El búfalo era esencial para los indios de las llanuras y para otras naciones nativas, ya que no solo era un alimento vital, sino que se consideraba también un regalo sagrado que el Creador había proporcionado al pueblo especialmente. El búfalo (bisonte) suministraba a los nativos americanos los recursos que les mantenían física, cultural y espiritualmente.
Entre las naciones indias de las llanuras que incluían los sioux, los cheyenne, los arapahoes, los pies negros, los pawnee, los kiowa, los mandan y los comanches, así como alrededor de otras 20 más, el bisonte americano (comúnmente llamado búfalo) era esencial en cada aspecto de sus vidas diarias, y actualmente estas naciones lo siguen honrando de la misma manera. Al comentar sobre la importancia del búfalo para los nativos americanos, el historiador Richard B. Williams señala:
El indio americano y el búfalo coexistieron en un equilibrio excepcional entre la naturaleza y el hombre. El indio americano desarrolló una relación cercana y espiritual con el búfalo. El búfalo sagrado se convirtió en una parte integral de la religión del indio de las llanuras. Aún más, la dieta esencialmente de búfalo creó una relación fisiológica única. El dicho, “Eres lo que comes” nunca fue más pertinente que en la relación simbiótica entre el búfalo y el indio de las llanuras. La cultura del indio de las llanuras era intrínseca a la cultura del búfalo. Las dos culturas no podían separarse sin la destrucción mutua. (Hunter, 3)
Entre alrededor de 1840-1890, con la aprobación y el apoyo del gobierno de los Estados Unidos, se sacrificaron millones de búfalos esencialmente para privar a los indios de las llanuras de su recurso más importante y dejar espacio a la expansión hacia el oeste de los asentamientos euroamericanos. Las grandes manadas de búfalos y los indios nómadas de las llanuras impedían iniciativas como el ferrocarril transcontinental y, por lo tanto, se consideraban obstáculos a eliminar. Los cazadores blancos de búfalos, el ejército estadounidense, los comerciantes y los colonos blancos tomaron parte en la matanza sistemática del búfalo para privar a las naciones de los indios de las llanuras de su forma de vida y llevarlas, junto al búfalo, a la extinción.
En el punto álgido de la cultura de los indios de las llanuras, existían alrededor de 60 millones de búfalos en la región hoy conocida como Estados Unidos, pero hacia 1900, había menos de 300 (no más de 1.000) debido principalmente a la matanza de animales orquestada por el gobierno de Estados Unidos y por intereses de negocios de la costa este para erradicar a los indios de las llanuras o, al menos, para “controlarlos” en reservas. No obstante, tanto el búfalo como las naciones de los indios de las llanuras sobrevivieron, y actualmente estas naciones y otras trabajan constantemente para repoblar sus regiones con manadas de búfalos.
Cada nación india de las llanuras tiene una historia de origen en relación al búfalo, y en cada una, se reconoce al animal como un regalo sagrado del creador. Las leyendas cheyenne del búfalo relatan como la figura salvadora de la Gran Madre (que aparece en muchas historias relacionadas con los regalos del mundo espiritual) dio a los pueblos la primera manada después de una muestra excepcional de valor realizada por tres cazadores cheyenne al entrar en una cueva misteriosa. En el relato cheyenne Falling star (Estrella caída), el héroe Hotoketana´ohtse (“Estrella caída”) proporciona el búfalo al pueblo, después de engañar y vencer al pájaro-espíritu que siempre avisaba para que las manadas se alejaran cuando llegaba la estación de caza.
AUNQUE LOS INDIOS DE LAS LLANURAS CAZABAN EL BÚFALO CON REGULARIDAD, RENDÍAN HONORES AL ANIMAL COMO SI FUERA UN PARIENTE QUE SE ENTREGABA CON GENEROSIDAD PARA QUE ELLOS SOBREVIVIERAN.
Aunque los indios de las llanuras cazaban el búfalo con regularidad, rendían honores al animal como si fuera un pariente cercano que se entregaba generosamente para que ellos sobrevivieran. Existen muchas historias en relación al búfalo de todas las diferentes naciones que destacan esta relación, así como los rituales que desarrollaron de la conexión espiritual entre el pueblo y el búfalo. La Danza mandan del búfalo es uno de dichos rituales que en la actualidad continúa llevándose a cabo; pero el más conocido probablemente sea la Danza del sol, que muchas naciones llevan a cabo, en el que el cráneo del búfalo ocupa un lugar destacado, y el espíritu del animal conforma la ceremonia.
Figuras famosas como la Mujer Búfalo Blanco encarnan este espíritu de generosidad ya que los sioux la entienden como una intermediaria que otorgó al pueblo los rituales necesarios para estar en comunión con el Gran Misterio, el Dios Creador. Después de otorgar al pueblo los siete ritos sagrados de los sioux lakota, La Mujer Búfalo Blanco se marchó, pero, al marcharse, se transformó en su verdadera forma de búfalo. Por lo tanto, para los sioux, el búfalo era el intercesor entre ellos y el mundo espiritual. La leyenda sioux, El montículo misterioso, comparte similitudes con las leyendas cheyenne y de otros pueblos en lo que respecta a imágenes que aparecen fuera de una cueva del montículo que profetizan la llegada del búfalo.
La historia del origen pawnee, Haciendo el paquete sagrado, cuenta como el búfalo fue responsable del desarrollo de la bolsa de medicina y de los objetos sagrados que se llevaban para protegerse, para tener fuerza espiritual y ayuda. Una de las historias pawnee más populares es La niña que fue anillo, que presenta a una manada de búfalos a los que les gusta jugar al chunkey y por arte de magia convierten a una joven en el aro que se utiliza en el juego. El chunkey se jugaba como deporte, pero también para resolver conflictos entre individuos y como un ritual espiritual; por lo tanto, no es sorprendente encontrar una historia sobre el juego en la que figura el búfalo tan destacadamente, ya que estos animales eran esenciales para la existencia de las naciones indias de las llanuras en todos los niveles.
Los indios de las llanuras y el búfalo
Anteriormente a la llegada del caballo a la región, y para algunas naciones incluso después de haber dominado la equitación, el búfalo se cazaba a pie. Cada nación tenía sus propios rituales antes de la caza e historias en relación a estos acontecimientos; pero, en general, normalmente se dirigía al búfalo a los acantilados, a masas de agua congelada, o a cercados, fabricados o naturales, donde se sacrificaban. La erudita Adele Nozedar comenta:
La caza del búfalo debe haber sido una hazaña de resistencia, agilidad y fuerza; el búfalo, a pesar de su aspecto pesado, realmente está hecho para la velocidad, y puede alcanzar hasta 60 km/h, es capaz de saltar en vertical a una altura de 1.8 m y tiene muy mal humor. Anteriormente a la llegada del caballo, los búfalos se capturaban arreándolos hacia pasadizos estrechos hechos de maleza y rocas; luego se les hacía ir en estampida hacia acantilados en zonas denominadas “saltos del búfalo”. Se necesitaban grandes grupos de personas para arrear a los animales; a menudo durante varios kilómetros, hasta que la estampida era lo suficientemente grande y rápida para correr de cabeza al precipicio. Este método de caza significaba que normalmente había un gran excedente de carne, materiales, huesos, etc. (64)
El excedente se conservaba para tiempos difíciles o se comercializaba con otros pueblos. Se utilizaban todas las partes del animal y no se desperdiciaba nada, porque se entendía que los búfalos se entregaban voluntariamente al pueblo como un regalo, y ese regalo debía ser apreciado por completo. Nozedar comenta sobre los usos que el pueblo hacía del búfalo:
Es impresionante la lista de usos que se hacía del animal. Las pieles proporcionaban lecho, ropa, zapatos, y las “paredes” de los tipis. La carne era buena, comida nutritiva. Los huesos y los dientes se usaban para fabricar herramientas y también utensilios sagrados. Las pezuñas del animal podían convertirse en pegamento, los cuernos en tazas, cucharones y cucharas; incluso la cola del búfalo en un látigo para moscas. Los huesos se podían utilizar para rascar la piel y suavizarla, y también se les daba forma de agujas y otras herramientas. Algunas tribus utilizaban el hueso para fabricar arcos.
El búfalo proporcionaba cuero y cuerda fibrosa para esos arcos. Incluso el estiércol fibroso se usaba para hacer fuego. El cuero sin curtir, calentado al fuego, se hacía más denso; este material era tan duro que las flechas, y a veces incluso las balas, no podían penetrarlo, por lo que se convertía en una protección efectiva. Este cuero sin curtir se usaba para fabricar todo tipo de objetos: suelas de mocasines, contenedores impermeables, estribos, sillas de montar, sonajeros, tambores con propósitos ceremoniales y cuerda. También se podía fabricar cuerda del pelo del búfalo tejido en longitudes resistentes. Incluso se fabricaban embarcaciones de la piel del búfalo estirada sobre de armazones de madera. (62)
A veces también al cuero sin curtir se le daba la forma del aro utilizado para jugar al chunkey entre las naciones que no usaban una piedra discoidal para el juego. En el chunkey, los palos que se lanzaban al disco rodante de cuero crudo o de piedra estaban marcados individualmente para que a cada jugador se le pudieran contar los puntos con precisión, y de la misma manera, cuando los nativos americanos comenzaron a cazar el búfalo a caballo, se marcaban las flechas y las lanzas para que el cazador consiguiera honores por sus presas.
Después de la llegada del caballo, los grupos de caza perseguían a la manada, una vez localizada, y mataban a los animales con un simple disparo de flecha o con una estocada de lanza. Un disparo bien apuntado, en el momento oportuno, podía atravesar un búfalo, un segundo e incluso un tercero, y esto se reconocía como una gran hazaña y el cazador sería honrado y se contarían historias más tarde sobre la caza. Después de que se introdujeran armas de fuego europeas en la región, se incorporó el mismo modelo en cuanto que se esperaba que un cazador derribara un búfalo de un solo disparo de rifle, pero, por supuesto, no había forma de marcar las balas.
El caballo y las armas de fuego cambiaron la caza tradicional del búfalo de muchas otras maneras. El caballo expandió el alcance de las naciones individuales hacia terrenos de caza más amplios en las grandes llanuras, llevándoles a conflictos entre ellos por los recursos. Los caballos llegaron a representar la fuerza económica y militar de una nación, y de esta manera, las incursiones para robar caballos se volvieron cada vez más comunes, pero estas incursiones también sirvieron para alejar del búfalo a los enemigos de una nación.
Los sioux, por citar solo un ejemplo, atacaron a los pawnee, a los arikara, a los mandan y a los hidatsa, entre otros, destruyendo poblados, matando a la gente y llevándose caballos, en parte para privarles de poder acceder al búfalo. Las armas de fuego, en especial las de mediados del siglo XIX, aumentaron el rango y el poder de matar de un simple guerrero. No obstante, la iniciativa de los colonos blancos, de los hombres de negocios y de los políticos de “domar al indio salvaje” y “de hacer avanzar a la civilización” por todo el camino hasta el océano Pacífico eclipsaron los conflictos entre las naciones de las llanuras por los terrenos de caza y sus derechos de acceso.
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La matanza del búfalo en el siglo XIX
El ferrocarril transcontinental, el descubrimiento de metales preciosos como el oro en tierras de los nativos americanos y la presión de los colonos que reclamaban grandes extensiones de tierra en el oeste para la cría de ganado, fomentaron la política del gobierno de Estados Unidos para eliminar al búfalo como una manera de someter a los indios de las llanuras. A partir de 1820, pero aumentando en frecuencia desde alrededor de 1840 en adelante, los cazadores blancos mataban cada vez más búfalos por deporte, pieles, lenguas, o sin ningún motivo.
Algunos de los tratados firmados entre representantes del gobierno de Estados Unidos y las naciones tribales, como los sioux, estipulaban que el pueblo indígena mantenía los derechos sobre las tierras en las que cazaban el búfalo. Si se eliminaban los búfalos, también lo hacían los derechos del pueblo a la tierra. El erudito Pekka Hamalainen escribe:
El gobierno de los Estados Unidos estaba decidido a subyugar a los lakota…con el conocimiento de que la soberanía de los indígenas en las llanuras se basaba en el bisonte, el secretario del interior Columbus Delano dio la bienvenida a la destrucción como una manera de acelerar la domesticación de los nómadas, y los oficiales militares proporcionaron protección y munición a los escuadrones de caza. Entre 1872 y 1874, los cazadores blancos pudieron enviar más de tres millones de pieles hacia el este desde las llanuras sureñas y centrales, cerca de tres mil animales al día, sumiendo a las manadas en un declive terminal. (345)
Según el búfalo comenzaba a desaparecer, las naciones indias de las llanuras sufrían de hambre, así como de falta de todos los recursos que el búfalo siempre les había proporcionado. La matanza del búfalo también sirvió para desmoralizar a las naciones indias, ya que fueron testigo de la destrucción sin sentido del animal al que no solo consideraban como un familiar cercano, sino también como un intermediario entre ellos y el Creador. La erudita Roxanne Dunbar Ortiz cita a Old Lady Horse (La anciana caballo) de los kiowa al describir el proceso de los cazadores blancos, que no era nada parecido al de los indios de las llanuras:
Después los hombres blancos contrataron cazadores para no hacer otra cosa que matar búfalos. Esos hombres recorrían las llanuras arriba y abajo disparando a veces hasta cien búfalos al día. Detrás de ellos venían los desolladores con sus carros. Apilaban las pieles y los huesos en los carros hasta que se llenaban y luego llevaban su carga a las nuevas estaciones de ferrocarril que se estaban construyendo y se enviaban al mercado del este. A veces había una pila de huesos tan alta como un hombre que se extendía una milla por la vía del tren. Los búfalos vieron que sus días finalizaban. Ya no podían seguir protegiendo a su pueblo. (143)
Algunos de los cazadores que habían participado en la matanza masiva del búfalo llegaron a darse cuenta de la enormidad del crimen y abogaron por la preservación y protección del animal, entre ellos el famoso Buffalo Bill Cody (1846-1917), que había matado miles de animales, pero el gobierno de los Estados Unidos estaba más interesado en subyugar y controlar a la población nativa. En 1874, con el búfalo en puertas de la extinción, el Congreso propuso un proyecto de ley para proteger al animal, pero el presidente Ulysses S. Grant la vetó y la matanza continuó.
Conclusión
El conservacionista y zoólogo William Temple Hornaday (1854-1937), mejor conocido como el primer director del parque de la sociedad zoológica de Nueva York (actualmente el zoo del Bronx), encabezó las tentativas para salvar al búfalo de la extinción y con este propósito fundó la Sociedad del bisonte americano en 1905. Hornaday pudo ganar el apoyo del presidente Theodore Roosevelt que, aunque tenía poca simpatía a los nativos americanos o a lo que el búfalo significara para ellos, era un conservacionista apasionado.
Hornaday comenzó con su iniciativa en 1887, pero anteriormente un ranchero llamado Fred Dupree (1818-1898) ya había iniciado sus propias tentativas en el oeste en Dakota del sur. La esposa de Dupree, Good Elk Woman (Buena mujer alce, también conocida como Mary Ann Dupree) era sioux lakota y animó a su marido a salvar al búfalo. En 1833, Dupree y sus hijos capturaron cinco terneros de búfalo y comenzaron a criarlos en su rancho. Estos cinco se habían convertido en 80 cuando Dupree murió en 1898, y más tarde, otro ranchero, James “Scotty” Philip (1858-1911) los compró. El autor Steve Nelson comenta:
La actitud de Philip hacia el búfalo, al igual que la de Dupree, estaba influenciada por su esposa lakota, Sally. Cuando Frederick Dupree falleció en 1898, Philip compró sus búfalos. Ubicó a los animales en un rancho a orillas del río, justo al norte de Fort Pierre, donde prosperaron. Cuando Philip murió repentinamente hacia el año 1911, la manada alcanzaba casi los 900 animales. Ningún comprador deseaba o no era capaz de hacerse cargo de toda la manada, así que se dispersó. Entre los compradores se encontraba el estado de Dakota del sur, que ubicó 36 búfalos en el recientemente establecido Custer State Park. Esa misma manada, a su vez, se utilizó para abastecer a otros parques y refugios de todo el país. (2)
Actualmente hay entre 30.000-50.000 bisontes en América del norte, bastantes más teniendo en cuenta los que están en las reservas que provinieron de la manada primordial de Fred Dupree y de Scotty Philip. Existen también iniciativas de muchas naciones indias de las llanuras que incluyen a los pies negros, sioux, Cheyenne, arapahoes, pawnee y comanches que continúan conservando e introduciendo el búfalo en las reservas. Grupos conservacionistas como la fundación Tanka y particulares, como el autor Dan O´Brien y su esposa Jill también trabajan por la conservación del búfalo y para aumentar su número.
Irónicamente, el gobierno de los Estados Unidos, responsable primero de la cercana extinción del animal, declaró al búfalo el mamífero nacional de los Estados Unidos en 2016. Las manadas de bisonte norteamericano continúan aumentando, y ya no se le considera una especie en peligro; buenas noticias para las naciones nativas americanas que con regularidad dan la bienvenida al regreso del búfalo a sus tierras.
¿Cuál era la relación entre los indios de las llanuras y el búfalo?
Los indios de las llanuras consideraban al búfalo como a un pariente cercano y como a un intermediario entre ellos mismos y el Creador. Las naciones nativas dependían del búfalo para sobrevivir a todos los niveles.
¿Qué les proporcionaba el búfalo a los nativos americanos?
El búfalo les proporcionaba comida y recursos para fabricar ropa, tipis, herramientas, juguetes para los niños, tazas, cucharones, cucharas y todo tipo de objetos necesarios.
¿Cómo cazaban los indios de las llanuras el búfalo?
Antes de la llegada del caballo a la región, los indios de las llanuras cazaban el búfalo a pie. Después lo empezaron a cazar a caballo, lo que les permitió tener más territorios de caza.
¿Cómo llegó el búfalo casi a la extinción?
Las políticas del gobierno de Estados Unidos, en un esfuerzo por subyugar y controlar a los nativos americanos, llevaron a la matanza generalizada del búfalo entre alrededor de 1840 y 1890 con la intención de privar a las naciones nativas de su recurso más valioso.
Debido a mi gran interés por aprender humanidades, soy traductora voluntaria para WHE, lo que me da la oportunidad de profundizar en las olas del tiempo.
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.
Mark, Joshua J.. "El búfalo y los indios de las llanuras."
Traducido por Rosa Maria Barquin. World History Encyclopedia. Última modificación enero 22, 2024.
https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2357/el-bufalo-y-los-indios-de-las-llanuras/.
Estilo MLA
Mark, Joshua J.. "El búfalo y los indios de las llanuras."
Traducido por Rosa Maria Barquin. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 22 ene 2024. Web. 20 nov 2024.
Licencia y derechos de autor
Escrito por Joshua J. Mark, publicado el 22 enero 2024. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.