La muerte de la filósofa Hipatia de Alejandría (c. 370-415 d. C.) se ha considerado durante mucho tiempo el "paso de la filosofía a la religión", como ejemplo de la transición de los valores paganos de la antigüedad a los de la nueva religión del cristianismo. Los símbolos de las antiguas creencias fueron destruidos para dar paso a las nuevas, y entre ellos se encontraba Hipatia.
Hipatia era la hija de Teón, el último profesor de la Universidad de Alejandría (asociada estrechamente a la famosa Biblioteca de Alejandría). Teón era un brillante matemático que copió minuciosamente los Elementos de Euclides y las obras de Ptolomeo y, en el lenguaje de nuestros días, educó a su hija en casa en matemáticas y filosofía (Deakin in Science/Ockham). Hipatia ayudó a su padre a escribir comentarios sobre estas obras y, con el tiempo, escribió sus propias obras y dio muchas conferencias, y se convirtió en una mujer destacada en una cultura dominada por escritores y pensadores masculinos.
Sin embargo, el arzobispo de Alejandría, Cirilo (más tarde San Cirilo), no apreciaba su influencia sobre sus alumnos varones, ya que la consideraba un obstáculo para su aceptación del cristianismo. Cirilo criticaba especialmente su amistad con el prefecto Orestes, sobre el que consideraba que ejercía una influencia indebida y peligrosa. Los primeros escritores sugieren que fue Cirilo quien alentó a la turba que terminaría por atacar y asesinar a Hipatia, lo que eliminaba una potente influencia pagana de la ciudad.
Alejandría en tiempos de Hipatia
Alejandría, en Egipto, había sido durante mucho tiempo (desde su fundación por Alejandro Magno) una sede de aprendizaje y un lugar de peregrinación para filósofos y pensadores de todo el mundo conocido. La gran Biblioteca, que alberga más de 20 000 pergaminos y libros, era una gran atracción para los intelectuales, la mayoría de los cuales tenían dinero. Alejandría, por tanto, era una próspera ciudad pagana en el año 415 d. C., pero desde hacía 15 de esos años se había convertido en una ciudad cada vez más dividida, con los judíos luchando en las calles con la nueva religión del cristianismo y los paganos y los cristianos trazando sus propias líneas de batalla.
Bajo el reinado de Teodosio I (del 379 al 395 d. C.) se prohibieron las prácticas paganas y se animó a los líderes cristianos a erradicar las influencias anticristianas y precristianas en sus comunidades. Los templos debían ser convertidos en iglesias o destruidos, los santuarios de credos rivales como el popular Culto de Antinoo corrían la misma suerte, y no se debía tolerar a quienes activamente predicaban y enseñaban principios paganos. En el año 391 d. C., el cristiano alejandrino Teófilo instituyó la política de Teodosio I en la ciudad y cerró los templos, lo que dio lugar a elevadas tensiones entre las comunidades pagana y cristiana.
Orestes y Cirilo
Estas tensiones quedaron reflejadas en la relación entre el prefecto pagano Orestes y el arzobispo cristiano Cirilo. Orestes intentaba mantener la paz en la ciudad mientras Cirilo alentaba a las turbas cristianas contra los judíos de Alejandría, saqueaba sus sinagogas y terminaba por expulsarlos de la ciudad. Una vez que los judíos desaparecieron más o menos, los cristianos dirigieron su atención a los paganos.
Orestes mantuvo su paganismo frente al cristianismo y cultivó una estrecha relación con Hipatia a la que Cirilo, quizá, culpó de la negativa de Orestes a someterse a la "verdadera" fe y hacerse cristiano. Las tensiones entre los dos hombres y sus partidarios fueron aumentando a medida que cada uno rechazaba los avances de reconciliación y paz del otro. Ambos estaban convencidos de sus propias verdades y se negaban a considerar las opiniones del otro. La diferencia entre ellos era que Orestes no tenía interés en dañar o matar a otros para promover su fe religiosa, mientras que Cirilo consideraba que la violencia estaba justificada para establecer un reino de Dios en la tierra.
Hipatia
El fanatismo de Cirilo, imitado por sus seguidores, acabaría provocando la tragedia de la muerte de Hipatia. Hipatia era popular entre paganos y cristianos, pero su insistencia en aplicar la razón y lo que hoy se llamaría el "método científico" a todas las cosas fomentó la creencia de Cirilo de que era una influencia peligrosa y una amenaza para el cristianismo. El erudito Magasarian comenta:
Hipatia era una mujer extraordinariamente dotada. Su ejemplo demuestra cómo todas las dificultades ceden ante una voluntad fuerte. Siendo una muchacha, excluida por las convenciones de la época de las actividades intelectuales, podría haber dado muchas razones para dejar la filosofía a mentes más fuertes y libres. Pero tenía una pasión irresistible por la vida de la mente que superó todos los obstáculos que interfirieron con su propósito. (4)
Según todos los indicios, Hipatia era una mujer hermosa, casta y brillante. Incluso sus detractores, y posteriormente los defensores de Cirilo, admitieron que era una filósofa virtuosa, sabia y noble. El historiador Will Durant la llama "la figura más interesante de la ciencia de esta época" y relata que "era tan aficionada a la filosofía que se detenía en las calles y explicaba, a quien se lo pedía, puntos difíciles de Platón o Aristóteles" (Durant, 122). Sin embargo, esta no es la única visión de la filósofa:
Y en aquellos días apareció en Alejandría una filósofa, una pagana llamada Hipatia, y se dedicó en todo momento a la magia, a los astrolabios y a los instrumentos de música, y engañó a mucha gente mediante artimañas satánicas. Y el gobernador de la ciudad [Orestes] la honró mucho, porque ella lo había seducido con su magia. Y dejó de asistir a la iglesia como había sido su costumbre... Y no solo hizo esto, sino que atrajo a muchos creyentes, y él mismo recibió a los incrédulos en su casa (Carlos, LXXXIV. 87-88).
No importó que este informe de magia y artimañas satánicas no fuera cierto, ni que Orestes fuera un pagano, no un cristiano, ni tampoco importó la nobleza y la virtud que poseía Hipatia. Un día, en el año 415 d. C., "cuando Hipatia regresaba a su casa, fue atacada [por una turba Cristiana], arrancada de su carruaje y arrastrada a una iglesia, donde fue desnudada y golpeada hasta la muerte con tejas, 'y mientras aún se retorcía débilmente, le sacaron los ojos'. Luego, orgásticamente, desgarraron su cuerpo miembro por miembro, sacaron sus restos destrozados de la iglesia y los quemaron" (Deakin en Science/Ockham).
Mangasarian añade:
Algunos historiadores afirman que los monjes le pidieron que besara la cruz, que se hiciera cristiana y que entrara en el convento, si quería que le perdonaran la vida. En cualquier caso, estos monjes, bajo la dirección de la mano derecha de San Cirilo, Pedro el Lector, la desnudaron vergonzosamente, y allí, cerca del altar y de la cruz, rasparon su carne temblorosa de sus huesos con conchas de ostras. El suelo de mármol de la iglesia quedó salpicado con su sangre caliente. El altar y la cruz también estaban salpicados, debido a la violencia con la que se desgarraron sus miembros, mientras que las manos de los monjes presentaban un espectáculo demasiado repugnante para describirlo. (8)
Las consecuencias
Durant, entre otros muchos estudiosos, señala cómo, tras su muerte, se produjo un importante éxodo de la ciudad. "Tras la muerte de Hipatia, los profesores paganos de filosofía buscaron seguridad en Atenas, donde la enseñanza no cristiana todavía era relativamente... libre" (Durant, 123). No solo los filósofos sino todos los intelectuales huyeron de la ciudad de Alejandría. Según algunas fuentes el Templo de Serapis fue destruido por completo en esta época (la destrucción del Serapeum había sido iniciada y llevada a cabo en gran parte por el tío de Cirilo, Teófilo, unos 25 años antes) y, con él, la Gran Biblioteca y la Universidad fueron quemadas con todos los pergaminos de las estanterías (Mangasarian).
Orestes se reconcilió con Cirilo y se convirtió al cristianismo, lo que puso fin a las luchas en las calles de Alejandría entre sus partidarios. El propio Cirilo nunca fue acusado del asesinato de Hipatia, aunque, según su apologista, Juan de Nikiu: "[Tras la muerte de Hipatia] todo el pueblo rodeó al patriarca Cirilo y lo llamó 'el nuevo Teófilo'; porque había destruido los últimos restos de idolatría en la ciudad" (Deakin en Science/Ockham). Cirilo acabó siendo santo y Alejandría se convirtió en un importante centro de la fe cristiana. Tal como dijo Durant: "el paso de la filosofía a la religión, de Platón a Cristo" fue completo. Al menos se puede estar seguro de que así sucedió en Alejandría tras la muerte de Hipatia.