Cesarea Marítima estaba localizada en la costa este del Mar Mediterráneo. La ciudad portuaria se levantó a partir de sus cimientos entre el 22 y el 10 a.C. por Herodes el Grande, monarca coligado a Roma que reinó entre el 37 y el 4 a.C. La posición de Cesarea respecto al tráfico naviero y su proximidad a las rutas comerciales históricas indican que su fundación respondía a un plan diseñado para captar ingresos y convertirla en la puerta de acceso a Occidente.
Actores principales
La rivalidad existente entre Roma y Partia: el más capaz de los competidores de Roma, definía el contexto en que existía Cesarea. La derrota sufrida en la batalla de Carras en el 53 a.C., la retirada de Media en el 36 a.C., y la incapacidad de apoderarse de las lucrativas rutas septentrionales de la seda que atravesaban Mesopotamia, obligaron a Roma a demandar la paz en el 20 a.C. La situación trajo por consecuencia que los esfuerzos de Roma para estabilizar su dominio sobre el Mar Mediterráneo y el Cercano Oriente adoptaran un carácter comercial. Correspondería a Cesarea servir de trampolín para materializar el objetivo de controlar las redituables rutas mercantiles que corrían de este a oeste a través de Arabia y el mar Rojo. Como centro neurálgico de la red de comercio oriental de la antigua Roma, la nueva ciudad mantendría conexiones con los actores principales de la región, que incluirían a Gaza, Petra, Sidón,Tiro, Alejandría y ciudades importadoras del tipo de Bosra. Más alejados se encontraban los centros mercantiles de Antioquía y Patara.
las importantes ciudades de gaza, petra y bosra se encontraban en la órbita inmediata a cesarea.
Antioquía, nudo comercial de mayor relevancia en las zonas septentrionales del Mediterráneo, disfrutaba de los beneficios que le reportaba ser el término occidental de la Ruta de la Seda de Mesopotamia. Además de constituir una importante base de producción de vinos y aceite de oliva, y de sus batanes para el procesamiento de telas, Antioquía desempeñaba un destacado papel en la distribución de sedas chinas, lapislázuli proveniente del antiguo Afganistán, tintes producidos en el Levante, y sedas tejidas de Damasco.
Al oeste de Antioquía, en la costa sur de Anatolia, hoy Turquía, se encontraba la ciudad costera de Patara, que prestaba servicios de exportación. Diversas pruebas demuestran que la explotación de la agricultura y la ganadería en Anatolia constituía una actividad tradicional que databa de los primeros siglos del segundo milenio a.C.; también sobre las producciones de la península, Plinio y Estrabón documentaron el procesamiento de cobre, oro, plata, hierro y plomo. Según añade James Muhly:
Anatolia es una tierra bendecida con abundantes recursos naturales que incluyen un sinnúmero de depósitos minerales y densos bosques, dos elementos indispensables para la creación de una industria metalúrgica de importancia. Cálculos realizados en fechas recientes arrojan las siguientes cifras: 415 importantes zonas ricas en cobre, más de 136 yacimientos mixtos de mineral de plomo, zinc, y cobre, y casi 200 depósitos de plomo ligado con plata, así como numerosos filones de oro, zinc, antimonio, arsénico y hierro. (858-59)
Las investigaciones realizadas en fechas más recientes confirman que desde el 3000 a.C. hasta el período del Imperio otomano, Anatolia era un notable productor de cobre y también, con probabilidad, de estaño: ingredientes esenciales del bronce.
Por otra parte, las dos ciudades-estado fenicias de Sidón y Tiro compartían la costa oriental del Mediterráneo. Debido a que Cesarea se construyó sobre las ruinas de la Torre de Estratón, llamada así por el monarca Estratón I de Sidón que reinó entre 365 y 352 a.C., Estrabón reporta que la ciudad contaba con su propia «estación de buques» (16.2.27). Ubicada en medio de las rutas marítimas y comerciales que atravesaban las aguas septentrionales de Alejandría y equidistante 120 km de Gaza y Sidón, la Torre de Estratón refleja la magnitud de la influencia comercial ejercida por Sidón. En su momento centro proveedor de navíos y bienes que suministraba a Persia, Sidón también era un sobresaliente fabricante de artículos de lujo como vidrio, tintes y prendas bordadas. A poca distancia al sur de Sidón se encontraba la isla de Tiro, que también había sido una potencia comercial. Además de sus famosas telas teñidas de púrpura, el relato bíblico de 1 Reyes 7:13-45, relata que Salomón había solicitado el apoyo de Tiro para que manufacturara y suministrara al templo artículos terminados de bronce.
A pesar del control que primero el Imperio seléucida (312-63 a.C.) y más tarde el romano ejercieron sobre la costa fenicia, que resultaron en la reducción de las áreas de influencia comercial de Tiro y Sidón, ambas ciudades continuarían desempeñando un importante cometido en toda la red de comercio del Mediterráneo oriental. Como contrapartida al reconocimiento del que gozaban Tiro y Sidón por sus productos terminados, Alejandría enviaba mercancías desde su emplazamiento egipcio ubicado en la costa norte de África, al oeste del Nilo. Además de la exportación de productos a granel, textiles, y papiro, de los cuales Roma era el principal consumidor, era común que Egipto expidiera sus producciones de aceites y cereales a bordo de barcos alejandrinos, famosos por sus características. Uno de esos barcos, el Isis, según describe Luciano, tenía una eslora de 55 metros (180 pies) y una manga de 14 metros (45 pies), y en su bodega, que tenía un puntal de 13,5 metros (44 pies), podía transportar 1.200 toneladas de mercancías.
Por último, en la órbita inmediata a Cesarea se encontraban las influyentes ciudades de Gaza, Petra y Bosra. Gaza servía de conducto hacia los mercados occidentales de los productos que recibía de África, Arabia, India e Indonesia, entre los cuales el incienso y la pimienta habrían generado las mayores ganancias. Gaza pasó a contarse entre las primeras urbes que cayeron bajo el control directo de Cesarea al ser otorgada por Augusto (r. 31 a.C. al 14 d.C.) a Herodes en el año 30 a.C. En cuanto a Petra, los nabateos que la habitaban eran expertos comerciantes e intermediarios involucrados en las transacciones de todos los productos que provenían del este a través de Arabia y del mar Rojo por vía del puerto de Leuca, que se encontraba bajo su dominio. Por esta causa, el interés romano de controlar las conexiones de Gaza, Petra y el mar Rojo solo quedaría satisfecho a plenitud cuando el emperador Trajano (r. 98-117 d.C.) en el 106 d.C., anexó a Roma el Reino nabateo, cuyo nombre cambió por el de Provincia de Arabia. Además, entre las ciudades consumidoras más importantes que circundaban la región de Cesarea estarían Jerusalén, Samaria y Bosra. En consecuencia, con el posible propósito de eliminar a los intermediarios nabateos, Roma despojaría más tarde a Petra de su estatus de centro mercantil de la región, con lo cual Bosra elevaría su importancia comercial y pasaría a ser la capital romana de Arabia, que a continuación quedaría conectada con el mar Rojo mediante un camino construido con suma rapidez.
Una ciudad construida para el comercio
Es posible que para Roma, el centro mercantil de mayor importancia del Mediterráneo oriental fuera Cesarea Marítima, debido a sus conexiones con los principales actores de la red comercial de la época. Aunque por regla general se piensa que el crecimiento de una ciudad se mide por su expansión y avances, el aspecto más notable de Cesarea consiste en que la ciudad se entregó lista para ser habitada.La infraestructura de Cesarea Marítima incluía calles pavimentadas, obras hidráulicas, un templo, palacios, un anfiteatro, un teatro, y como parte fundamental dedicada a cumplir con el propósito de la ciudad, un colosal puerto. Resalta el hecho de que aunque la construcción del complejo urbano-portuario se debía a Herodes, desde muy al principio Roma había dado pasos para controlarlo. Según acotan Bárbara Burrell et al, tras la muerte de Herodes el 6 d.C. el palacio real «pasó a ser la residencia oficial del gobernador, y su reino se convirtió en provincia romana, de la cual Cesarea era puerto principal y capital administrativa» (56). La prolongada presencia de Roma se evidenció aún más con el reciente descubrimiento en un palacios de «dos pedestales en forma de columna con inscripciones que rendían tributo a cuatro procuradores romanos, datados a lo largo de un período que abarcaba desde el siglo II hasta principios del siglo IV d.C.» (Netzer, 112)
El puerto de Herodes y la ciudad de Cesarea formaban parte de un complejo dedicado al comercio, en lo fundamental marítimo, que se realizaba entre las naciones del litoral mediterráneo. Las instalaciones portuarias constituían un brazo vital para la prestación de servicios a la ciudad. Además, aunque Cesarea se había construido para servir a los intereses comerciales de Roma, el enclave también apoyaba sus asuntos militares. Por estas razones el puerto artificial, carente de una bahía natural o promontorio sobre el cual elevar sus construcciones, se construyó como una fortaleza marina. Sus masivos rompeolas, dispuestos a lo largo de un trayecto circular concebido para mitigar la corrosión, estaban construidos con bloques de un peso de hasta 50 toneladas, y soportaban una superestructura de torres, más una muralla en forma de cortina almenada. En correspondencia con la descripción que Flavio Josefo hizo del puerto, que denominó «atracadero circular» (Antigüedades, 15.9.6), de los dos rompeolas de 30,5 metros (100 pies) de ancho, el brazo sur se extendía 305 metros (1000 pies) en dirección oeste, hacia el mar, extremo donde curvaba hacia el norte y avanzaba otros 488 metros (1600 pies). El brazo norte también se proyectaba 305 metros (1.000 pies) hacia el oeste. Ambas ramas terminaban en la entrada, de una anchura de 18 metros (60 pies). La dársena delimitada por las dos ramas ocupaba unas 16 hectáreas (40 acres); a modo de comparación, el puerto de mediana capacidad de Leptis Magna, ampliado por Septimio Severo (r. 193-211 d.C.) al final del siglo II d.C., abarcaba 10 hectáreas (25 acres). Todo esto reafirma que la construcción del puerto se efectuó para recibir grandes volúmenes de mercancía. Navíos de todas clases y tamaños utilizaban el fondeadero, desde buques de guerra, enormes barcos transportadores de granos y grandes porteadores de rocas y vino, hasta pequeñas galeras mercantes.
Conexiones
En los tiempos de la antigüedad los viajeros corrientes se agenciaban sus traslados en buques mercantes, razón por la cual la historia de los segmentos marítimos de los viajes de Pablo el apóstol descrita en el Nuevo Testamento ayuda a identificar los principales centros y rutas comerciales del Mediterráneo, así como las conexiones que estos tenían con Cesarea.
Hacia el año 63 a.C. Siria y Anatolia se encontraban bajo el dominio de Roma. En ese contexto, Pablo realizó el tramo inicial de su primer viaje por Asia en un buque que partía en dirección oeste hacia la costa meridional de Anatolia, con un cargamento de mercancías estibado en Antioquía. De la misma manera, en el último tramo de su tercer viaje, Pablo se embarcaría en Patara, también ubicada en la costa sur de Anatolia, con destino a Cesarea. Anatolia cubría sus propias necesidades agrícolas y recibía artículos de lujo procedentes de Antioquía. Por otra parte, las necesidades de productos agrícolas de la región suroriental del Mediterráneo se satisfacían por cortesía de Alejandría. En consecuencia, a causa de la prodigiosa producción metalúrgica de Anatolia, era probable que la mercancía cargada en Patara con destino a Cesarea fuera de naturaleza metálica, transportada en forma de lingotes. Una vez que la nave procedente de Patara alcanzaba la costa fenicia, iniciaba sus sucesivos servicios con una primera parada en Tiro, y a continuación en Ptolemaida, antes de proceder a la distribución final en Cesarea. Debido a que Tiro también gozaba de reconocimiento por sus productos terminados de metal y a que «Cesarea poseía una licencia emitida por Roma para acuñar monedas de bronce que se empleaban como medio de intercambio en la economía de rápido desarrollo del área», la existencia de esta demanda para garantizar el tipo de producción que se realizaba en Cesarea, sugiere una vez más que la carga procedente de Anatolia era de metales (Bull, 27).
El amplio rol que Cesarea desempeñaba en el comercio mediterráneo queda reflejado en el último viaje que Pablo realizó a Roma. En condición de prisionero abordó un navío de Adramitio, ciudad ubicada en la costa sur de Anatolia occidental. De Cesarea el buque zarpó con destino a Mira, un centro de almacenamiento de granos, y tras bogar una corta distancia en dirección al norte, atracó en Sidón. La navegación de este corto tramo apunta a la posibilidad de que el navío añadiera productos fabricados en Sidón a la mercancía ya estibada en su bodega, probablemente marfil, o caparazones de tortuga procedentes de África, o papiro de Egipto, o especias e incienso de proveniencia oriental. Una vez arribado a Mira, Pablo sería transferido a un buque alejandrino cargado de grano, dirigido a Roma.
Respecto a Gaza, Petra y Bosra, Cesarea no solo controlaba los mercados de Gaza y trabajaba en cooperación con Alejandría, sino que además captaba los flujos comerciales procedentes de Petra, ubicada en la ruta a Gaza. Según plantea Gary Young, no hay duda que el incienso se transportaba por tierra desde Petra hasta Gaza. Cesarea dominaba Gaza y sus diversos mercados, por lo que se encontraba en posición de controlar no solo el comercio marítimo, sino también el que se transportaba por tierra a ciudades consumidoras alejadas de las costas entre las que se encontraba Bosra. En lo relativo a Bosra, la Legio III Cirenaica se encontraba estacionada en el lugar, y en concordancia con el programa de Augusto que concebía colonizar el Imperio romano con veteranos de su ejército, resultaba coherente que el personal en proceso de retiro se asentara en la zona tras haber estado expuesto durante años a las interacciones comerciales que se desarrollaban en su ámbito geográfico. Según se ha mencionado, la importancia que Bosra reunía para Roma se manifiesta en el hecho de que usurpara a Petra el estatus de capital de la Arabia romana.
Un emplazamiento estratégico
Durante un período próximo al 200 a.C., los mercaderes indios transbordaban hacia occidente perlas, gemas, caparazones de tortuga, y seda procedentes de China. Al Mediterráneo arribaba nardo, costo, jengibre, canela y pimienta por vía de las caravanas que atravesaban el noroeste de India, Afganistán e Irán con destino a Seleucia, cercana al actual Bagdad, desde donde continuaba por las rutas que corrían paralelas al Tigris y al Éufrates hacia el norte de Mesopotamia, dominado por el Imperio parto (247 a.C. al 224 d.C.). Desde allí se dividían en tres direcciones: hacia el sur, con destino final a los puertos de Tiro y Sidón; hacia el oeste, a la plaza de Antioquía; o continuaban rumbo al Asia Menor hasta alcanzar el mar, en Éfeso. Una segunda ruta involucraba la carga de los buques en los puertos noroccidentales de la India, que luego bojeaban la costa con rumbo oeste, y más tarde giraban para enfilar el Golfo Pérsico y navegar hasta su cabecera, donde se desestibaban. Desde allí la mercancía se transportaba a lomo de camello hasta Seleucia. Una tercera ruta transitaba siempre por agua, en navíos que zarpaban de los puertos del noroeste de la India en dirección a las costas meridionales de Arabia, donde los productos se trasladaban a buques griegos que surcaban el mar Rojo, y más adelante se transportaban a través de Egipto. En esas tierras la mercadería se vendía y procesaba, y después se reembarcaba en Alejandría hacia distintas partes del Mediterráneo.
¿Te gusta la historia?
¡Suscríbete a nuestro boletín electrónico semanal gratuito!
a principios del período de augusto se produjo un dramático incremento de los artículos orientales que viajaban en dirección oeste, hacia roma.
No obstante, durante los años iniciales del período de Augusto se produjo un dramático incremento en el volumen de artículos orientales que se encaminaban hacia el oeste, en dirección a Roma: sedas, algodones decorados, conchas, caparazones de tortuga, coral, marfil, nardo, áloe, incienso, mirra y especias como pimienta, canela y casia. A lo anterior se añade que las mercancías procedentes del sur de China encontraban su camino hacia occidente por vía del mar Rojo. Según menciona Roberta Tomber, «En esta compleja red de regiones, el mar Rojo servía de conducto a los bienes procedentes del este que se dirigían hacia el Imperio Romano» (57). Era en este lucrativo mercado que Roma deseaba participar. Además de los hallazgos relacionados con la presencia nabatea en la ciudad portuaria romana de Puteoli realizados en 2003, los arqueólogos descubrieron en la isla de Farasán, ubicada en el extremo meridional del mar Rojo, una inscripción dedicada al emperador Antonino Pío (r. 138-161 d.C.) en la que se menciona la Legio II Traiana Fortis, una legión creada por Trajano. Aunque es posible que la presencia romana en el archipiélago de Farasán no fuera más que un destacamento perteneciente al cuerpo principal de la legión acantonada en Egipto, el descubrimiento confirma el continuado interés de Roma en la región para su posible expansión hacia el mar Rojo:
Trajano inició un período de expansión romana por el mar Rojo que tuvo importantes consecuencias comerciales. Sus sucesores también siguieron sin interrupción esta política, que es probable que alcanzara su máxima expresión bajo Marco Aurelio: proporcionaba el contexto adecuado para que se produjera una expansión comercial romana hacia el este (Nappo, 71).
Roma deseaba expandir su red comercial en el Cercano Oriente, aunque ésta debía restringirse a las rutas meridionales que corrían de este a oeste; buscaba asimismo controlar los mercados de Egipto y de África, así como las cruciales vías que atravesaban Arabia y el mar Rojo. Por lo tanto, Cesarea se encontraba bien ubicada para convertirse en la puerta a Occidente.
Dispuesta en la costa oriental del Mediterráneo, entre Egipto, por el sur, y las ciudades portuarias fenicias de Tiro y Sidón, por el norte, la estratégica ubicación de Cesarea respecto al tráfico comercial revela la existencia de un plan concebido para obtener ingresos. Primero, al encontrarse en la costa a poca distancia al sur de Tiro, Cesarea tenía acceso a las rutas de las caravanas que corrían en dirección norte y sur desde la zona comprendida entre Tiro y Egipto. Además, debido a que la mercancía procedente de Egipto y de África viajaba por barco hacia el norte, bordeando las costas orientales, para luego dispersarse por el Mediterráneo, el amplio puerto de Cesarea resultaba conveniente para las naves que se movían rumbo al norte procedentes de Alejandría. Por último, al encontrarse los mares de Arabia y Rojo bajo el control de Roma, y según se ha mencionado, al dominar Cesarea a Petra y a Gaza, la ciudad-puerto tenía acceso a los productos que provenientes de oriente se recibían en Gaza, así como a las mercancías del sur de Arabia, entre las que se encontraba el valioso incienso transportado desde Petra hasta Gaza a lomos de camello.
Conclusión: no todos los caminos conducen a Roma
Con independencia de las evidencias que comienzan a revelar el amplio desarrollo comercial existente en todo el Mediterráneo al inicio del primer milenio, y aunque Roma era aún el mayor agente impulsor de la actividad comercial en el Imperio, se observan interesantes particularidades. Una es que los legionarios y auxiliares romanos acantonados en la región mediterránea habrían consumido alimentos y necesitado bienes materiales. Así, con 300.000 veteranos a quienes había que buscar tierras, Augusto estableció 75 colonias. En Italia se fundaron 28, y las demás se encontraban en la Galia romana, España, Grecia, África, Macedonia, Siria y Anatolia.
Todos estos asentamientos por lo general pequeños, a menudo de un par de miles de veteranos que podían crecer hasta convertirse en ciudades de 10 o 15.000 habitantes, contribuyeron a la urbanización y romanización del Imperio. … A medida que las colonias se establecían, desarrollaban un competitivo orgullo de sentirse romanas, y las aristocracias locales luchaban por ser romanas en vestimenta, comportamiento y nombres. (Rodgers, 86-87)
En el caso de Bosra, este paradigma de crecimiento colonial en el Oriente se manifiesta por medio del estacionamiento de la Legio III Cirenaica en esa ciudad, así como en su promoción a capital de la Arabia romana con el nombre de Colonia Bosra. Por añadidura, si bien se conoce del refinamiento y reprocesamiento a que se sometían los productos orientales en Italia, Young menciona:
Es probable que muchos de los productos que a la postre se compraban para el consumo en Roma o en otros mercados dispersos por el Imperio, habrían experimentado también alguna especie de reprocesamiento tras su llegada del este. Es importante tener esto en mente, puesto que implica que el grueso del dinero que se gastaba en mercancías bien pudieran haber ido a parar no a los comerciantes extranjeros o a los intermediarios, sino más bien a quienes negociaban y reprocesaban los productos dentro del propio Imperio. Una vez que habían pasado por este procesamiento, las mercancías se conducían hasta el punto de venta final, que podía encontrarse en cualquier lugar del Imperio. (23)
Por consiguiente, no todos los productos a granel o reprocesados viajaban en dirección oeste hacia Roma, sino que se manufacturaban y comerciaban por todas partes. Cesarea habría participado en estas evoluciones, lo que la convertía en un activo centro mercantil, y de manera similar a lo que ocurría con su actividad de acuñación de monedas, también en un centro de reprocesamiento. No hay duda de que desde el principio Cesarea planeó prestar servicios a una gran área, y no todo el marfil, los caparazones de tortugas, el aceite, el grano, textiles y papiro procedentes de África y de Egipto, o los lucrativos artículos provenientes del este, habrían ido a Roma. También incidía en el incremento del consumo de mercaderías la distribución por todo el Mediterráneo de productos destinados al personal militar activo o retirado, y los paulatinos cambios que se producían en las estructuras y gustos de las provincias orientales, que comenzaban a reflejar los de Roma. Más aún, el hecho de que un cargamento procedente de Patara se desembarcara en Tiro y Cesarea para su ulterior distribución en la zona del Mediterráneo oriental muestra que el flujo de mercancías no estaba constituido de manera exclusiva por productos orientales, africanos y egipcios que se transportaban hacia el norte y el oeste, sino que también existía una circulación interactiva de estos. En suma, en paralelo a la dinámica participación de Cesarea en el envío y recepción de productos intercambiados con Anatolia, a medida que la región del Mediterráneo oriental desarrollaba su propia red de comercio, la ciudad portuaria se encontró en posición de participar en relevantes acciones recíprocas con ella, y de ese modo establecer para beneficio de Roma un entrecruzamiento de vínculos comerciales que comenzó a expandirse en todas direcciones.
Raban, Avner. "Recent Research." International Journal for Nautical Archaeology, edited by John Peter Oleson, 21, 1992.
Raban, Avner. "Sebastos, the Royal Harbor at Caesarea Maritima: A Short-Lived Giant." International Journal for Nautical Archaeology, edited by John Peter Oleson, 21, 1992.
Interesado en el estudio de las migraciones, costumbres, las artes y religiones de distintas culturas; descubrimientos geográficos y científicos. Vive en La Habana. En la actualidad traduce y edita libros y artículos para la web.
Después de haber presentado trabajos de investigación no sólo para la American Society of Overseas Research (ASOR; es decir, la Sociedad estadounidense de Investigación en el Extranjero), sino también para la Academia de Ciencias de Missouri; y escrito para la Association for the Scientific Study of Religion (Asociación para el Estudio Científico de la Religión), el magíster Patrick Scott Smith fue galardonado en el año 2015 y en el 2024 con el Premio Frank P. Forwood a la excelencia en materia de investigación.
A., Patrick Scott Smith, M.. "El rol de Cesarea Marítima en el comercio mediterráneo."
Traducido por Waldo Reboredo Arroyo. World History Encyclopedia. Última modificación diciembre 05, 2024.
https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2575/el-rol-de-cesarea-maritima-en-el-comercio-mediterr/.
Escrito por Patrick Scott Smith, M. A. , publicado el 05 diciembre 2024. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.