La vida diaria en la Norte América colonial era generalmente difícil y la expectativa de supervivencia muy baja. Los colonos en general, exceptuando la clase alta, encontrarían el Nuevo Mundo desafiante, teniendo que trabajar duro sólo para tan solo sobrevivir. A pesar de ello, estos hacían lo posible para mejorar sus condiciones con la esperanza de construirse una mejor vida para ellos y sus familias.
Los primeros colonos ingleses que se establecieron en Jamestown, Plymouth y la Colonia de la Bahía de Massachusetts se vieron en la necesidad de comprar prácticamente todo lo que necesitaban al punto de tener que importar artículos desde Inglaterra.
En la medida que se iban construyendo nuevos asentamientos habia que lidiar por un lado con los ataques periódicos de las tribus nativas que habían sido desplazadas y por otro estar en guardia contra las agresiones de ladrones e incluso miembros de sus propios hogares (sirvientes o esclavos). A todo esto se sumaban las enfermedades, los ataques de animales salvajes, los peligros asociados a la vida en condiciones rurales, que se ponían de manifiesto en la propia cotidianidad del hogar; las quemaduras al cocinar, incendios a causa de las velas usadas para alumbrarse, etc. Estos aspectos eran agravados por las creencias en lo sobrenatural, siendo obra del diablo y sus espíritus malignos el que aconteciesen toda suerte de calamidades.
A pesar de los múltiples peligros, estos desafíos no disuadieron a los miles de ingleses, sin contar convictos, huérfanos y otros enviados en contra de su voluntad, de abandonar sus hogares y viajar al Nuevo Mundo con la esperanza de una vida mejor. La estricta jerarquía social de Inglaterra, que casi siempre mantuvo a cada quien dentro de la clase social en la que nació, se flexibilizó significativamente en las colonias así que prácticamente todos, sin importar su clase social, podían aspirar a una mejor vida inclusive llegar a ser terratenientes producto de su arduo trabajo. Entre 1630 y 1640, más de 20.000 colonos llegaron, y llegarían aún más, persiguiendo “el sueño americano” antes de que el concepto fuera incluso completamente desarrollado.
Jamestown fue la primera población, fundada en 1607, luego le seguirán la Colonia Plymouth en 1620, Bahía de Massachusetts en 1630 y así sucesivamente. Para 1763 los ingleses habían colonizado la totalidad de la costa este de la baja Norte América, desde la actual Maine hasta la Florida, separándose en tres regiones:
- Colonias de Nueva Inglaterra
- Colonias del Medio
- Colonias del Sur
Virginia y Maryland, ambas colonias del sur, eran también conocidas como Colonias Chesapeake.
Aunque el estilo de vida cotidiana estaba condicionado de una región a otra por el clima, el suelo y los peligros que presentaban, algunas creencias fundamentales eran relativamente uniformes en todas ellas, girando básicamente en torno a la religión y la supuesta influencia de fuerzas sobrenaturales, para bien o para mal, sobre la vida de cada quien.
Religión y Supersticiones
Los colonos ya sean los llamados peregrinos de Plymouth o los anglicanos de Jamestown, eran cristianos profundamente devotos que consideraban la Biblia como la palabra de Dios y entendían que debían vivir sus vidas de acuerdo con las Sagradas Escrituras. Por otro lado, la creencia en seres sobrenaturales como ángeles y espíritus malignos, conllevó al desarrollo de supersticiones dentro de la visión cristiana del mundo.
Los nativos originarios fueron asociados por los colonos con las fuerzas de la oscuridad. Incluso Edward Winslow (1595 -1655) de la Colonia Plymouth, quien alentó las relaciones amistosas con los nativos, llegó a afirmar que estos adoraban al diablo. Se pensaba que los nativos eran capaces de realizar hechizos, herir o sanar a voluntad, etc., recurriendo al poder de espíritus malignos y el mismísimo diablo. Estas creencias llegaron a estar tan arraigadas entre los colonos que cualquiera dentro de la comunidad podía ser sospechoso de participar en prácticas sobrenaturales. Por ejemplo, una mujer que después de caminar por las polvorientas carreteras de cualquier pueblo de Nueva Inglaterra, llegase a su destino luciendo más o menos tan arreglada y limpia como cuando había salido de su casa era sospechosa de ser una bruja, así como podría ser brujo un hombre que parecía inusualmente fuerte, productivo o próspero.
En todas las colonias se esperaba el cumplimiento de las normas sociales por parte de sus miembros, incluso en la colonia liberal Providence que acogió a personas de todas las religiones y nacionalidades o las provincias de Nueva York y Pensilvania que hicieron lo mismo, así que cualquier aspecto de la vida de una persona que parecía fuera de lo común justificaba las sospechas. El ejemplo más famoso de esto son los Juicios de Brujas de Salem de 1692 a 1693 en Massachusetts con el resultado de más de 200 acusadas y 20 ejecutadas en la horca. La brujería fue considerada como una amenaza real en todas las colonias y los juicios de brujas se llevaron a cabo antes y mucho después del infame evento de Salem. Aunque los grupos marginados, principalmente las mujeres, eran los blancos más frecuentes para ser acusados, cualquier persona de cualquier clase social podía ser sospechosa o acusada de conspirar con el diablo.
Las Clases Sociales
A pesar de que la relación jerárquica de la sociedad colonial era más flexible que en Inglaterra la estructura como tal se respetaba. Así tenemos una sociedad colonial dividida en las siguientes clases en orden de mayor a menor jerarquía:
- Terratenientes de clase alta
- Comerciantes y clérigos
- Agricultores, Artesanos y Trabajadores
- Sirvientes por conveniencia
- Nativos originarios
- Esclavos
La clase social de las personas se ponía de manifiesto en las vestimentas y accesorios que podían pagar, así que en varias de las colonias había leyes que prohibían a las clases inferiores vestirse como los de las clases superiores, por lo que hacerlo implicaba multas y sanciones. La clase alta estaba conformada por los terratenientes poseedores de grandes plantaciones en las colonias del sur y por los propietarios de grandes extensiones de tierra o granjas en las colonias del Medio y Nueva Inglaterra. En cuanto a la participación en la política colonial solo los hombres blancos de esta clase, terratenientes y mayores de 21 años tenían derecho al voto, ocupar cargos en el gobierno y participar en la redacción de leyes. A pesar de estas condiciones muchos comerciantes y clérigos también tuvieron acceso a estos privilegios.
Los próximos en la escala social eran los comerciantes y clérigos, algunos de los cuales también eran terratenientes. Los clérigos no sólo eran escribas y abogados sino también ministros. Algunos eran bastante ricos, mientras que otros luchaban por sobrevivir. Los maestros también eran contados como clérigos, pero fuera de Nueva Inglaterra no fueron muy respetados. Los puritanos de Nueva Inglaterra pusieron un gran valor en la alfabetización, fundando la Universidad de Harvard y otras instituciones, debido a su creencia de que todos deberían ser capaces de leer la Biblia, pero pocas de las otras colonias siguieron su ejemplo.
Descendiendo en la escala social encontramos a los agricultores, artesanos y obreros, los cuales poseían pequeñas granjas, negocios de distinta naturaleza (elaboración de cerveza, fabricación de barriles, fabricación de velas, confección, etc.), o eran trabajadores calificados o no calificados. Luego venían los sirvientes por arreglo o conveniencia, personas que habían firmado un contrato con alguien en las colonias que le permitía inmigrar desde Inglaterra y trabajar para el colono a cambio de comida y refugio por un tiempo acordado, hasta compensar el total del arreglo. Al culminar el contrato se le entregaba al sirviente un lote de tierra, herramientas de trabajo y un arma de fuego. Durante los primeros años de las colonias un ex sirviente podía ascender en la escala social y poder llegar a formar parte de la elite fruto de su trabajo.
Los nativos originarios ocupaban el penúltimo lugar y eran considerados forasteros, incluso aquellos que se habían convertido al cristianismo, estableciendose en poblados cercanos a las colonias inglesas, vestían ropas al estilo ingles y aprendieron el idioma inglés. Después de la masacre india de 1622 en Virginia, durante la cual las tribus de la confederación Powhatan asesinaron a 347 colonos en un ataque sorpresa, los nativos fueron vistos con recelo. Los colonos justificaron atrocidades posteriores cometidas contra los nativos tomando como basamento la masacre de 1622 y las guerras Anglo-Powhatan que le siguieron.
Al final de la escala social y por debajo de los nativos originarios estaban los esclavos africanos (aunque muchos nativos también fueron esclavizados). Los primeros esclavos africanos llegaron a Jamestown, Virginia, en 1619 pero al principio fueron tratados más como sirvientes por arreglo. La radicalización de la esclavitud se consolidó después de 1640 y se institucionalizó en la década de 1660. Los esclavos africanos eran considerados como una propiedad y solo se les otorgaban los derechos que sus propietarios consideraban prudentes. Para otórgales la liberad se tenían que cumplir condiciones muy específicas tales como salvar la vida de su amo o a un miembro de su familia o informar sobre otros esclavos que planeasen una insurrección, escapar, o asesinar al amo. Sin embargo en cualquier caso la libertad estaba a discreción del amo. Un esclavo liberado, especialmente en las colonias del sur, tenía muy pocas posibilidades de subir la escala social.
Casas y Educación
Los hogares coloniales también reflejaban el estatus social. Las primeras casas de Jamestown y Plymouth eran construcciones de madera con techos de paja, recubiertas con una mezcla de astillas de madera, paja y barro. Se construían como una estructura de madera generalmente a base de troncos de árbol amarrados entre sí arreglados en forma horizontal uno sobre otro combinados con arreglos de troncos en vertical y con las juntas rellenas con una mezcla de barro y paja, todo embadurnado en las paredes y de esta manera procurar aislamiento térmico frente al clima exterior.
La mayoría de las casas eran de un solo ambiente, a veces con un desván, con una chimenea en un extremo, pisos de tierra, y ventanas abiertas sin vidrio ya que era muy caro. Para evitar la entrada de la lluvia y los insectos, se utilizaron a manera de persianas, papel o tela junto con hierbas colgadas como repelente de insectos. Los adultos dormían en camas de listones de madera y paja y los niños en colchonetas en el suelo. Este estilo de hogar continuó siendo estándar para la clase baja en las zonas rurales durante todo el período colonial.
Las ciudades como Boston rápidamente prohibieron los techos de paja para reducir los riesgos de incendios. En las ciudades las casas eran construidas sobre la base de una estructura de madera, pisos de madera y frecuentemente de dos plantas con los dormitorios en el nivel superior mientras en el nivel inferior estaba la cocina, el alojamiento de la servidumbre y una sala para recibir a los invitados. Había varias estufas para calefacción y las ventanas solían estar hechas de varias piezas de vidrio unidas por tiras plomo. Con el tiempo algunas de las edificaciones más costosas eran hechas de piedra o ladrillos.
Las casas en las plantaciones eran frecuentemente (aunque no siempre) mansiones con múltiples habitaciones y estufas para calefacción, salones espaciosos y alojamientos para la servidumbre en el tercer piso y/o el sótano. Tenían ventanas de vidrio, ornamentos, grandes extensiones de terreno al rededor y podían ser construidas de cualquier material que el propietario desease.
En lo que se refiere a la educación, los hijos de la gente pudiente eran enviados a escuelas en Inglaterra o tenían tutores privados mientras que los de las clases bajas carecían de instrucción o eran instruidos de forma muy limitada por sus padres o asistían a una escuela rudimentaria con un maestro pagado por la comunidad. Las colonias del Medio y el Sur no tenían escuelas públicas, solo las colonias de Nueva Inglaterra tenían educación pública obligatoria. Se esperaba que los padres contribuyeran con lo que pudieran ya fueran libros, dinero, escritorios o leña para la calefacción. Los maestros eran hospedados en la casa de los padres de forma rotativa.
Aunque los colonos de Nueva Inglaterra enfatizaron la importancia de la educación para todos, seguían pensando que los hombres merecían recibir más instrucción que las mujeres ya que ellos estaban destinados a administrar los negocios mientras que de las mujeres se esperaba contrajeran matrimonio, criaran a los hijos y se encargasen del hogar. A las muchachas se les enseñaba lo básico en cuanto a escritura y matemáticas, en el caso de las clases altas adicionalmente a tocar algún instrumento musical, cantar y bailar. A los muchachos se les enseñaba historia, geografía, escritura, matemáticas y también sobre los negocios del padre. El Cristianismo fue la religión estándar para la educación sin importar el género pero su interpretación y enseñanza dependía de cada colonia.
Familia, Indumentaria, Comida y Diversión
La familia era la base fundamental de la comunidad por lo que el matrimonio era de vital importancia. La mayoría de los hombres se casaban comenzando los 20 mientras que las muchachas alrededor de los 15 años. En vista de que los hombres superaban en número a las mujeres, entre 1620 y 1624 se puso en marcha el programa Jamestown Brides por medio del cual se llevaron mujeres desde Inglaterra a Jamestown para entregarlas en matrimonio. A las candidatas se les aseguraba un hombre próspero en el sentido de que tenían a su elección entre muchos hombres solteros al costo prohibitivo de 150 libras de tabaco (aproximadamente $5,000.00 en la moneda actual) que cobraba la compañía que hacia los arreglos, así que sólo los colonos más ricos podían permitirse participar.
Las familias coloniales eran por lo general grandes y no era raro que una mujer fuese madre de 10 a 15 hijos a lo largo de su vida. En las comunidades rurales los niños eran la fuerza de trabajo así que mientras más hijos más ganancias para la granja o el negocio. Los miembros de la familia extendida vivían cerca o bajo un mismo techo y en vista de que muchas mujeres morían al dar a luz y el viudo se casaba nuevamente al poco tiempo, había entonces también hijastros junto a tías, tíos y abuelos.
Todas estas manos contribuían con las tareas del hogar así como al negocio del cabeza de familia. Las mujeres y las muchachas tejían, cosían y reparaban la ropa la cual podía ser de lana o algodón teñidos en colores llamativos, ropa oscura para el día de reposo (Sabbath) o camisas y capas de piel de animales. Los zapatos, particularmente los de los hombres, eran generalmente mocasines hechos a la usanza de los nativos originarios. La ropa de las mujeres era más elaborada que la de los hombres y podía incluir varias capas de ropa interior.
De los niños se esperaba que trabajaran así que sin importar la clase social y a muy temprana edad ya contribuían de alguna manera a los quehaceres del hogar así fuera solo reunir la leña para la estufa. Esto no les impedía tener sus juguetes y jugar. Las niñas jugaban con muñecas en ocasiones hechas de paja y trapos y los niños con soldados en miniatura, animales y armas. Entre los juegos había uno de pelota llamado stoolball muy parecido al cricket inglés y en invierno el trineo era el entretenimiento más popular.
Los hombres adultos jugaban bolos, billar, juegos de mesa, cartas y practicaban la caza. Las mujeres participaban en las llamadas "abejas" y "juegos" las cuales eran reuniones para alguna actividad central como coser juntas un vestido de novia o colcha, preservar frutas y verduras, jardinería, o alguna actividad cívica como mejorar un parque local. Cocinar "abejas" eran reuniones de mujeres para preparar una comida grande, a menudo cuando los hombres ayudaban a algún miembro de la comunidad a construir su granero, una actividad conocida como barn-raising.
La dieta colonial y particularmente en Nueva Inglaterra estaba basada en el maíz con el cual se podía hacer pan de maíz, pudding de maíz, sopa de maíz y muffins de maíz. La dieta se complementaba con ciervo salvaje, conejo, aves, ardillas y frutas frescas como la manzana para el caso de Nueva Inglaterra y las Colonias del Medio, y los duraznos para las colonias del Sur. La batata era siempre bien recibida, aunque se pensaba que creaba adicción y no se esperaba que cualquiera que comiera batatas diariamente viviera más allá de los siete años desde su primera vez. En cuanto a los vegetales y las verduras se pensaba que en general promovían las enfermedades a menos que se cocinasen muy bien, sin embargo los agricultores seguían cultivándolos como alimento y mostraban lo mejor de su cosecha en los festivales comunitarios.
Los festivales eran los momentos para celebrar y relajarse, y generalmente adoptaban la forma de una feria local. Las mujeres competían en concursos por el mejor pastel o conservas, mientras que los hombres participaban en concursos de tiro con arco y puntería, lucha libre y combates de boxeo, así como por quien poseía la mejor cría de animales o calabaza más grande. Los niños de todas las edades disfrutaban de paseos a caballo, premios por escalar un poste engrasado o atrapar a un cerdo, concursos de llamado de cerdos (hog-calling), competencias de quien come más pasteles y más comida, después de una buena cosecha, razón por la cual la mayoría de las ferias se celebraron a finales de verano o principios de otoño después de la cosecha.
Crimen y Castigo
Para aquellos que cometían excesos violando las normas sociales aceptadas, se aplicaba un castigo que la mayoría de las veces era bajo la forma de la humillación pública. En los casos particulares de aparecer borracho en público o no cumplir con el día de reposo (trabajar un domingo o no asistir a la iglesia), por ejemplo, el castigo consistía en someter al infractor al escarnio público en la plaza del pueblo inmovilizándole cuello y manos (y en ocasiones también los pies) por medio de un artefacto de madera construido para este fin. Expuesto de esta forma, era víctima de las burlas por parte de la comunidad, quienes podían inclusive arrojarle frutas y verduras podridas o piedrecitas.
El fraude, el robo, el adulterio y la agresión podían ser castigados con azotes en público, la inmovilización de cuello y manos, una combinación de los dos, marcaje en la piel mediante un hierro caliente, desfiguración, rotura de una mano, brazo o pierna, pena de cárcel o destierro. El encarcelamiento como forma de castigo no se practicó frecuentemente, por un lado por el costo en dinero que representaba a la comunidad al tener que alimentar al convicto y por otro lado porque el preso no podía proveer para su familia.
Las violaciones, el asesinato y la brujería se castigaban con la muerte, pero la violación era por desgracia difícil de probar y los hombres, especialmente los de clase alta, generalmente pagaban una pequeña multa o eran exonerados. La primera ejecución registrada por asesinato fue la de John Billington (1580-1630) de la colonia Plymouth, uno de los pasajeros de Mayflower, quien fuese ahorcado. Los condenados por brujería casi siempre eran ahorcados, pero los colonos inventaron muchos métodos dolorosos de muerte, incluyendo ahogar o quemar a la víctima, así como triturar hasta la muerte al condenado por medio de colocar sobre su cuerpo pesos enromes.
Conclusión
Entre mediados de 1614, cuando la cosecha de tabaco en Jamestown se había convertido en la primera cosecha exitosa de las colonias y hasta mediados de 1763, cuando los colonos ingleses derrotaron a los franceses en la Guerra Francesa e India, se desarrolló toda una nueva cultura que se basó en el concepto del esfuerzo individual, fuerza de carácter y adhesión a la visión cristiana para alcanzar el éxito. La promesa de la Norte América colonial era que cualquiera podía convertirse en lo que quisiera si para ello trabajaba y se esforzaba lo suficiente.
El cristianismo protestante y su énfasis en la importancia del trabajo duro como una forma de glorificar a Dios fue un recurso motivador y de sustento para los colonos desde el principio. Este adquirió aún más importancia en la década de 1730 durante el Primer Gran Despertar cuando se popularizó el concepto de "divinidad universal". Bajo este nuevo concepto teológico todas las personas podían ser tocadas por el Espíritu Santo, nadie estaba fuera del alcance de Dios y cada individuo era valioso ante los ojos de Dios. Esta visión se afianzó muy bien junto a la recién formada cultura del individualismo y con el tiempo fue una de las tantas razones por las que el movimiento radical se animó a separarse del dominio inglés y formar la nueva nación de los Estados Unidos de América.