La vestimenta y apariencia en la Edad del Bronce griega (c. 3100 a.C.- c. 1100 a.C.) contribuyeron a definir los roles de género y a enfatizar una belleza idealizada que fue la semilla de los estándares de hoy en día. Los minoicos convirtieron la isla de Creta en una potencia mediterránea y dominaron la cultura egea hasta alrededor del 1450 a.C., cuando la civilización micénica de la Grecia continental alcanzó su apogeo y asumió el control. Frescos y estatuillas descubiertos de este periodo revelan una fabulosa y colorida sociedad que expresaba a través de la moda, el cabello, y los accesorios. Tanto mujeres minoicas como micénicas buscaban una cintura marcada para lograr lo que se consideraba el epítome de la estética femenina. Sin embargo, la moda micénica masculina reflejaba su temperamento guerrero, a diferencia de sus contrapartes minoicos, que encarnaban la ostentación y el esplendor.
Fresco minoico "Damas de azul"
Carole Raddato (CC BY-NC-SA)
Las obras de arte sugieren que la cintura de avispa estaba altamente idealizada en la cultura minoica y quizás implementaron modificaciones corporales para conseguirla.
Mujeres minoicas
Las mujeres están muy presentes entre las piezas arqueológicas encontradas en Cnosos, Acrotiri (Thera) y otros centros minoicos. Uno de los ejemplos más hermosos es la Diosa de las serpientes, una estatua que representa el arquetipo del vestido minoico. Esta mujer usa un vestido de volantes en capas, que desciende hasta el suelo, con un corpiño de mangas cortas junto a un escote festoneado que muestra y acentúa su busto. Esto se refleja en los coloridos frescos que enfatizan las brillantes y llamativas telas teñidas en una infinidad de colores. Los colores primarios intensos, rojos, amarillos y azules, dominan los patrones. Para conseguir estas tonalidades, los minoicos aprovechaban los recursos naturales disponibles; el azafrán, actualmente la especia más cara del mundo, se usaba para conseguir amarillo, y los caracoles marinos murex producían un púrpura intenso.
Uno de los aspectos más interesantes de la vestimenta femenina fue el uso de corsés o entallados cinturones gruesos para mostrar una figura de reloj de arena. Las obras de arte sugieren que la cintura de avispa estaba altamente idealizada en la cultura minoica y quizás implementaron modificaciones corporales para conseguirla. Como es lógico, los corsés han entrado y salido de moda en los miles de años que han pasado desde su uso en la antigua Creta. Las mujeres minoicas también usaban joyería para enmarcar sus facciones, los aros de argolla, collares y brazaletes eran formas populares de expresión y decoración, además de contar con cuentas de oro y vidrio para añadir un toque glamuroso a sus atuendos.
Fresco de una mujer minoica, Acrotiri
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)
En los frescos, las mujeres llevan el cabello negro trenzado en largos mechones. En contraste, el color de sus pieles se muestra de un blanco pálido, lo que implica que la mujer idónea habría pasado una significativa cantidad de tiempo en interiores, y que el arquetipo de belleza femenina podría obtenerse enfocándose en las tareas domésticas.
La moda micénica estaba muy influida por su predecesora minoica. Las mujeres de la Grecia continental adoptaron similares siluetas y faldas con volantes. No obstante, es notable que en ciertos puntos de la historia micénica, se prefirió un corpiño cerrado más conservador y, en ocasiones, una túnica simple, algunas veces con cinturón. Usaban chales tejidos o mantos encima de sus vestidos y también se sujetaban los peinados elaborados y enroscados con horquillas de marfil.
Las mujeres micénicas se suelen retratar con un accesorio distintivo: el polos.Un polos es una corona cilíndrica, de forma semejante a una rueda vista de lado, que se usaba sobre la cabeza. Comúnmente lo portaban mujeres poderosas, tales como las diosas.
Los hombres minoicos preferían mantener el ropaje al minímo y se suelen retratar con el torso desnudo.
Hombres minoicos
Los hombres minoicos preferían mantener el ropaje al mínimo y se suelen retratar con el torso desnudo. Tal como sus contrapartes femeninas, carecían de timidez, disfrutando de mostrar la parte superior de sus cuerpos, los cuales eran musculosos gracias a la práctica de deportes como la taurocatapsia y el boxeo. Los taparrabos y faldones eran populares, especialmente cuando se combinaban con una bragueta decorativa. Estas prendas eran de múltiples colores, con amarillos, azules y blancos. Los hombres minoicos también usaban sombreros con plumas largas y vibrantes que sobresalían del centro, además de complementarlos con collares, brazaletes y bandas ornamentales que se ajustaban en los bíceps. Los diseños en anillos de oro tenían un valor importante, servían como sellos, una efectiva marca prehistórica o señal de identidad que se podía grabar en arcilla. El fresco de los boxeadores de Acrotiri muestra a dos muchachos jóvenes boxeando, aunque solo el de la izquierda usa joyería, lo que indica que estos objetos eran un símbolo de riqueza y estatus.
Fresco minoico de la procesión de Cnosos
Carole Raddato (CC BY-NC-SA)
En los frescos, los hombres minoicos se muestran bien rasurados, y a juzgar por las hojas de afeitar hechas de obsidiana descubiertas en tumbas de la Edad del Bronce temprana, una apariencia pulcra y presentable era de mucha importancia. Los hombres minoicos se suelen retratar con varios mechones negros largos y el resto del cabello corto. A diferencia de las mujeres, se les muestra con piel morena, similar a los frescos hallados en Egipto. Para conseguir esta piel oscura, el hombre idóneo habría pasado una cantidad significativa de tiempo en actividades en el exterior, tales como la cacería, la pesca y el atletismo. Una excepción a esto es el fresco llamado Príncipe de los lirios, también conocido como el rey-sacerdote. Debido a su bragueta, taparrabos y torso musculado, este individuo parece ser un hombre, sin embargo, su piel tiene un tono rosado mucho más pálido que el de un hombre común, pero a su vez más oscuro que la de una mujer. Los académicos argumentan que esto podría indicar que se trata de un hombre de una familia acomodada, al que no le hacía falta trabajar en el exterior.
Casco micénico de colmillos de jabalí
Jennifer Brown (CC BY-NC-SA)
Hombres micénicos
Los hombres micénicos preferían cubrirse un poco más que los minoicos: los faldones, túnicas, y mantos se volvieron artículos básicos de la moda y se puede decir que eran menos decorativos. Los micénicos eran famosos por sus proezas militares a través del Egeo y, por consiguiente, la armadura habría sido una característica integral del vestuario masculino. Los cascos estaban constituidos por un gorro hecho de cuero o de fieltro de lana (a veces adornado con un penacho), reforzado con colmillos de jabalí. La fabricación de un solo casco habría requerido de un esfuerzo inmenso, que requería la caza de docenas de jabalís.
La Panoplia de Dendra presenta una armadura de cuerpo completo, incluido un casco, coraza de bronce, faldón en capas y hombreras que solían asegurarse con correas de cuero. En conjunto, la armadura habría pesado la colosal cifra de 15 kg (13 libras), lo que implica que tener una gran fuerza y estar en buena condición física habrían sido una ventaja importante, o incluso una necesidad, en el ejército micénico. Las grebas de bronce, que habrían servido para proteger las canillas, y los faldones de cuero o coseletes decorados con tachuelas de metal, aparecen representados en objetos como el Vaso de los guerreros.
Comparaciones
La evolución en la moda masculina desde el periodo minoico al micénico refleja la creciente presencia de la guerra y la importancia militar. Esto no implica que los minoicos fueran ajenos a los conflictos bélicos, ya que su ubicación en el Egeo los convirtió en un objetivo de batalla practico, por lo que es certero asumir que se defendían con destreza, pero fue la guerra micénica la que se convirtió en un componente central de la sociedad griega, algo evidente por la concentración de armas y equipamiento militar hallados en tumbas de fosa micénicas. Estos hombres claramente querían ser recordados como guerreros y luchadores, dejando un legado de fuerza, influencia y poderío.
Guerreros micénicos
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)
Hay poca diferencia entre la moda minoica y micénica de las mujeres, lo que sugiere que el rol femenino se mantuvo relativamente estable a lo largo de la Edad del Bronce, ya que no hubo necesidad de modificar sustancialmente la funcionalidad de la silueta. Dicho esto, durante la época minoica, las mujeres fueron el punto focal de la religión; representadas como diosas y sacerdotisas a la cabeza de los rituales y ceremonias. Sus prendas eran más elaboradas y complejas, lo que indica que pudieron haber ocupado un rol más destacado en la religión de la Edad del Bronce (e incluso, tal vez, en la política) que las mujeres micénicas, que a menudo se retratan con niños y, por consiguiente, con mayores responsabilidades familiares y maternales.
Lo que es cautivador es que estas prendas tienen el poder de traer los mitos griegos de vuelta a la vida. La Edad del Bronce también se conoce como la Edad Heroica, ya que se creía que era el periodo de tiempo en el cual las figuras míticas habitaron la tierra. Cuando miramos los frescos, es fácil visualizar el colorido vestido minoico que Ariadna habría usado cuando le dio a Teseo aquel hilo mágico que lo guiaría por el laberinto, o la gloriosa armadura micénica que Agamenón habría ostentado cuando lideró a sus tropas hacia la batalla contra los troyanos.
Fresco de mujer minoica, Cnosos
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)
Entre alrededor de 1250 a.C. y 1100 a.C. una serie de terremotos, sequías, hambrunas, guerras y la invasión de los misteriosos pueblos del mar, de quienes se sabe muy poco, provocaron el colapso de la Edad del Bronce. Esta serie de desastres hicieron colapsar a algunas de las civilizaciones más grandes que el mundo haya conocido y dio paso a la Edad Oscura griega (c. 1100 - c. 750 a.C), en la cual los estilos de la Edad del Bronce se acabaron sustituyendo por el peplos y el quitón, que son las prendas que la mayoría nosotros, en la era moderna, tendemos a asociar con la antigua Grecia. En centros culturales como Atenas, la vestimenta se volvió más conservadora para las mujeres, mientras que para los hombres, la desnudez se idealizó y normalizó en ciertos ambientes sociales, indicando una brecha de género cada vez mayor.
3000 años después del colapso de la Edad del Bronce, los estilos y estándares de belleza siguen resonando con las audiencias modernas. Las figuras de reloj de arena y cuerpos musculosos se siguen glorificando, y los vestidos acinturados aparecen con frecuencia en los medios de comunicación. Aunque estemos separados por un gran lapso de tiempo, es fascinante pensar que nuestros ancestros prehistóricos compartieron nuestras aspiraciones estéticas y gustos.
¿Te gusta la historia?
¡Suscríbete a nuestro boletín electrónico semanal gratuito!
Barbara A. Olsen. "Women, children and the family in the Late Aegean Bronze Age: Differences in Minoan and Mycenaean constructions of gender." World Archaeology, Issue 3, Volume 29, 1998.
Estudiante de idiomas amante de la historia, que desea aportar a la difusión de conocimientos históricos, respetando las culturas y sociedades a las que hacen referencia.
McDonnell, Georgia. "Belleza en la Edad del Bronce: moda minoica y micénica."
Traducido por C. Valenzuela-Orrego. World History Encyclopedia. Última modificación abril 08, 2021.
https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1723/belleza-en-la-edad-del-bronce-moda-minoica-y-micen/.
Escrito por Georgia McDonnell, publicado el 08 abril 2021. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.