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La Princesa Rana es un cuento popular eslavo que se centra en la importancia de reconocer la belleza interior de una persona sin importar su apariencia exterior, así como también la posibilidad de redención tras un fracaso. El cuento tiene muchas variantes y aparece en obras populares checas, húngaras, italianas y rusas así como en muchas otras.
En la versión mas popular del cuento, procedente de Rusia, un príncipe que se ha casado con una rana descubre que es una bella doncella mágica, pero traiciona su confianza, obligandola a dejarlo. El príncipe entonces se embarca en una aventura para probarse a si mísmo y ganarsela de nuevo. La princesa rana de esta versión es conocida como el hada Vasilissa la Sabia, pero la heroína no es el mismo personaje que Vasilissa la Bella del cuento popular del mismo nombre protagonizado por la bruja Baba Yagá.
La versión rusa es conocida por el giro dramático que da al personaje de Baba Yagá, que aquí es vista como una entidad servicial, en lugar de como una bruja malvada que devora niños, cuyos poderes místicos están simbolizados por el número tres, ya que hay tres baba yagás, cada una de las cuales hace avanzar la trama. El cuento es representativo del motivo de la novia animal y la esposa sobrenatural ofendida, que aparece en varias leyendas de diferentes culturas. El cuento eslavo no tiene nada que ver con la novela moderna La princesa rana, de E. D. Baker, que sirvió de base para la película de animación de Disney de 2009 del mismo nombre.
Origen y Motivo
La forma del cuento deriva de uno de los más antiguos, el cuento de animales, que se hizo famoso gracias a las Fábulas de Esopo, pero que apareció por primera vez en Mesopotamia. Los cuentos de animales utilizan animales como personajes para explicar algo (por ejemplo, cómo le salió la cola al perro) o para inculcarle una moraleja al público (como en el conocido cuento de Esopo, La zorra y las uvas). Los eruditos Maria Leach y Jerome Fried comentan:
La línea divisoria entre la fábula literaria y la folclórica no es fácil de determinar, ya que los cuentos de colecciones como la atribuida a Esopo han tenido una amplia circulación popular y han sido tomados y retomados en las tradiciones orales de grandes grupos de personas. Sin embargo, la zona de contacto entre la fábula didáctica y moralizante y el folclore es escasa, ya que el cuento de animales propiamente dicho está destinado esencialmente a entretener. El oyente debe dejar de creer y ver al animal hablando, pensando y actuando como un ser humano. (61-62)
En el cuento de La Zorra y las Uvas, por ejemplo, la zorra se comporta como un niño petulante cuando no puede alcanzar las uvas que cuelgan y finalmente se marcha diciendo que probablemente estaban agrias de todos modos. Para que el cuento sea eficaz, el público debe aceptar el mundo del cuento en el que los zorros pueden hablar, razonar y racionalizar. Del mismo modo, La princesa rana se basa en la suspensión de la incredulidad ante una rana parlante capaz de realizar magia transformadora.
Los cuentos populares equilibraban la injusticia de las reglas de sucesión presentando con frecuencia al más joven de la familia como héroe o heroína.
El cuento es similar en muchos aspectos al más conocido El príncipe rana (también conocido como El rey rana), en el que la más joven de las tres princesas deja caer por accidente su bola de oro en un pozo y ésta es recuperada por una rana después de que ella prometa que será su compañera. Sin embargo, cuando la rana le devuelve la bola, ella rompe su promesa y huye. La rana la sigue para obligarla a cumplirla. La princesa solo acepta al sapo cuando descubre que en realidad es un apuesto príncipe y, según las distintas versiones, es recompensada por su bondad o castigada por ser superficial y egoísta.
En La princesa rana, el protagonista también se muestra amable con la criatura, pero más tarde traiciona su confianza, y también utiliza el recurso del menor de tres, ya que este era un motivo popular en los cuentos populares. Por lo general, el hijo menor no recibía herencia, y la hija menor se casaba en último lugar, por lo que podía tener la dote más pobre. Los cuentos populares compensaban esta injusticia presentando con frecuencia al más joven de la familia como héroe o heroína.
El cuento
La historia comienza con un rey y una reina que tienen tres hijos nobles, todos ellos con las mejores características, pero el más joven, el príncipe Iván, es el mejor de todos. Cuando los chicos llegan a la edad de casarse, en lugar de casarlos por orden, el rey les dice que cojan sus arcos y disparen una flecha en los campos que rodean su castillo, cada uno en una dirección diferente; quien sea que les devuelva sus flechas se convertirá en su esposa.
Los hijos hacen lo que se les ordena, y el hermano mayor encuentra su flecha devuelta por la hija de un noble, el segundo por la de un rico mercader, pero Iván no encuentra su flecha por ninguna parte. Busca durante tres días hasta que encuentra una rana sentada en medio de un oscuro pantano con la flecha en la boca. Iván se enfurece y emprende el regreso hacia el castillo de su padre con las manos vacías, pero la rana le grita diciéndole que debe cumplir los deseos de su padre, recuperar la flecha y tomarla como esposa, o nunca encontrará el camino de vuelta a casa.
Iván regresa al castillo con la rana, pero sus hermanos mayores y sus hermosas prometidas se burlan de él. Iván les cuenta la historia, pero se niega a casarse con la rana, que obviamente está por debajo de su condición de príncipe. El rey le recuerda que su palabra es ley y decreta que debe casarse con la rana. Iván no está muy contento con este resultado, pero trata a la rana con amabilidad, se casa con ella y la lleva a su nuevo hogar, donde viven juntos y felices.
Con el tiempo, el rey convoca a sus hijos y les dice que quiere ver cómo realizan sus esposas las tareas domésticas. Les dice que cojan un trozo de lino de su almacén y que sus esposas le hagan una camisa para la mañana siguiente. Iván vuelve a casa con su lino abatido y le dice a la rana que debe hacer a su padre una buena camisa por la mañana, lo cual, dice, es imposible y sufrirán una humillación. La rana le dice que no se preocupe y, después de que él se haya ido a la cama, ella realiza un hechizo mágico y se crea la camisa. A la mañana siguiente, Iván le lleva la camisa a su padre junto con sus hermanos. Su padre examina la camisa del hermano mayor y la declara apta sólo para un campesino. Examina la camisa del segundo hermano y dice que sólo sirve para ir al baño. Sin embargo, la camisa de Iván le asombra y elogia a la mujer de Iván por haber confeccionado una prenda tan hermosa que sólo se llevará en ocasiones especiales.
La historia sigue el paradigma de la mayoría de los cuentos populares, invirtiendo las costumbres y ritos tradicionales y transmitiendo al mismo tiempo un importante mensaje cultural.
Después de la camisa, el rey exige a las esposas que le horneen una hogaza de pan, y ocurre lo mismo cuando declara que el pan de la esposa de Iván es el mejor. Las otras dos mujeres espían a la rana para ver cómo crea cosas tan magníficas, pero no pueden reproducirlas. El rey les pide entonces que le hagan una alfombra tejida en oro y plata, y de nuevo la mujer de Iván crea la mejor, mientras que las otras dos solo reciben insultos por sus esfuerzos. Después de esto, el rey ordena que le presenten a las esposas al día siguiente para que pueda agradecerles en persona su trabajo.
Iván vuelve a enfadarse porque tendrá que presentarse con una rana mientras sus hermanos tienen hermosas esposas, pero cuando le dice a la rana que debe presentarse, ella le vuelve a decir que no se preocupe. A la mañana siguiente, le dice que vaya al castillo y espere su carruaje, y cuando llega, es una princesa impresionantemente bella que eclipsa a todas las demás. El rey la elogia y se celebra una gran fiesta, pero durante los festejos, Iván teme que su esposa vuelva a convertirse en rana y se escabulle, vuelve a casa, encuentra su piel de rana y la quema.
Cuando su mujer se entera, grita que la ha traicionado y que debe marcharse ya. Dice que la perderá para siempre, a no ser que la encuentre en la tierra que hay bajo el sol, en el trigésimo reino, más allá de los nueve países. Ella le dice su nombre, Vasilissa la Sabia, luego se convierte en paloma, vuela e Iván se queda llorando solo.
Iván comienza su búsqueda y encuentra a un anciano que le cuenta que Vasilissa es un hada cuyo padre la maldijo convirtiéndola en rana durante tres años. Si Iván hubiera tenido paciencia, los tres años estaban a punto de cumplirse y ella habría vuelto a su forma natural. Sin embargo, el viejo se compadece de Iván y le regala una bola mágica que lo guiará hasta su esposa.
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La bola le lleva a un bosque oscuro donde se encuentra con la cabaña de Baba Yagá, que se sostiene sobre sus patas de gallina y gira sin parar. Después de que Iván haga que la cabaña se pare y entre, Baba Yagá le pregunta si ha venido por voluntad propia o forzado, e Iván responde que en parte ha sido por voluntad propia y en parte forzado, pero que eso no es tan importante como la hospitalidad, ya que ella no le ha ofrecido comida ni bebida ni un baño caliente.
Baba Yagá queda impresionada por la respuesta del príncipe, ya que demuestra espíritu y valor, y le proporciona las tres cosas. Después, él le cuenta su historia y ella accede a ayudarle porque odia al padre de Vasilissa y sabe que interferir en sus planes le enfurecerá. Le cuenta a Iván que Vasilissa vuela todos los días por el bosque entregando y recibiendo mensajes para su padre y que se detiene en la cabaña. Le cuenta a Iván:
Quédate aquí y espérala. En cuanto llegue, agárrala por la cabeza. Cuando se sienta atrapada, se transformará en rana, luego en lagarto, después en serpiente y, por último, en flecha. Rompe la flecha en tres pedazos y será tuya para siempre. ¡Pero cuidado! Una vez que la tengas, ¡no la sueltes!" (Wiginton, 54)
El hada entra en la cabaña e Iván la atrapa. Cuando se convierte en rana, sonríe al verla de nuevo como la conoció, pero cuando se convierte en lagartija, le da asco y la suelta, y la lagartija huye. Baba Yagá está decepcionada con él, pero le dice que tiene otra oportunidad en la cabaña de su hermana. En la cabaña de la hermana, atrapa de nuevo al hada y la sujeta cuando se convierte en lagarto, pero la suelta cuando se convierte en serpiente. La hermana de Baba Yagá también está decepcionada con Iván, diciéndole que no se merece una esposa así si ni siquiera puede manejar a una serpiente, pero lo envía con su hermana menor.
En casa de la hermana menor, le advierten de que, si fracasa esta vez, no volverá a ver a Vasilissa en esta vida. Iván reza para tener fuerzas y, cuando el hada entra volando por la ventana, la agarra. Ella hace sus transformaciones habituales, pero él la sujeta con fuerza hasta que se convierte en una flecha, que él rompe rápidamente en tres. Vasilissa adopta su forma natural, lo abraza y lo perdona, y la Baba Yagá se alegra tanto por la pareja que les regala una yegua blanca que les lleva volando de vuelta por las nueve tierras hasta el reino del padre de Iván. Iván es nombrado heredero de su padre y todos viven felices para siempre.
Simbolismo y mensaje
La historia sigue el paradigma de la mayoría de los cuentos populares, si no de todos, al invertir las costumbres y ritos tradicionales y transmitir al mismo tiempo un importante mensaje cultural. Los tres príncipes se casan a la vez en lugar de que los hermanos mayores reciban un trato preferente, y las esposas presumiblemente mayores son superadas por las más jóvenes. También toma un personaje villano tradicional, Baba Yagá, y lo transforma en un espíritu servicial que es fundamental para ayudar al héroe a alcanzar el objetivo de su búsqueda.La princesa rana, como se ha señalado, es similar a muchos otros cuentos de novias animales, pero pone de relieve la debilidad del héroe, casi hasta el final, por su incapacidad para ver más allá de las apariencias y apreciar la belleza interior de su esposa, independientemente de la forma que adopte. El erudito Andreas Johns comenta:
El héroe demuestra su amor por su esposa cuando debe aferrarse a ella incluso cuando se convierte en rana, lagarto y serpiente. El cuento termina felizmente cuando las circunstancias externas (la apariencia de la princesa en forma humana) reflejan las cualidades internas. El cuento hace que el oyente reflexione sobre los verdaderos valores humanos. (152)
Esto es así no sólo por la repulsión inicial del héroe hacia la rana y el asco posterior ante el lagarto y la serpiente, sino también por la reacción del público ante Baba Yagá. Baba Yagá suele aparecer en la tradición eslava como una bruja amenazadora que cabalga en un mortero propulsado por una maja con una escoba que barre cualquier rastro de su camino tras de sí, y que busca niños pequeños a los que pueda comerse. Rara vez aparece como nada que no sea una bruja malvada, e incluso cuando es servicial, como en el cuento Maria Morevna, es en contra de su voluntad. En este cuento, sin embargo, reconoce la valía del héroe aunque él no lo parezca, y sus hermanas hacen lo mismo, hasta el punto de regalar a la pareja un caballo mágico para que los lleve de vuelta a casa. Johns destaca:
Los motivos fantásticos específicos son reflejos de las costumbres sociales del pasado (la preferencia del cuento por el tercer hijo, que en la antigüedad no heredaba nada) y del totemismo (el matrimonio del héroe con una rana). El cuento insinúa una relación entre Baba Yagá y la rana [en el sentido de que el hada se detiene en su casa todos los días para descansar]. Como ahora está emparentada con el héroe [por su relación con la rana], es natural que Baba Yagá, un espíritu protector, le ayude. La tradición folclórica posterior [en la que Baba Yagá es malvada] ha dado un nuevo significado a estas concepciones mitológicas. (152)
Baba Yagá se reconoce como una figura embaucadora, un personaje mitológico que suele hacer cosas malas que luego conducen a la transformación, y todo este cuento encarna la figura del embaucador. Los embaucadores pueden parecer malvados, pero pueden provocar cambios importantes que lleven a algo bueno. Nada ni nadie en el cuento se comporta como se espera que lo haga: la rana es en realidad un hada, la bruja malvada es un espíritu servicial, el valiente príncipe no puede con un lagarto o una serpiente. Esto le sugeriría al público cautela a la hora de sacar conclusiones precipitadas sobre las personas y los acontecimientos de su propia vida.
Conclusión
Junto con la moraleja de no juzgar a los demás por su apariencia está la esperanza de las segundas oportunidades y el perdón. Cada vez que el padre de Iván exige a su mujer que haga algún objeto nuevo, Iván se muestra abatido cuando se lo cuenta a su mujer, desesperanzado ante lo que considera tareas imposibles. Incluso después de que su mujer le demuestre que debe confiar en ella, él sigue dudando, y sus temores culminan finalmente en su acto de traición cuando le quema la piel de rana.
Tras estos fallos iniciales, Iván sigue tropezando en la cabaña de Baba Yagá, pero se le da una segunda, y luego una tercera oportunidad en casa de sus hermanas. Baba Yagá y sus hermanas no dejan a Iván a merced de su propia debilidad, sino que lo perdonan y le animan a intentarlo de nuevo. Iván, por su parte, no abandona a Vasilissa ni siquiera después de que ésta haya escapado de él convertida en lagarto y luego en serpiente, y es precisamente por esta razón por la que Baba Yagá y sus hermanas le ayudan: porque por fin es capaz de ver más allá de las apariencias superficiales y entender lo que es realmente importante en la vida. Al final, se aferra a estos valores para completar su búsqueda, volver a estar completo con su esposa y, como dice la historia, vivir feliz para siempre.
Ritchie es un estudiante universitario que creció en México. Actualmente estudia en UCLA para obtener un título de Biología. Sus intereses son la ciencia y literatura. Actualmente tiene como pasatiempo traducir artículos de diversos temas. Por influencia de una personita muy especial, ahora presta mas atención a la cultura griega.
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.
Mark, J. J. (2021, octubre 18). La princesa rana [The Frog Princess].
(R. R. R. Chaidez, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1856/la-princesa-rana/
Estilo Chicago
Mark, Joshua J.. "La princesa rana."
Traducido por Ritchie R. R. Chaidez. World History Encyclopedia. Última modificación octubre 18, 2021.
https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1856/la-princesa-rana/.
Estilo MLA
Mark, Joshua J.. "La princesa rana."
Traducido por Ritchie R. R. Chaidez. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 18 oct 2021. Web. 21 dic 2024.
Licencia y derechos de autor
Escrito por Joshua J. Mark, publicado el 18 octubre 2021. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.