Cuentos de Glooscap

Artículo

Joshua J. Mark
por , traducido por Nikole Huaman Garcia
Publicado el 06 febrero 2025
Disponible en otros idiomas: inglés
Imprimir artículo

Los cuentos de Glooscap son leyendas de las naciones algonquinas orientales de la Confederación Wabanaki formada por los abenaki, los mi'kmaq, los passamaquoddy, los penobscot y los wolastoqiyik protagonizadas por la entidad sobrenatural Glooscap, representada a veces como un dios y a veces como una figura embaucadora. Los cuentos de Glooscap se siguen contando hoy en día en estas comunidades y en otras.

Glooscap Monument, Millbrook First Nation, Nova Scotia
Monumento Glooscap, Primera Nación de Millbrook, Nueva Escocia
Madereugeneandrew (CC BY-SA)

Los cuentos de Glooscap suelen compartir similitudes con los cuentos de Coyote de los apaches, los cuentos de Wihio de los cheyenes, los cuentos de Nih'a'ca de los arapajós, los cuentos de Iktomi de los sioux y los de muchos otros pueblos nativos de Norteamérica. Glooscap suele ser representado como un dios creador supremamente poderoso, a diferencia de los otros mencionados. También se lo suele representar como una fuerza del bien supremo y de la justicia cósmica -a diferencia de su hermano menor, Malsumsis, el Lobo, un campeón del desorden-, a diferencia de las otras figuras mencionadas anteriormente, que se presentan únicamente como figuras embaucadoras. Glooscap, héroe de la cultura, ejerció una influencia significativa en las gentes que contaban sus cuentos, y varios lugares de la región de la Confederación Wabanaki están asociados a él. La nación Glooscap de los mi'kmaq lleva su nombre en su honor. La erudita Jennifer Atwin comenta:

Eliminar publicidad
Publicidad

Los cuentos Glooscap se utilizaban para enseñar valores, tradiciones y formas de vida. Teniendo en cuenta que las culturas de los wabanaki estaban contenidas en la lengua y las tradiciones, es probable que las historias de los Glooscap estuvieran presentes en su vida cotidiana.

(1)

Los cuentos de Glooscap entretienen a la vez que transmiten valores culturales fundamentales. En Los regalos de Glooscap, por ejemplo, se enfatiza el valor de la humildad, y este mismo tema se explora cómicamente, en Glooscap y el bebé, en el que el gran Glooscap descubre que no puede doblegar a un bebé a su voluntad.

Texto

Algunos de los cuentos no están atribuidos, pero los cuentan las tribus de la Confederación Wabanaki, así como otras naciones nativas americanas.

El siguiente texto ha sido extraído de The Algonquin Legends of New England or Myths and Folklore of the Micmac, Passamaquoddy, and Penobscot Tribes (Leyendas algonquinas de Nueva Inglaterra o Mitos y folklore de los micmac, los passamaquoddy y los penobscot) de Charles Godfrey Leland, del que proceden Cómo Glooscap hizo los elfos, las hadas, el hombre y las bestias, y el último día y Las grandes hazañas de Glooscap y de Myths of the North American Indians (Mitos de los indios norteamericanos) de Lewis Spence, del que proceden Los regalos de Glooscap y Glooscap y el bebé. Los dos primeros cuentos se atribuyen a los passamaquoddy, los últimos no se atribuyen pero los cuentan las tribus de la Confederación Wabanaki, así como otras naciones nativas americanas.

Eliminar publicidad
Publicidad

Como señala Atwin, Leland tenía un conocimiento bastante pobre de la cultura wabanaki y los comentarios de Spence sobre los mitos y leyendas de los nativos americanos también son cuestionados por los eruditos de hoy en día, pero, aun así, preservaron en inglés los relatos de los pueblos nativos americanos con los que interactuaron en una época en la que las políticas del gobierno estadounidense pretendían eliminarlos. Aunque escritores como Leland y Spence a menudo comentan de forma inapropiada, e incluso incorrecta, las creencias y costumbres de los nativos americanos, su obra sigue teniendo valor histórico, no sólo por preservar los mitos y leyendas de las naciones nativas americanas, sino también porque ilustran claramente cómo veían los europeos y los euroamericanos a los pueblos indígenas de Norteamérica en la época en que estos hombres escribían.

Cómo Glooscap hizo los elfos, las hadas, el hombre y las bestias, y el último día

Glooscap llegó primero a este país, a Nueva Escocia, Maine, Canadá, a la tierra de los Wabanaki, junto al amanecer. Entonces no había indios aquí (sólo indios salvajes muy al oeste).

Eliminar publicidad
Publicidad

Los primeros en nacer fueron los Mikumwess, los Oonabgemessũk, los pequeños Elfos, pequeños hombres, moradores de las rocas.

Y así hizo al Hombre: tomó su arco y sus flechas y disparó a los árboles, a los árboles-cesta, al Fresno. Entonces salieron indios de la corteza de los Fresnos. Y entonces la Mikumwess dijo. . . llamado hombre-árbol. . . . . [Glooscap hizo todos los animales. Al principio los hizo muy grandes. Luego le dijo a Moose, el gran Moose que era tan alto como Ketawkqu's, [un gigante] "¿Qué harías si vieras venir a un indio?". Alce respondió: "Le derribaría los árboles encima". Entonces Glooscap vio que el Alce era demasiado fuerte, y lo hizo más pequeño, para que los indios pudieran matarlo.

Entonces le dijo a la Ardilla, que era del tamaño de un Lobo: "¿Qué harías si te encontraras con un indio?". Y la Ardilla respondió: "Arañaría los árboles para que le cayeran encima". Entonces Glooscap le dijo: "Tú también eres demasiado fuerte", y la empequeñeció.

Eliminar publicidad
Publicidad

Luego le preguntó al gran Oso Blanco qué haría si se encontrara con un indio; y el Oso respondió: "Comérmelo". Y el Maestro le ordenó que se fuera a vivir entre rocas y hielo, donde no vería indios.

Así que interrogó a todas las bestias, cambiando su tamaño o repartiendo sus vidas según sus respuestas.

Tomó al Loon por perro; pero el Loon se ausentó tanto que eligió para este servicio a dos lobos, uno negro y otro blanco. Pero los Loon son siempre sus portadores de cuentos.

Hace muchos años, un hombre muy al Norte deseaba cruzar una bahía, a gran distancia, de un punto a otro. Cuando subía a su canoa, vio a un hombre con dos perros, uno negro y otro blanco, que le pidió cruzar. El indio le dijo: "Tú puedes pasar, pero ¿qué será de tus perros?". El forastero respondió: "Que vayan por tierra". "No", replicó el indio, "eso está demasiado lejos”. Pero el forastero, sin decir nada, lo hizo cruzar. Y cuando llegaron al embarcadero, allí estaban los perros. Pero cuando volvió la cabeza para dirigirse al hombre, éste había desaparecido. Entonces se dijo: "He visto a Glooscap".

Eliminar publicidad
Publicidad

Otra vez, pero no hace muchos años, en un lugar del Norte había muchos indios reunidos. Y hubo una espantosa conmoción, causada por el temblor y estruendo de la tierra; las rocas temblaron y cayeron, se alarmaron mucho, y he aquí que Glooscap se presentó ante ellos y dijo: "Ahora me voy, pero volveré; cuando sintáis temblar la tierra, sabed que soy yo". Así sabrán cuándo será la última gran guerra, porque entonces Glooscap hará temblar el suelo con un ruido espantoso.

Glooscap no era amigo de los Castores; mató a muchos de ellos. En lo alto del Tobaie hay dos rocas de agua salada (es decir, rocas junto al océano, cerca de un arroyo de agua dulce). El Gran Castor, parado allí un día, fue visto por Glooscap a millas de distancia, quien le había prohibido ese lugar. Entonces, recogiendo una gran roca donde estaba junto a la orilla, la lanzó a lo largo de toda esa distancia contra el castor, que la esquivó; pero cuando llegó otra, la bestia corrió hacia una montaña, y nunca ha vuelto a salir hasta el día de hoy. Pero las rocas que arrojó el maestro aún se pueden ver.

Las grandes hazañas de Glooscap: Cómo nombró a los animales y a su familia

Woodénit atók-hagen Gloosekap [ésta es una historia de Glooscap]. Cuentan las tradiciones de antaño que Glooscap nació en la tierra de los wabanaki, que está más cerca de la salida del sol; pero otra historia dice que llegó por el mar en una gran canoa de piedra, y que esta canoa era una isla de granito cubierta de árboles. Cuando el gran hombre, jefe de todos los hombres y bestias, hubo bajado de esta arca, se dirigió entre los Wabanaki. Y llamando a todos los animales les dio a cada uno un nombre: al Oso, mooin; y le preguntó qué haría si se encontrara con un hombre. El Oso dijo: "Le temo, y huiría". En aquellos días, la ardilla (mi-ko) era más grande que el oso. Entonces Glooscap la tomó en sus manos y, alisándola, se hizo cada vez más pequeña, hasta que llegó a ser como la vemos ahora. Más tarde, la Ardilla fue el perro de Glooscap y, cuando él quiso, creció de nuevo y mató a sus enemigos, por feroces que fueran. Pero esta vez, cuando le preguntaron qué haría si se encontrara con un hombre, Mi-ko respondió: "Subiría corriendo por un árbol".

¿Te gusta la historia?

¡Suscríbete a nuestro boletín electrónico semanal gratuito!

Después el Alce, al ser interrogado, contestó, quedándose quieto y mirando hacia abajo: "Correría por el bosque". Y así sucedió con Kwah-beet el Castor, y Glooscap vio que de todos los seres creados el primero y más grande era el Hombre.

Antes de que los hombres fueran instruidos por él, vivían en la oscuridad; estaba tan oscuro que ni siquiera podían ver para matar a sus enemigos. Glooscap les enseñó a cazar, a construir cabañas, canoas y presas para pescar. Antes de su llegada, no sabían fabricar armas ni redes. Él, el Gran Maestro, les mostró las virtudes ocultas de las plantas, raíces y cortezas, y les indicó los vegetales que podían servirles de alimento, así como las clases de animales, aves y peces que debían comer. Y una vez hecho esto, les enseñó los nombres de todas las estrellas. Amaba a la humanidad, y dondequiera que estuviera en el desierto, nunca estaba muy lejos de ninguno de los indios. Vivía en una tierra solitaria, pero siempre que lo buscaban, lo encontraban. Viajó por todas partes: no hay lugar en toda la tierra de los wabanaki donde no haya dejado su nombre; colinas, rocas y ríos, lagos e islas, son testigos de él.

Glooscap nunca se casó, pero como vivía como los demás hombres, no vivía solo. Vivía con él una anciana, que guardaba su cabaña; él la llamaba Noogumee, "mi abuela" (micmac). Con ella vivía un joven llamado Abistariaooch, o el Martin. Y Martin podía transformarse en un bebé o en un niño pequeño, en un joven o en un hombre joven, según conviniera a la época en que debía actuar; porque todas las cosas de Glooscap eran muy maravillosas. Este Martín comía siempre de un pequeño plato de corteza de abedul, llamado witch-kwed-lakuncheech, y cuando lo dejaba en cualquier sitio Glooscap estaba seguro de encontrarlo, y podía saber por su aspecto todo lo que le había ocurrido a su familia. Y Martin era llamado por Glooscap Uch-keen, "mi hermano menor". El Señor de los hombres y las bestias tenía un cinturón que le daba un poder mágico y una fuerza infinita. Y cuando se lo prestaba a Martin, el hermano menor también podía hacer grandes hazañas, como sólo se hacían en los viejos tiempos. Martin vivió mucho con los Mikumwess o Elfos, o Hadas, y se dice que fue uno de ellos.

Eliminar publicidad
Publicidad

Glooscap Turning Man into a Cedar Tree
Glooscap convierte al hombre en un cedro
Tomah Joseph (Public Domain)

Los regalos de Glooscap

Cuatro indios que llegaron a la morada de Glooscap la encontraron un lugar de mágicas delicias; una tierra más hermosa de lo que la mente podía concebir. Cuando el dios les preguntó qué les había llevado hasta allí, uno de ellos respondió que su corazón era malvado y que la ira le había convertido en su esclavo, pero que deseaba ser manso y piadoso. El segundo, un hombre pobre, deseaba ser rico, y el tercero, que era de baja condición y despreciado por la gente de su tribu, deseaba ser universalmente honrado y respetado.

El cuarto era un hombre vanidoso, consciente de su buena apariencia, cuyo aspecto era elocuente de engreimiento. Aunque era alto, se había embutido pieles en los mocasines para parecer aún más alto, y su deseo era llegar a ser más grande que cualquier hombre de su tribu y vivir eternamente.

Glooscap sacó cuatro cajitas de su bolsa de medicina y les dio una a cada uno, deseando que no las abrieran hasta llegar a casa. Cuando los tres primeros llegaron a sus respectivas cabañas, cada uno abrió su caja y encontró en ella ungüento de gran fragancia y riqueza, con el que se frotó.

El malvado se volvió manso y paciente, el pobre se enriqueció rápidamente y el despreciado se volvió señorial y respetado. Pero el engreído se había detenido en un claro del bosque y, sacando la caja, se había untado con el ungüento que contenía.

Eliminar publicidad
Publicidad

Su deseo también se cumplió, pero no exactamente como esperaba, ya que se transformó en un pino, el primero de la especie y el más alto del bosque.

Glooscap y el bebé

Glooscap, después de haber vencido a los Kewawkqu', una raza de gigantes y magos, a los Medecolin, que eran astutos hechiceros, y a Pamola, un malvado espíritu de la noche, además de a huestes de demonios, duendes, caníbales y brujas, se sintió realmente grande, y se jactó ante cierta mujer de que ya no le quedaba nada por someter.

Pero la mujer se rió y dijo: "¿Está seguro, maestro? Todavía hay uno que permanece invicto, y nada puede vencerlo".

Sorprendido, Glooscap preguntó el nombre de este poderoso individuo.

"Se llama Wasis", respondió la mujer, “pero te aconsejo encarecidamente que no trates con él”.

Wasis no era más que el bebé, que estaba sentado en el suelo chupando un trozo de azúcar de arce y canturreando una cancioncilla para sí mismo. Glooscap no se había casado nunca y desconocía por completo el trato con los niños, pero, con toda confianza, sonrió al bebé y le pidió que se acercara a él.

El bebé le devolvió la sonrisa, pero no se movió, por lo que Glooscap imitó el hermoso canto de cierto pájaro. Wasis, sin embargo, no le hizo caso, sino que siguió chupando su azúcar de arce. Glooscap, que no estaba acostumbrado a semejante trato, montó en cólera y, con acentos terribles y amenazadores, ordenó a Wasis que viniera arrastrándose hacia él.

Pero Wasis prorrumpió en espantosos aullidos, que ahogaron por completo los estruendosos acentos del dios y, a pesar de todas las amenazas de la deidad, éste no cedió. Glooscap, ya muy excitado, utilizó todos sus recursos mágicos en su ayuda. Recitó los hechizos más terribles, los conjuros más espantosos. Cantó las canciones que resucitan a los muertos y que envían al diablo corriendo a las profundidades de la fosa.

Eliminar publicidad
Publicidad

Pero Wasis parecía creer que todo aquello era un juego, pues se limitaba a sonreír y a parecer un poco aburrido. Al final, Glooscap, desesperado, salió corriendo de la cabaña, mientras Wasis, sentado en el suelo, freía "Goo-Goo" y cacareaba triunfante. Y, hasta el día de hoy, los indios dicen que cuando un bebé llora "Goo" recuerda el momento en que conquistó al poderoso Glooscap.

Eliminar publicidad
Publicidad

Preguntas y respuestas

¿Quién es Glooscap?

Glooscap es una entidad sobrenatural, conocida sobre todo por los relatos de las naciones de la Confederación Wabanaki, que suele representarse como un dios creador, pero que también puede aparecer en las historias como una figura embaucadora.

¿Cuáles son las naciones de la Confederación Wabanaki?

Las naciones de la Confederación Wabanaki son abenaki, mi'kmaq, passamaquoddy, penobscot y wolastoqiyik (también conocida como Banda Holton de indios maliseet). Viven en la zona del actual estado de Maine, Estados Unidos, y en Canadá.

¿Qué significa el nombre Wabanaki?

Wabanaki suele traducirse como "Tierra del Amanecer", una referencia a su hogar ancestral a lo largo de la costa este de Norteamérica.

¿Cuál es la fecha de composición de los cuentos wabanaki de Glooscap?

Se desconoce la fecha de composición de los cuentos de Glooscap, ya que se transmitieron oralmente de generación en generación hasta que se pusieron por escrito en los siglos XVIII y XIX.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no solo es cofundador de World History Encyclopedia, sino que también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2025, febrero 06). Cuentos de Glooscap [Glooscap Tales]. (N. H. Garcia, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2626/cuentos-de-glooscap/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Cuentos de Glooscap." Traducido por Nikole Huaman Garcia. World History Encyclopedia. Última modificación febrero 06, 2025. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2626/cuentos-de-glooscap/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Cuentos de Glooscap." Traducido por Nikole Huaman Garcia. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 06 feb 2025. Web. 21 feb 2025.

Afiliación