Partia siempre había sido una espina en el costado del Imperio romano. Las campañas iniciales de Craso y Marco Antonio fueron un fracaso total, y aunque Trajano y el gobernador sirio Casio hicieron algunos avances en el siglo II d.C., ambos fracasaron en eliminar a los partes como una amenaza viable. El último gran choque se produjo en el 198 d.C. bajo Septimio Severo, quien finalmente no logró nada pero dejó a ambos imperios debilitados.
Fracaso en Carras
En los primeros días del Primer Triunvirato, el comandante Romano Marco Licinio Craso (115 - 53 a.C.), en busca de gloria y riquezas, dirigió siete legiones en un ataque no provocado contra los partos en la batalla de Carras, 53 a.C. La batalla resultó ser un desastre absoluto desde el inicio. El ejército romano nunca se había encontrado nada como la hábil caballería parta, que estaba especialmente entrenada para luchar en terreno abierto. El resultado de la batalla fue uno de los peores desastres militares en la historia romana. Al final, 20,000 soldados romanos murieron, 10,000 fueron capturados y solo unos 5,000 escaparon la matanza. Los partos habían demostrado ser un enemigo formidable. La principal fuerza de la guerra parta, como demostrado en Carras, era la caballería: catafractos acorazados cargando lanzas y arqueros montados con armadura ligera. Se movían y disparaban con rapidez, enfatizando la movilidad y la experta equitación con cargas rápidas y retiradas fingidas.
Otros intentos contra los partos seguirían. Una década después de Carras, en las vísperas de su asesinato en el 44 a.C., Julio César (100 - 44 a.C.) había hecho planes para regresar al este y luchar contra los partos. En el 36 a.C., cinco años antes de la batalla de Accio contra Octaviano, Marco Antonio (83 - 30 a.C.) condujo a sus legiones hacia el este, pero se retiró entre grandes pérdidas y sin éxito. En el 66 d.C., el emperador romano Nerón (r. 54 - 68 d.C.) estaba considerando una invasión total hasta que la Gran Revuelta Judía del 66 d.C. le obligó a cancelar sus planes y redirigir sus legiones. Sus generales pudieron llegar a un compromiso y la invasión planeada murió con él.
Las Campañas de Trajano y Casio
El siguiente intento fue del emperador Trajano (r. 98 - 117 d.C.). Después de conquistar a los rebeldes dacios, volvió su atención hacia el este. Algunos creen que solo lucho contra los partos por recompensa y gloria personal en lugar de ganancia territorial. En su ataque del 113 d.C., Trajano llevó consigo a dos de sus generales, Lucio Quieto y Lucio Máximo (muerto en batalla más tarde), y seis legiones:
- Legio I Adiutrix
- Legio XV Apollinaris
- Legio II Traiana
- Legio III Cyrenaica
- Legio XII Fulminata
- Legio XVI Flavia
Después de tomar las ciudades de Nísibis y Barnae, logró capturar la capital parta de Ctesifonte, donde permitió que su ejército saqueara la ciudad. Después, tomó fácilmente la ciudad de Seleucia. Cuando la ciudad de Edesa se rebeló contra la ocupación romana, fue incendiada. Sin embargo, sus planes de victoria se vieron frustrados cuando falló repetidamente en la toma de la ciudad fuertemente fortificada de Hatra.
Aunque se había anexionado tanto Armenia como Mesopotamia, otro levantamiento judío, el declive de la moral de los soldados y la enfermedad lo obligaron a retirarse de Mesopotamia. Antes de partir, asignaría a la Legio VI Ferrata a Caparcoma en Galilea, a la Legio XVI al suroeste de Armenia y a la Legio XV Apollonaris a Satala (antigua base de la XVI Flavia). Antes de que pudiera renovar su campaña, murió en Selinunte en Cilicia en su ruta de regreso a Roma, en agosto del 117 d.C. Su sobrino y gobernador de Panonia Superior, Adriano (r. 117 - 138 d.C.), fue aclamado emperador por el Senado romano. Sin intención de continuar la campaña parta, el nuevo emperador le dio la espalda a Partia y regresó a Roma. En las décadas que siguieron, los partos se recuperarían, esperando la oportunidad de atacar de nuevo.
Como reacción a la invasión parta de Armenia, la expulsión de los magistrados romanos y la aniquilación de la Legio XXII Deiotariana en el 161 d.C., el emperador Marco Aurelio (r. 161 - 180 d.C.) envió a su hermano y coemperador Lucio Vero (r. 161 - 169 d.C.) hacia el este. El gobernador sirio Cayo Avidio Casio fue designado por el coemperador para liderar la ofensiva contra Partia: el competidor más capaz de Roma. Aunque no todas las legiones participaron, los romanos tenían al menos once legiones disponibles, entre ellas:
- Legio III Gallica
- Legio IV Scythia
- Legio III Cyrenaica
- Legio X Fretensis
- Legio XII Fulminata
- Legio XV Apollinaris
El emperador Vero, que permaneció en Antioquía, trajo consigo a la I Minervia, II Adiutrix y la V Macedonica. Junto al comandante romano Publio Marcio Vero, Casio y sus legiones tomaron primero Ctesifonte, donde incendiaron el palacio del rey Vologases III, y luego saquearon y arrasaron la ciudad de Seleucia, pero el hambre y la enfermedad forzaron a los romanos a retirarse y regresar a Siria.
Desafortunadamente para Casio, las actividades a lo largo del Danubio requerían un regreso inmediato de las legiones. Aunque recibió críticas por su falta de participación personal en la guerra, el emperador Vero elogió la campaña de Casio contra los partos; Armenia había sido recuperada y la región estabilizada, aunque a costa de miles de vides. Si bien la región permaneció tranquila temporalmente, los partos pronto atraerían la atención de un nuevo emperador, Septimio Severo (r. 193 - 211 d.C.).
El Año de los Cinco Emperadores
Con el asesinato del emperador Cómodo (r. 180 - 192 d.C.) en diciembre del 192 d.C., el trono imperial fue reclamado por cinco personas diferentes. El año 193 d.C. fue conocido como el Año de los Cinco Emperadores. El antiguo gobernador y senador Publio Pertinax (quien había luchado junto con Casio en Partia) fue reconocido como emperador, pero pronto se enfrentó a la Guardia Pretoriana cuando intentó restablecer la disciplina. Fue asesinado por 200 de la Guardia después de solo tres meses en el trono. El siguiente fue Marco Didio Juliano, pero él también sería asesinado en su baño después de solo dos meses por la misma Guardia que lo había apoyado.
La Guardia empezó a preocuparse por la mentalidad de Severo que se acercaba con sus legiones, ya que Severo había apoyado a Pertinax. Proclamado emperador por el Senado, marchó a Roma acompañado por sus legiones X Gemina, XIV Gemina Martia Victrix, I Adiutrix y II Adiutrix. Al llegar a la ciudad, Severo mostró poca misericordia y disolvió la Guardia Pretoriana por su asesinato de Pertinax, ejecutando a todos los que participaron en la muerte del exemperador y desterrando al resto. Una Guardia recién formada, el doble de su tamaño anterior, contenía hombres de sus propias legiones.
Con su posición en Roma asegurada, su siguiente preocupación era Pescenio Níger, gobernador de Siria, quien tenía diez legiones y había reclamado el trono. En el 195 d.C., Severo cruzó a Asia Menor desde Tracia para enfrentarse a Níger y sus legiones. Primero, asedió a la ciudad de Bizancio y obligó a Níger a abandonar la ciudad. El ejército de Severo, dirigido por Tiberio Claudio Candido, siguió al aspirante y lo derrotó en la batalla de Nicea, pero Níger logró escapar. Los dos ejércitos se enfrentaron nuevamente en Issos donde Níger escapó nuevamente, huyendo a Antioquía con la intención de encontrar refugio en Partia. Fue finalmente capturado y decapitado. Su familia, que se encontraba secuestrada en Roma, fue también asesinada. Debido al apoyo de la ciudad a Níger, las legiones de Severo regresaron y sitiaron Bizancio hasta que, al borde de la inanición, finalmente se rindió. Mientras sus legiones luchaban contra Níger, el emperador se vio envuelto contra rebeldes de los reinos de Osroene y Adiabene. Con una base en Nísibis, el ejército de Severo barrió ambos reinos. Con su rendición, Severo regresó a casa.
Habiendo derrotado a Níger, el emperador centró su atención en un último reclamante: Clodio Albino, gobernador de Britania. Aunque el gobernador había apoyado inicialmente a Severo, Albino se enteró de que Caracalla (el hijo pequeño de Severo) era el sucesor elegido por el emperador y no él. Amargado, cruzó a la Galia con sus tres legiones: II Augusta, VI Victrix y XX Valeria Victrix. Con sus legiones orientales detrás de él, el emperador Severo se enfrentó a Albino en el 197 d.C. en la batalla de Lugdunum, donde el usurpador fue asesinado.
La Campaña Parta de Severo
Para el 197 d.C., Septimio Severo había asegurado su lugar en el trono romano. Sin embargo, mientras luchaba contra Albino, los partos aprovecharon su ausencia y sitiaron Nísibis. Enfurecido, Severo estaba decidido a eliminar a los partos como una amenaza para Roma. Con el apoyo de sus legiones, dirigió su atención hacia el este, hacia Partia. Debido a las grandes pérdidas en Lugdunum, Severo formó tres nuevas legiones: I Parthica, II Parthica y III Parthica (las tres reclutadas de Macedonia y Tracia, las cuales usaron el centauro como su emblema). Ahora había 33 legiones en el ejército romano, casi 500,000 hombres.
En la primavera del 198 d.C., Severo condujo a sus tres nuevas legiones, varias legiones europeas y la Guardia Pretoriana a Asia Menor para luchas contra los partos. El rey parto Vologases se retiró rápidamente de Nísibis cuando se enteró de la llegada de los romanos. Sin embargo, antes de enfrentarse a Vologases, Severo libró una batalla corta contra el reino de Osroene, un aliado de los partos, forzando su rendición. Desde allí, Severo se acercó a la ciudad de Seleucia donde descubrió que había sido abandonada. De igual manera, la ciudad de Babilonia también se encontró abandonada.
En Ctesifonte, su ejército (como al de Trajano) se le permitió saquear la ciudad. La población masculina fue asesinada mientras que las mujeres y niños (aproximadamente 100,000) fueron esclavizados. Debido a la falta de provisiones, Severo se retiró a invernar en Nísibis. En la primavera del 199 d.C., Severo y su ejército sitiaron Hatra. Con provisiones suficientes y nueva artillería romana, Severo estaba determinado a tomar la ciudad. Desafortunadamente para el emperador, muchos dentro del ejército se volvieron críticos hacia su liderazgo. Hatra estaba bien equipada con catapultas masivas que disparaban dos flechas de largo alcance a la vez. A medida que avanzaba el asedio, varias de las máquinas de guerra romanas fueron incendiadas por contenedores de nafta bituminosa, matando a los hombres que estaban adentro. Después de lograr una segunda brecha en los muros de la ciudad, Severo decidió esperar 24 horas antes de entrar a la ciudad, con la esperanza de que se rindiera. Disgustados con la decisión de Severo, muchos de los hombres se negaron a obedecer al emperador. Las legiones III Gallica, IV Scythica, VI Ferrata y X Fretensis recibieron la orden de liderar un asalto pero fueron destruidas.
Habiendo fracasado en tomar la ciudad y con poco apoyo de las legiones, Severo abandonó Mesopotamia y viajó a Egipto, dejando la I Parthica para guarnecer Singara y la III Parthica en Rhesana. La Legio III Parthica eventualmente caería ante el Imperio sasánida bajo Sapor II (309 - 379 d.C.). La campaña de Severo en Partia no había logrado nada. La Legio II Parthica regresó a Roma con él en el 202 d.C. y se convirtió en la primera legión asignada a Italia, con sede fuera de Roma. La legión regresó al este bajo el mando del hijo de Septimio, Caracalla (r. 211 - 217 d.C.) y participó en la batalla de Nísibis en el 217 d.C. Los intentos de Caracalla murieron con su asesinato, pero el Imperio parto quedó severamente debilitado. En el 224 d.C., el último rey parto fue derrocado por Ardashir, fundador del Imperio sasánida. En Roma, la dinastía Severa terminó en el 235 d.C., y con el ascenso de Maximino el Tracio, el primero de los llamados "emperadores de cuartel", el Imperio romano descendió a la Crisis del Siglo III.