La conquista ibérica de las Américas

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Artículo

James Hancock
por , traducido por Estanislao Larios Ramirez
Publicado el 11 enero 2022
Disponible en otros idiomas: inglés, francés, italiano, portugués
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Los exploradores europeos comenzaron a sondar el hemisferio occidental a principios del 1500, cuando encontraron, para su completo asombro, no solo una gran masa continental sino un nuevo mundo repleto de diversas y populosas culturas indígenas. Entre sus conquistas más importantes están las de Cristóbal Colón en el Caribe (1492-1502); Hernán Cortés en México-Tenochtitlán (1519-1521), Francisco Pizarro y Diego de Almagro en el Perú Incaica (1528-1532), y Juan de Grijalva (1518) y Hernán Cortés (1519; 1524-1525) en la región Maya de Yucatán y Guatemala.

Montezuma Meets Cortés
Encuentro de Moctezuma y Cortés
Unknown Artist (Public Domain)

Los indígenas de las Américas

La civilización azteca se ubicaba en las planicies de las costas del golfo de Centroamérica así como en las sierras. Su imperio consistía en la confederación de tres grandes ciudades-estado, establecido en 1427: Tenochtitlán, la capital, ubicada en un islote cercano a la costa occidental del Lago Texcoco en el centro de México, Texcoco en la meseta central mexicana y Tlacopan en el Valle de México en la orilla occidental del lago de Texcoco.

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los europeos descubrieron que las sociedades indígenas tenían cultivos que les eran completamente desconocidos.

Los incas se ubicaban en los Andes y las regiones costeras de Sudamérica. Su imperio surgió a comienzos del siglo XIII y llegó a ser el más extenso en la América precolombina, con su capital Cuzco, en el actual Perú. La civilización inca controlaba una gran parte del occidente de Sudamérica a través de sus conquistas y el cobro de tributos a otros grupos.

La civilización maya alguna vez abarcó el sureste de México, todo Guatemala y Belice, así como regiones occidentales de Honduras y El Salvador. Para cuando los españoles llegaron, la era dorada de la civilización maya (250-900 d.C.) ya había pasado, pero aún tenía una presencia importante en la península de Yucatán y las tierras altas de Guatemala.

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Los taínos y los caribes estaban ampliamente distribuidos a lo largo de las Antillas Mayores y Menores así como el Mar Caribe. Estas sociedades no contaban con un gobierno centralizado sino que eran gobernadas por una innumerable cantidad de jefes regionales herederos así como clases nobles. Para cuando Colón llegó en 1492, había cinco cacicazgos en la Española, cada uno liderado por el cacique principal, a quien se le pagaba tributo.

Los tupí-guaraní habitaban la selva del Amazonas así como la mayor parte de la costa de Brasil. Al igual que los taínos, los tupí-guaraní no contaban con un gobierno centralizado, pero se dividían en miles de tribus, de entre 300-2000 personas cada una. En 1500, la población tupí era de alrededor 1 millón, casi igual a la población de Portugal.

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La agricultura en la América precolombina

Los europeos descubrieron que las sociedades indígenas tenían cultivos que les eran completamente desconocidos. De hecho, se habían domesticado dos grupos de cultivos totalmente diferentes en el Viejo y el Nuevo Mundo. Los granjeros amerindios cultivaban yuca, maíz, papa, frijol, calabacitas, jitomates y chiles, mientras que los ibéricos cultivaban trigo, cebada, col, cebollas, ajo y zanahorias.

Aztec Agriculture
Agricultura azteca
Peter Isotalo (Public Domain)

Asimismo, los europeos encontraron que la agricultura en las Américas era tan organizada y productiva como la de ellos. Los tupí-guaraní practicaban la agricultura de tala y quema con irrigación por lluvia. Los incas utilizaban terrazas en las montañas así como redes de irrigación en los valles y planicies. Por su parte, los taínos cultivaban en vastas colinas llamadas conuco. Los incas transformaron su paisaje con el uso de terrazas, canales y redes de irrigación. Los aztecas construían terrazas irrigadas en las cuestas de las montañas así como chinampas o jardines flotantes en los lagos de agua dulce que rodeaban su capital. Los mayas usaban el sistema de cultivo llamado milpa, en el cual los campos se cultivaban por dos años consecutivos y luego los dejaban descansar por ocho años.

La conquista española de las Américas

Colón fue el primero en llegar a América en 1492 y, hasta el día de su muerte, estaba seguro de haber llegado a Asia. A diferencia de los conquistadores que llegaron después que él, Colón no llevó a cabo una conquista a gran escala de los indígenas taínos. En cambio, estableció un asentamiento en La Isabela, en la actual República Dominicana, desde donde exploró el interior de la isla en búsqueda de oro y plata, imponiendo un brutal sistema tributario a los taínos. Asimismo, además de obligarlos a buscar oro en otras islas, los forzaron a alimentar a todos los colonizadores. Por otro lado, también introdujo cultivos y ganado europeos con el objetivo de "aclimatar a la población europea a las nuevas tierras así como dar lugar al cultivo de cultivos comerciales destinados al consumo europeo" (Paravisini-Gebert, 11).

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Hernán Cortés invadió el muy estructurado Imperio azteca de Mesoamérica con la ayuda de muchos aliados indígenas. En aquella época, el Imperio Azteca era una frágil confederación de ciudades-estado, y los españoles lograron convencer a los frustrados líderes de los estados subordinados y a uno no conquistado (Tlaxcala) para que se unieran a ellos. Siguiendo los pasos de una expedición previa a través de Yucatán liderada por Juan de Grijalva, Hernán Cortés comenzó su campaña contra el Imperio azteca en 1519 y, tras dos años, en 1521, con el apoyo de su coalición armada, capturó al emperador Cuauhtémoc y la capital del Imperio azteca, Tenochtitlán. A partir de allí los españoles emprendieron campañas de conquista en todo el territorio; contra los mayas en la península de Yucatán y Guatemala, los tarascos (Purépecha) en Michoacán, y los chichimeca en el norte de México.

Cortés & the Siege of Tenochtitlan
Cortés y el sitio de Tenochtitlán
Unknown Artist (Public Domain)

La guerra de los españoles contra el imperio más poderoso en América (el Inca, en las tierras altas de Perú) fue una aventura que abarcó varios años. Comenzó cuando Francisco Pizarro, junto con sus aliados andinos, capturó y estranguló al emperador Atahualpa en 1532, terminando 40 años después con la toma de la última fortaleza inca, Vilcabamba (1500 m al noreste de Cuzco), en 1572. Los españoles aprovecharon la coyuntura de la guerra civil que existía entre los simpatizantes del emperador Atahualpa y los de su hermano Huáscar, así como la ayuda de varios pueblos indígenas reprimidos por los incas.

Organización de la América española

Tras la conquista del imperio azteca por parte de Cortés, la Corona de Castilla estableció el Reino de Nueva España, que abarcaba una enorme zona que incluía lo que hoy es México, gran parte del suroeste de América del Norte, América Central, partes del norte de América del Sur y Filipinas. La Nueva España fue establecida como un reino más que una colonia, ya que el rey deseaba mantener su derecho real y su total propiedad. El 12 de octubre de 1535, el virreinato de la Nueva España fue establecido por decreto real para servir como el representante del rey. El primer virrey fue Antonio de Mendoza y Pacheco. La ciudad de México se convirtió en la capital del nuevo virreinato, construida de las ruinas de Tenochtitlán. Todos los edificios y templos anteriores pertenecientes a la cultura azteca fueron destruidos. Los españoles construyeron la nueva ciudad colonial así como palacios e iglesias bajo su propio estilo, reutilizando los materiales de construcción anteriormente usados por los aztecas.

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Spanish Colonial Empire in the Age of Exploration
Imperio colonial español en la Era de las expediciones
Simeon Netchev (CC BY-NC-ND)

En Perú, la corona española inicialmente premió a los conquistadores con adelantados, dándoles el derecho de gobernar sobre la región que hubieran conquistado. Sudamérica fue, básicamente, dividida en franjas, incluyendo las gobernaciones de Nueva Castilla (1529), Nueva Toledo (1534), Nueva Andalucía (1534), y la provincia de Tierra Firme (1539). En 1542, se reorganizaron bajo el Virreinato de Perú, que comprendía el actual Perú y la mayor parte del Imperio español en Sudamérica. Se gobernaba desde la capital, Lima. El rey Carlos nombró a Blasco Núñez Vela primer virrey del Perú en 1544, pero no fue hasta el quinto virrey, Francisco Álvarez de Toledo (1569-1581) que el Perú quedó bien organizado.

La economía colonial española

Para gobernar sus tierras en el Nuevo Mundo, los españoles organizaron a españoles y nativos en dos diferentes estratos o repúblicas: españoles y amerindios. Los españoles estaban a cargo de la supervisión de las tierras, el manejo las minas, así como la administración, mientras que los amerindios (la república de los indios), eran obligados a proveer de alimentación, vivienda y vestimenta a los españoles. En retribución, los amerindios recibían protección militar así como adoctrinamiento sobre la "gracia salvadora" de la fe cristiana.

Los españoles impusieron este sistema de estratificación a través del uso de tres instituciones:

Cuando los soldados se encontraban por primera vez con los nativos, se suponía debían leer en voz alta y en español el requerimiento, el cual le comunicaba a los nativos que debían someterse a la autoridad de la corona española o enfrentar la espada. Cuando se alcanzaba cierto grado de control, las autoridades otorgaban posesión hereditaria de las tierras de los nativos a nobles y oficiales quienes, a través de la encomienda, recibían tributo y mano de obra de las villas indias.

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El sistema de la encomienda era una esclavitud disfrazada, en la que la mayoría de los propietarios HACÍAN TODO LO POSIBLE PARA DESPOJAR A LOS NATIVOS DE SU CULTURA y hacerlos trabajar hasta morir.

Las encomiendas incluían a todas las ciudades indígenas, comunidades y familias que se encontraran dentro de su territorio. Los habitantes indígenas originarios eran obligados a pagar tributo sobre todo lo que produjeran sus tierras: oro, cultivos, comestibles y animales. Asimismo, debían dedicar parte de su tiempo para trabajar en plantaciones o minas. En compensación, eran "protegidos" y convertidos al cristianismo.

El sistema de la encomienda era una esclavitud disfrazada, en la cual la mayoría de los dueños hacían todo lo posible por despojar a los nativos de su cultura y hacerlos trabajar hasta morir. Los amerindios, en varias ocasiones, eran forzados a escoger entre cumplir con sus cuotas (aun a costa de morir de inanición), o no cumplir con sus cuotas pero sufrir la frecuentemente mortal ira de los capataces. La corona española aprobó leyes que establecían que los indígenas no debían ser esclavizados ya que, de hecho, eran súbditos españoles, con ciertos derechos, pero estas leyes eran poco populares entre los colonizadores, quienes las recibían con gran hostilidad y resistencia.

Durante una importante reforma en 1542, conocida como las Nuevas Leyes, se limitó a las familias encomenderas a mantener su concesión solo por dos generaciones, en lugar de a perpetuidad, lo que provocó un gran descontento. Las extendidas protestas forzaron a la corona a retractarse por un tiempo, pero a principios del 1600, el rey reemplazó la encomienda con el repartimiento, en el cual oficiales del gobierno (corregidor de indios) se encargaba de regular el trabajo de los indígenas. Los amerindios fueron reclutados para trabajar en ciclos de duración variable en granjas, minas, talleres y proyectos públicos.

En el siglo XVII, apareció otro sistema agrícola llamado la hacienda. Algunos argumentan que las haciendas evolucionaron de las encomiendas, sin embargo en el sistema de las haciendas, las tierras eran otorgadas a personas privadas, quienes en lugar de utilizar a trabajadores forzados originarios de estas tierras, contrataban trabajadores libres, ya sea de manera temporal o permanente. Con el tiempo, estas haciendas se convirtieron en propiedad privada, sobreviviendo a la era colonial, hasta entrado el siglo XX.

Abandoned Hacienda, Taxco
Hacienda abandonada, Taxco
Octavio Alonso Maya Castro (CC BY)

La colonización portuguesa de Brasil

El surgimiento del Imperio portugués en América se produjo de una manera muy diferente a la del Imperio español. Los portugueses vieron inicialmente a Brasil más como un lugar de comercio que una tierra por colonizar, ya que en ese entonces toda su atención estaba enfocada en el comercio en el Océano Índico. En lugar de emprender campañas militares para conquistar a los indígenas, se involucraron con ellos con fines puramente comerciales, luchando contra grupos rivales, especialmente los franceses. Los nativos tupí fueron vistos más como indígenas destinados a hacer los trabajos que como una civilización por conquistar. Eran un grupo mucho menos jerarquizado y organizado que los aztecas, los incas o los mayas, por lo que no se los consideró como gran pueblo para subyugar.

Para colonizar Brasil, la corona portuguesa inicialmente usó un sistema hereditario de capitanías (Capitanias Hereditárias), que había sido previamente usada en la colonización de Madeira. Estas capitanías eran otorgadas por decreto real a particulares, como a mercaderes, soldados, marineros y baja nobleza, con la idea de ahorrarle a la corona los costos de colonización. Las capitanías otorgaban control sobre grandes extensiones de terreno y sobre todos los indígenas que vivieran en ellas, muy semejantes a las encomiendas españolas. Entre 1534 y 1536 el rey Juan III dividió Brasil en 15 capitanías, otorgándoselas a cualquiera que las deseara y tuviera los recursos necesarios para administrarla y explorarla.

De estas 15 capitanías, solo dos prosperaron, Pernambuco y San Vicente. Las restantes fracasaron ya sea por la resistencia de los indígenas, naufragios o peleas internas entre los colonizadores. Pernambuco, la más exitosa capitanía, pertenecía a Duarte Coelho, quien fundó la ciudad de Olinda en 1536, estableciendo ingenios azucareros y plantaciones para satisfacer la creciente demanda europea por este producto. La producción de azúcar se volvió el principal producto de Brasil por los próximos 150 años. La capitanía de San Vicente, propiedad de Martim Afonso de Sousa, también comenzó produciendo azúcar, pero la venta de esclavos se convirtió en su principal actividad económica.

Slavery in Brazil
La esclavitud en Brasil
Wilfredor (CC BY-SA)

Debido al fracaso de la mayoría de las capitanías y a la continua amenaza de barcos franceses en las costas de Brasil, el rey Juan III de Portugal (que reinó de 1521 a 1557), en 1549 decidió que la corona debía colonizar este territorio. Envió a una gran flota capitaneada por Tomé de Sousa a Brasil, con la encomienda de establecer un gobierno de la corona en dichas tierras. Sousa comenzó fundando una ciudad capital, Salvador de Bahía, en el actual estado de Bahía, en el noreste de Brasil. Tomé de Sousa también se encargó de coordinar la reconstrucción de las villas, reorganizar la economía de las antiguas capitanías y la propagación de la fe católica entre los indígenas, ayudado por los jesuitas, quienes tenían el respaldo directo del rey.

Al igual que los colonizadores españoles, los portugueses que emigraron a Brasil estaban en la búsqueda de tierras así como una vida más fácil. No tenían la intención de realizar trabajos manuales, sino que esperaban que los indígenas los hicieran por ellos. Cuando los portugueses comenzaron a colonizar Brasil a comienzos del 1500, lo primero que hicieron fue subyugar a los tupí para que trabajaran en sus minas o en la cosecha de sus campos, de dos maneras. Los misioneros jesuitas trabajaron para convertirlos al catolicismo, reclutándolos para que vivieran en las villas coloniales y trabajaran las granjas. Asimismo, expediciones de aventureros llamados bandeiras esclavizaron a miles de tupí mientras exploraban el interior del territorio en busca de metales y piedras preciosas. La iglesia había dictaminado que cualquier "salvaje" que se resistiera a ser convertido al cristianismo podría ser vendido como esclavo.

Los tupí estaban poco acostumbrados a trabajos rutinarios, a la vida sedentaria o a trabajar el campo, y se resistían a ser mantenidos como esclavos. Eran más propensos a enfermar gravemente debido a las nuevas enfermedades importadas por los colonizadores, pero también podían escapar fácilmente y ocultarse en la densa jungla. Para hacer frente a esta problemática, los portugueses echaron mano de los esclavos africanos, un recurso que ya habían empleado en sus plantaciones azucareras del Atlántico, frente a las costas africanas. Para mediados del siglo XVI, los esclavos africanos predominaban en las plantaciones portuguesas de Brasil, aunque la esclavización de indígenas continuó hasta bien entrado en siglo XVII.

Efecto de la conquista ibérica en las américas

Durante la colonización europea de las américas, los europeos hicieron todo lo que pudieron para ignorar los logros agrícolas de los amerindios, reemplazándolos por sus propios métodos y cultivos importados. Tuvieron poco éxito en este intento, ya que sus cultivos se adaptaron pobremente. Con todo, su población creció, a medida que, por prueba y error, determinaron cuáles de sus cultivos podían crecer en el entorno del nuevo mundo y cuáles de los cultivos indígenas se podían incorporar a su lista de alimentos.

Colonial Sugar Cane Manufacturing
Producción de azúcar de caña en tiempos de la colonia
Unknown Artist (Public Domain)

Los sistemas de la encomienda y la hacienda tuvieron efectos devastadores en el estilo de vida de los indígenas. Los amerindios se enfrentaron con una gran variedad de cultivos a los que no estaban acostumbrados, lo que es aún peor, por estar ocupándose de los campos de los colonizadores, o trabajando en minas húmedas y oscuras. Esto les dejaba poco tiempo para atender sus propios cultivos. Como resultado, muchos murieron de inanición o por trabajo excesivo.

La población amerindia fue diezmada a causa de las nuevas enfermedades traídas por los europeos. El sarampión, la viruela, la influenza y la peste bubónica cruzaron el Atlántico con terribles consecuencias para la población indígena, quienes nunca antes habían estado en contacto con estos padecimientos. Se estima que al menos 60 millones de indígenas poblaban las américas antes del arribo de europeos en 1492, y en el siglo XVII probablemente habían muerto 56 millones, el 90% de toda la población indígena precolombina.

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Bibliografía

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Sobre el traductor

Estanislao Larios Ramirez
Mexican, passionate about History since I was a child, thanks to the great teachers I had. I am convinced that there are more common things that unite humans than those that divide them, with History as a tool to achieve understanding among all societies.

Sobre el autor

James Hancock
James F. Hancock es un escritor independiente y profesor emérito en la Universidad del Estado de Michigan. Sus temas principales de interés son la evolución de los cultivos y la historia del comercio. Sus libros incluyen «Spices, Scents and Silk» (CABI) y «Plantation Crops» (Routledge).

Cita este trabajo

Estilo APA

Hancock, J. (2022, enero 11). La conquista ibérica de las Américas [The Iberian Conquest of the Americas]. (E. L. Ramirez, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1920/la-conquista-iberica-de-las-americas/

Estilo Chicago

Hancock, James. "La conquista ibérica de las Américas." Traducido por Estanislao Larios Ramirez. World History Encyclopedia. Última modificación enero 11, 2022. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1920/la-conquista-iberica-de-las-americas/.

Estilo MLA

Hancock, James. "La conquista ibérica de las Américas." Traducido por Estanislao Larios Ramirez. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 11 ene 2022. Web. 25 dic 2024.

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