La educación mesopotámica fue inventada por los sumerios después de la creación de la escritura c. 3500 a.C. Las primeras escuelas estaban vinculadas a los templos, pero después se establecieron en edificios independientes, en los cuales los escribas de la antigua Mesopotamia aprendían su oficio mientras creaban y preservaban las primeras obras escritas de la historia.
La escuela de escribas se conocía como edubba (“casa de las tablillas”) debido a que los estudiantes escribían en cuneiforme sobre tablillas de arcilla. Las casas de escribas se descubrieron por primera vez a mediados del siglo XIX cuando los arqueólogos europeos y estadounidenses se involucraron en extensivas excavaciones en la región del Oriente Próximo, especialmente en Iraq.
De la información que entregan las tablillas descubiertas en las ruinas de la ciudad de Nippur (principalmente) y en otras, se desprende que los estudiantes entraban a la escuela a la edad de diez años y se graduaban unos doce años después dominando la escritura cuneiforme, el sumerio y el acadio, además de una serie de materias como la agricultura, el dibujo arquitectónico, la astronomía, botánica, ingeniería, historia, literatura, medicina, filosofía, religión y zoología.
La conformación básica de la edubba se mantuvo desde su establecimiento antes del Período Dinástico Arcaico (2900-2334 a.C.) hasta la caída del Imperio neoasirio (912-612 a.C.). Después del 612 a.C. existió en la región un sistema educativo según el modelo de la edubba sumeria, pero la evidencia más clara de las escuelas y su funcionamiento nos viene del Período Dinástico Arcaico durante el reinado del rey neoasirio Asurbanipal (668-627 a.C.) Las ruinas de la Biblioteca de Asurbanipal en Nínive y las de la escuela de escribas en Nippur han proporcionado a los estudiosos modernos la mayoría del conocimiento que existe de la literatura y el sistema educacional en la Mesopotamia.
La escritura y las primeras escuelas
Los sumerios inventaron la escritura durante el Período Uruk (4100-2900 a.C.) c. 3500 a.C. como un medio de comunicación para el comercio de larga distancia. El comercio en la antigua Mesopotamia se había expandido en ese tiempo, desde ser un intercambio local, a un comercio de larga distancia, y los mercaderes necesitaban comunicarse en forma eficiente con sus representantes y clientes de regiones distantes. Los métodos primitivos, tales como las bolas de arcilla conocidas como bullae – que contenían símbolos representando mercaderías – condujeron primero a los pictogramas, fonogramas y logogramas (símbolos que representaban palabras) y después a la escritura cuneiforme, modificada c. 3200 a.C. para hacerla más fácil de usar, pero que de todos modos requería de un buen entrenamiento para su dominio.
Según el poema sumerio Enmerkar y el Señor de Aratta, del ciclo literario conocido como La Cuestión de Aratta (fechado entre 2047-1750 a.C.), la escritura fue inventada por Enmerkar de Uruk cuando su sirviente encontró que su mensaje al Señor de Aratta era demasiado largo para ser memorizado. Se dice que Enmerkar tomó un trozo de arcilla y un estilete de caña para escribir el mensaje. Aunque esto es ficción, describe lo que sin duda fue una importante iniciativa para desarrollar una forma de comunicación escrita. Una vez desarrollado el sistema de escritura se hizo necesario preservarlo y entrenar a otros en su uso, lo que llevó al establecimiento de las primeras escuelas. El profesor Stephen Bertman comenta al respecto:
La evidencia más antigua, un vocabulario de palabras, sobrevivió en las ruinas de la ciudad de Uruk y data de alrededor del 3000 a.C. cerca del momento en que se inventó la escritura. Del 2500 a.C. se encuentran restos arqueológicos de las primeras verdaderas escuelas, al menos dos de las cuales fueron establecidas por edicto real. De entre 2500 y 2000 a.C. existen restos suficientes para documentar el funcionamiento de un verdadero sistema escolar. La prueba adicional se encuentra en forma de cientos de tablillas cuneiformes, de tareas para la casa y ejercicios en clase realizados por los antiguos estudiantes, que van desde los principiantes hasta los avanzados, junto con instrucciones y correcciones de sus maestros, incluyendo viñetas literarias que describen la vida cotidiana en una escuela mesopotámica. La evidencia más abundante data de entre 2000 y 1500 a.C. y proviene de una gran variedad de ciudades. (301)
Las primeras escuelas formaban parte del complejo de templos de una ciudad y eran manejadas por sacerdotes, pero alrededor de c. 2900-2500 a.C., las escuelas funcionaban en residencias privadas o en edificios construidos especialmente para el sistema educacional. Las escuelas descubiertas en Mari, Nippur, Ur, Uruk y Sippar tienen salas de clases provistas de bancos de arcilla cocida para los estudiantes y un espacio al frente para el maestro. Bertman comenta:
Una sala de clases completa tenía probablemente estantes en los que los trabajos terminados se ponían a secar, arcones de almacenamiento para guardar los diversos útiles escolares y los "libros de texto", y puede ser que también tuvieran un horno para hornear tablillas de arcilla seleccionadas para darles duración. (301)
Las escuelas también tenían grandes vasijas de cerámica que contenían la arcilla húmeda que se usaría para moldear las tablillas para escribir y otras llenas de agua en las que se dejaban caer las tablillas usadas para ablandarlas y poder borrarlas, reformarlas y reutilizarlas. Parece que los estudiantes comenzaban su educación a la edad de ocho años, asistían a clases desde el amanecer hasta el atardecer durante al menos 24 días al mes (posiblemente durante todo el año) y se graduaban como escribas a los veinte años de edad.
El cuerpo estudiantil y la facultad
La escuela era opcional, no obligatoria, y la financiaban los padres de los estudiantes a través de la matrícula. Solo los niños de la clase alta y la nobleza podían permitirse asistir, y la mayoría del alumnado era masculino. A las hijas de nobles, comerciantes o sacerdotes se les permitía asistir si querían seguir la profesión de sus padres, pero parece que las niñas siguieron siendo una minoría a lo largo de la historia de la edubba. A veces también se enviaba a los esclavos a la escuela, especialmente a los pertenecientes a comerciantes o sacerdotes, para que pudieran ayudar con las responsabilidades de escriba de sus amos.
Como Enmerkar en el poema, los estudiantes comenzaban su educación tomando un trozo de arcilla y haciendo marcas en ella mediante estiletes de caña. Hacia c. 3200 a.C. esas "marcas" no eran pictogramas sino que 600 caracteres cuneiformes, cada uno de los cuales debía hacerse en forma precisa. Las tablillas tenían también una forma y un tamaño determinado por los instructores y eran formadas por los estudiantes. Los estudiantes debían fabricar sus propias tablillas de escritura y aprender a escribir en ellas usando instrumentos hechos a mano.
Escribir en cuneiforme sobre una tablilla de arcilla no era tan fácil como lo es hoy en día hacerlo con lapicera o lápiz sobre un papel. Para escribir se necesitaba sostener la tablilla con una mano mientras se presionaba con el estilo en la arcilla con la otra y cada carácter tenía que ser preciso. Cualquier estudiante que fallaba en esto recibía golpes del maestro o el encargado de la disciplina o por ambos. La facultad se estructuraba sobre el modelo de la familia donde el padre era el cabeza de familia. El director de una escuela mesopotámica, de hecho, era conocido como el "padre de la casa de las tablillas" y el cargo correspondía al del actual director de escuela. Todos los demás miembros de la facultad eran expertos en su disciplina en particular, y los estudiantes mayores, conocidos como "hermanos mayores", servían como asistentes del maestro para guiar a los estudiantes más jóvenes.
Plan de estudios
Después de que un estudiante lograba dominar los conceptos básicos de la escritura cuneiforme, practicaba la escritura de signos y símbolos, luego palabras, luego listas de palabras de vocabulario que debía memorizar. Después de dominar estas listas simples, pasaba a un vocabulario más complejo en diferentes disciplinas, desde la astronomía hasta la zoología. Los estudiantes pasaban por cuatro etapas de instrucción y para cada una usaban un tipo diferente de tablilla de escritura. Según el erudito A. Leo Oppenheim y presentado aquí por los asiriólogos Megan Lewis y Joshua Bowen de Digital Hammurabi, estas eran:
- Tipo 1: tablillas grandes con varias columnas
- Tipo 2: tablillas de estudiante-maestro de 2 columnas
- Tipo 3: tablillas de 1 columna con c. 25% de una composición
- Tipo 4: tablillas "en forma de lenteja" con escritura básica
Los estudiantes comenzaban con el Tipo 4 y avanzaban hasta el Tipo 1 a través de las cuatro etapas:
- Etapa 1 - tablilla tipo 4: tablillas con forma de lenteja con ejercicios de escritura simple diseñada para enseñar a un estudiante a hacer cuñas y signos correctos.
- Etapa 2 - tablilla tipo 2: el instructor escribía en el lado izquierdo de la tablilla y el alumno copiaba ese texto en el lado derecho, a menudo borrando errores, por lo que el lado derecho de las tablillas que se encuentran actualmente suele ser más delgado que el izquierdo por la pérdida de arcilla al rasparla. El reverso de la tablilla contenía lecciones anteriores de texto ya completado y memorizado.
- Etapa 3 - tablilla tipo 3: estas tablillas contienen una cuarta parte o más de una composición larga y completa que se había memorizado.
- Etapa 4 - tablilla tipo 1: composiciones completas creadas de memoria y que demuestran un dominio de la escritura cuneiforme y el tema.
El plan de estudios se basaba en escribir proverbios, en las cuatro etapas, para enseñar a los estudiantes el vocabulario, la forma, la gramática, el estilo y la interpretación adecuados. La colección de proverbios sumerios y babilónicos de Asurbanipal, que se encuentra en su biblioteca en Nínive, incluye muchos que aparecen en las tareas de los estudiantes de las escuelas de escribas. Los proverbios se enfatizaban especialmente en los primeros años de la educación de los estudiantes en preparación para las etapas avanzadas de la Tétrada (cuatro composiciones) y la Década (diez composiciones) que debían dominarse, junto con obras aún más avanzadas, antes de poder graduarse.
Tétrada, década y composiciones Casa F
Estos trabajos se descubrieron, en numerosas copias, en las ruinas de la escuela de escribas en Nippur, y fueron designadas por los arqueólogos como Casa F. El historiador Jeremy Black comenta:
Las tablillas literarias Casa F son notoriamente representativas del corpus literario sumerio en su conjunto. Eso se debe en parte a que han influido profundamente en nuestras nociones de lo que es ese corpus representativo; y en parte porque se originan en Nippur, donde las excavaciones estadounidenses del siglo XIX ya habían descubierto la mayor parte de la literatura sumeria conocida... Nippur también estaba en el corazón intelectual de Sumer, como el hogar de Enlil, padre de los dioses, y geográficamente cerca de su núcleo. (xliii-xliv)
Aunque, como también señala Black, la literatura mesopotámica era más diversa de lo que sugiere la colección encontrada en Nippur, las mismas obras centrales del plan de estudios de la Tétrada y la Década que se encontraron allí se han desenterrado en otros lugares. Estos trabajos, tal como los muestra la académica Eleanor Robson, son:
Tétrada:
- Himno B Lipit-Estar
- Himno B Iddin-Dagan
- Himno A Enlil-bani
- Himno a Nisaba (Nisaba A)
Década:
- Un poema de alabanza de Shulgi (Shulgi A)
- Un poema de alabanza de Lipit-Estar (Lipit-Estar A)
- Canción de la azada
- Himno a Inanna B (Exaltación de Inanna)
- Enlil en el E-kur (Enlil A)
- Himno del Templo de Kesh
- Viaje de Enki a Nippur
- Inanna y Ebih
- Himno a Nungal (Nungal A)
- Gilgamesh y Huwawa (Versión A)
Las obras de la Tétrada eran más difíciles que los proverbios y otras piezas que los estudiantes habían aprendido antes, y las de la Década eran aún más avanzadas. Las otras composiciones encontradas en la Casa F (conocida como Casa F por "fourteen" [catorce]) eran todavía más complicadas y constituían los últimos trabajos que los estudiantes debían superar antes de graduarse:
- Edubba B
- Edubba C (Consejos de un supervisor a un joven escriba)
- Gilgamesh, Enkidu, y el Inframundo
- Actos y hazañas de Ninurta
- La maldición de Agade
- El lamento de Ur
- Las instrucciones de Shuruppag
- Edubba A (Días de escuela)
- El debate entre la oveja y el grano
- El sueño de Dumuzid
- Instrucciones del Campesino
- Edubba Diálogo I
- Debate entre la azada y el arado
Cando un estudiante dominaba estas composiciones – lo que significaba la copia, memorización y recitado de cada una – se le reconocía como un escriba, y debía enfocarse ahora en un campo de interés (comparable a una especialidad universitaria) comenzando así comenzaba su carrera. Bertman comenta:
El propósito de este sistema educativo era convertir a un niño en un escriba. Al ser mayor, el graduado del sistema escolar mesopotámico sería capaz de servir a la sociedad ocupando su lugar en el mundo de los templos, el palacio y los negocios, aprovechando sus habilidades en alfabetización y aritmética para destacar en su trabajo. Algunos podrían convertirse en escribas profesionales al servicio de las necesidades prácticas de los demás; pero otros seguirían la profesión de su padre como funcionarios del gobierno, del templo o como hombres de negocios. (303)
Sin embargo, la vida del estudiante mientras perseguía este objetivo, no era algo fácil. El poema satírico Días de escuela describe esa vida que incluía levantarse temprano y llegar a la escuela a tiempo, el trabajo que implicaba y los golpes diarios que el estudiante podía recibir por infringir las reglas, incluyendo hablar en clase, salir de la escuela sin permiso, llegar atrasado, levantarse del asiento sin permiso, o no ser capaz de producir una copia limpia (no tener una "buena mano"), entre otros. Un consejo de un supervisor para un joven escriba es otra obra satírica sobre la vida estudiantil en la que se presenta al joven escriba esencialmente como el esclavo de su maestro hasta la graduación.
Trabajos y tareas del escriba
Sin embargo, una vez graduado, el escriba era reconocido como un miembro de élite de la sociedad, conocido como dub.sar ("escritor de tablillas") en sumerio y tupshar (o tupsharru) en acadio. No faltaban oportunidades para un escriba ya que el trabajo estaba garantizado en todos los niveles de la sociedad. El palacio empleaba escribas para el trabajo administrativo y diplomático, así como para la composición de canciones, himnos e inscripciones que alababan al rey y registraban sus logros. El templo empleaba escribas en la administración y copia de los textos sagrados, y las empresas empleaban escribas para llevar sus cuentas y la correspondencia con proveedores y clientes. Aparte de estas oportunidades, los escribas trabajaban como arquitectos, en la construcción, como ingenieros, astrónomos y astrólogos, cerveceros, médicos, dentistas, agrimensores, matemáticos, músicos o cualquier otra carrera que requiriera alfabetización y un alto grado de educación. Los escribas también podían trabajar por su cuenta como escritores independientes al servicio de cualquiera que les pagara por su trabajo. Cualquier persona que necesitara una carta o una queja legal por escrito podía contratar a un escriba.
Los escribas de la antigua Mesopotamia crearon algunas de las obras más importantes de la literatura mundial, incluyendo La epopeya de Gilgamesh y El descenso de Innana, y establecieron los géneros todavía en uso como las que se ejemplarizan en Las instrucciones de Shuruppag (la obra filosófica más antigua que existe), El himno del templo de Kesh (la obra literaria más antigua existente c. 2600 a.C.), diálogos literarios como Debate entre el ave y el pez, comentarios sociales como El hombre pobre de Nippur y el Diálogo del pesimismo, monólogos dramáticos como El hogar del pez, obras didácticas tales como Inanna y Su-kale-tuda y los himnos como Shulgi y La barca de Nilil o el Himno a Ninkasi, siendo estos a la vez cantos de alabanza y recetas para fabricar cerveza. A esos escribas se acredita también la creación de las primeras obras de ficción histórica del mundo, en el género conocido como literatura naru mesopotámica y la puesta por escrito de las primeras leyes como el Código de Ur-Nammu y el Código de Hammurabi.
Conclusión
La sacerdotisa-poeta acadia Enheduanna (2285-2250 a.C.), que es la primera autora en el mundo conocida por su nombre, aprendió su oficio en la escuela de escribas de Mesopotamia, al igual que el escriba babilónico Shin-Leqi-Unninni (que escribió en 1300-1000 a.C.), y quien se basó en poemas sumerios anteriores para elaborar la versión estándar de La epopeya de Gilgamesh. Sin embargo, se desconocen los nombres de la mayoría de los escribas, ya que sus obras se definirían hoy como trabajos hechos por encargo, pedidos por su empleador para un propósito determinado y no para la autoexpresión, y eran atribuidos a la persona que pagó por ello, o publicados de forma anónima. Sin embargo, estos escribas anónimos fueron los responsables en última instancia de la preservación de las lenguas, la religión y la cultura mesopotámicas, y hubo dos monarcas famosos: Shulgi de Ur (quien reinó de 2029 a 1982 a.C.) de la dinastía Ur III y Asurbanipal del Imperio neoasirio, que entendieron esto claramente. Shulgi de Ur no solo alentó el establecimiento de escuelas de escribas en todo su reino, sino que también encargó obras con el propósito expreso de inmortalizar su reinado. Asurbanipal envió delegaciones por toda Mesopotamia para buscar obras escritas que agregar a la colección permanente de su biblioteca para preservar la cultura "para los días por venir" (lo que de hecho logró) y esto solo fue posible gracias al establecimiento y desarrollo de la escuela mesopotámica de escribas.