la jerarquía dominante de la administración civil. Aplicó el término ecclesia, que significaba "asamblea", a sus comunidades. La asamblea era el órgano de gobierno de la ciudad local. Sin embargo, esta palabra siempre se traduce como "iglesia". No hubo edificios religiosos durante 300 años; la gente se reunía en las casas de los demás y los miembros representaban a todos los niveles de la sociedad. La idea de que el cristianismo sólo atraía a los pobres y a los esclavos es un mito.
Pablo alabó a varias mujeres que trabajaban como apóstoles, profetas, maestras y sanadoras, y cabezas de familia que abrían sus villas para reuniones comunitarias. Esta elevación de las mujeres puede que se promoviera como un modelo viviente de cómo sería el reino. Tal punto de vista se consideraría una enseñanza radical. Muy probablemente debido a origen judío, Pablo condenó la homosexualidad (el "desperdicio de la semilla de la vida" del Levítico) tanto para hombres como para mujeres y condenó la prostitución.
Las Pastorales son cartas del Nuevo Testamento (1 y 2 Timoteo, Tito), escritas en los años 80 o 90 d.C. por discípulos de Pablo que escribieron en su nombre. Estas cartas contienen reglas para elegir obispos y diáconos. Las reglas siguen la comprensión cultural del honor y la vergüenza; solo debían elegir a hombres buenos que fueran valorados en sus comunidades por su comportamiento moderado y ejemplar.
Sin embargo, estas cartas también ilustran los problemas que había en las comunidades. Los cristianos animaban a las viudas a no volver a casarse, y muchas mujeres gentiles se unieron rápidamente. Por lo general, vivían en la casa del obispo, que probablemente era elegido por su gran villa. 1 Timoteo relata el escándalo de su presencia, ya que continuamente se sentaban a jugar, maquillarse y a chismorrear. Las viudas ahora solo podían unirse si tenían 60 años de edad (lo que limitaría esta población) y no tenían hijos ni familiares que las cuidaran. 1 Timoteo también contiene un pasaje en el que Pablo supuestamente dijo: "Prohíbo a las mujeres enseñar". Su salvación solo se lograría mediante la procreación de hijos, la función tradicional de las mujeres.
Adaptaciones cristianas a la sociedad, roles de género y sexualidad
A mediados del siglo II d.C., los líderes del cristianismo provenían únicamente de antecedentes gentiles, aunque mantenían las Escrituras judías. Eran de clase alta y se educaban en las escuelas de filosofía. Sus enseñanzas combinaban tanto las Escrituras judías como la cultura dominante en el Imperio romano. Más tarde se los consideró "Padres de la Iglesia" por sus contribuciones al dogma cristiano.
A TRAVÉS DE UN PROCESO CONOCIDO COMO LA PERSONIFICACIÓN DEL MAL, LOS PADRES DE LA IGLESIA DEMONIZARON A TODAS LAS MUJERES COMO AGENTES DEL DIABLO.
Los Padres de la Iglesia sabían que, si uno va a intentar vender el cristianismo, no debe enfrentarse frontalmente a la cultura dominante, sino que debe absorber las ideas dominantes e intentar hacer que las suyas sean compatibles con las tradiciones existentes. En su mayor parte, los líderes cristianos se aferraron a las enseñanzas tradicionales sobre las clases sociales y la familia. Las clases sociales permanecieron intactas, donde la práctica judía de la caridad se combinó con los beneficios de los aristócratas. Sin embargo, los cristianos eliminaron la idea de los cultos étnicos, creando una religión portátil. Las costumbres de los antepasados (que incluían la geografía y el idioma) ya no eran factores de identidad. Los primeros cristianos también desarrollaron un ritual de iniciación, el bautismo, tal vez tomado de los cultos mistéricos. La importancia de la familia se reforzó a través del ritual del matrimonio (haciéndolo sagrado, un sacramento), y la pareja quedaba unida de por vida.
En los siglos IV y V d.C., los cristianos comenzaron a peregrinar a las tumbas de los mártires anteriores. De ahí tomaron prestado el concepto de “patrón/cliente”. Con la creencia de que estos mártires estaban en el cielo, se les podía rezar para que intercedieran por uno. De ahí los santos patronos de la tradición católica.
Además de su prohibición de la idolatría, los cristianos predicaban actitudes innovadoras hacia el cuerpo y las relaciones sexuales. Las escuelas de filosofía enseñaban el concepto de ascetismo (del griego “disciplina”) y los filósofos enseñaban la disciplina de la mente (alma) sobre la materia (el cuerpo físico) donde las pasiones (los impulsos físicos del cuerpo) nunca deberían gobernar el cuerpo. En relación con los impulsos sexuales, los filósofos lo consideraban un momento extremo de pérdida de control.
Con este trasfondo, los Padres de la Iglesia se centraron en los impulsos del cuerpo, especialmente el impulso sexual en relación con el comportamiento privado y público. Los Padres de la Iglesia adoptaron el concepto del celibato, o sea, no contraer matrimonio. Esto se entendía como un sacrificio, pues rechazaban una vida normal. Les proporcionaba un aura de santidad que los colocaba por encima de las masas. Los miembros más débiles que no podían sostener este sacrificio debían seguir las tradiciones del matrimonio y de los hijos (lo que ayudaría al crecimiento de la Iglesia).
Las relaciones sexuales eran ahora un pecado, aunque un mal necesario. Dios mismo creó los genitales "para que fuesen fructíferos y se multiplicasen" (Génesis 1:28). Pero los Padres de la Iglesia afirmaban que los genitales debían utilizarse únicamente para la procreación. Si tenías relaciones sexuales por cualquier otra razón, entonces eras culpable del pecado de lujuria. Adoptando las opiniones médicas de la épocasobre las mujeres, los Padres de la Iglesia dictaron que las relaciones sexuales tenían que ser con una mujer boca arriba. De ahí el término posterior "posición del misionero" enseñado por los misioneros cristianos a los nativos que encontraron durante el período colonial. Cualquier otra posición era lujuria. Las mujeres estériles y las mujeres que habían pasado por la menopausia ya no debían tener relaciones sexuales.
Utilizando la enseñanza de Pablo sobre las parejas comprometidas y las viudas, los líderes cristianos desarrollaron su concepto de virginidad desde la cuna hasta la tumba. Las niñas eran entregadas (como propiedad) a la iglesia para ser criadas como vírgenes honradas. Las viudas debían seguir siendo viudas; ahora dedicarían su vida y toda la riqueza heredada a la devoción a la Iglesia. El concepto de virginidad se incorporó a la creencia de que la salvación de las mujeres podía lograrse sacrificando literalmente su género. Aunque la prostitución no era un pecado en las escrituras judías, las prostitutas ahora eran condenadas como pecadoras. Esto influyó en la legislación de finales del siglo XIX sobre la prostitución como un crimen contra el Estado durante una serie de epidemias de sífilis en Londres y Nueva York.
A través de un proceso conocido como la personificación del mal, los Padres de la Iglesia demonizaron a todas las mujeres como agentes del Diablo. Eva, siendo más débil, fue seducida por la serpiente, ahora entendida como el Diablo, y sedujo a Adán para que pecara. Como descendientes de Eva, todas las mujeres eran consideradas seductoras potenciales de los hombres. Por lo tanto, no podía haber más mujeres líderes en las iglesias. Según Tertuliano, Eva y todas las mujeres eran la "puerta del Diablo" y Eva fue la "primera desertora de la ley divina", por causa de la cual "incluso el Hijo de Dios tuvo que morir" (Sobre la indumentaria de las mujeres, I). Esta fue una carga muy pesada de soportar. La visión de lo sucedido en el Jardín del Edén influyó en el concepto de Agustín sobre el pecado original en el siglo V, y Agustín continuó promoviendo la idea de que el cuerpo y lo que hacemos con él es la fuente de todo mal.
Soy un joven graduado de inglés y ruso. Me encanta la historia, el arte y la filosofía. A través de la traducción puedo ayudar a acceder al conocimiento para entender mejor el mundo y tomar buenas decisiones.
Rebecca I. Denova, Ph D. es catedrática emérita de Cristianismo Primitivo en el Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad de Pittsburgh. En julio de 2021 se publicó su libro de texto titulado «The Origins of Christianity and the New Testament» (Wiley-Blackwell).
Denova, Rebecca. "Efecto del cristianismo antiguo en la sociedad y los roles de género."
Traducido por Luis Mario Caso González. World History Encyclopedia. Última modificación febrero 04, 2021.
https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1670/efecto-del-cristianismo-antiguo-en-la-sociedad-y-l/.
Escrito por Rebecca Denova, publicado el 04 febrero 2021. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.