Hasta que Sir Arthur Evans no descubrió el palacio de Cnosos, el ser mitad hombre y mitad toro muerto a manos de Teseo siempre se había considerado una simple leyenda popular. La arqueología cambiaría esa percepción.
El rey Minos de Creta luchó duramente con su hermano por hacerse con el trono y, tras lograrlo y exiliar a su hermano, le imploró al dios del mar, Poseidón, por un toro blanco como la nieve como signo de la aprobación del dios. Se suponía que Minos tenía que sacrificar al toro cuando apareciera, pero era tan hermoso que en vez de eso se lo quedó. Enfurecido por la ingratitud y el egoísmo de Minos, Poseidón hizo que su esposa, Pasífae, se enamorara del toro de tal manera que se apareó con él; de esta unión nació un niño con cabeza y rabo de toro. En un principio Pasífae se hizo cargo del Minotauro, pero a medida que iba creciendo se fue haciendo más violento, y Minos hizo que el arquitecto Dédalo diseñara un intricado palacio laberíntico en el que encerrar a la bestia.
La ciudad de Atenas, según una versión de la historia, fue la responsable de la muerte del hijo de Minos, Androgeo, y por ello tenía que pagar un tributo al rey de Creta de siete de los jóvenes más nobles y mejores y siete de las jóvenes más virtuosas y mejores cada año (según otras versiones era cada nueve años). Estos jóvenes se enviaban a Creta a bordo de un barco de velas negras y se arrojaban al laberinto en lo profundo del palacio de Minos, donde el Minotauro se los comería.
Teseo, el hijo del rey Egeo de Atenas, se presentó voluntario para acabar con el tributo, ofreciéndose a ir con los demás jóvenes y matar al minotauro. Con la ayuda de la hija del rey Minos, Ariadna, Teseo consiguió matar al monstruo y huir con ella de vuelta a Atenas. Sin embargo, la abandonó en la isla de Naxos (ya fuera por accidente o a propósito, dependiendo de la versión de la historia). Se suponía que Teseo tenía que cambiar el color de las velas del barco, de negro a blanco, para que el rey Egeo supiera que su hijo seguía vivo y que había vencido al minotauro. Sin embargó, Teseo se olvidó y su padre, al ver el barco de velas negras, se arrojó al mar sumido en la pena y se ahogó: el mar pasó a conocerse como el Egeo en su honor.
El palacio del rey Minos en Cnosos fue descubierto por Sir Arthur Evans en 1894 y las excavaciones empezaron en el lugar en marzo de 1900. No se sabe si Minos era el nombre de un rey específico o un título como "faraón", pero Heródoto menciona a Minos en sus Historias, "Minos de Cnosos" que gobernaba los mares, y Heródoto también menciona un detalle encontrado en el mito del minotauro, "Sarpedón y Minos [de Creta] lucharon por el trono y el Minos victorioso expulsó a Sarpedón". Evans conocía las historias de Minos y de Cnosos, y al encontrar los murales de jóvenes saltando por encima de toros en el palacio, propuso que a lo mejor Cnosos era el laberinto de la historia de Teseo y el Minotauro. La arqueóloga Michailidou escribe que "Tras la palabra prehelénica labyrinthos, que etimológicamente está relacionada con la palabra labrys (hacha doble), puede que se encuentre el propio palacio de Cnosos, cuyas ruinas revelan la complejidad laberíntica de esta estructura", y añade, "es increíble cuánto tiempo se puede pasar entrando y saliendo de estas habitaciones, subiendo y bajando escaleras, y a menudo encontrándose otra vez en la misma habitación habiendo tomado una ruta diferente". Durant también escribe que "el extenso palacio es muy probablemente el famoso laberinto, o santuario del hacha doble (labrys), atribuido en la antigüedad a Dédalo".
El símbolo de la doble hacha era la señal de la diosa minoica y se ha encontrado abundantemente por todo Cnosos, especialmente en el Salón de la Doble Hacha. Fue Evans quien le dio el nombre de minoica a la cultura que descubrió en Cnosos (en honor al rey Minos, claro está), y la taurocatapsia minoica (un deporte practicado por hombres y mujeres que consistía en saltar por encima de un toro) era conocida ampliamente en la antigüedad: Platón menciona la caza de toros sin armas en el Critias en 119 d.C., hablando de la Atlántida, que con toda probabilidad es una versión ficticia de Creta. La historia del minotauro, un ser mitad hombre y mitad toro, podría tener su origen en los saltadores de toros de Cnosos, que, al saltar por encima del toro se convertían momentáneamente en un solo ser con él antes de saltar por encima de los cuernos, al igual que es posible que la historia del laberinto se originara a partir de la compleja estructura del propio Cnosos, tal y como han sugerido Evans y otros. Puede que, después de todo, haya más verdad que "mito" en el mito del príncipe Teseo y el minotauro del laberinto.
Una versión de este artículo fue publicada primero en la página Suite 101 en enero de 2009.