Asedio de Charleston

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Harrison W. Mark
por , traducido por Sebastian Obregon
Publicado el 27 marzo 2024
Disponible en otros idiomas: inglés, francés
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El asedio de Charleston (del 29 de marzo al 12 de mayo de 1780) fue una enorme operación militar durante la guerra de Independencia de los Estados Unidos (1775-1783). Esperando establecer una base sólida en el sur estadounidense, el comandante en jefe inglés, sir Henry Clinton lideró un ataque en Charleston, en Carolina del Sur, con el que capturó la ciudad después de un asedio de seis semanas. Fue uan de las peores derrotas americanas en la guerra.

Siege of Charleston
Asedio de Charleston
Alonzo Chappel (Public Domain)

Trasfondo: Gran Bretaña invade el sur

Por los primeros tres años de guerra, la estrategia británica se concentró en el norte de Estados Unidos, con la mayor parte de la pelea en las Colonias de Nueva Inglaterra y las Colonias Centrales. Pero después de que varias campañas británicas en el norte fallaran, Gran Bretaña viró su atención hacia el sur americano. El sur supuestamente estaba desbordado de lealistas, que esperaban la llegada del ejército británico para rebelarse en masa y derrocar a sus gobiernos revolucionarios. Adicionalmente, el sur producía la mayor parte de las cosechas lucrativas de los Estados Unidos, incluido el índigo, el arroz y el tabaco. Los estadounidenses estaban usando las ganancias de estas cosechas para comprar suministros de guerra. Por lo tanto, si el sur acababa cayendo bajo el control británico, los colonos revolucionarios tendrían una menor capacidad de financiar la guerra.

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90 barcos de transporte y 14 navíos de guerra reales bajo el mando del vicealmirante Marriot Arbuthnot zarparon hacia Charleston.

Sir Henry Clinton, comandante en jefe del ejército británico en Norteamérica, decidió poner a prueba las defensas americanas en el sur antes de cometer una invasión a gran escala. En noviembre de 1778, envió una pequeña fuerza expedicionaria de 3.500 hombres para tomar control de Savannah, Georgia. El 29 de diciembre, después de una breve escaramuza con los americanos, los británicos capturaron Savannah antes de consolidar su posición en el sur al ocupar las ciudades aledañas. No obstante, su control sobre Georgia no sería incontestable, ya que el mayor general Benjamin Lincoln, comandante del Departamento del Sur del Ejército Continental, estaba decidido a prevenir que el estado volviera a caer ante la subyugación británica. Después de unir fuerzas con 4.000 tropas francesas bajo el comando de Charles Henri Hector, Conde de Estaing, Lincoln asedió Savannah el 16 de septiembre de 1779. Sin embargo, el asedio tomó más de lo esperado y de Estaing, ansioso porque su flota estuviese vulnerable ante un asalto británico, se volvió impaciente y ordenó un ataque directo. No obstante, el asalto franco-americano en Savannah, que tuvo lugar el 9 de octubre de 1779, fue repelido sangrientamente. Los desmoralizados aliados abandonaron el asedio de Savannah poco tiempo después, dejando Georgia en manos británicas.

Cuando Clinton escuchó las noticias de la victoria británica en Savannah, estaba eufórico, refiriéndose al evento como "el mayor evento que ha ocurrido en toda esta guerra" (Boatner, 988). El experimento de Savannah había resultado ser exitoso; Clinton inmediatamente volteó su atención hacia un premio mayor: Charleston, en Carolina del Sur. Con una población de 12.000 residentes, Charleston fue una de las cuatro ciudades más importantes de la Norteamérica británica (las otras eran Nueva York, Boston y Filadelfia). Era la ciudad más grande del sur, cuyo pujante puerto era el centro de la mayor parte de la riqueza de la región. Clinton había intentado capturarla tres años antes, pero había sido derrotado en la batalla de Sullivan's Island (28 de Junio de 1776); no iba a dejar que la ciudad lo derrotase una segunda vez. El 26 de diciembre de 1779, Clinton puso al general alemán Wilhelm von Knyphausen a cargo de Nueva York (en aquel momento ocupada por los británicos), y le dejó 10.000 hombres. Clinton, su segundo al mando, lord Charles Cornwallis y el resto de los 8.500 soldados británicos y alemanes abordaron una flota de 90 barcos de transporte localizados en la bahía de Nueva York. Escoltado por 14 navíos de guerra reales bajo el mando del vicealmirante Marriot Arbuthnot, los transportes levaron anclas y zarparon hacia Charleston.

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Sir Henry Clinton
Sir Henry Clinton
Andrea Soldi (Public Domain)

Una sinuosa expedición

El viaje fue desagradable. Un oficial alemán, Johann Hinrichs de los Jaeger Corps, relató que cada mañana observaba un clima frío y miserable que seguía un patrón similar: "tormenta, lluvia, granizo, nieve y olas rompiedo sobre la cabina" (citado en Middlekauff, 444). En efecto, el amargo vierno de inviento atraía olas altas que sacudían los barcos violentamente de un lado a otro y, a menudo, inundaban las cubiertas. Un barco de transporte, el Anna, se perdió hacia el interior del Atlántico, llevándose consigo a 200 soldados de infantería. Otro transporte, el George, fue destrozado; aunque la mayor parte de los soldados a bordo fueron rescatados, una gran parte de valioso equipo de guerra, incluidos la mayoría de los caballos de transporte, fue arrastrada hacia el fondo de océano. A finales de enero de 1780, el horroroso viaje llegó a su fin, ya que los barcos británicos atracaron a Tybee Island, en la desembocadura del río Savannah, para reagruparse. Clinton esperó a los barcos dispersos antes de navegar de vuelta hacia el norte bordeando la costa hasta llegar a la bocana de Edisto en Carolina del Sur el 11 de febrero.

El General Lincoln antició que el principal ataque británico vendría del mar y rápidamente envío hombres para reparar los fuertes.

Después de un acalorado desacuerdo con el almirante Arbuthnot con respecto a dónde desembarcar al ejército, Clinton, aun siendo un estratega talentoso, estaba paranoico con que sus compañeros militares estuviesen conspirando para debilitarlo, lo que hizo que tuviera conflictos con casi todos. El comandante en jefe decidió desembarcar con sus hombres en Simmons Island (actualmente Seabrook island) a 48 kilómetros (30 millas) al sur de Charleston. Clinto decidió esperar los refuerzos provenientes de Georgia y Nueva York, que incrementarían sus números a alrededor de 10.000 hombres. Había establecido una cadena de suministros y polvorines en las áreas circundantes y escribió a los puestos de avanzada británicos en Florida y las Bahamas solicitando que cualquier cañón inutilizado fuese enviado hacia las Carolinas.

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Las defensas de Charleston

Los patriotas no podían no darse cuenta de la masiva expedición británica que se estaba preparando en Simmons Island y rápidamente adivinaron su objetivo. El general Lincoln inmediatamente se concentró en la defensa de Charleston. Su ejército no era grande; tenía alrededor de 1.200 continentales (soldados regulares) de Virginia y Carolina del Sur, alrededor de 2.000 milicianos de Carolina del Sur y 380 hombres de la Legión Pulaski. Una pequeña flotilla de la Armada Continental, bajo el mando del comodoro Abraham Whipple, estaba atracada la bahía. Whipple tenía ocho naves, varias de las cuales habían sido compradas a los franceses. La entrada a la bahía de Charleston estaba defendida por el Fuerte Moultrie al este y el Fuerte Johnson al oeste, aunque ambos fuertes habían caído en deplorable estado de descuido. Lincoln anticipó que el principal ataque británico vendría del mar y rápidamente envío a hombres a reparar los fuertes. Además, la bahía estaba protegida por un banco de area que, con suerte, evitaría que entrara ningún barco de guerra pesado.

Charleston Fortifications, 1780
Fortificaciones de Charleston, 1780
Unknown Artist (Public Domain)

Puesto que Lincoln esperaba que los británicos atacasen por el puerto, descuidó las defensas de tierra de Charleston. En el corazón de las defensas terrestres había una ciudadela de 18 cañones construida con "tabby", un material hecho de conchas de ostra, cal, arena y agua. La ciudadela tenía reductos posicionados en cada lado, pero estaban sin terminar. La península en la que se asentaban Charleston se encontraba en la confluencia de los ríos Ashley y Cooper; había seis fuertes pequeños a lo largo del río Ashley, que protegían las entradas terrestres a la ciudad, y otros siete a lo largo del Cooper.

El asedio comienza

El 20 de marzo de 1780, la flota del almirante Arbuthnot zarpó rumbo a la bahía de Charleston. A pesar de la cautela natural del almirante, se decidió por mandar seis pequeñas fragatas más allá del banco de arena y dentro de la bahía. El comodoro Whipple, quien no esperaba que los barcos de la Armada Real entrasen en la bahía tan pronto, decidió evitar el ataque; en su lugar, navegó con sus barcos hacia la boca del río Cooper y los hundió, creando una barrera con los restos. Después envió a los marineros a Charleston para ayudar con los cañones. El 8 de abril, Arbuthnot pudo rebasar el banco de arena con sus 14 navíos y puso rumbo hacia la bahía, impasible ante los cañones prácticamente inútiles de Fort Moultrie.

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Mientras tanto, el general Clinton había desembarcado su ejército en el territorio de Carolina en Drayton's Landing, a 19 kilómetros (12 millas) sobre Charleston. El 29 de marzo, los hombres de Clinton cruzaron el río Ashley y el 1 de abril se acercó a 800 yardas de las defensas terrestres de Charleston. Lincoln ahora estaba rodeado, atrapado por los británicos tanto en tierra como en el mar. En la zona a tierra, los británicos se atrincheraron; crearon un paralelo, una serie de trincheras y reductos que se asimilaban a las fortificaciones americanas. El terreno arenoso de la península de Charleston permitió la fácil excavación y, en diez días, el primer paralelo británico estaba completo. Clinton y Arbuthnot demandaron la derrota de Lincoln, pero el general americano se rehusó, mientras comenzaban las obras de un segundo paralelo, aun más cerca de la línea americana.

La construcción de paralelos fue supervisada por el mayor James Moncrieff, el ingeniero en jefe británico, quien organizó tropas en grupos de trabajo que en algunos casos llegaban a contar con hasta 500 hombres. Una característica de las trincheras de Moncrieff era el uso de manteletes, los cuales eran armazones de madera de tres metros (10 pies) de altura, cuatro metros (14 pies) de largo y situados sobre tres patas. Dieciseis de estos manteletes estarían dispuestos juntos para formar las paredes de un reducto con la ayuda de trabajadores que acumulaban arena o tierra fuera de la pared. Esto no era un trabajo fácil; el aire de Carolina del sur era caliente y despiadado, con pulgas feroces que les mordían los tobillos, brazos y rostros a los trabajadores.

General Benjamin Lincoln
General Benjamin Lincoln
Charles Willson Peale (Public Domain)

Pero estos inconvenientes se olvidaron prontamente cuando las trincheras británicas se acercaron al rango de ataque de la artillería estadounidense. De vez en cuando estallaba el rugido de los cañones de los patriotas, y los soldados británicos y alemanes lo soportaban como podían mientras los cañonazos iban devorando el suelo alrededor de ellos. El terreno plano de la península convirtió a los británicos en blancos fáciles para los artilleros estadounidenses, quienes no disparaban salvas comunes. Bajos en munición, en vez de eso los estadounidenses disparaban botes rellenos de proyectiles variados incluidos palas, picos, hachas, planchas e inclusive pedazos de vidrio roto. Las heridas inflingidas por estos botes eran devastadoras con extremidades destrozadas y huesos triturados. La artillería británica devolvió el fuego una vez que se acercó, disparando botes por su parte con 100 balas cada una.

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Los británicos se acercan

A medida que las trincheras británicas se iban acercando cada vez más a Charleston, Clinton se empezó a preocupar con la posibilidad de que los americanos pudiesen escapar por el río Cooper. El 14 de abril mandó al coronel Banastre Tarleton y la unidad élite lealista conocida como la Legión Británica a tomar Monck's Corner, uno de los pases principales sobre el río Cooper. Tarleton sorprendió a las tropas americanas protegiendo Monck's Corner y se deshizo de ellas después de una breve escaramuza; para el final del día siguiente, todos los pasos principales sobre el Cooper a 9,5 km (6 millas) alrededor de Charleston estaban controlados por los británicos. El ejército estadounidense estaba verdaderamente atrapado.

El 19 de abril, los británicos terminaron su segundo paralelo y se pusieron en camino al tercero: ahora estaban a 228 metros (250 yardas) de los muros de Charleston. El general Lincoln, viendo el final cerca, convino en un concejo de guerra que sugería rendirse. El teniente gobernador Christopher Gadsden, quien estaba en el concejo a pesar de su estatus como civil, no lo escuchó y reprendió a Lincoln por considerar siquiera el abandono de Charleston. Al día siguiente, Gadsden volvió a los cuarteles de Lincoln con una comitiva de otros líderes civiles, todos los cuales le rogaron a Lincoln que no los abandonase a los británicos. El general aceptó a regañadientes y el asedio continuó.

British Grenadier, 40th Regiment of Foot, 1767
Granadero británico, 40° Regimiento a pie, 1767
R. H. Raymond Smythies (Public Domain)

Al amanecer del 24 de abril, 200 virginianos y carolinos realizaron una incursión rápida en contra de las tropas británicas, que estaban trabajando en el tercer paralelo. Los británicos fueron tomados por sorpresa y retrociederon a la segunda línea de trincheras; 50 soldados británicos fueron asesinados o heridos en el ataque, con otros 12 tomados prisioneros. El inesperado ataque asustó a los británicos; la noche siguiente, las obras en el tercer paralelo se volvieron a detener cuando un ruido repentino convenció a los asediadores de que los americanos estaban preparando otra operación, lo que hizo que les entrara el pánico y abandonaran sus puestos. Solo cuando se volvió claro que no había ningún ataque inminente, volvieron al trabajo.

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Fin del asedio

Para el final de la primera semana de mayo, los zapeadores británicos habían cavado hasta la base de las fortificaciones estadounidenses. El fuego de artillería se intensificó en ambos lados, y pronto la península se había convertido en un infierno, lleno de cráteres y esparcido de cuerpos. El 9 de mayo, la artillería británica se acercó lo suficiente para bombardear las casas de madera de Charleston, envolviendo los edificios en llamas. Un oficial británico evocaba inquietantemente los gritos de mujers y niños que acompañaban cada salva de cañón británico disparada contra la ciudad (Fleming, 111). Varios oficiales británicos vitorearon cuando Charleston se incendió, pero Clinton los reprendió rápidamente, diciendo que era "absurdo, descortés e inhumano incendiar una ciudad que buscabas ocupar" (Middlekauff, 450).

El 11 de mayo, Gadsden y los otros ciudadanos importantes de Charleston se acercaron a Lincoln, pidiéndole rendir la ciudad en los mejores términos posibles. Lincoln se encontró con Clinton para parlamentar, pidiéndole que a su ejército le fuese permitido abandonar la ciudad con todos los honores de guerra. Clinton se negó rotundamente, argumentando que no aceptaría nada menos que la rendición incondicional. Lincoln aceptó y, a las 11 de la mañana del 12 de mayo de 1780, los soldados continentales marcharon fuera de la ciudad hacia el cautiverio británico. Al inicio, a los oficiales estadounidenses se les permitió mantener sus espadas, pero después de que varios de ellos gritaran "¡Larga vida al Congreso!", se les retiró el honor. A la milicia, a diferencia de los continentales, se le permitió regresar a su hogar bajo libertad condicional. Finalmente, los británicos documentaron la captura de 7 generales americanos, 5.466 oficiales continentales y hombres (muchos de los cuales habían estado muy viejos o enfermos para formar parte del asedio), 5.317 mosquetes, 15 banderas de regimiento y cerca de 33.000 rondas de municiones de armas pequeñas. Esta fue la mayor fuerza estadounidense en rendirse ante un ejército enemigo hasta la batalla de Harper's Ferry en 1862.

Infantry of the Continental Army, c. 1779-1783
Infantería del ejército continental en torno a 1770-1783
Henry Alexander Ogden, IV (Public Domain)

Tres días después de la rendición de Lincoln, se dejó caer inconscientemente un mosquete cargado en un almacén donde había guardados varios barriles de pólvora. El mosquete se disparó causando una enorme explosión. Seis edificios vecinos, incluyendo un prostíbulo y un asilo de pobres se incendiaron, llevando a un mayor caos y destrucción. Cuando las llamas menguaron, cerca de 200 personas estaban muertas, que habían perecido en la explosión incial o en el fuego posterior; entre los muertos había soldados y civilies por igual, británicos, estadounidenses y alemanes. Un oficial alemán describió el horror, anotando en su diario, cómo los hombres y mujeres extremadamente quemados se "retorcían como gusanos en el suelo", algunos de sus cuerpos "tan mutilados que uno no podía distinguir una figura humana" (citado en Middlekauff, 212). Naturalmente, los británicos culparon a un saboteador estadounidense mientras que los estadounidenses culparon a la imprudencia británica de la tragedia. Independientemente de quién fuera la culpa, la explosión del almacén marcó el horrible final de un asedio de pesadilla.

Víctimas y consecuencias

El asedio de Charleston fue, sin lugar a dudas, una de las más importantes victorias británicas de la guerra; Clinton había capturado el sur estadounidense y había forzado la rendición de un ejército patriota entero. Más allá de los afectados por la explosión del almacén, los estadounidenses habían perdido a 90 personas y contaron 140 heridos en el curso del asedio, comparados con los 76 decesos y 189 heridos entre los asediadores británicos y alemanes. Si se añaden las bajas civiles, desconcidas, y los prisioneros de guerra estadounidenses que acabarían muriendo posteriormente en las condiciones pavorosas de las prisiones británicas, el número total de muertes es probablemente mucho mayor.

Clinton permaneció en Charleston lo suficiente para proclamar un perdón a cualquier rebelde que jurase lealtad al rey. Luego, el 5 de junio, tomó a 4.000 hombres y zarpó de vuelta a Nueva York, creyendo que no había necesidad de defenderse frente a un potencial ataque franco-estadounidense. Su segundo en comando, lord Cornwallis, quedó a cargo del ejército sureño con órdenes de terminar de subyugar a las Carolinas. Después de la pérdida del ejército de Lincoln, los patriotas sureños se apresuraron en formar otro ejército para defenderse de Cornwallis, que no hizo sino acabar también en desastre en la batalla de Camden (16 de agosto de 1780).

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Preguntas y respuestas

¿Qué fue el asedio de Charleston?

El asedio de Charleston se refiere al ataque británico en Charleston, en Carolina del Sur, durante la guerra de Independencia de los Estados Unidos. Al final los británicos lograron capturar Charleston, al igual que al ejército americano que la defendía.

¿Por qué fue importante el asedio de Charleston?

El asedio de Charleston fue significativo porque estableció una base británica en las Carolinas, iniciando así la campaña británica del sur. También llevó a la rendición de un ejército americano completo, una de las peores derrotas patriotas de la guerra de Independencia.

¿Cuándo se libró el asedio de Charleston?

El asedio de Charleston ocurrió entre el 29 de marzo y el 12 de mayo de 1780, durante la guerra de Independencia de los Estados Unidos.

Sobre el traductor

Sebastian Obregon
Ecuatoriano de 27 años graduado de Periodismo con una maestría en escritura creativa. Traductor freelancer en BabbelCube.

Sobre el autor

Harrison W. Mark
Harrison Mark se graduó de la Universidad Estatal de Nueva York en Oswego, donde estudió Historia y Ciencias Políticas.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, H. W. (2024, marzo 27). Asedio de Charleston [Siege of Charleston]. (S. Obregon, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2406/asedio-de-charleston/

Estilo Chicago

Mark, Harrison W.. "Asedio de Charleston." Traducido por Sebastian Obregon. World History Encyclopedia. Última modificación marzo 27, 2024. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2406/asedio-de-charleston/.

Estilo MLA

Mark, Harrison W.. "Asedio de Charleston." Traducido por Sebastian Obregon. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 27 mar 2024. Web. 23 nov 2024.

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