El fenicio es una lengua cananea estrechamente relacionada con el hebreo. Se sabe muy poco sobre la lengua cananea, excepto lo que se puede extraer de las cartas de El-Amarna, escritas por los reyes cananeos a los faraones Amenhopis III (1402 - 1364 AEC) y Akenatón (1364 - 1347 AEC). Parece ser que el idioma, la cultura y el sistema de escritura fenicios tuvieron una gran influencia de Egipto, que controló Fenicia durante mucho tiempo, tal y como admite el rey Rib-Adda de Biblos en una de las cartas que envió al faraón.
Influencia egipcia y cuneiforme
Todo el conocimiento que tenemos del idioma fenicio proviene de unos pocos textos escritos en fenicio. Antes de alrededor de 1000 AEC el fenicio se escribía usando símbolos cuneiformes, comunes en toda Mesopotamia. Los primeros signos del alfabeto fenicio encontrados en Biblos derivan claramente de los jeroglíficos egipcios, no del cuneiforme. Las 22 letras fenicias son simplificaciones de los símbolos jeroglíficos egipcios, que tomaron una forma estandarizada a finales del siglo XII AEC. Al igual que el hebreo y el árabe, el fenicio se escribía de derecha a izquierda, y se omitían las vocales, lo que hace que descifrarlo sea aún más difícil.
Similitudes con el hebreo
Para el 1000 AEC el idioma fenicio y el hebreo se habían convertido en algo distinto al arameo, que se hablaba en Canaán. Por poner algún ejemplo, el prefijo "ha-" se usa tanto en fenicio como en hebreo para indicar un sustantivo determinado, mientras que en arameo se usa el sufijo "-a". El pronombre para la primera persona es "ānōkī", mientras que en arameo es "anā", como en el árabe moderno. La palabra para hijo es "bar" en arameo, mientras que en fenicio y hebreo es "ben". Aun así, hay algunas diferencias entre el hebreo y el fenicio: Los verbos "ser" y "hacer" son diferentes, y la "a" larga en hebreo se pronuncia como una "o" en fenicio, por ejemplo.
Evolución
El sistema de escritura fenicio es simple y fácil de aprender gracias a que es un alfabeto, lo que también lo hace muy adaptable a otras lenguas, a diferencia del cuneiforme o los jeroglíficos. En el siglo IX AEC los arameos habían adoptado el alfabeto fenicio y habían añadido el símbolo para el "álef" inicial y para las vocales largas. Este alfabeto arameo se convertiría con el tiempo en el árabe moderno. Para el siglo VIII AEC, aparecieron textos escritos con el alfabeto fenicio, cuyos autores probablemente no eran fenicios, en Cilicia al sur de Asia Menor y al norte de Siria. Finalmente los griegos, que tenían un estrecho contacto comercial con el Levante, adoptaron el alfabeto fenicio, añadieron sonidos vocálicos y crearon así el alfabeto griego, en el que se basa el alfabeto latino moderno.