Hércules y Alcestis: Excelencia personal y deber social

Artículo

Joshua J. Mark
por , traducido por Edilsa Sofia Monterrey
Publicado el 26 julio 2014
Disponible en otros idiomas: inglés, francés
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Para los antiguos griegos, la cualidad de arete (excelencia personal) y el concepto de eusebia (deber social) eran muy importantes. Aristóteles discute detenidamente ambos en su obra Ética Nicomáquea y relaciona areté con la eudaimonia (traducida como «felicidad», pero que realmente quiere decir «ser poseído por una especie de duende tutelar»). Aristóteles afirma que para tener areté, uno debe asociarse con aquellos que están esforzándose por lograr el mismo objetivo. Si uno quisiera convertirse en un excelente músico, uno debería asociarse con excelentes músicos y lo mismo aplicaría si uno quisiera ser un atleta estrella o un carpintero o un médico. El concepto griego de eusebia suele traducirse como «piedad» (como, por ejemplo, en el diálogo Eutifrón de Platón), pero el concepto en realidad está más cercano al «deber», particularmente al deber social. Eusebia dictaba cómo interactuaba una persona con su esposo, esposa, padres, sirvientes y aquellos de clases más altas y más bajas (aunque esto no dictaba cómo uno interactuaba con los dioses, lo cual sería el concepto de housia, mucho más cercano a la «piedad»). Los dioses —y especialmente las todopoderosas Moiras— controlaban y dirigían las vidas de los humanos y uno debía aceptar el hecho y vivir su vida de acuerdo con esto. Si uno sufría alguna pérdida trágica o algún revés económico, esto era la voluntad de los dioses o de las Moiras, a quienes ni siquiera los dioses podían influir, y al aceptar esto como el orden del universo, uno podía aceptar mejor tal pérdida.

The Fates Gathering in the Stars
Las Moiras reunidas en las estrellas, Pintura de Elihu Vedder
Wikimedia Commons (Public Domain)

Las historias que contaban los griegos, que hoy se conocen como sus mitos, desempeñaban un papel en la comprensión de la areté y de la eusebia ya que para los oyentes, estas ilustraban estas virtudes de la civilización griega. Al escuchar cómo los héroes y los reyes y hasta cómo los dioses se comportaban, a uno se le daba un modelo a seguir para su propio comportamiento. Entre los muchos mitos que se contaban, uno que ejemplifica las virtudes de la excelencia personal y del deber social es la historia de Hércules y la reina Alcestis. Hay dos versiones del mito; uno en el que Hércules no desempeña ningún papel, pero gracias al dramaturgo Eurípides (480-406 a.C.) y a su obra de teatro Alcestis, la versión en la que aparece Hércules es la que mejor se conoce.

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La historia de Alcestis y Admeto

Ambas versiones comienzan de la misma manera y ponen hincapié en la importancia de la lealtad, del amor y de la bondad para informarnos sobre lo que es nuestro deber social. Había una vez, como dice la historia, un rey bondadoso llamado Admeto que gobernaba un pequeño reino en Tesalia. El rey conocía a cada uno de sus súbditos por su nombre y así, una noche cuando un extranjero apareció en su puerta mendigando comida, él sabía que el hombre debía ser de otra tierra, pero de todas maneras le dio la bienvenida en su casa. Alimentó y vistió al extranjero y le preguntó su nombre, pero el hombre no daba más respuesta que pedirle a Admeto si podía ser el esclavo del rey. Admeto no tenía necesidad de otro esclavo, pero reconociendo que el hombre estaba en apuros, lo tomó como un pastor para sus ovejas.

APOLO LE DIO LAS GRACIAS A ADMETO POR SU BONDAD Y LE OFRECIÓ DARLE CUALQUIER REGALO QUE ÉL DESEARA.

El extranjero se quedó con Admeto por un año y un día y entonces le reveló que él era el dios Apolo. Había sido enviado a la Tierra por Zeus como castigo y no podía regresar al reino de los dioses hasta que no hubiera servido como esclavo de un mortal por un año. Apolo le dio las gracias a Admeto por su bondad y le ofreció darle cualquier regalo que él deseara; pero Admeto le dijo que tenía todo lo que necesitaba y que no requería nada por lo que había hecho. Apolo le dijo que volvería para ayudarlo cuando necesitase algo en el futuro y luego desapareció.

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Poco tiempo después de esto, Admeto se enamoró de la princesa Alcestis de la ciudad vecina de Yolco. Alcestis era bondadosa y hermosa y tenía muchos pretendientes, pero sólo quería casarse con Admeto. Sin embargo, su padre Pelias rechazó la petición de mano de Admeto y estipuló que la única manera en que le daría a su hija en matrimonio sería si él entraba en la ciudad en un carro tirado por un león y un jabalí. Admeto estaba alicaído con esta situación hasta que se acordó de la promesa de Apolo. Le pidió ayuda al dios que apareció, luchó contra un león y un jabalí hasta amansarlos y los unció a un carro dorado. Entonces, Admeto condujo el carro hasta Yolco y Pelias no tuvo más remedio que darle a Alcestis en matrimonio. Apolo estaba entre los invitados al casamiento y le dio a Admeto un regalo inusual: una especie de inmortalidad. Apolo les contó cómo hizo un trato con las Moiras que gobernaban todo para que, si alguna vez Admeto se enfermara al punto de morir, él pudiera recuperarse si alguien se hacía voluntario para morir en su lugar.

Belvedere Apollo
Estatua de Apolo del Belvedere
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

La pareja vivió feliz conjuntamente y su corte fue famosa por sus fastuosas fiestas, pero entonces, un día, Admeto se enfermó y los médicos dijeron que no se recuperaría. La gente de su corte recordó el regalo de Apolo y cada uno sintió que otra persona debería dar su vida para salvar al tan bondadoso y buen rey, pero nadie quería hacerlo por sí mismo. Los padres de Admeto eran personas mayores y se creía que uno de ellos se haría voluntario, pero aunque ellos sólo tenían un tiempo corto en la Tierra rechazaron renunciar a la vida que les quedaba. Nadie en la corte ni nadie de la familia de Admeto ni ninguno de sus súbditos quería tomar el lugar del rey en su lecho de muerte, pero Alcestis sí.

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En este punto las dos historias divergen. En la versión más antigua, Admeto se despierta en su cama sintiéndose mejor y corre a decirle a Alcestis que está curado (sólo para descubrir que ella tomó su lugar). Entonces, él se sienta al lado de su cuerpo en señal de luto y por días rechaza comer y beber. Mientras que esto sucede, Tánatos (la Muerte) está conduciendo al espíritu de Alcestis hacia el inframundo y lo presenta a la reina Perséfone. Perséfone pregunta quién es esta alma que ha venido voluntariamente a su reino y Tánatos le explica la situación. Perséfone está tan conmovida por la historia del amor y de la devoción de Alcestis por su esposo que le ordena a Tánatos que le devuelva la vida a la reina. Después, Alcestis y Admeto fueron felices y comieron perdices.

Hércules y Alcestis

Sin embargo, en la versión hecha popular por Eurípides mediante su obra de teatro Alcestis (escrita en torno al 438 a.C.), Hércules desempeña un papel crucial al hacer que Alcestis resucite. En esta versión, como en la primera, nadie quiere tomar el lugar de Admeto excepto Alcestis. A Admeto lo ponen al corriente, acepta su sacrificio y empieza a mejorarse al tiempo que su reina se debilita. Toda la ciudad se enluta por Alcestis mientras que ella está suspendida entre la vida y la muerte. Admeto se queda al lado de su lecho y ella le pide que, en pago por su sacrificio, él no volverá a casarse nunca más y así mantendrá su memoria viva. Admeto está de acuerdo con esto y jura que no dará ninguna otra de las fiestas que ellos hacían y que no permitirá ninguna festividad en el palacio desde el momento en que ella se haya ido; después de haber hecho estas promesas, Alcestis muere.

Hércules era un viejo amigo de la pareja y llega a la corte sin saber nada de la muerte de Alcestis. No queriendo echar a perder la llegada de su amigo, Admeto le da instrucciones a sus sirvientes de que no digan nada de lo que ha sucedido y de que le den a Hércules la clase de fiesta por la que esta corte era conocida. Sin embargo, los sirvientes todavía estaban afligidos por la pérdida de la reina y Hércules nota que ellos no le están sirviendo ni a él ni a su séquito de la manera correcta. Después de algunas copas empieza a insultarlos y pide que el rey y la reina vengan para remediar este mal desempeño por parte de la servidumbre, cuando una de las sirvientas se hecha a llorar y le dice lo que ha pasado recientemente.

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Hércules está muy avergonzado por su comportamiento, así que viaja al inframundo donde Tánatos está conduciendo al espíritu de Alcestis hacia el reino de Perséfone. Lucha contra la muerte y libera a la reina, trayéndola de vuelta a la luz del día. Entonces, Hércules la guía hacia el lugar donde está Admeto que acaba de regresar de su funeral. Le dice al rey que tiene que irse para atender otros asuntos y le pide que se encargue de esta dama en su ausencia. Admeto se niega a aceptar porque le había prometido a Alcestis que no se casaría nunca más y sería inapropiado que esta mujer residiera en la corte tan poco tiempo después de la muerte de su esposa. Sin embargo, Hércules insiste y pone la mano de Alcestis en la de Admeto. Admeto levanta el velo de la mujer y descubre que es Alcestis que ha regresado de entre los muertos. Hércules le dice que ella no podrá hablar por tres días y que se quedará pálida y parecida a una sombra hasta que se purifique, después de lo cual, ella volverá a ser como siempre fue. La obra de teatro de Eurípides termina aquí, mientras que otras versiones del mito continúan la historia más allá y concluyen con todo pasando tal y como Hércules lo había dicho y Alcestis y Admeto viviendo una vida larga y feliz juntos hasta que Tánatos regresa y se lleva a los dos juntos.

The Abduction (Hercules and Alcestis)
Secuestro, de Paul Cézanne (representación de Hércules rescatando a Alcestis del Inframundo)
The Yorck Project (Public Domain)

Excelencia personal y deber social en los cuentos

Los personajes de Admeto, Alcestis y Hércules, todos en algún momento ejemplarizan —o no llegan a alcanzar— los valores de la excelencia personal y del deber social. Admeto ejemplariza el valor de la hospitalidad (que sería considerado parte del deber social) al acoger al extraño al comienzo de la historia y se quedaría corto de ese valor cuando permite que se celebren festividades en su casa inmediatamente después de la muerte de su esposa. Estos dos incidentes están directamente relacionados uno con el otro; sin embargo, en dicho caso, cuando Hércules llega a su casa, Admeto tiene la obligación social de agasajar a su amigo según los usos a los cuales él está acostumbrado. Aunque seguramente Hércules habría comprendido que la casa estaba de luto después de la muerte de Alcestis y está avergonzado cuando descubre que estaba bebiendo y armando un escándalo en el palacio tan poco tiempo después de un deceso, Admeto valora la obligación social a tal grado que no consigue mantener la promesa que le hizo a su esposa (y así, no alcanza la areté, debido a que hace caso omiso de la promesa que le había hecho a Alcestis, ni la eusebia tampoco).

Alcestis encarna la esposa leal y amorosa que está tan dedicada a su esposo que literalmente moriría por él. En esto, ella ejemplariza la areté y la eusebia. Un lector de nuestros tiempos se sentiría incómodo con esta versión de la historia en la cual Admeto acepta el sacrificio de su esposa, pero esto sería perfectamente comprensible para una audiencia de la Grecia Antigua. El esposo, especialmente el esposo que era un rey, era responsable por el bienestar de más personas que la esposa o la reina. La virtud de Alcestis al tomar el lugar de Admeto es admirable puesto que ella no sólo se sacrifica por el hombre que ama, sino también por el pueblo que dependía de Admeto para su continuo bienestar. Su excelencia personal se ilustra en su voluntad de morir por el bien de los demás y el valor de la eusebia por medio de su comprensión del orden social y cómo ella podía hacer lo mejor para mantenerlo. En todos los sentidos, Alcestis sobresale como un modelo de comportamiento apropiado.

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Hércules ejemplariza los valores de la areté y de la eusebia y le da a la historia su clímax heroico. Con su comportamiento de embriaguez en la casa enlutada, él falló en los dos, por supuesto, y aun así no puede ser culpado por esto ya que no le habían dicho nada de la muerte de Alcestis. La violación más importante (e interesante) a la conducta social es su lucha contra Tánatos por el alma de Alcestis. Las Moiras eran todopoderosas para los antiguos griegos y Apolo había hecho un trato con ellas para que Admeto tuviera vida continua. Las Moiras mantuvieron su parte del trato y restauraron la vida de Admeto, en el momento en que alguien aceptó tomar su lugar. Al luchar para recobrar de la muerte el alma de Alcestis, Hércules estaba rompiendo el trato. Si uno hacía un trato con los poderes sobrenaturales, se esperaba que uno honrara ese trato. Esto puede ser visto con más claridad en la historia de Orfeo y Eurídice, donde Orfeo hace un trato con Hades de que no echara un vistazo atrás en su camino de salida del inframundo, pero entonces rompe ese trato y así pierde a Eurídice. A diferencia de esa historia, en ningún punto de cualquier versión de la historia de Alcestis se representa a Hércules de ninguna otra manera que no fuera admirable por haber rescatado a la reina de la muerte. Además, al haberse puesto en peligro luchando físicamente con la muerte, Hércules encarna la excelencia personal del valor y del heroísmo y haciendo esto restaura el orden del reino al traer de vuelta a la reina a su rey y premiando el altruismo de Alcestis.

La historia opera en muchos niveles, por supuesto, por lo que ha resonado tan vivamente con las audiencias por más de 2.000 años, pero, en el nivel más simple habría transmitido los valores de la sociedad a aquellos que la escuchaban siendo cantada o recitada o vista en una representación teatral. Cómo uno equilibra su excelencia personal con su lugar en la sociedad y además, en el universo, se habría ilustrado a través de Hércules y de su confrontación con Tánatos. Al derrotar a la muerte, Hércules se presenta como el héroe supremo que desafía hasta la voluntad de las Moiras para hacer lo que él siente que es lo correcto.

En la versión de la historia donde Perséfone envía a Alcestis de vuelta a la vida, en lo que se hace hincapié es en la eusebia mediante el gesto altruista de Alcestis, mientras que en la versión de Hércules es en la areté mediante la decisión de luchar contra la muerte y aun así, ambas versiones subrayan la importancia de estos dos valores para la sociedad griega antigua. La popularidad de la versión de Hércules indica que, mientras que la audiencia de la Antigüedad habría comprendido el valor del deber social y de la conducta, ellos también valoraban los logros personales y, por supuesto, el heroísmo, que es la encarnación de la excelencia personal. Por mucho tiempo, los estudiosos han estado divididos sobre la obra de teatro Alcestis de Eurípides respecto a por qué la escribió y hasta qué estaba tratando de decir en ella, pero, quizás, era tan simple como promover el concepto de que uno debería hacer lo que uno siente que debe hacer para rectificar un error sin importar qué reglas sociales están de por medio y haciendo esto, uno realmente puede restaurar el orden en vez de perturbar el equilibrio.

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Sobre el traductor

Edilsa Sofia Monterrey
Edilsa Sofía es una antigua diplomática y educadora, especialmente interesada en las Artes y los asuntos culturales. Además de otros grados, tiene una maestría en traducción literaria.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no solo es cofundador de World History Encyclopedia, sino que también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2014, julio 26). Hércules y Alcestis: Excelencia personal y deber social [Hercules and Alcestis: Personal Excellence & Social Duty]. (E. S. Monterrey, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-731/hercules-y-alcestis--excelencia-personal-y-deber-s/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Hércules y Alcestis: Excelencia personal y deber social." Traducido por Edilsa Sofia Monterrey. World History Encyclopedia. Última modificación julio 26, 2014. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-731/hercules-y-alcestis--excelencia-personal-y-deber-s/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Hércules y Alcestis: Excelencia personal y deber social." Traducido por Edilsa Sofia Monterrey. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 26 jul 2014. Web. 22 feb 2025.

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