Texto
El coyote causa la muerte
Cuervo dijo que no quería la muerte en este mundo. "Tiraré un palo al río. Si se hunde, habrá muerte, pero si no, todo irá bien", dijo.
Entonces llegó Coyote y dijo: "Tiraré una piedra al río. Si se hunde, morirá gente. Si no se hunde, no habrá muerte".
Cuervo tiró los palos y se fueron flotando. Entonces Coyote tiró la piedra, y se hundió. Después, la gente empezó a morir.
El coyote roba el fuego a los pájaros
Al principio, sólo los pájaros tenían fuego. Ningún otro lo tenía; no se permitía fuego a ninguno de ellos. Y estos pájaros tenían fuego en un solo lugar grande, en un gran risco, un risco redondo, supongo.
El coyote venía de por aquí, correteando. Llegó al lugar donde los hijos de estos pájaros estaban disparando flechas. Y comenzó a jugar con esos niños en la ladera de la montaña donde estaba el acantilado, disparando flechas. El ganó todas las flechas de esos niños.
Les preguntó a esos niños: "¿Conocen ustedes el camino que lleva sobre este risco?". Y también dijo: "Yo lo conozco. Hay un lugar para ir justo sobre el acantilado. Yo sé por dónde subir". Él mismo no lo sabía, pero quería que los chicos se lo dijeran. Lo dijo para que uno de ellos se lo dijera y poder robar el fuego.
Los chicos le dijeron: "Nuestros padres nos han dicho que no dejemos que nadie sepa dónde está ese camino".
"Bueno", dijo él, "le daré la mitad de estas flechas a cualquier niño que pueda decirme el camino para pasar este risco”.
Pero aquellos niños dijeron: "No, nuestros padres nos dijeron que no se lo dijéramos a nadie".
Entonces le dijo: "Daré todas las flechas a quien me diga por dónde se sube al risco".
Entonces el muchacho más joven de allí le dijo: "Yo sé qué hacer y qué decir para superar ese risco. ¿Ves ese pino que está al borde del acantilado? Dile a ese pino que se incline sobre ti, y entonces subirá contigo y tú subirás al acantilado".
En vez de darle todas las flechas a aquel muchachito, Coyote le dio la mitad y partió hacia aquel árbol. Quería estar seguro. Fue a aquel risco y le dijo al árbol que se inclinara. Se inclinó cuatro veces, y entonces estuvo seguro. Entonces estuvo seguro de que podía subir a ese pino.
Y bajó donde estaban esos pájaros en el gran acantilado. Hizo un anuncio a esa gente. Él dijo, "Alrededor de este país ellos han matado a todos sus enemigos. Me han dicho que baje y les diga que tengan una gran celebración esta noche".
Y ellos le escucharon atentamente y dijeron: "De acuerdo".
Así que, cuando llegó la noche, se reunieron todos. E hicieron cuatro grandes anillos alrededor del fuego con diferentes clases de pájaros.
Entonces Coyote se fue y arrancó la corteza del enebro, la parte más blanda, y la ató bajo su cola para poder prender el fuego con ella.
Entonces empezaron a bailar. Coyote se puso justo en el centro, cerca del fuego, y estuvo bailando allí junto al fuego él solo. De vez en cuando metía la cola en el fuego mientras se divertían. Uno de los pájaros le dijo: "Viejo, te vas a quemar la cola". Y cada vez que metía la cola en el fuego, miraba hacia atrás para ver si se había incendiado.
Volvieron a decirle: "Viejo, te vas a quemar la cola".
Y él respondió: "¡Que se queme!". Dijo: "¡Me siento tan feliz porque todos nuestros enemigos han muerto! Me siento tan feliz que por eso actúo así".
Pero algunos de los pájaros sospecharon de él. Dijeron: "Amigos, está intentando huir con nuestro fuego".
Y el coyote dijo: "¡Me siento tan feliz! Es a mi manera. Estoy de fiesta".
Entonces metió su cola en el fuego y la mantuvo allí mucho tiempo y miró a ver si el fuego se había prendido en la maleza que tenía allí. Luego saltó por encima de las cuatro líneas que le rodeaban. Su cola estaba en llamas. Y corrió con ese fuego. Corrió hacia aquel risco donde estaba el pino, y prendió fuego a objetos por todo el país por donde viajaba. Algunos de esos pájaros estaban trabajando duro tratando de apagar ese fuego. Iban tras él, y algunos intentaban apagar el fuego. Pero el viento empezó a soplar, y el fuego se extendió por todas partes.
No pudieron apagar el fuego. Entonces le rogaron a Avispa o a Halcón, no recuerdo a cuál, que hiciera llover. Y así empezó a llover muy fuerte. La lluvia apagaba todo ese fuego.
Pero el coyote todavía tenía algo de fuego ardiendo. El coyote le dio el fuego a Abejorro en un hueco de algún árbol. Y Abejorro mantuvo ese fuego en un árbol hueco, lo mantuvo alejado de la lluvia. Así es como consiguieron el fuego, dicen. Y los chiricahuas decían: "Bajo la cola del coyote está amarillo chamuscado". Dicen que esto es lo que lo causó. Y hay negro en el extremo de la cola del coyote donde se quemó.
Coyote demuestra que sabe mentir y roba una mula
Bueno, ¡este coyote sabía decir más mentiras! Todos los demás coyotes fueron a visitarlo. Y estos otros coyotes le dijeron: "Viejo, cuéntanos cómo mientes y cómo haces que la gente crea tus mentiras".
Este coyote dijo: "Cuesta mucho aprender cómo miento y cómo hago que los demás crean mis mentiras. Me gusta tanto saber cómo que no quiero contárselo a nadie. Es muy valioso para mí".
Así que los coyotes le dijeron: "Te daremos todo lo que pidas si nos lo cuentas".
"Bueno, te va a costar un buen caballo blanco con una montura nueva y espuelas con montura de plata. Eso es lo que os va a costar descubrir cómo miento y hacer que la gente me crea".
En vez de un caballo blanco, le trajeron una bonita mula blanca que pertenecía a un tipo. Tenía una montura nueva. Coyote la cogió y empezó a azotarla y a tratar de hacerla rabiar.
Dijo: "Esta mula no se comporta bien. Esta mula sigue gruñendo por algo".
Entonces le preguntaron: "¿Por qué se resiste?".
Él dijo: "Deben poner algo debajo de esta montura. Tiene que ser una manta de montura".
Entonces se bajó y le pusieron una manta a la mula. Se subió de nuevo. La estaba azotando y frenando al mismo tiempo a propósito. No se movía.
El Coyote dijo: "Esta mula todavía se resiste a algo más".
Le preguntaron qué era.
Respondió: "Una brida con montura de plata".
Volvió a subirse a la mula y empezó a azuzarla un poco y a dejar que diera uno o dos pasos cada vez y luego volvía a tirar de ella.
De nuevo dijo: "Esta mula sigue balando por algo".
Le preguntaron: "¿Qué es?".
Él les dijo: "Espuelas con montura de plata".
Entonces Coyote pensó que tenía todo lo que podía pedir, y espoleó a la mula y salió cabalgando y dejó a la multitud. Nunca volvió por allí y se fue a un lugar distante donde algunos otros coyotes estaban jugando al aro y al palo. Y lo perdió todo allí en el juego y abandonó aquella parte del país.
Variante del final
El coyote sabía que el hombre al que le había quitado la mula tenía una pistola y un caballo. Los quería. Así que pintó la mula de negro y se la llevó al hombre al día siguiente. Le dijo al hombre (que ahora necesitaba una mula): "Te cambio esta mula negra por tu caballo y tu pistola con munición".
El hombre hizo el trueque. Coyote se fue con el arma y el caballo. Le había cambiado al hombre su propia mula por éstos.
Pronto empezó a llover. La pintura de la mula se lavó y el hombre vio que era su propia mula. Coyote llevó el arma y el caballo a los terrenos del aro y el poste y allí los perdió apostando en el aro y el poste.
Coyote escapa de ser desollado induciendo a otro coyote a tomar su lugar
Este coyote había estado haciendo muchas travesuras alrededor de cierto rancho, matando terneros, u ovejas, o cabras, supongo, y estas personas fueron tras él y lo persiguieron y lo atraparon. Luego lo llevaron a casa y lo ataron.
Entonces llegó otro coyote y le preguntó: "¿Qué haces aquí con esa cuerda, atado?".
"Pues esta gente me quiere tanto que aquí me alimentan bien y me dan todo lo que quiero. Me prometen que mañana me darán la chica más guapa que tengan. Esta gente me quiere mucho. Si quieres, puedes ocupar mi lugar. Puedes conseguir a esa chica si quieres. Se supone que es una chica muy guapa", dijo.
Realmente, la gente iba a despellejar a Coyote, quitarle la piel y dejarlo suelto. Ese era el plan de aquella gente según oí contar hace tiempo. Iban a hacerlo al día siguiente. Pero este segundo coyote creyó la historia de la muchacha y estaba muy ansioso de ser atado allí.
"Pues bien, desátame".
Desató al coyote y fue atado allí en su lugar.
Algunos dicen que la gente le quitó la piel a este coyote. Otros dicen que lo pusieron en agua hirviendo. No sé cuál es la verdad.
Bueno, el segundo coyote se escapó de allí después de que lo desollaran y se fue a otro campamento de coyotes. Y estaba rojo por todas partes y estaba sentado allí tan delgado y frío como podría ser. Otros coyotes lo miraron. Esto era algo nuevo en sus campamentos. Estaba allí solo, y los otros coyotes lo miraban. Y esos coyotes le gritaron: "¡Oye, tú, el de la camisa roja!". Él quería levantar la vista. Estaba enfadado porque le gritaban por su camisa roja. Y no paraban de gritarle: "¡Eh, tú el de la camisa roja!".
Entonces, por fin, les miró, enfadado, medio girando la cabeza, y les contestó. Les dijo: "¡Es vuestro padre el que tiene una camisa roja!". Se enfadó y se marchó.
Coyote intenta atrapar un pavo lanzándose a por su reflejo
Coyote iba por un río. Corría mucha agua y junto a la orilla había un árbol alto. En este árbol estaba sentado un pavo, y su reflejo se veía en el agua. Coyote vio este reflejo y pensó que el pavo estaba en el agua.
Sin esperar, saltó al agua. No pudo encontrar al pavo y subió. Cuando llegó a la orilla, vio que el pavo seguía allí. Se zambulló de nuevo en el agua y siguió así todo el tiempo que pudo aguantar. Finalmente, estaba tan cansado que tuvo que parar y tumbarse boca arriba para descansar. Rodó sobre su espalda y, al hacerlo, vio al pavo subido en el árbol.
El coyote se enfadó mucho al verlo. Corrió, cogió un hacha y empezó a talar el árbol. Pero, cuando ese árbol cayó, Pavo voló a otro árbol. Coyote fue a ese árbol y también lo taló, pero Pavo se fue a otro. Coyote siguió así hasta que se cansó tanto que tuvo que rendirse, y Pavo se escapó.