Caín y Abel son los dos primeros hijos de Adán y Eva tras ser expulsados del Jardín del Edén en el libro bíblico del Génesis. Según la historia bíblica, Caín mató a Abel porque Dios aceptó el sacrificio de Abel pero rechazó el de Caín. Con este acto de celos, Caín se convirtió en el primer asesino.
Los sacrificios de Caín y Abel
El hombre se unió a Eva, su mujer, y ella concibió y dio a luz a Caín. Y dijo: «¡Con la ayuda del Señor, he tenido un hijo varón!» Después dio a luz a Abel, hermano de Caín. Abel se dedicó a pastorear ovejas, mientras que Caín se dedicó a trabajar la tierra. Tiempo después, Caín presentó al Señor una ofrenda del fruto de la tierra. Abel también presentó al Señor lo mejor de su rebaño, es decir, los primogénitos con su grasa. Y el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no miró así a Caín ni a su ofrenda. (Génesis 4:1-5)
La lectura de los primeros capítulos del Génesis puede ser problemática porque los relatos proceden tanto de antiguas tradiciones orales como de material editado posteriormente a lo largo de los siglos. Los biblistas modernos siguen tratando de clasificar las tradiciones y las fuentes e intentan situarlas en sus contextos históricos. Sin embargo, como modernos, nos interesa mucho más el intento de determinar lo que realmente sucedió y tratar de dar un sentido lógico a los detalles. Los antiguos no hacían esto; sabían apreciar una historia como tal sin dejar que los hechos se interpusieran.
El problema comenzó cuando los hermanos decidieron hacer sacrificios a Dios de cada uno de sus productos, pero Dios solo aceptó el de Abel. ¿Cómo sabían los dos primeros hombres de la tierra que debían hacer sacrificios a Dios? La Ley de Moisés, que detalla los sacrificios, aún no había aparecido. Y lo que era aún más problemático: ¿por qué Dios rechazó el sacrificio de Caín? El texto no proporciona ninguna razón. Sin embargo, un antiguo texto sumerio describía el conflicto entre los nómadas y los primeros agricultores asentados y puede haber influido en la historia.
El primer asesinato
Caín se enfureció y andaba cabizbajo.
Entonces el Señor le dijo: «¿Por qué estás tan enojado? ¿Por qué andas cabizbajo? Si hicieras lo bueno, podrías andar con la frente en alto. Pero, si haces lo malo, el pecado te acecha, como una fiera lista para atraparte. No obstante, tú puedes dominarlo».
Caín habló con su hermano Abel. Mientras estaban en el campo, Caín atacó a su hermano y lo mató.
El Señor le preguntó a Caín:
—¿Dónde está tu hermano Abel?
—No lo sé —respondió—. ¿Acaso soy yo el que debe cuidar a mi hermano?
—¡Qué has hecho! —exclamó el Señor—. Desde la tierra, la sangre de tu hermano reclama justicia. Por eso, ahora quedarás bajo la maldición de la tierra, la cual ha abierto sus fauces para recibir la sangre de tu hermano, que tú has derramado. Cuando cultives la tierra, no te dará sus frutos, y en el mundo serás un fugitivo errante.
—Este castigo es más de lo que puedo soportar —le dijo Caín al Señor—. Hoy me condenas al destierro, y nunca más podré estar en tu presencia. Andaré por el mundo errante como un fugitivo, y cualquiera que me encuentre me matará.
—No será así —replicó el Señor—. El que mate a Caín, será castigado siete veces.
Entonces el Señor le puso una marca a Caín, para que no fuera a matarlo quien lo hallara.
(Génesis 4:5-15)
"¿Acaso soy yo el que debe cuidar a mi hermano?" es una pregunta retórica cuya respuesta obvia es sí. Es una metáfora moderna del concepto de que los seres humanos deben cuidarse siempre unos a otros. En cuanto a la "marca a Caín", no hay ninguna pista en el texto. Algunas opiniones cristianas tradicionales la relacionan con el 666, el "número de la bestia" en el Libro del Apocalipsis (13:18).
Caín en la Tierra de Nod
Así Caín se alejó de la presencia del Señor y se fue a vivir a la región llamada Nod, al este del Edén.
Caín se unió a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc. Caín había estado construyendo una ciudad, a la que le puso el nombre de su hijo Enoc.
(Génesis 4:16-18)
Lo que siempre ha desconcertado a los comentaristas en este pasaje es cuando Caín se casó con una mujer de la tierra de Nod. ¿De dónde procedía esta mujer? En este punto de la narración, solo hay tres personas en la tierra: Adán, Eva y Caín. Ahora es cuando tenemos que entender lo que los escritores de este texto querían conseguir. Los detalles son problemáticos para nosotros, pero los escritores tenían cuestiones más amplias que abordar. En otras palabras, están considerando el panorama general.
"«Multiplíquense y llenen la tierra" (Génesis 9:1) es el primer mandamiento para los seres humanos después de su creación por Dios. Pero, ¿cómo se iba a cumplir? Solo hay una mujer en la tierra, Eva. Tomado literalmente, para cumplir el mandamiento, uno de los hijos de Eva tendría que cometer incesto con su madre. Los escritores nunca permitirían eso; no hay incesto en la primera familia. Por lo tanto, crearon una mujer de Nod y la incluyeron en la narración para resolver el problema.
Este es el mismo razonamiento de por qué Dios rechazó el sacrificio de Caín. No importa el motivo; en términos de la estructura de la trama narrativa, el asesinato de Caín a su hermano derrama la primera sangre en la tierra y prepara el escenario para la introducción del mal y la corrupción de la tierra para que Dios enviara el diluvio.
En Génesis 4:17-26 se describe la descendencia de Caín. Es entonces cuando los humanos desarrollan las artes de la civilización en la evolución de las ciudades, la música y la metalurgia (monedas y armas). La violencia de Caín se hereda en la siguiente generación. El Génesis 5 hace entonces una lista de los descendientes a través de Adán, destacando la línea más noble, hasta el nacimiento de su tercer hijo, Set. Concluye con la presentación de Noé, que fue considerado justo a los ojos de Dios (por la línea de Adán).
Caín y Abel en la tradición judía y cristiana
En sus comentarios a la Torá (los libros de Moisés), los rabinos enseñaban en contra de la rivalidad entre hermanos de todos los seres humanos (donde hay varios relatos sobre esto en el Génesis.) En su interpretación, Abel, como pastor, tenía una mejor ocupación ya que le proporcionaba tiempo y aislamiento para reflexionar sobre Dios. También afirmaban que Abel era humilde ante Dios, pero Caín carecía de esta humildad. Caín está vinculado al tema del exilio de la tierra de Israel, el castigo por el pecado, como se destaca en los libros de los Profetas.
En un pasaje del evangelio de Mateo, Jesucristo condenó a los escribas y fariseos y predijo el sufrimiento de sus seguidores:
Así recaerá sobre ustedes la culpa de toda la sangre justa que ha sido derramada sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la de Zacarías, hijo de Berequías, a quien ustedes asesinaron entre el santuario y el altar de los sacrificios. (23:35).
Cuando se escribieron los evangelios en el siglo I d.C., se afirmaba que todos los profetas de Israel habían sido martirizados. En la carta a los hebreos del Nuevo Testamento, se compara el sacrificio de Jesús con el de Abel. El texto afirmaba que Abel y Jesús compartían el mismo concepto de fe en Dios, del que aparentemente carecía Caín (Hebreos 12:24).
Caín y Abel en el Islam
En el Corán, la historia de Caín y Abel se utilizó para enseñar contra el asesinato y sus resultados.
Y nárrales (¡oh, Muhammad!) la verdadera historia de los dos hijos de Adán, cuando ofrecieron una ofrenda a Al-lah y solo fue aceptada la de uno de ellos. Entonces aquel cuya ofrenda no fue aceptada (Caín) dijo al otro: «Ten por seguro que te mataré». El otro (Abel) contestó: «Al-lah solo acepta las ofrendas de quienes son piadosos.
»Si extiendes tu mano para matarme, yo no extenderé la mía para matarte a ti; (pues) yo temo a Al-lah, el Señor de toda la creación.
»Prefiero que cargues con el pecado de haberme matado, así como con el resto de tus pecados, para que seas de los habitantes del fuego, pues tal es el castigo de los injustos».
Entonces, (Caín) sintió en su interior el impulso de matar a su hermano y lo mató; y paso a ser de los perdedores (en esta vida y en la otra).
Y Al-lah envió un cuervo que se puso a escarbar en la tierra para enseñarle cómo esconder el cadáver de su hermano. (Caín) exclamó: «¡Ay de mí! ¿Acaso no puedo hacer como este cuervo para esconder el cadáver de mi hermano?». Y pasó a ser de quienes se arrepienten. (Sura 5:27-31)
Las tradiciones posteriores del Islam afirmaban que fue el Diablo quien motivó a Caín y le enseñó a matar. Otra tradición relataba que los hermanos se peleaban por quién se casaría con una hija de Adán y Eva.
En el arte y la literatura
Caín y Abel fueron representados en las obras de Tiziano, Peter Paul Rubens y William Blake. En Hamlet, de William Shakespeare (c. 1600), Claudio y Hamlet representan a Caín y Abel, que se disputan el poder. Al este del Edén (1952) de John Steinbeck se convirtió en una película de gran éxito. La novela está ambientada entre la Guerra Civil estadounidense (1861-1865) y la Primera Guerra Mundial (1914-1918), con dos generaciones de hermanos, la segunda como gemelos, Aron y Caleb, Caín y Abel respectivamente.
La historia de Caín y Abel se sigue utilizando en la exploración de los orígenes de la violencia religiosa. Esto es particularmente pertinente en el modelo de rivalidad entre hermanos. El modelo se conoce como "rivalidad de la bendición". Si solo un hijo (Caín o Abel, Isaac o Ismael, Esaú o Jacob, o simbólicamente, Jesús como "el hijo de Dios") puede ser bendecido y recibir la legitimidad, ¿cómo pueden convivir los descendientes de ambos en plena aceptación?