El templo de Atenea Niké, en el bastión suroeste de la Acrópolis, es más pequeño que los edificios de detrás, pero no menos impresionante. Se completó en 420 a.C. durante la restauración de Atenas tras la invasión persa de 480 a.C. y estaba diseñado para acoger a los visitantes del complejo de Atenea.
Los visitantes del Acrópolis entraban por el propileo, la entrada principal, que estaba flanqueada por un pedestal monumental a la izquierda y el templo de Atenea Niké a la derecha. Atenea era la diosa patrona de Atenas y Niké era la diosa de la victoria, a menudo asociada tan estrechamente con ella que se sincronizaron en Atenea Niké ("Atenea victoriosa"). El pequeño templo jónico se construyó en honor a Atenea en su papel de protectora y defensora de Atenas y para los visitantes del siglo V a.C. era una especie de anticipo de los demás templos dedicados a la diosa que verían tras cruzar la entrada.
El templo se alzó en el mismo lugar durante casi 2.000 años hasta que fue desmantelado por los turcos invasores del Imperio otomano en 1687, que usaron los materiales como muralla defensiva en una de las batallas contra los venecianos. Tras la independencia de Grecia en 1821, los trabajos de restauración de la Acrópolis incluyeron el templo de Atenea Niké, que fue reconstruido en 1834.
Se volvió a desmantelar en la década de 1930, esta vez a petición de los arqueólogos que notaron errores en la construcción anterior, y se volvió a restaurar en 2010. La construcción actual del templo está considerada como la más fiel a la original, aunque algunas piedras, relieves y secciones del parapeto que lo rodean por tres lados se han perdido o están en el Museo de la Acrópolis o el Museo Británico.
Atenea y Niké
Como ya se ha dicho, el templo estaba dedicado a Atenea como la protectora y defensora victoriosa de Atenas. Niké era tan solo uno de sus muchos epítetos, entre los que estaban Atenea Ergane ("Atenea industriosa") Atenea Promacos ("Atenea la que lucha en el frente") y Atenea Pártenos ("Atenea virgen"), de las cuales esta última, obviamente, da su nombre al Partenón. Es posible que se desarrollara a partir de deidades mesopotámicas, fenicias o egipcias anteriores, aunque esta afirmación no está clara. El estudioso Robert E. Bell, por ejemplo, afirma que es un reflejo completo de la cultura griega desde la primera mención:
Atenea era una diosa puramente griega, a menos que la historia de su nacimiento en Libia sugiera que su culto surgió en el continente africano. Sin embargo, no encontramos ninguna otra diosa foránea que se haya tomado prestada, como en el caso de Artemisa y Afrodita. Las pruebas de su fuerte identidad griega quedan demostradas con su asociación con el espíritu belicoso griego y su patriotismo. Sus beneficios para los primeros habitantes fueron innumerables y era campeona de muchos de sus héroes más gloriosos. (84)
Atenea era hija de Zeus, el rey de los dioses, y según la mitología griega nació totalmente formada de su frente. Era una de las deidades más populares de la antigua Grecia en cuanto a diosa de la guerra, la sabiduría, la artesanía y la cocina, pero también se la asociaba con la agricultura y con ciertos instrumentos musicales. Principalmente, en Atenas, se la asociaba con la fuerza del estado y su culto incentivaba la identificación personal con los intereses del estado.
Niké (o a veces Nice y a menudo llamada la "victoria alada") era un poder primigenio de la victoria nacida del dios de la guerra, Pallas, y la diosa del odio, Estigia, que también presidía sobre el río Estigia en el inframundo. Era una fuerza imparable que, junto con sus hermanos y hermanas, ayudó a Zeus a derrotar a los titanes y establecer el orden de los Doce dioses olímpicos de Grecia. Zeus se lo agradeció permitiendo que ella, entre otros, viviera entre los dioses del Olimpo.
Por lo tanto, Niké se asoció a Zeus como el más poderoso de los dioses, a Atenea a través de su conexión con la guerra griega, y a Afrodita, la diosa del amor, que prometía a sus seguidores la misma clase de victoria en sus empresas amorosas que otras deidades lo hacían en la guerra. Normalmente se la representa como una mujer alada con una túnica (la Niké o Victoria de Samotracia es la representación más famosa) y aparecía en varias estatuas de los dioses, entre las que destaca a la derecha de la famosa estatua de Atenea en el Partenón.
Atenea gana Atenas
No está claro cuándo se convirtió Atenea en patrona de la ciudad, ya que la historia es mitológica. Hay unas cuantas variaciones de la historia, pero todas ellas dicen que ganó un concurso contra Poseidón sobre quién presidiría sobre la ciudad que todos los dioses consideraban la más hermosa. Poseidón golpeó una roca en la Acrópolis y proveyó a la ciudad de agua potable, mientras que Atenea plantó una semilla de la que rápidamente brotó un olivo. Los atenienses reconocieron el valor del árbol y en consecuencia eligieron a Atenea.
Sin embargo, en algunas versiones los detalles varían bastante. Bell presenta una versión en la que el rey mítico de Atenas, Cecropo, tiene un papel crucial:
Cecropo, un autochthon [brotado de la tierra], que algunos dicen que fue el primer rey del Ática, se ganó el favor de Atenea cuando sirvió de testigo para ella en su disputa con Poseidón sobre la posesión de Atenas. Poseidón abrió una fuente en la Acrópolis y Atenea plantó un olivo. Se consideró que el regalo de ella era más importante y fue así como se convirtió en la protectora de Atenas. (85)
Según otra versión, rechazan el regalo de Poseidón porque el manantial es de agua salada, pero como este habría sido un regalo inútil que ningún dios otorgaría, se cree que algún escriba de la antigüedad cometió un error al copiar la historia. Se cree que la versión más conocida de la historia se creó para explicar por qué las mujeres de Atenas no tenían ni voz política ni un papel activo en la vida de la ciudad. En esta versión, después de que Atenea y Poseidón entreguen sus regalos, el pueblo vota por el que prefiere. Los hombres votaron todos por Poseidón y las mujeres por Atenea, y como había una mujer más que hombres en la ciudad, Atenea ganó. Para aplacar la ira de Poseidón, las mujeres ya no podían votar en nada y tenían que permanecer en casa bajo supervisión masculina.
La acrópolis primitiva y el culto
Esta versión del mito la cuenta posteriormente el escritor romano Varrón (116-27 a.C.) y no está claro cuándo se puso por escrito por primera vez. Según el estudioso Robin Waterfield, la historia básica de la competición entre Atenea y Poseidón probablemente simboliza la pérdida de estatus del dios frente a la diosa cuando los pueblos del Ática se unieron bajo la divina protección de Atenea. Waterfield comenta que "si la deidad principal de alguna de estas villas originales era Poseidón, entonces el mito refleja el hecho de que este perdiera frente a Atenea" (36). Puede que ocurriera ya en la civilización micénica (en torno a 1700-1100 a.C.) que fue la primera en poblar la región, aunque podría haber ocurrido más tarde.
La Acrópolis ya estaba habitada en el Neolítico, así como el entorno, pero se desarrolló con la civilización micénica. Los micénicos construyeron una fortaleza y un palacio en la Acrópolis con murallas enormes (conocidas como murallas ciclópeas) de piedra colocadas al milímetro, una técnica que los constructores posteriores usarían en el lugar para los templos postmicénicos.
La civilización micénica entró en declive en torno a 1100 a.C., durante el periodo conocido como el Colapso de la Edad de Bronce, pero la cultura quedaría inmortalizada en las obras posteriores de Hesíodo (siglo VIII a.C.) y especialmente de Homero (siglo VIII a.C.), que representaron a los micénicos como grandes héroes que ejemplificaban las virtudes griegas. Los atenienses aprovecharon la conexión micénica con su ciudad y se consideraron a sí mismos descendientes directos, diseñando las primeras construcciones a imitación de los modelos micénicos.
En la época micénica había un templo anterior dedicado a una deidad femenina donde después se erigiría el templo a Atenea Niké tal y como demuestran los artefactos de la Edad de Bronce enterrados bajo las construcciones actuales. Parece ser que el templo más antiguo tenía una fosa central en la que los seguidores vertían las ofrendas, puede que vino o aceite, y después arrojaban también el contenedor. También se han encontrado figurillas en el mismo lugar, con toda probabilidad de dioses o espíritus.
El primer templo claramente dedicado a Atenea Niké se construyó en el siglo VI a.C. sobre las ruinas de esta estructura anterior siguiendo la técnica micénica de las murallas ciclópeas de piedra encajada. No se sabe qué aspecto tenía este edificio ya que más tarde fue destruido por completo, pero parece ser que era un templo pequeño situado en el bastión suroccidental de la Acrópolis que miraba hacia el este, hacia el altar donde se realizaban los sacrificios a la diosa.
La invasión persa y la restauración de Pericles
En 490 a.C. los persas invadieron Grecia en respuesta al apoyo ateniense de la revuelta de los griegos jónicos de Asia Menor contra el Imperio aqueménida (en torno a 550-330 a.C.), pero fueron derrotados en la Batalla de Maratón. Darío I (el Grande, que reinó de 522 a 480 a.C.), emperador de los persas, planeó una segunda invasión, pero la ejecución de tal ataque recaería en su hijo, Jerjes I (que reinó de 486 a 465 a.C.), que lanzó su campaña en 480 a.C.
Tras derrotar al rey Leónidas (muerto en 480 a.C.) y sus 300 espartanos en las Termópilas, Jerjes I tomó Atenas y la quemó. Los templos de la Acrópolis, los monumentos, las fuentes y los edificios del ágora, el área circundante, todo fue destruido. Después de que los griegos ganaran una victoria decisiva en Salamina (480 a.C.) y otra vez en Platea y Mícala en 479 a.C., los persas se retiraron y Atenas, que había contribuido de manera importante a derrotarlos, se convirtió en la superpotencia de Grecia.
El estadista Pericles (495-429 a.C.) convenció a los hombres de Atenas no solo de restaurar la ciudad, sino de embellecerla. Sirviéndose de fondos recaudados de manera privada, de donaciones de admiradores y de fondos públicos de la Liga de Delos que se suponía que eran para financiar la defensa contra otro ataque persa, Pericles creó una de las ciudades más impresionantes de la antigüedad, y entre los muchos edificios públicos y monumentos que levantó estaba el templo de Atenea Niké que celebraba e inmortalizaba la victoria griega sobre los persas.
El templo de Atenea Niké
El decreto oficial de la construcción se publicó en 449 a.C., pero la falta de fondos impidió cualquier obra hasta alrededor de 427 a.C., dos años después de que Pericles muriera en la plaga de Atenas en 429 a.C. El templo fue diseñado por Calícrates (o Kalícrates, en torno a 470-420 a.C.), uno de los arquitectos del Partenón. Fue completado en 420 a.C., cuando las mujeres del culto de Atenea lo habrían bendecido y consagrado. Estas estaban dirigidas por la suma sacerdotisa, la única posición de poder que podía ostentar una mujer en Atenas.
El templo medía 7 metros de alto (23 pies), 5 metros de ancho (18 pies) y 8 metros de largo (27 pies), con arcadas en el frente y la parte posterior soportadas por cuatro columnas jónicas cada una. Estaba hecho de mármol pentélico, que es la famosa piedra blanca dorada del monte Pentélico al noreste del centro de Atenas. Las piedras se extraían de las minas en Pentélico y se transportaban a millas de distancia, donde luego había que llevarlas cuesta arriba al borde de la Acrópolis y se disponían en la base del templo que había sido destruido.
Este lugar estaba en un empinado bastión de un saliente de la roca de la Acrópolis con un gran desnivel por tres lados. El lado más cercano a los propileos daba a las escaleras, una caída corta pero no mortal si algún visitante perdía el equilibrio, pero los otros dos lados supondrían un accidente mucho más grave si alguien se caía. Para evitar tales accidentes, se construyó un parapeto de mármol de 1 metro de alto (3 pies) en torno a 410 a.C. que rodeaba estos tres lados, con elaborados relieves de Niké y Atenea realizando actividades varias. El experto G. Papathanassopoulos apunta que:
[El parapeto estaba] decorado con Victorias aladas en altorrelieve y gráciles figuras de Atenea en tres lados del templo. Las Victorias se presentaban en muchas variaciones, normalmente llevando a animales a sacrificar, ofreciendo presentes a la diosa o decorando trofeos. El parapeto [era] obra de Calímaco, uno de los escultores más famosos de finales del siglo V a.C. Parece ser que, por razones de seguridad, el parapeto estaba acabado con una verja de hierro. (30)
El estudioso e historiador de arte John Griffiths Pedley apunta que "se ha detectado el trabajo de seis escultores diferentes en esta obra", supervisada e ideada por Calímaco (268). Calímaco se sirvió de una técnica conocida como paños mojados, con la que el escultor permite la apreciación total del cuerpo de la escultura mientras esta sigue completamente vestida. El ejemplo más famoso de esta técnica es el relieve de Atenea (o Niké) ajustándose la sandalia, que actualmente se encuentra en el Museo de la Acrópolis, pero en un principio era parte del parapeto del templo. En este relieve, una mujer joven, vestida, se ve parada a medio caminar para ponerse bien la sandalia. La túnica parece ser transparente y se le pega al cuerpo (de ahí el término "paños mojados"), pero la cubre lo suficiente como para transmitir la modestia de la diosa virgen. Pedley comenta:
La Niké ajustándose la sandalia demuestra la técnica de los paños mojados de la manera más transparente. La prenda deja el hombro derecho al descubierto, pero el izquierdo se puede apreciar igualmente. Esta postura inestable permite que los pliegues de la ropa caigan sobre la figura y revelen sus piernas, mientras que la ropa que se pega a su torso deja ver el pecho, a pesar de estar cubierto. (268)
El arquitrabe del templo estaba decorado con frisos de divinidades al norte y al este, de la victoria griega sobre los persas en el friso sur y de los atenienses luchando contra otros griegos, sin duda en alusión a la primera guerra del Peloponeso, en el friso oeste. En la cara norte estaba la entrada a la cámara interior, donde, según el historiador y geógrafo Pausanias (que vivió de 110 a 180 d.C.), había una estatua de Atenea Niké, de madera, sin alas. Como la estatua no tenía alas, y todas las estatuas de Niké tenían alas, Pausanias supuso que el templo estaba dedicado a Apteros Niké (la victoria sin alas) y empezó el rumor de que la estatua se había creado sin alas a propósito para que la victoria no pudiera abandonar Atenas nunca. En realidad, era una estatua de Atenea, que nunca se representaba con alas, en vez de Niké, y Pausanias estaba equivocado, a pesar de haber creado una historia que hasta los escritores de hoy en día siguen repitiendo.
Conclusión
La población de Atenas siguió usando el templo a lo largo del periodo romano y sobrevivió, totalmente intacto, al saqueo de Atenas de 87-86 a.C. del general Sulla, así como a las invasiones bárbaras posteriores y al surgimiento del cristianismo que vería la destrucción de muchos templos y santuarios paganos o su conversión en iglesias. El templo de Atenea Niké, así como el Partenón, fueron considerados como lugares apropiados para la adoración de la Virgen María, con lo que se readaptaron para este propósito.
En 1458 Grecia fue conquistada por el Imperio otomano, y Atenas, así como el país en general, entró en un periodo de declive. Los turcos convirtieron el Partenón en una mezquita, pero dejaron el templo menor intacto hasta 1687 cuando, atacados por los venecianos, lo desmantelaron por completo para construir un bastión de defensa junto a los propileos. Las piedras y los pilares del templo siguieron en el mismo sitio, aparentemente parte de los propileos, hasta 1834, tras la independencia de Grecia, cuando los arquitectos y arqueólogos desmantelaron el bastión y reconstruyeron el templo.
En la década de 1930 se volvió a desmantelar por problemas estructurales y se reconstruyó en 1940 usando una técnica conocida como anastilosis (reconstruir una estructura de la antigüedad usando los elementos originales), pero más tarde se detectó que los bloques del templo no estaban en su lugar original. Parece ser que pudieron establecer estos cambios por cómo encajaban unos con otros. Entre 2000 y 2010 se volvió a desmantelar el templo y se reconstruyó una vez más tal y como habría sido en su momento, obviamente sin algunos aspectos importantes que se han perdido, en la Atenas clásica. A pesar de ser el templo más pequeño de la Acrópolis, y tanto literalmente como figuradamente queda a la sombra del Partenón, sigue siendo una pequeña joya para los visitantes actuales tal y como lo fue en el pasado.