El sermón de la montaña

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Artículo

Rebecca Denova
por , traducido por Waldo Reboredo Arroyo
Publicado el 17 octubre 2024
Disponible en otros idiomas: inglés, árabe, francés
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El sermón de la montaña, desplegado en los capítulos 5, 6 y 7 del Evangelio de Mateo, se convirtió en un elemento fundacional de la religión cristiana. El sermón tiene sus bases en las tradiciones del judaísmo y en la Ley de Moisés, a las que se añadieron interpretaciones acerca de las enseñanzas de Jesús de Nazaret. Mateo lo situó al principio del ministerio de Jesucristo, y desarrolló sus temas a lo largo del Evangelio.

Sermon on the Mount
El sermón de la montaña
Carl Bloch (Public Domain)

Escenario y contexto de Mateo

Al igual que ocurre con los demás evangelios, en Mateo no se citan fechas. Durante el siglo II los Padres de la Iglesia decidieron que el Nuevo Testamento comenzara con el Evangelio de Mateo, pero se conoce que el de Marcos, escrito alrededor del 70 d.C. o después, lo antecedió. Los evangelios de Mateo y de Lucas, de alrededor del 85 d.C. y el 95 d.C. respectivamente, relataban algunas historias de Marcos de manera casi literal, por lo que existe consenso en cuanto a que contaron con sendas copias escritas de Marcos. El sermón no figura en el Evangelio de Marcos. Los investigadores han concluido que en lo concerniente a Jesús, Mateo y Lucas utilizaron otras fuentes además de la de Marcos. Aunque dicho texto no ha sobrevivido de manera independiente, se designó con el nombre de «Q» debido a que Quelle significa «fuente» en alemán, y a que fueron estudiosos de la Biblia de procedencia germana quienes primero clasificaron estos contenidos adicionales. Lucas contaba con una versión similar del sermón, denominada por algunos sermón de la llanura.

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Se entiende que Mateo procedía de Galilea. Varios factores conducen a esta conclusión, entre ellos que el Evangelio cierra con la orden que Jesús les imparte a sus discípulos tras su resurrección: dirigirse a Galilea para encontrarse con Él allí. Más adelante Jesús se presenta y encarga a cada uno «… haced discípulos a todas las naciones»; una referencia a los gentiles. (Mateo 28:19)

mateo presentó el sermón de la montaña en forma de abarcador seminario.

Cuando los romanos destruyeron Jerusalén y el conjunto de edificios del Templo en el año 70 d.C., algunos judíos, quizás entre ellos algunos fariseos, huyeron de la ciudad para sobrevivir. Debido a que no resultaba posible continuar con los sacrificios que el culto exigía realizar en el Templo, los devotos formalizaron el establecimiento de escuelas dedicadas al estudio de sus Escrituras, algunas de las cuales se localizaron en Galilea, centradas en las sinagogas. De esta manera surgió lo que durante los siguientes siglos se conoció con el nombre de judaísmo rabínico.

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El vitriolo contra los judíos se esparce por todo el Evangelio de Mateo. Su Jesús enseñaba de manera constante que las cosas no debían hacerse como las hacían los judíos en las sinagogas. Así, se conforma una imagen en que los cristianos podrían haber partido de las sinagogas en auténtica mudanza y establecido su propia versión del culto, luego convertido en las iglesias primitivas.

Los cristianos aseveraban que Jesús era el Mesías de los Últimos Días mencionado en las predicciones de los profetas. En ese tiempo Dios instauraría su Reino en la tierra. Sin embargo, transcurrían décadas y el reino no se manifestaba. El cristianismo primitivo racionalizó la cuestión por medio del concepto de parousia, la segunda aparición. En un tiempo venidero, tras su resurrección y elevación a los cielos, Jesús regresaría y cumpliría a cabalidad todo lo que los profetas habían predicho. El propósito general del sermón era doble:

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  1. Declarar que los cristianos, a diferencia de los judíos, comprendían de manera correcta las Leyes de Moisés.
  2. Enseñar a los creyentes la manera en que debían vivir mientras aguardaban el retorno de Jesús.

El nuevo Moisés de Mateo

En su discurso de despedida al pueblo, Moisés había dicho que en el futuro, «Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis; …» (Deuteronomio 18:15). El retrato que Mateo traza de Jesús, unido a sus alusiones a las tradiciones mosaicas sobre la Natividad de Jesús recogidas en Éxodo, presentan al Nazareno como el nuevo Moisés. La estructura del Evangelio está dividida en cinco seminarios que reflejan la tradición según la cual Moisés había escrito los primeros cinco libros de las Escrituras, la torah, cuyo significado es enseñanza, las enseñanzas de Moisés.

Moses on Mount Sinai
Moisés en el monte Sinaí
Jean-Léon Gérôme (Public Domain)

Mateo presentó el sermón en forma de un abarcador seminario. En específico, el sermón se divide en cinco discursos:

  1. El discurso sobre la condición de ser discípulo.
  2. El discurso sobre las parábolas.
  3. El discurso sobre la comunidad de la fe.
  4. El discurso sobre los acontecimientos futuros.
  5. La conclusión final acerca del significado del sermón.

El emplazamiento del sermón en la cima de una montaña lo relaciona de manera simbólica con Moisés en el Monte Sinaí. La popularidad del sermón se mantiene por ser una de las enseñanzas más conocidas de Jesús.

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Bienaventuranzas

El comienzo se designa con el nombre de «Bienaventuranzas» que proviene de la traducción de las primeras palabras que aparecen en la Biblia Vulgata Latina: Beate («bienaventurados los…»)

Viendo [Jesús] la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. (Mateo 5:1-12)

Las bienaventuranzas no fueron una innovación cristiana. En los himnos y alabanzas a Dios recogidos en las Escrituras hebreas se encuentran elementos idénticos. En los Rollos del Mar Muerto (4Q525) de la secta de los esenios, de alrededor del período comprendido entre el 150 a.C. y el 68 d.C., se mencionan frases similares.

El versículo «Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, … mintiendo», reafirmaba el aserto que los judíos perseguían a los cristianos desde el juicio y crucifixión de Jesús de Nazaret. Con el tiempo, la frase devino referencia de la cacería que Roma desató contra los cristianos hacia finales del siglo I d.C.

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Sermon on the Mount Fresco
Sermón de la montaña, fresco
Franz Xaver Kirchebner (Public Domain)

La ley y los profetas

No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y los fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. (Mateo 5:17-20)

«Para cumplir» era el estribillo empleado por Mateo para transmitir que a pesar de la demora en la manifestación del reino, todo lo relacionado con el ministerio cumplía con las predicciones de los profetas: el envío del Mesías, el tratamiento inclusivo de creyentes judíos y gentiles, y el concepto del Juicio Final.

Las antítesis del sermón

El sermón está compuesto por planteamientos antitéticos engarzados en la estructura argumental de Mateo. Cada sección comienza con «Oísteis que fue dicho…», en referencia a lo que estaba escrito en la Ley de Moisés, seguida de «Pero yo os digo…», para destacar la comprensión correcta y apropiada de los mandamientos.

Ira

Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante. (Mateo 5:21-26)

En este contexto, «cárcel» se emplea como analogía de infierno, Gehena, la tierra de los muertos

Adulterio

Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. (Mateo 5:27-30)

Divorcio

También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio. (Mateo 5:31-32)

Moisés permitía el divorcio. La cuestión que se debatía en las comunidades primitivas cristianas no era el divorcio en sí mismo, sino la posibilidad de que los divorciados, las viudas y los viudos contrajeran un nuevo matrimonio durante el tiempo que mediaba hasta el regreso de Cristo.

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Represalia

Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses. (Mateo 5:38-42)

Este pasaje es uno de los más incomprendidos del sermón. En la tradición cristiana se describió como lex talionis, ley del talión, o del resarcimiento, la cual a pesar de todo no se aplicaba de manera categórica. El código definía los límites de las compensaciones por daños: «Y el que causare lesión en su prójimo, según hizo, así le sea hecho: rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente; según la lesión que haya hecho a otro, tal se hará a él». (Levítico 24:19-20). Su sentido era que el monto de la reparación que podía recibir una persona perjudicada no podía exceder el valor de lo que había resultado dañado. En otras palabras, la represalia por la pérdida de un ojo no podía ser cortarle la cabeza alguien.

Sermon on the Mount, Sistine Chapel
Sermón de la montaña, Capilla Sixtina
Cosimo Rosselli (Public Domain)

Tampoco se tomaba de manera literal la frase «Cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra…». En el contexto en que tenía lugar, la prédica se pronunciaba en contra de la búsqueda de compensación por daños, antes bien, se inclinaba por decir «dejad de litigar unos contra otros», o sea, pongan fin a sus mutuas demandas. Durante la época del Imperio romano el pueblo se enredaba en procesos judiciales y se obsesionaba con ellos. Pablo amonestó a sus fieles en Corinto debido al mismo problema. El entendimiento general de Mateo era que el Reino de Dios se manifestaría al regresar Jesús de los cielos, momento en el cual Dios rectificaría todas las injusticias, y aplicaría los escarmientos apropiados a quienes habían causado perjuicios.

En las provincias el ejército romano tenía el derecho de ordenar a los habitantes locales que cargaran su impedimenta, que en ocasiones podía pesar hasta 27 kg (60 libras), pero la distancia a recorrer no podía ser mayor que una milla. La máxima exigía llevar la carga la milla adicional, sin emitir queja. De nuevo, todo se arreglaría durante el Reino de Dios.

Amor a los enemigos

Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos. (Mateo 5:43-45)

No se ha encontrado un enunciado equivalente en las Escrituras, pero el pasaje resume la norma respecto a la cual Mateo compara las relaciones intracomunitarias.

Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. (Mateo 5:46-48)

Caridad, oración y ayuno

Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes de que vosotros le pidáis. (Mateo 6:1-8)

Resulta importante destacar que no se poseen evidencias contemporáneas acerca de la polémica de Mateo con los judíos relativa a sus prácticas y comportamientos. Sin embargo, la influencia del sermón se mantiene, según se aprecia en el diccionario de la RAE, que le atribuye a la palabra «farisaico» el sentido de hipócrita.

Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; … Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. (Mateo 6:9-15)

El origen de esta oración no se ha podido determinar, pero en la amidah del Templo y en la posterior liturgia de la sinagoga se reflejan ideas similares. En hebreo amidah significa «mantenerse de pie» de manera respetuosa cuando se alaba a Dios. Mas tarde los rabinos reglamentaron que la rogación continuara repitiéndose tres veces al día, del mismo modo que se hacía en el Templo. El rezo mantiene una importancia medular para el judaísmo. Reconoce a Dios como creador del universo, y refleja la esperanza de que su reino se manifieste y proporcione justicia para todos. Bajo el nombre de Padrenuestro, constituye epítome del cristianismo.

Christ and the Twelve Apostles by Fra Angelico
Cristo y los doce apóstoles, obra de Fra Angelico
Frans Vandewalle (CC BY-NC)

Otras admoniciones incluyen no usar cilicio ni cenizas como señal de penitencia, no mostrar sufrimiento mientras se ayuna, ayunar en secreto, no preocuparse por la ropa ni por la comida de cada día. Dios conoce la intención de cada persona y la recompensará, y Dios conoce sus necesidades, y si la persona es justa, terminará por proveerle. «No juzguéis, para que no seáis juzgados», afirma que juzgar es prerrogativa de Dios, de lo cual se encargará el día del Juicio. (Mateo 7:1)

El reino de los cielos

La frase favorita de Mateo relativa al tema de la salvación final era el «reino de los cielos». La expresión se refería al plan original que Dios había concebido para los humanos en el jardín del edén. Mateo no eliminó la Ley de Moisés: extendió la Ley para que trascendiera a los hechos. No solo se condenaba el asesinato, se repudiaban los pensamientos homicidas; no solo se prohibía el adulterio, se incluían los pensamientos e impulsos sexuales del cuerpo. Mateo resume el propósito del sermón: «Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto». (5:48). Dicho de otro modo, mientras durara el intervalo en que el Reino aún no se manifestaba, el «reino de los cielos» podía vivirse de manera anticipada en la comunidad, como una realidad futura presente, a través de la búsqueda de la perfección. Los cristianos posteriores a este período entendieron el sermón como la racionalización de que el Reino podía manifestarse en la tierra, en la Iglesia.

En lo tocante a la teología cristiana, el sermón sirvió de basamento a las argumentaciones que atribuían a Jesús haber rechazado la ley de Moisés, y por tanto, al haberla reinterpretado, a todo el judaísmo. Las explicaciones de Mateo acerca de las Escrituras judías formaban parte del proceso de la separación del cristianismo del judaísmo; sin embargo, la inclusión de pensamientos y obras en los mandamientos habría encontrado la aprobación de muchos judíos. Al propio tiempo, los historiadores observan que la perfección ideal a la que el sermón exhorta aún está pendiente de manifestarse en los aspectos mundanos de la vida, lo cual ha fomentado políticas de fuerza y violencia.

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Sobre el traductor

Waldo Reboredo Arroyo
Interesado en el estudio de las migraciones, costumbres, las artes y religiones de distintas culturas; descubrimientos geográficos y científicos. Vive en La Habana. En la actualidad traduce y edita libros y artículos para la web.

Sobre el autor

Rebecca Denova
Rebecca I. Denova, Ph D. es catedrática emérita de Cristianismo Primitivo en el Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad de Pittsburgh. En julio de 2021 se publicó su libro de texto titulado «The Origins of Christianity and the New Testament» (Wiley-Blackwell).

Cita este trabajo

Estilo APA

Denova, R. (2024, octubre 17). El sermón de la montaña [Sermon on the Mount]. (W. R. Arroyo, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2547/el-sermon-de-la-montana/

Estilo Chicago

Denova, Rebecca. "El sermón de la montaña." Traducido por Waldo Reboredo Arroyo. World History Encyclopedia. Última modificación octubre 17, 2024. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2547/el-sermon-de-la-montana/.

Estilo MLA

Denova, Rebecca. "El sermón de la montaña." Traducido por Waldo Reboredo Arroyo. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 17 oct 2024. Web. 21 dic 2024.

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