Niñez en la antigua Roma

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Laura Kate C. McCormack
por , traducido por Edilsa Sofia Monterrey
Publicado el 07 marzo 2024
Disponible en otros idiomas: inglés, francés, alemán
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Los niños romanos nacidos libres, ingenuiae, cuyos padres eran ciudadanos romanos, vivían una vida dictaminada por el nivel social en el que habían nacido; un día en la vida de un niño del nivel inferior de la sociedad y uno del nivel más pudiente eran mundos aparte.

Roman Children Playing
Niños romanos jugando
Marie-Lan Nguyen (CC BY-SA)

Viviendas

En la antigua Roma, al igual que en muchas grandes ciudades, donde el espacio para construir era limitado, las viviendas tenían que elevarse a varios niveles para poder acomodar al mayor número posible de gente. Estos edificios abarrotados de apartamentos, conocidos como insulae, muchos de los cuales tenían tiendas en la planta baja, alojaban a los inquilinos más adinerados en los primeros pisos del edificio. En los pisos superiores, donde el área habitable era más pequeña, vivían las familias con menos recursos. Los apartamentos estaban atestados, a veces oscuros y fríos, no tenían abastecimiento de agua corriente ni estaban conectados al sistema de alcantarillado y los espacios para cocinar puede que fueran compartidos. El satírico Juvenal (hacia el 55 hasta el 138 d.C.) comentó que en la ciudad, sólo los ricos dormían (Sat. 3.236); los ricos eran quienes podían pagarse la privacidad y la comodidad de apartamentos más grandes o de una casa privada, domus, al borde de la ciudad.

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LA NIÑEZ ERA BREVE Y MUCHOS NIÑOS TRABAJABAN PUES EL INGRESO EXTRA ERA CRUCIAL PARA LA FAMILIA.

Todos los romanos comenzaban el día al amanecer, o sea, en la primera hora. Al vivir en la ciudad, el niño romano y su familia se despertarían con el ruido de la muchedumbre en aumento. En la Sátira III, Juvenal describe las condiciones congestionadas de la ciudad, donde el hombre rico puede que se abiera paso cargado en una litera sobre las cabezas de la muchedumbre y donde los vagones bien apilados con madera y mármol se tambaleaban al tiempo que se hacían paso entre el gentío. El poeta Marcial (hacia el 38 hasta el 103 d.C.) también se queja del ruido constante en la ciudad.

Preparándose para el día que los esperaba, los niños y sus familias comenzarían tomando el desayuno, lentaculum. Se supone que los romanos no necesariamente desayunaban; sin embargo, si lo hubieran hecho, el niño más pobre seguramente habría comido trigo cocido o pan. Todas las clases de la sociedad compraban la comida de los vendedores ambulantes y en las tiendas de productos alimenticios, pero las familias con ingresos bajos dependían de esto con más frecuencia.

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Roman Food Shop Reconstruction
Reconstrucción de una tienda de productos alimenticios
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

El niño trabajador

La vida de las familias de la clase trabajadora podía ser difícil; los salarios eran bajos y algunas veces sus trabajos eran sólo temporales. Para estas familias, la expectativa era que sus hijos comenzaran a trabajar desde temprana edad; la niñez era breve y muchos niños trabajaban pues el ingreso extra era crucial para la familia. Muy pocos niños pobres podían tener acceso a la educación, aunque había algunos que eran afortunados ya que sus padres podían enviarlos a la escuela por un período de tiempo corto, el suficiente para que aprendieran las habilidades necesarias para tener un empleo. En el Satiricón de Petronio (escrito en el siglo I d.C.), uno de sus invitados describe la educación que tuvo como práctica y útil; sin embargo, la mayoría de los niños más pobres se quedaban analfabetos.

LAS FAMILIAS QUE TRABAJABAN EN LAS GRANJAS EN LAS AFUERAS DE LA CIUDAD TENÍAN A SUS HIJOS TRABAJANDO CON ELLOS.

Los niños de corta edad se empleaban en diferentes áreas de trabajo. Los niños trabajaban en las calles donde pregonaban los productos que vendían, tales como frutas y flores. A veces, los niños seguían el mismo oficio que hacían sus padres; un papá que era un espejero con la Legión XIV en Carnuntum inscribió en la estela funeraria de su hijo que el niño había muerto muy joven, a los diez años, cuando todavía se estaba entrenando para ser un espejero. El papá también conmemora la muerte de su hija de cinco años de edad, que también había empezado a ayudar a sus padres (ILS 9094). Las familias que trabajaban en las granjas en las afueras de la ciudad tenían a sus hijos trabajando con ellos; a los niños se les daban tareas apropiadas de acuerdo a su edad, comenzando por recoger frutas, desherbar y cuidar de las aves.

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Algunos padres hacían que sus hijos fueran aprendices en un oficio, lo que ofrecía prospectos de tener mejores compensaciones económicas que si hacían labores generales. Los contratos de aprendizaje comenzaban cuando los chicos tenían doce años de edad y el servicio podía durar de seis meses a seis años. Los niños que se entrenaban en las artes y oficios podían ser aprendices de tejedores, de albañiles, de artesanos que trabajaban el cobre, etc. De acuerdo a su estela funeraria, C. Vettius Capitolinus era un bordador cuando murió a los 13 años (CIL. VI.6182). Hay evidencia de que las niñas también recibían entrenamiento en áreas específicas, tales como la orfebrería y la peluquería; Viccentia de nueve años fue una hilandera de hilos de oro antes de su muerte prematura (CIL. VI.9213), pero generalmente se acepta que las niñas trabajaban principalmente en el área doméstica o en la venta al por menor.

A los niños también se les encontraba trabajando en condiciones penosas y peligrosas, tales como en la minería, donde, por su tamaño, eran indispensables para ciertas tareas. Algunas galerías y pozos en las minas excavadas en Roma eran tan bajos y estrechos que sólo los niños, equipados con herramientas más pequeñas, podían haber trabajado allí; los niños bajarían por los pozos para recoger roca y traerla a la superficie. El Museo Arqueológico Nacional, en Madrid, expone la estela funeraria de Quartulus, la imagen de un posible niño minero. Quartulus está descalzo y está representado vistiendo una túnica corta y ancha y sosteniendo una pica y una cesta en sus manos (CIL. II. 3258).

Funerary Inscription of a Child
Estela funeraria de un niño minero
Caligatus (CC BY-SA)

Una investigación sobre los accidentes de niños sugiere que algunos de estos accidentes puede que estuvieran relacionados con el trabajo; por ejemplo, un niño de corta edad fue golpeado mientras alimentaba a las vacas y a un niño de tres años le cayeron encima unos postes mientras ayudaba a sus padres. Algunas veces, los restos de esqueletos de niños que han sido encontrados en cementerios antiguos muestran signos de trabajo físico duro; los restos mortales de los niños que fueron recuperados en un cementerio cerca de una antigua lavandería y fábrica de textiles en las afueras de Roma muestran signos de años de arduo trabajo relacionado con el tratamiento de tejidos.

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Educación

El niño que nacía en el seno de una familia más acomodada puede que viviera en un apartamento grande en la ciudad o los pocos ricos, en grandes casas donde se alojaban no sólo los miembros de la familia inmediata del niño, sino también sus demás parientes y los esclavos de la familia. La expectativa para estos niños era que serían entrenados y educados para ocupar posiciones reservadas a la alta sociedad; la educación formal solía comenzar a los siete años de edad.

Roman School
Relieve representando a un maestro con sus discípulos
Shakko (CC BY-SA)

Algunos padres empleaban a un tutor o enviaban al niño a la escuela. Los niños seguían una educación formal a la romana, una a la que Plinio el Joven (61-112 d.C.) se refiere como una combinación de entrenamiento estricto, buenas maneras y estándares morales (Cartas 3.3.3). Las niñas romanas también puede que recibieran algún tipo de educación formal; sin embargo, a ellas se las educaba para asumir el desempeño de su papel como matronas de la alta sociedad y se esperaba que se casasen y que fueran madres a una muy corta edad. Los niños que eran educados fuera de casa estarían acompañados en su camino de ida y vuelta a la escuela por un paedagogue, cuyo trabajo era ocuparse de los gastos y mantenerlos seguros cada vez que salían de casa. Un esclavo también podía haberlos acompañado para cargar los libros y el material escolar del niño. Puede que los niños solo pasaran las mañanas en la escuela y que regresaran a casa a la hora del almuerzo (los alumnos de más edad asistían a la escuela por las tardes). Al regresar a casa, el niño que había ido a la escuela puede que recibiera una comida de pan, queso, aceitunas, higos y nueces.

Actividades de ocio

Podemos imaginar a los niños que regresaban de la escuela pasando tiempo con una mascota de familia. Aunque Plinio el Joven menciona a un niño que tenía muchas mascotas (Cartas 4.2) y Libanio, orador y maestro (314-393 d.C.), recuerda haber criado palomas como pasatiempo cuando era niño (Or. 1. 4-5), se ha sugerido que un niño con una mascota era, de hecho, un niño privilegiado.

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Las tardes puede que también fueran una oportunidad para que el niño y su padre pasaran tiempo juntos y este era el tiempo más popular para ir a los baños. Los baños romanos estaban a la disposición de todos. La mayoría de las ciudades tenía más de un complejo balneario; los baños públicos, thermae, solían ser más grandes que los privados, balneae, y tendrían más facilidades recreacionales para escoger. No era inusual que los complejos de baños tuvieran áreas para juegos de pelota, ejercicios y natación. Después, las tiendas en los baños ofrecían bebidas y pastelería.

Todos los niños jugaban independientemente del lugar que ocuparan en la sociedad y es aquí donde encontramos las similitudes en las vidas de los niños. Los niños trabajadores tendrían que tomar su tiempo de recreo cuando podían, siendo las calles su lugar de juego. Los niños de las clases más pudientes tendrían más tiempo libre del cual disfrutar. Puede que estos niños disfrutaran jugando a los soldados o a su auriga favorito; algunos de ellos tenían la posibilidad de vestirse con los colores de su equipo favorito (Juv. Sat. 5.143-4). Los juegos y juguetes populares entre todos los niños incluían las tabas y juegos con huesos, similares al actual juego de las matatenas o los «jacks». Las tabas solían ser los huesos de los talones de cordero o de cerdo o podían haber sido hechas con materiales más costosos, tales como el marfil, la piedra, el vidrio o el mármol.

The Knucklebone Player
Niña jugando a las tabas
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)

Las muñecas hechas en terracota, madera y marfil eran parte del tiempo de recreo, al igual que las pelotas, las cuales podían haber sido hechas con pieles rellenas de plumas o aire. Las peonzas o trompos y los aros con anillas pequeñas incorporadas para que hicieran un ruido de tintineo, que los niños podían rodar por las calles, también eran populares.

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El final del día

La comida principal del día, la cena, era en la noche. Los alimentos disponibles para el niño de una familia pobre incluían trigo cocido, pan, legumbres, puerros y labios de cordero. Para los pudientes había una selección mayor que incluía frutas, quesos, huevos, vegetales, pescado y carnes. Llegado el final del día, los niños romanos y sus familias se preparaban para irse a dormir; se usaban jofainas y jarras con agua para lavarse, se distribuían las bacinillas, se extinguían las llamas que habían servido alrededor de la vivienda para calentarla e iluminarla y se cerraban bien las puertas y persianas.

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Preguntas y respuestas

¿Cómo era la vida de los niños en la antigua Roma?

En la antigua Roma, los niños más pobres nacidos libres trabajaban desde temprana edad, mientras que las familias más ricas podían permitirse enviar a sus hijos a la escuela.

¿Cómo jugaban los niños en la antigua Roma?

Los juguetes y juegos populares incluían las muñecas, las pelotas, los dados, las tabas, las peonzas o los trompos, los aros y las anillas, así como el juego de interpretación de roles.

Sobre el traductor

Edilsa Sofia Monterrey
Edilsa Sofía es una antigua diplomática y educadora, especialmente interesada en las Artes y los asuntos culturales. Además de otros grados, tiene una maestría en traducción literaria.

Sobre el autor

Laura Kate C. McCormack
A Laura Kate C. McCormack le gusta investigar y mucho de su tiempo lo dedica a trabajar en proyectos y a viajar a través de Italia. Se interesa principalmente en las lápidas funerarias romanas.

Cita este trabajo

Estilo APA

McCormack, L. K. C. (2024, marzo 07). Niñez en la antigua Roma [Childhood in Ancient Rome]. (E. S. Monterrey, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2387/ninez-en-la-antigua-roma/

Estilo Chicago

McCormack, Laura Kate C.. "Niñez en la antigua Roma." Traducido por Edilsa Sofia Monterrey. World History Encyclopedia. Última modificación marzo 07, 2024. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2387/ninez-en-la-antigua-roma/.

Estilo MLA

McCormack, Laura Kate C.. "Niñez en la antigua Roma." Traducido por Edilsa Sofia Monterrey. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 07 mar 2024. Web. 22 nov 2024.

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