Esclavitud en el mundo romano

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Mark Cartwright
por , traducido por Agustina Cardozo
Publicado el 01 noviembre 2013
Disponible en otros idiomas: inglés, neerlandés, francés, italiano, portugués
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La esclavitud siempre estaba presente en el mundo romano. Los esclavos trabajaban en los hogares, en la agricultura, en las minas, en el ejército, en los talleres, en la construcción y en muchos otros servicios. Hasta 1 de cada 3 habitantes de Italia o 1 de cada 5 en todo el imperio eran esclavos y sobre esta base de trabajo forzado se construyó todo el edificio del Estado romano.

La esclavitud como realidad aceptada

La esclavitud, es decir, el dominio absoluto (dominium) de un individuo sobre otro, estaba tan arraigada en la cultura romana que los esclavos se volvieron casi invisibles y, desde luego, no había ningún sentimiento de injusticia en esta situación por parte de los gobernantes. La desigualdad en el poder, la libertad y el control de los recursos era una parte aceptada de la vida y se remonta a la mitología de Júpiter derrocando a Saturno. Como dice elocuentemente K. Bradley, "la libertad... no era un derecho general sino un privilegio selecto" (Potter, 627). Además, se creía que la libertad de algunos solo era posible porque otros estaban esclavizados. Por lo tanto, los ciudadanos romanos no consideraban la esclavitud como un mal, sino como una necesidad. El hecho de que los esclavos fueran tomados de los perdedores en la batalla (y de su posterior descendencia) era también una justificación útil y una confirmación de la (percibida) superioridad cultural de Roma y del derecho divino a gobernar sobre otros y a explotar a esas personas para absolutamente cualquier propósito.

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Aparte del enorme número de esclavos tomados como cautivos de guerra (por ejemplo, 75.000 solo en la Primera Guerra Púnica), los esclavos también se adquirían a través de la piratería, el comercio, el bandolerismo y, por supuesto, como descendientes de esclavos, ya que un niño nacido de una madre esclava (vernae) se convertía automáticamente en esclavo, independientemente de quién fuera el padre. Los mercados de esclavos proliferaron, siendo quizás uno de los más notorios el de Delos, que era abastecido continuamente por los piratas cilicios. Sin embargo, los mercados de esclavos existían en la mayoría de las grandes ciudades, y en ellos, en una plaza pública, los esclavos desfilaban con carteles alrededor del cuello anunciando sus virtudes para los posibles compradores. Los comerciantes se especializaban en la mercancía, por ejemplo, un tal A. Kapreilius Timotheus comerciaba por todo el Mediterráneo.

Map of the Roman Empire in 125 CE
Mapa del Imperio romano en 125 d. C.
Andrei Nacu (Public Domain)

El estatus de los esclavos

El número y la proporción de esclavos en la sociedad variaba en función de la época y el lugar; por ejemplo, en la Italia de Augusto la cifra llegaba al 30%, mientras que en el Egipto romano los esclavos solo representaban el 10% de la población total. Aunque la tenencia de esclavos era más amplia que en el mundo griego, seguía siendo una prerrogativa de las personas razonablemente acomodadas. Un modesto comerciante, artesano o veterano militar romano podía tener uno o dos esclavos, mientras que los más ricos podían tener cientos de ellos. Por ejemplo, en el siglo I d. C., el prefecto L. Pedanius Secundus tenía 400 esclavos solo para su residencia privada.

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Los esclavos eran la clase más baja de la sociedad e incluso los criminales liberados tenían más derechos. De hecho, los esclavos no tenían ningún derecho y, desde luego, ningún estatus legal o individualidad. No podían crear relaciones o familias, ni poseer propiedades. A todos los efectos, no eran más que la propiedad de un dueño particular, como cualquier otra propiedad (un edificio, una silla o un jarrón), con la única diferencia de que podían hablar. El único momento en el que la sociedad romana se acercaba a la igualdad de todas las personas era durante las fiestas de Saturnalia, cuando, solo durante unos días, los esclavos gozaban de algunas libertades que normalmente se les negaban.

Para muchas de las élites romanas, los esclavos eran un símbolo de estatus y, por tanto, cuantos más (y más exóticos) se tuvieran, mejor, de modo que los romanos ricos aparecían muy a menudo en público acompañados de un séquito de hasta 15 esclavos.

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Las funciones de los esclavos

La mano de obra esclava se utilizaba en todos los ámbitos de la vida romana, excepto en los cargos públicos. Además, los esclavos se mezclaban a menudo con la mano de obra libre, ya que los empleadores utilizaban cualquier recurso humano disponible y necesario para realizar un trabajo. Si no se encontraban suficientes esclavos o se necesitaban habilidades que solo podía proporcionar la mano de obra remunerada, entonces los obreros y los esclavos trabajaban juntos. En el sector agrícola, esta combinación de mano de obra era especialmente habitual, ya que el trabajo era estacional, de modo que en la época de la cosecha se recurría a la mano de obra pagada para complementar al personal esclavo, ya que mantener una fuerza de trabajo tan extensa durante todo el año no era económicamente viable.

La mano de obra esclava se utilizaba en todos los ámbitos de la vida romana, excepto en los cargos públicos.

Así pues, los esclavos eran empleados por particulares o por el Estado y se utilizaban en la agricultura (especialmente en los sectores del grano, la vid y el olivo), en las minas (sobre todo de oro y plata), en las industrias manufactureras, en el transporte, en la educación (donde aportaban sus conocimientos especializados en temas como la filosofía y la medicina al mundo romano), en el ejército (principalmente como portadores de equipajes y ayudantes de campamento), en las industrias de servicios (desde la alimentación hasta la contabilidad), en el hogar privado, en la industria de la construcción, en los proyectos de construcción de carreteras, en los baños públicos e incluso para realizar tareas en ciertos rituales de culto.

La suerte de los esclavos agrícolas (vincti) era probablemente una de las peores, ya que solían alojarse en edificios de barracas (ergastula) en condiciones precarias, similares a las de una prisión, y a menudo estaban encadenados. Pompeya ha revelado estas cuadrillas de trabajo encadenadas tanto en la muerte como en la vida. Otros restos óseos de Pompeya también han revelado la artritis crónica y la distorsión de las extremidades que solo podían haber sido producidas por el exceso de trabajo y la desnutrición extrema.

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Ganar la libertad

Al menos para una pequeña minoría, existía la posibilidad de que un esclavo alcanzara la libertad para convertirse en un hombre o mujer libre, y los propietarios de esclavos explotaban este deseo al máximo. Numerosas referencias antiguas, tanto en la literatura como en el arte, a la existencia de esclavos liberados dan cuenta de la posibilidad de la manumisión. La libertad podía ser concedida por el propietario, pero en la mayoría de los casos la compraban los propios esclavos, lo que permitía al propietario reponer su mano de obra. La libertad podía ser absoluta o estar limitada e incluir ciertas obligaciones para con el antiguo propietario, como los derechos de herencia o el pago de una parte (statuliber) de sus bienes ganados (peculium). El esclavo liberado solía adoptar los dos primeros nombres de su antiguo amo, lo que ilustra que la manumisión era poco frecuente, ya que el apellido tenía una gran importancia en la sociedad romana, por lo que solo podía "llevarlo" el individuo de mayor confianza.

Los hijos de una mujer liberada no tendrían ninguna limitación en sus derechos (aunque el estatus social podría verse afectado en términos de reputación). Además, los antiguos esclavos podían convertirse en ciudadanos (especialmente a partir de la época de Augusto) e incluso llegar a ser ellos mismos propietarios de esclavos. Un ejemplo famoso fue el liberto C. Caecilius Isidorus, que llegaría a poseer más de 4000 esclavos. Este premio a la libertad y a la reintegración en la sociedad también fue utilizado por los propietarios y la autoridad para convencer a los esclavos de los beneficios de trabajar duro y de manera obediente.

Rebeliones de esclavos

Hay indicios de que los esclavos eran mejor tratados en la época imperial, ya que al haber menos guerras los esclavos estaban menos disponibles y, por lo tanto, aumentaba su valor, y se reconocía que el trato severo era contraproducente, por lo que incluso había leyes que prohibían que los propietarios fueran excesivamente crueles. Sin embargo, en la práctica, cabe imaginar que los propietarios eran libres de tratar su propiedad como mejor les pareciera y la única limitación real era el deseo de mantener el valor del bien y no provocar una reacción drástica y colectiva de los esclavizados. De hecho, se escribieron tratados en los que se aconsejaban los mejores métodos de gestión con respecto a los esclavos: qué alimentos y ropa eran los mejores, cuáles eran los métodos más eficaces de motivación (por ejemplo, dar tiempo libre o mejores raciones de comida) y cómo crear divisiones entre los esclavos para que no formaran peligrosos grupos de protesta.

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Sin embargo, a veces estos cuidadosos planes y estrategias resultaban ineficaces y los esclavos podían volverse contra sus dueños. Sin duda, los ejemplos más famosos de este tipo de levantamientos fueron los protagonizados por Eunus en Sicilia en el 135 a.C. y Espartaco en el sur de Italia en el 73 a.C., pero los esclavos podían protestar contra su suerte en la vida de formas mucho más sutiles, como trabajar más despacio, robar, ausentarse y sabotear. No tenemos registros del punto de vista de los propios esclavos, pero no es difícil imaginar que, frente a los riesgos personales y a las relaciones que uno podría haber desarrollado, no había mucho que un esclavo pudiera hacer para cambiar su suerte, aparte de esperar que un día se pudiera ganar legítimamente la libertad.

El caso de Espartaco, por tanto, fue un caso inusual pero espectacular. No se trataba de un intento de derrocar todo el sistema de esclavitud, sino más bien de las acciones de un grupo de descontentos dispuestos a correr el riesgo de luchar por su propia libertad. Espartaco era un gladiador tracio que había servido en el ejército romano y se convirtió en el líder de una rebelión de esclavos que comenzó en la escuela de gladiadores de Capua. Completando su número con esclavos de los alrededores (e incluso algunos trabajadores libres) se reunió un ejército que contaba con entre 70.000 y 120.000 personas. Sorprendentemente, el ejército de esclavos derrotó sucesivamente a dos ejércitos romanos en el año 73 a.C. Luego, en el 72 a.C., Espartaco derrotó a ambos cónsules y se abrió paso hasta la Galia Cisalpina. Puede que la intención de Espartaco fuera dispersarse en este punto, pero como sus comandantes prefirieron seguir asolando Italia, volvió a desplazarse hacia el sur. Siguieron más victorias pero, defraudado por los piratas que le habían prometido el transporte a Sicilia, la rebelión fue finalmente aplastada por Marco Licinio Craso en Lucania en el 71 a.C. Espartaco cayó en la batalla y los 6000 supervivientes fueron crucificados en un mensaje contundente a todos los esclavos romanos de que cualquier posibilidad de conseguir la libertad mediante la violencia era inútil.

Conclusión

Todo el aparato estatal y cultural romano se basaba en la explotación de una parte de la población para mantener a la otra. Considerado como una mera mercancía, el buen trato que recibía un esclavo era, en gran medida, solo para preservar su valor como trabajador y como activo en caso de futura venta. Sin duda, algunos propietarios de esclavos eran más generosos que otros y existía, en algunos casos, la posibilidad de ganarse la libertad, pero la dura realidad cotidiana de la gran mayoría de los esclavos romanos era ciertamente poco envidiable.

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Preguntas y respuestas

¿Cómo justificaban los romanos la esclavitud?

Los romanos no pensaban que la esclavitud fuera algo malo y no veían ninguna razón para justificarla. La esclavitud era la consecuencia de la conquista de una cultura y las personas se consideraban objetos de valor capturados como cualquier otra cosa. Ideológicamente, la desigualdad en el poder, la libertad y el control de los recursos era una parte aceptada de la vida y se remontaba a la mitología de Júpiter derrocando a Saturno. La libertad no se consideraba un derecho para todos. De hecho, los romanos creían que solo si algunos eran esclavos podían ser libres.

¿De qué nacionalidad eran los esclavos romanos?

Los esclavos romanos procedían de todas las partes del mundo conocido, bien porque eran capturados en los territorios conquistados o porque les eran vendidos por intermediarios en todo el imperio.

¿Cuáles eran los derechos de los esclavos romanos?

Los esclavos romanos eran considerados como una mera propiedad de sus amos para que hicieran lo que quisieran. Los esclavos no tenían ningún derecho y, desde luego, ningún estatus legal o individualidad. No podían crear relaciones o familias, ni poseer propiedades.

¿La esclavitud ocasionó la caída del Imperio romano?

La esclavitud no ocasionó la caída del Imperio romano. El Imperio Romano de Occidente cayó por muchas razones, entre las que se encuentran las pérdidas militares, los disturbios internos, la división del imperio en dos partes que debilitaron la parte occidental, los ataques de culturas externas y el declive económico.

Bibliografía

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Sobre el traductor

Agustina Cardozo
Agustina es traductora pública (inglés/español), uruguaya, con estudios avanzados de Lingüística. Sus áreas de experiencia como traductora son la traducción biosanitaria y la traducción jurídica. Le interesan la Historia y las humanidades en general.

Sobre el autor

Mark Cartwright
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.

Cita este trabajo

Estilo APA

Cartwright, M. (2013, noviembre 01). Esclavitud en el mundo romano [Slavery in the Roman World]. (A. Cardozo, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-629/esclavitud-en-el-mundo-romano/

Estilo Chicago

Cartwright, Mark. "Esclavitud en el mundo romano." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. Última modificación noviembre 01, 2013. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-629/esclavitud-en-el-mundo-romano/.

Estilo MLA

Cartwright, Mark. "Esclavitud en el mundo romano." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 01 nov 2013. Web. 22 nov 2024.

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