Ferenice, la entrenadora olímpica

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Joshua J. Mark
por , traducido por Jorge A. Vergara
Publicado el 12 julio 2021
Disponible en otros idiomas: inglés, francés, alemán, italiano, persa, portugués
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Ferenice (aproximadamente en el año 388 a.C., también conocida como Calipatira) fue una atleta de Rodas que, por ser mujer, no podía competir en los Juegos Olímpicos y, como mujer casada, no se le permitía ni siquiera verlos. Desafiando estas reglas y arriesgando la pena de muerte, se disfrazó de hombre para entrenar a su hijo y que este ganara.

Kallipateira
Calipatira
Ubisoft (Copyright, fair use)

Era hija de Diágoras de Rodas (siglo V a.C.), un famoso atleta, y sus hermanos también fueron campeones olímpicos. Como joven doncella, se le habría permitido participar en los Juegos Hereos (dedicados a la diosa Hera) y ver los Juegos Olímpicos desde un área segregada de los espectadores masculinos, pero a las mujeres casadas se les prohibía ver o incluso estar en las cercanías de los Juegos Olímpicos bajo pena de muerte.

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El esposo de Ferenice, quien había estado entrenando a sus hijos, murió repentinamente. Sin embargo, ella asumió el cargo de entrenadora de su hijo, Peisirodos, en boxeo. El historiador Pausanias (110-180 d.C.), entre otros escritores antiguos, narra la historia de cómo, cuando fue descubierta en los juegos y llevada ante los jueces, ella explicó quién era y por qué había actuado de esa manera. La dejaron en libertad sin castigo, pero a partir de entonces, todos los entrenadores debían ingresar al estadio desnudos para demostrar que eran hombres.

Mujeres en la antigua Grecia

Las doncellas podían observar a los atletas masculinos en los Juegos Olímpicos desde su propia sección, mientras que las mujeres casadas debían abandonar el estadio.

Fuera de Esparta, las mujeres en la antigua Grecia tenían pocos derechos, y sus vidas estaban controladas por los hombres de su familia: primero el padre, luego el esposo, y si ella sobrevivía a ambos, un hijo adulto o un tío. Sin duda, hubo mujeres que encontraron maneras de afirmar su individualidad, como Safo de Lesbos, Telesila de Argos o Hagnódica de Atenas, pero, en términos generales, las mujeres que deseaban vivir de manera independiente y controlar sus propias vidas y finanzas solo tenían la opción de convertirse en hetaira, cortesanas de clase alta, como en el caso de Aspasia de Mileto. Existe evidencia de mujeres de clase baja que trabajaban como artesanas y vendían productos a otras mujeres en una sección segregada del ágora ateniense, pero en su mayoría, las mujeres permanecían en el interior, en sus propios aposentos del hogar, los cuales, al menos en Atenas, podían cerrarse con llave desde el exterior.

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Las vidas de las mujeres estaban restringidas de esta manera porque se pensaba que tenían una voluntad especialmente débil y eran propensas a perseguir lo que deseaban. Se consideraba que las mujeres eran salvajes por naturaleza y solo eran 'domesticadas' mediante el matrimonio, lo que permitía que el esposo controlara sus diversos caprichos y deseos. Aristóteles comenta:

Los animales domesticados tienen una mejor naturaleza que los salvajes, y todos los animales domesticados están mejor cuando son gobernados por el hombre; pues entonces son preservados. De nuevo, el macho es por naturaleza superior y la hembra inferior; y uno gobierna y el otro es gobernado; este principio, necesariamente, se extiende a toda la humanidad. (Política, 1254b2)

Las mujeres de todas las edades, casadas o solteras, podían participar en festivales religiosos y, de hecho, se esperaba que lo hicieran, pero este era el único ámbito de la vida pública que permitía una participación activa. Cada otoño, las mujeres casadas celebraban el Festival de las Tesmoforias en honor a Deméter y Perséfone, y las mujeres del culto de Atenea desempeñaban un papel importante en el Festival Panatenaico anual y en el Gran Panatenaico cada cuatro años.

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Greek Religious Festival
Festival griego religioso
The Creative Assembly (Copyright)

A lo largo del año, había varios festivales y juegos en honor a las diosas de Grecia en los que las mujeres participaban, pero hay pocos detalles disponibles sobre estos eventos. Sin embargo, Pausanias ofrece un relato de los Juegos Hereos, restringidos a doncellas jóvenes solteras y supervisados por mujeres casadas mayores:

Cada cuatro años, las dieciséis mujeres tejen una túnica para Hera y también celebran los Juegos Hereos. Los juegos consisten en carreras a pie para niñas. Las niñas no pertenecen todas al mismo grupo de edad, sino que primero corren las más jóvenes, luego el siguiente grupo de edad y, finalmente, el grupo de niñas mayores. Corren de la siguiente manera: su cabello cae suelto, sus túnicas llegan justo por encima de la rodilla y dejan el hombro derecho descubierto por encima del pecho. El estadio de Olimpia también se pone a su disposición, pero acortan la longitud del recorrido en aproximadamente una sexta parte. A las ganadoras se les otorgan coronas de olivo y una porción de la vaca sacrificada a Hera, y se les erigen estatuas con sus nombres inscritos. (Grecia, 5.16.2-4.G, Lefkowitz & Fant, 277)

Pausanias afirma que los Juegos Heraicos eran antiguos, pero se piensa que comenzaron alrededor del año 580 a.C., después de que los Juegos Olímpicos estuvieran bien establecidos, como un festival religioso y atlético en el que las mujeres podían participar, ya que no se les permitía competir en los Juegos Olímpicos. El evento exclusivamente femenino de los Hereos se celebraba cada cuatro años justo antes de la competición masculina de los Olímpicos, y las doncellas que habían participado podían observar a los atletas masculinos olímpicos desde su propia sección, mientras que las mujeres casadas debían abandonar el estadio y regresar a casa o enfrentarse a la pena de muerte.

Mujeres y los Juegos Olímpicos

Las mujeres casadas no tenían permitido observar las competiciones masculinas por la misma razón por la que estaban estrictamente controladas en otras áreas de la vida: debido a la creencia de que carecían de autocontrol y seguirían sus deseos si se sentían atraídas por un joven atleta desnudo. El erudito Robin Waterfield comenta:

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Las mujeres casadas, aparte de la sacerdotisa local de Deméter, no podían asistir a los juegos, pero las mujeres solteras sí podían. Dado que las mujeres solían casarse alrededor de los trece o catorce años, esta era una restricción severa. Puede parecer que tiene poco sentido prohibir la presencia de mujeres casadas en lugar de las solteras para ver hombres desnudos, pero este es otro caso en el que las prácticas griegas desconciertan a la mente moderna. En cualquier caso, la prohibición de las mujeres dice más sobre las actitudes griegas hacia las mujeres que sobre cualquier sentido de modestia o su ausencia. Además, muchos de los atletas estarían en la veintena, cerca de la edad de matrimonio, y los padres de las niñas, así como las propias niñas, aprovechaban la oportunidad para elegir posibles esposos. (13)

No está claro por qué los atletas competían desnudos, pero, según diversos escritores antiguos, podría haber sido por la libertad de movimiento (uno podía correr y saltar más rápido y más lejos sin el impedimento de un taparrabos), para honrar a Zeus (para quien se celebraban los juegos), para prevenir accidentes (después de que un corredor tropezara con su taparrabos cuando este se le cayó), o simplemente porque estaban acostumbrados a ello, ya que entrenaban desnudos en el gimnasio. Según Dionisio de Halicarnaso (siglo I a.C.), los atletas no competían desnudos hasta el 720 a.C., mucho después de que se fundaran los Juegos Olímpicos, y antes de esta fecha, usaban taparrabos.

Greek Athletes
Atletas griegos
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Los Juegos Olímpicos se establecieron en 776 a.C. y se celebraron cada cuatro años hasta que fueron clausurados por el emperador romano Teodosio I (r. 379-395 d.C.) en 393 d.C. Según la leyenda, fueron instituidos por el propio Zeus después de vencer a su padre Cronos y a los Titanes, aunque existen otras historias sobre el origen de los juegos, incluyendo la que sostiene que se iniciaron como juegos fúnebres. Una de estas historias afirma que el rey Ífito de Élide, la ciudad al norte de Olimpia que organizaba los juegos, se frustró con la constante guerra entre las ciudades-estado griegas y le preguntó al Oráculo de Delfos qué podía hacer para detenerla. El Oráculo le dijo que instituyera los juegos y declarara una tregua en toda Grecia durante su duración. Waterfield comenta:

Para permitir que los atletas y visitantes viajaran con seguridad desde sus hogares hasta Olimpia, se establecía una tregua sagrada. Con mucha antelación, los heraldos recorrían el mundo griego anunciando la fecha precisa de los juegos y el alcance de la tregua circundante. La fecha ya se conocía aproximadamente, ya que los juegos se celebraban cada cuatro años, y siempre en el final del verano, haciendo que el día central del festival cayera en la segunda luna llena después del solsticio de verano. (4-5)

Los atletas y sus entrenadores, así como los espectadores, viajaban desde toda Grecia a la ciudad de Élide para el evento. Dos días antes de que comenzaran los juegos, competidores, entrenadores y oficiales caminaban las 37 millas (60 km) desde Élide hasta Olimpia en una procesión que hacía pausas periódicas para ofrecer sacrificios a Zeus y a otras deidades. Inicialmente, el único evento era el stade (stadion), una carrera a pie de la longitud del Estadio Olímpico, pero con el tiempo se añadieron otros eventos, incluidos el pentathalon (salto de longitud, lanzamiento de disco, lanzamiento de jabalina, carrera de velocidad y lucha), otras carreras a pie, el pancracio (una combinación de boxeo y lucha), carreras de carros y caballos, lucha y boxeo. No había premios para el segundo o tercer lugar; a quienquiera que ganara un evento se lo consideraba superior a los demás y era honrado tanto en los juegos como en su ciudad natal.

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La familia de Ferenice

La familia de Ferenice fue una de las que recibió honores por logros atléticos sobresalientes. Su padre era Diágoras de Rodas, un famoso boxeador que ganó competiciones en los Juegos Ístmicos en cuatro ocasiones, en los Juegos Nemeos en dos ocasiones, en los Juegos Píticos una vez y en los Juegos Olímpicos dos veces como campeón en boxeo. Entrenó a sus tres hijos para el boxeo, y los dos mayores, Damagetos y Akousilaos, ganaron en los Juegos Olímpicos en dos categorías diferentes (el pancracio y el boxeo, respectivamente) en el 448 a.C. La famosa estatua en Rodas en la actualidad representa a los dos chicos llevando a su padre en triunfo alrededor del estadio después de sus victorias.

Diagoras of Rhodes
Diágoras de Rodas
Auguste Vinchon (CC BY-SA)

Diagoras también entrenó a su hijo menor, Dorieo, quien también se convirtió en campeón olímpico, y lo más probable es que también haya entrenado, o al menos fomentado el atletismo en su hija, Ferenice. El poeta Píndaro (c. 518 - c. 438 a.C.) alaba a Diágoras como un hombre justo que evitó la arrogancia y la injusticia en su Oda Olímpica VII. Aunque Diágoras pertenecía a la clase alta de Rodas y debía haber mantenido las tradiciones griegas respecto a las mujeres, incluyó con fama a sus hijos en su propio renombre al entrenarlos como campeones, y sería coherente con su carácter haber entrenado también a sus hijas.

Ferenice la entrenadora

Ferenice (cuyo nombre significa "la trae la victoria") probablemente compitió en los Juegos Hereos cuando era más joven y animó a sus hermanos. Una vez casada, pudo haber presidido los Juegos Hereos y luego habría tenido que regresar a su hogar en Rodas o, quizás, solo a Élide para esperar el final de los Juegos Olímpicos y luego regresar a casa con su familia. Pausanias describe la pena para las mujeres casadas a las que sorprendían viendo los juegos:

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Al ir desde Escilunte por el camino hacia Olimpia, antes de cruzar el Alfeios, hay una montaña con altos acantilados precipitados. Se llama Monte Tipeo. Es una ley de Élide arrojar desde allí a cualquier mujer que se encuentre presente en los Juegos Olímpicos, o incluso al otro lado del Alfeios, en los días prohibidos para las mujeres. Sin embargo, se dice que ninguna mujer ha sido sorprendida, excepto Calipatira; algunos, sin embargo, le dan a la dama el nombre de Ferenice y no Calipatira. (Grecia, 5.6.7)

Parece haber cierta confusión sobre si había dos hijas o solo una conocida por dos nombres diferentes, ya que algunos escritores antiguos hacen referencia a dos mujeres y otros a una sola. Es posible que hubiera otra hija, Calipatira, pero parece más probable que hubiera una sola que fuera conocida como Ferenice y, luego del evento, se refiriera a ella como Calipatira. La versión más conocida de la historia sugiere que había una hija, Ferenice, que estaba casada con un atleta (posiblemente llamado Callianax, un boxeador que pudo haber sido entrenado por su padre, aunque esto es especulación). La pareja pudo haber tenido dos hijos, Eucles y Peisirodos (aunque Eucles podría haber sido su sobrino, hijo de Calipatira, si es que existió). Eucles ganó el evento de boxeo en los Juegos Olímpicos en 404 a.C., y unos años después Peisirodos estaba en entrenamiento para los juegos cuando su padre murió repentinamente.

Cuando Peisirodos ganó el evento de boxeo, Ferenice saltó sobre la pared baja que separaba a los entrenadores de los competidores, revelando su sexo.

Ferenice asumió el entrenamiento del joven como su entrenadora y lo preparó para los juegos. Ella lo acompañó a Élide disfrazada de hombre, habría caminado en la procesión de Elis a Olimpia y se dice que estaba en la sección con los demás entrenadores cuando Peisirodos ganó el evento de boxeo en 388 a.C. Tan llena de orgullo, saltó sobre la pared baja que separaba a los entrenadores de los competidores, aflojando su túnica y revelando su sexo. Fue llevada ante los jueces, a quienes les recordó la ilustre historia de su familia en los juegos y explicó por qué había actuado de esa manera y fue perdonada. Sin embargo, se aprobó una nueva ley que establecía que todos los entrenadores a partir de entonces debían ingresar al estadio desnudos para asegurarse de que eran hombres.

Conclusión

Pausanias describe el evento inmediatamente después de discutir el castigo que esperaba a las mujeres que desafiaban la ley y asistían a los juegos:

Ella, siendo viuda, se disfrazó exactamente como un entrenador de gimnasia y llevó a su hijo a competir en Olimpia. Peisirodos, así se llamaba su hijo, resultó victorioso, y Calipatira, al saltar sobre la barrera en la que mantenían a los entrenadores, mostró su cuerpo. Así se descubrió su sexo, pero la dejaron ir sin castigo por respeto a su padre, sus hermanos y su hijo, quienes habían sido victoriosos en Olimpia. Sin embargo, se promulgó una ley que, en el futuro, obligaba a los entrenadores a desnudarse antes de entrar en el estadio. (5.6.8)

Pausanias realmente visitó el estadio Olímpico y los alrededores, mientras que se desconoce si los historiadores posteriores que documentan la historia de Ferenice hicieron lo mismo. Filóstrato (c. 170-250 d.C.) también ofrece una narración en su Gymnasticus (c. 220 d.C.), una colección de historias y anécdotas sobre la atletismo y los Juegos Olímpicos:

Los eleos cuentan la historia de una mujer llamada Ferenice cuya apariencia física era tal que, al principio, los eleos pensaron que era un hombre. En Olimpia, ella se envolvió en una capa de entrenador para entrenar a su hijo Peisirodos. Cuando los eleos descubrieron el truco, dudaron en ejecutar a Ferenice debido a su admiración por Diagoras y sus hijos. Sin embargo, promulgaron una ley que, de ahora en adelante, obligaba a los entrenadores a desnudarse. (17)

El historiador Aelio (c. 175 - c. 235 d.C.) conservó la historia en su Varia Historia (Historia Variada), pero añade una conclusión novedosa a la historia que no está respaldada por otras versiones:

Los oficiales se negaron a admitir a Ferenice como espectadora, pero ella habló en público y justificó su solicitud señalando que su padre y tres hermanos eran vencedores olímpicos. Conquistó a la asamblea, se levantó la ley que excluía a las mujeres y ella asistió al festival olímpico. (10.1)

Aelio puede referirse solo a que la ley que excluía a las mujeres casadas fue levantada para Ferenice solo por ese día o quizás para esa Olimpiada en particular, pero no hay registro de que la prohibición de que las mujeres casadas asistieran a los Juegos Olímpicos se levantara en 388 a.C.

Greek Boxing
Boxeo griego
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

En la actualidad, varios escritores concluyen la historia de Ferenice con la afirmación de que, después de que su historia se hiciera conocida, la empezaron a llamar Calipatira, que algunos escritores traducen como "Sra. Buen Padre". No está claro de dónde proviene esta afirmación entre los escritores antiguos. Es posible, como se ha señalado, que Ferenice tuviera una hermana llamada Calipatira ("la del buen padre") y que los escritores antiguos confundieran cuál de las hijas de Diágoras asistió a los Juegos Olímpicos como entrenador masculino. También es posible que ambos nombres se refieran a una sola mujer que, después del evento, fue conocida como un "buena padre" por arriesgarse tanto para entrenar a su hijo tan bien.

De cualquier manera, Ferenice se hizo famosa por arriesgar su vida por el éxito de su hijo y la reputación de su familia, ideales que los griegos valoraban altamente. Sus acciones y su evidente capacidad como entrenadora deberían haber animado a los hombres a cuestionar sus políticas respecto a las mujeres y los Juegos Olímpicos, especialmente considerando que Ferenice violó el protocolo solo cuatro años después de que Cinisca de Esparta (c. 442 a.C.) se convirtiera en la primera mujer en ganar la carrera de carros olímpica, dos veces, primero en 396 y luego en 392 a.C. En lugar de eso, optaron por instaurar la nueva regla, asegurándose de que todos los entrenadores fueran hombres, y la historia de Ferenice se convirtió en poco más que una anécdota olímpica interesante transmitida por escritores posteriores, hasta que en la era moderna la historia de la entrenadora femenina Sra. Buen Padre se ha hecho más conocida y apreciada.

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Sobre el traductor

Jorge A. Vergara
Jorge es profesor de inglés independiente, estudiante de gramática y etimología inglesa. Diplomado IDELT Bridge y Asesor de Gramática Inglesa de Bridge. Actualmente estudia traducción profesional inglés-español en la Escuela Americana de Traductores e Intérpretes.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2021, julio 12). Ferenice, la entrenadora olímpica [Pherenike the Female Olympic Trainer]. (J. A. Vergara, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-72/ferenice-la-entrenadora-olimpica/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Ferenice, la entrenadora olímpica." Traducido por Jorge A. Vergara. World History Encyclopedia. Última modificación julio 12, 2021. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-72/ferenice-la-entrenadora-olimpica/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Ferenice, la entrenadora olímpica." Traducido por Jorge A. Vergara. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 12 jul 2021. Web. 20 nov 2024.

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