La vejez en la antigua Grecia y Roma

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Arienne King
por , traducido por Ritchie R. R. Chaidez
Publicado el 05 junio 2024
Disponible en otros idiomas: inglés, neerlandés, francés, portugués
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Aunque la esperanza de vida era menor en las antiguas Grecia y Roma, muchas personas sobrevivían hasta la vejez. Los que alcanzaban la vejez solían acumular riqueza y poder político. Sin embargo, las sociedades del Mediterráneo antiguo también solían ser hostiles hacia las personas visiblemente ancianas y enfermas. La experiencia de la vejez en la Antigüedad y el grado de marginación social de los ancianos dependían de su riqueza, sexo y clase social.

Hercules and Geras, the Personification of Old Age
Hércules (Heracles) y Geras, la personificación de la vejez
Jastrow (Public Domain)

Llegar a viejo en la antigüedad

Contrariamente a la creencia popular, los habitantes del mundo antiguo no tenían una esperanza de vida extremadamente corta. Aunque la esperanza de vida media en el mundo antiguo era de entre 20 y 30 años, esta estadística está sesgada por las elevadísimas tasas de mortalidad infantil. Casi todos los que sobrevivían a la infancia llegaban a la mediana edad, y no era raro que la gente alcanzara los 60 y 70 años. Sin embargo, antes de la medicina moderna, la esperanza de vida era aún más corta y los problemas de salud más debilitantes. Karen Cokayne calcula que aproximadamente el 1,6% de los romanos llegaba a los 80 años, y sólo el 0,05% alcanzaba los 90.

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LA TRANSICIÓN DE LA MEDIANA EDAD A LA VEJEZ VARiAba DE UN INDIVIDUO A OTRO, EN FUNCIÓN DE SU SALUD Y SU VIDA SOCIAL.

En la Antigüedad, no existía una definición estricta de la vejez ni una edad formal de jubilación. En su lugar, la transición de la mediana edad a la vejez variaba según las personas, en función de su salud y su vida social. En las antiguas Grecia y Roma, se consideraba que la vejez comenzaba en torno a los 60 años para los hombres y a los 50 para las mujeres. Estas edades se correspondían con el momento en que las personas empezaban a tener dificultades para realizar trabajos físicos y cuando las mujeres solían llegar a la menopausia. Además, a partir de esa edad, los hombres quedaban exentos del servicio militar y cívico obligatorio. Estos cambios señalaban el fin de la maternidad y de la capacidad de participar plenamente en las tareas agrícolas, lo que significaba que las personas podían pasar a desempeñar un nuevo papel en la comunidad, con un conjunto diferente de responsabilidades sociales.

[La vejez] trae consigo la renuncia al trabajo manual, fatiga, agitación, actividad peligrosa, y en su lugar trae el decoro, la previsión, el retiro, junto con la deliberación, la admonición y el consuelo que todo lo abarca; ahora especialmente lleva a los hombres a valorar el honor, la alabanza y la independencia, acompañados de modestia y dignidad.

(Tetrabiblos, 4.8.206)

El estadista ateniense Solón (c. 640 a c. 560 a.C.) consideraba que la duración media de la vida era de 70 años, que podían dividirse en siete fases. El astrónomo Claudio Ptolomeo de Alejandría (c. 100-170 a.C.), en su tratado astrológico, Tetrabiblos, también dividía la vida humana en siete fases de 12 años. Las etapas finales de la vida se asociaban con la vejez, cuando los hombres se alejaban del trabajo duro y de la asunción de riesgos, para centrarse en la jubilación y en la toma de decisiones más sabias.

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Solon
Solón
Kpjas (Public Domain)

Atención geriátrica

Los médicos grecorromanos comprendían muchos de los problemas de salud asociados a la vejez, como los problemas de vista y oído, la artritis y una mayor susceptibilidad a las enfermedades respiratorias. También eran conscientes de los problemas mentales de los ancianos, como los problemas de memoria y la senilidad. Los antiguos médicos creían que estos cambios se debían a que los humores del cuerpo se desequilibraban, creando una deficiencia de calor.

Pero con el tiempo, a medida que todos los órganos se secan aún más, no sólo sus funciones se realizan peor, sino que su vitalidad se vuelve más débil y restringida. Y al secarse más, la criatura no sólo se vuelve más delgada, sino también arrugada, y los miembros débiles e inestables en sus movimientos. Esta condición se llama vejez.

(Galeno, San. Tuenda 5.1.2)

A pesar de ser conscientes de las enfermedades relacionadas con la edad, las obras existentes sobre medicina griega y romana no dedican mucho espacio a los cuidados geriátricos o a la prolongación de la vida. La medicina romana y griega solía centrarse en la prevención, más que en el tratamiento. Autores como Hipócrates (c. 460-370 a.C.), Celso (c. 25 a.C. a 50 d.C.) y Galeno (c. 129-216 d.C.) recomendaban diversos tratamientos médicos profilácticos y cambios dietéticos para preservar la salud en la vejez.

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Los antiguos regímenes médicos solían incluir descanso adecuado, ejercicio y baños regulares durante toda la vida. Galeno recomendaba a los ancianos una dieta con menos carne y más alimentos secos, vino y fruta. Los escritores grecorromanos también señalaban la importancia de los ejercicios intelectuales, como la escritura y la jardinería, para preservar la agudeza mental en la vejez.

El papel de los ancianos en la sociedad antigua

A medida que hombres y mujeres entraban en la vejez, su posición en la sociedad griega y romana cambiaba. La mayoría de la gente se ganaba el sustento con duros trabajos físicos, como la agricultura y el tejido, que se hacían difíciles en la vejez. Sin embargo, la mayoría carecía de medios para jubilarse. Estas preocupaciones eran menos importantes para las clases altas, que vivían de los ingresos generados por sus sirvientes y haciendas. Para los ricos, la vejez podía ser una época de ocio y retiro.

Los hombres de la aristocracia a menudo continuaban su carrera en la abogacía y la política hasta bien entrada la vejez, beneficiándose de los años de experiencia y reputación acumulados. En la antigua democracia ateniense, en otras ciudades-estado griegas y en el gobierno romano, muchos cargos políticos tenían requisitos de edad mínima, lo que impedía que los ocuparan candidatos jóvenes e irresponsables. Tanto la Gerousía espartana como el Senado romano se originaron como consejos de ancianos.

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A medida que aumentaba la edad, si las cosas seguían el curso esperado o de acuerdo con las aspiraciones de un hombre o una familia, podía esperar ascender en la escala profesional, aumentar su riqueza y ampliar sus redes sociales y económicas a través de los matrimonios de sus hijos.

(Harlow & Laurence, 121)

Al mismo tiempo, muchos hombres sufrían la discriminación por motivos de edad al competir con hombres más jóvenes por el poder político y la influencia social. Mientras que en Roma y Atenas los hombres tenían la máxima autoridad sobre su hogar y sus propiedades, ésta podía ser cuestionada por sus hijos adultos, especialmente si se ponía en duda su competencia mental. Muchos autores griegos y romanos compararon la pérdida de independencia y autoridad que podía acompañar a la vejez extrema con una segunda infancia.

Actitudes grecorromanas hacia el envejecimiento

Las actitudes hacia la vejez en la literatura griega y romana están extremadamente polarizadas entre los autores que reflexionan sobre el modo en que los ancianos benefician a la sociedad y los autores que ven la vejez con desprecio. El filósofo griego Aristóteles (384-322 a.C.) tenía una opinión muy negativa de los ancianos, pues creía que el enfriamiento de los humores contribuía a que los ancianos tuvieran un carácter pesimista y cobarde.

Cicero
Busto de Cicerón
Mary Harrsch (Photographed at the Capitoline Museum) (CC BY-NC-SA)

Algunos historiadores han señalado que la literatura romana y griega que se conserva fue producida desproporcionadamente por hombres aristocráticos de edad avanzada. Esto se debe en parte a que este grupo demográfico era el mejor educado y el que disponía de más tiempo libre. Un tratado especialmente influyente sobre el tema es Sobre la vejez, de Cicerón (106-43 a.C.), que lo escribió desde la perspectiva de un ficticio Catón el Viejo (234-149 a.C.).

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Existe abundante material literario sobre la supervivencia en la vejez, porque los ancianos utilizaban el otium o tiempo libre asociado a este periodo de la vida como tiempo para escribir. Escribían como consuelo para sí mismos en la vejez frente a la muerte y es este formato el que produce mucho de lo que hoy asociamos con una filosofía estoica de supervivencia en la adversidad. Esa adversidad era la vejez.

(citado en Harlow & Laurence, 12)

La vejez se representa de forma ambivalente en la mitología griega y romana. Geras, el dios de la vejez en la mitología griega, y su homólogo romano Senectus son figuras temibles a las que ningún mortal puede resistirse. El mito de Titono, un hombre al que los dioses concedieron la vida eterna pero no la eterna juventud, también evoca el miedo a envejecer. Sin embargo, otras figuras mitológicas, como Néstor, crecen en poder y conocimiento con la vejez.

Envejecimiento y cánones de belleza en la Antigüedad

Los cánones de belleza griegos y romanos valoraban mucho la juventud. Por ello, muchas personas intentaban enmascarar los signos de la edad con cosméticos como maquillaje, tintes para el pelo o pelucas. En la literatura grecorromana, estos tipos de cosméticos suelen satirizarse o describirse con sorna. Los hombres y mujeres que intentan enmascarar su edad suelen ser retratados de forma cómica, sobre todo cuando lo hacen para intentar conseguir cónyuges o parejas más jóvenes.

La imaginería griega ofrecía algunas representaciones positivas de filósofos ancianos, pero la representación positiva tiende a verse abrumada por imágenes de la vejez como repugnante y de la juventud, en particular la juventud masculina, como hermosa. (Troyansky, 27).

En el arte griego arcaico y clásico, las figuras jóvenes se representan con mucha más frecuencia que las ancianas. Cuando se trata de ancianos, suelen ser tutores y sabios o, en el caso de las mujeres, sacerdotisas y niñeras. La escultura helenística trata temas más variados que la griega clásica, pero sigue representando a los ancianos con cierto desprecio.

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El retrato romano clásico difiere de las convenciones griegas en que retrata de forma más positiva a las figuras masculinas y femeninas de edad realista. En el arte romano, un rostro maduro o severo transmitía poder y experiencia. En los retratos masculinos, rasgos como el ceño fruncido y el cabello hacia atrás indicaban dignidad, seriedad y madurez.

Portrait of an Aged Roman
Retrato de un romano anciano
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Envejecimiento y género

La literatura griega y romana tiende a retratar a las ancianas con más sorna que a los ancianos, en consonancia con las normas sociales patriarcales del Mediterráneo. Dado que el papel de la mujer en el mundo romano consistía principalmente en ser esposa y madre, corría un mayor riesgo de quedar marginada socialmente una vez que su atractivo sexual y su capacidad reproductiva habían disminuido. También se creía que las mujeres envejecían más rápido que los hombres, lo que generalmente se explicaba por la idea de que sus cuerpos y mentes eran naturalmente más frágiles. A pesar de ello, los escritores médicos solían ignorar a las mujeres en sus tratados sobre la vejez, prefiriendo centrarse en las dolencias relacionadas con la edad que afectaban a los hombres.

En la antigua Grecia las mujeres de edad constituían una categoría marginal, la cuál era repudiada y temida por los hombres. (Bremmer, 245)

Las mujeres de la antigua Grecia y Roma solían vivir bastante más que sus maridos, y era habitual que enviudaran en la madurez o la vejez, tras lo cual dependían de sus hijos para su manutención. Cuando las viudas mayores se volvían a casar, esto podía causar fricciones entre su nuevo marido y sus hijos adultos, especialmente por el control de la herencia de la mujer.

Marble Statue of an Old Woman
Estatua de mármol de una anciana
Metropolitan Museum of Art (Copyright)

A pesar de la actitud negativa general hacia las mujeres mayores, algunas de ellas se encontraban en posiciones de creciente poder a medida que se liberaban de las obligaciones del matrimonio y la maternidad. Muchas mujeres ejercían el poder político a través de su influencia familiar y social, que utilizaban para ayudar a dar forma a las carreras de sus hijos y nietos. Livia Drusila (59 a.C.-29 d.C.) y Cornelia, la madre de los hermanos Gracos (c. 190-115 a.C.), se convirtieron en famosos ejemplos de matriarcas romanas políticamente prominentes.

Sistemas de apoyo para los ancianos

En el mundo antiguo no existían sistemas gubernamentales de apoyo a los ancianos, por lo que las redes de parentesco eran a menudo la única fuente de cuidados para los ancianos. Las culturas griega y romana otorgaban un gran valor a la piedad filial, la obligación social y moral que los hijos tienen para con sus padres. De acuerdo con estos valores, se esperaba que los adultos cuidaran de sus padres en la vejez. Una persona honorable satisfacía las necesidades básicas de sus padres y les proporcionaba compañía social. La mayoría de la gente vivía en hogares multigeneracionales, lo que les facilitaba mantener a sus parientes mayores. Era muy vergonzoso que una persona desatendiera a sus padres ancianos y, en algunas sociedades, los padres podían emprender acciones legales contra sus hijos o herederos si no los cuidaban adecuadamente.

Un juez competente ordenará que te mantenga tu hijo, si sus medios son tales que puede proporcionarte alimentos.

(Código de Justiniano, 5.25.2)

Los padres solían intentar mejorar las perspectivas económicas de sus hijos proporcionándoles una educación o concertando un matrimonio beneficioso para ellos. También era habitual que los padres legaran propiedades a sus herederos en vida, para ayudarles a sufragar los gastos de su cuidado. Las familias aristocráticas podían cuidar más fácilmente a sus parientes ancianos y discapacitados con la ayuda de sirvientes, lo que mejoraba la calidad de vida de todos los miembros de la familia.

Una persona sin hijos ni nietos podía seguir contando con el apoyo de su cónyuge. Los esclavos liberados también tenían la responsabilidad de apoyar a sus antiguos amos en la vejez. El solapamiento de estas obligaciones sociales significaba que la mayoría de la gente contaba con algún tipo de ayuda en sus últimos años de vida.

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Preguntas y respuestas

¿Qué se consideraba "vejez" en la antigua Grecia y Roma?

En la antigua Grecia y Roma no había una definición estricta de vejez. La vejez variaba según los individuos, pero solía corresponder al momento en que las personas empezaban a tener dificultades para realizar trabajos físicos y cuando las mujeres llegaban a la menopausia.

¿Cuál era la actitud de los antiguos griegos y romanos ante el envejecimiento?

Las actitudes hacia los ancianos eran contradictorias. Por un lado, la vejez se asociaba a la riqueza, el conocimiento y el poder acumulados, pero, por otro, las sociedades solían tratar a los ancianos y enfermos con desprecio.

Bibliografía

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Sobre el traductor

Ritchie R. R. Chaidez
Ritchie es un estudiante universitario que creció en México. Actualmente estudia en UCLA para obtener un título de Biología. Sus intereses son la ciencia y literatura. Actualmente tiene como pasatiempo traducir artículos de diversos temas. Por influencia de una personita muy especial, ahora presta mas atención a la cultura griega.

Sobre el autor

Arienne King
Arienne King es una estudiante y escritora independiente apasionada por la historia, la arqueología y los medios digitales. Dirige el blog Muses & Mayhem y es la editora de los medios de comunicación de Ancient History Encyclopedia.

Cita este trabajo

Estilo APA

King, A. (2024, junio 05). La vejez en la antigua Grecia y Roma [Growing Old in Ancient Greece & Rome]. (R. R. R. Chaidez, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2475/la-vejez-en-la-antigua-grecia-y-roma/

Estilo Chicago

King, Arienne. "La vejez en la antigua Grecia y Roma." Traducido por Ritchie R. R. Chaidez. World History Encyclopedia. Última modificación junio 05, 2024. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2475/la-vejez-en-la-antigua-grecia-y-roma/.

Estilo MLA

King, Arienne. "La vejez en la antigua Grecia y Roma." Traducido por Ritchie R. R. Chaidez. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 05 jun 2024. Web. 20 nov 2024.

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