Los cinco grandes reyes del periodo arcaico de Egipto

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Joshua J. Mark
por , traducido por Rosa Baranda
Publicado el 18 febrero 2016
Disponible en otros idiomas: inglés
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El Periodo arcaico de Egipto (3150-2613 a.C.) estableció las bases de lo que acabaría siendo una de las civilizaciones más impresionantes de la antigüedad. Excepto por Narmer y Djoser, se suele pasar por alto a los reyes de esta era, pero fueron responsables de algunos de los aspectos más definitorios de la cultura egipcia. Esto no quiere decir que el Periodo arcaico se haya ignorado por completo, solo que no suele recibir la clase de atención que se le presta a las eras posteriores de la historia egipcia. Una de las razones principales es la falta de fuentes. El Periodo arcaico es prehistórico: cualquier registro histórico sobre este tema es de siglos después. Por lo tanto, es difícil, especialmente durante la Dinastía II (en torno a 2890-2670 a.C.) establecer quién gobernó cuándo y cuáles fueron exactamente sus contribuciones. Los registros escritos, tales como la Cronología de Manetón, el Canon real de Turín o la Piedra de Palermo entre otros, se crearon mucho más tarde, y, tal y como escribe el egiptólogo James Henry Breasted:

De manera comparativa, pero hay muy poco de la civilización rica y productiva que perduró al menos durante cinco milenios antes de Cristo a orillas del bajo Nilo que haya sobrevivido en documentos escritos para la posteridad (43).

Identificar las contribuciones en la época prehistórica

Los registros contemporáneos del Periodo arcaico consisten en imágenes y, más adelante, en inscripciones en monumentos de piedra. En las estatuas y los proyectos arquitectónicos puede que encontremos el nombre del monarca, o al menos se pueden datar dentro de un periodo de tiempo; pero en general estas fechas son aproximaciones. Aun así, hay suficientes pruebas para poder hacer una lista de los reyes más importantes de este periodo en cuanto a los desarrollos más importantes en la cultura y la civilización. Estos gobernantes se conocían como reyes, no faraones: el título de "faraón" no aparece en Egipto hasta el periodo conocido como Imperio Nuevo (1570-1076 a.C.).

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Den
Den
Jaun R. Lazaro (CC BY)

Los gobernantes más importantes de esta era fueron Narmer y Den de la Dinastía I; Raneb y Peribsen de la Dinastía II y Djoser de la Dinastía III. También se podría incluir a Merneith, la primera gobernante femenina de Egipto durante la Dinastía I, quien le entregó a su hijo Den un país estable cuando este ascendió al trono. Sin embargo, no disponemos de ningún detalle de su reinado y no está claro qué cargo tuvo como gobernante. También se podría incluir a Nynetjer de la Dinastía II, que se cree que decretó que hombres y mujeres tendrían los mismos derechos y que puede que salvara al país de la hambruna al dividirlo en dos, pero estas afirmaciones se discuten y las pruebas no están claras.

LOS GOBERNANTES MÁS IMPORTANTES DEL PERIODO ARCAICO SON NARMER, DEN, RANEB, PERIBSEN Y ZÓSER.

Se podría incluir a los cuatro gobernantes de la Dinastía III por sus duraderas contribuciones, si estuviéramos seguros de quién hizo qué exactamente. Sekhemket, el segundo gobernante de la Dinastía III, se acredita desde hace mucho como el constructor de su Pirámide enterrada, y Khaba, el tercer rey, de la Pirámide de Capas, pero esta última también se ha atribuido a Huni, el último rey, y ya no se considera que la pirámide de Sekhemkhet se construyera para él, sino para su esposa. Distinguir sobre las personalidades reales para las que se construyó cada pirámide puede parecer algo trivial, pero no lo es. Cada tumba del antiguo Egipto se construía expresamente para su ocupante específico, por lo que establecer para quién se construyó la pirámide identifica fehacientemente la estructura y su importancia. Por tanto, Djoser se elige como el gobernante más importante de la Dinastía III porque su Pirámide escalonada de Saqqara es la primera pirámide que se conoce que se construyó en Egipto, y sin lugar a dudas se construyó para este rey como su hogar final.

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Los otros reyes se incluyen en esta lista por sus contribuciones, igual de importantes, a la cultura egipcia: Narmer unificó el Alto y el Bajo Egipto, Den es el primer gobernante representado con la corona dual de ambos reinos, Raneb vinculó el puesto de rey con los dioses (una práctica bien conocida de la época faraónica) y Peribsen incentivó la alfabetización. La primera frase completa del antiguo Egipto descubierta hasta ahora de hecho proviene de la tumba de Peribsen.

Según la cronología de Manetón, el primer rey de Egipto fue Menes, que unificó el Alto y el Bajo Egipto. Menes se ha acabado identificando tanto con Narmer (en torno a 3150 a.C.) como con su sucesor, Hor-Aha (en torno a 3100 a.C.). Es probable que "Menes" fuera un título (un honorífico que significa "el que aguanta"), no un nombre personal, por lo que en general se ha aceptado que Narmer fue el fundador de la Dinastía I de Egipto desde que el egiptólogo Flinders Petrie (1853-1942 a.C.) concluyera que Menes y Narmer eran la misma persona.

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Narmer

Narmer, probablemente de Thinis, se casó con la princesa Neithhotep de Naqada para formar una alianza que estrecharía los lazos entre ambas ciudades. Lideró expediciones militares por todo el Bajo Egipto para aplastar las rebeliones y expandió su territorio hasta Canaán y Nubia. Inició grandes proyectos de construcción y la urbanización aumentó durante su reinado. Las ciudades de Egipto nunca llegaron a alcanzar la magnitud de las de Mesopotamia, puede que debido a que los egipcios reconocieron los peligros que suponía tal desarrollo. Las ciudades de Mesopotamia se acabaron abandonando debido a uso excesivo de la tierra y la contaminación de las fuentes de agua, mientras que las ciudades egipcias como Xois, por elegir un ejemplo aleatorio, continuaron existiendo durante milenios. Aunque los desarrollos posteriores en la planificación urbana aseguraron la continuación de las ciudades, los primeros esfuerzos de reyes como Narmer habrían servido de modelo de base.

Narmer, Narmer Palette Detail
Narmer, detalle de la Paleta de Narmer
NebMaatRa (CC BY-SA)

A Narmer lo sucedió su hijo Hor-Aha en torno al 3100 a.C. (aunque hay quienes dicen que son la misma persona). Este continuó con la expansión militar de su padre y aumentó el comercio. Le interesaba especialmente la religión, y los conceptos de la otra vida y de la tumba de mastaba (una casa para los difuntos) se desarrollaron durante su reinado. Después de Hor-Aha vino su hijo Djer en torno a 3050 a.C., que continuó con las mismas políticas que sus predecesores. Su hijo, Djet (en torno a 3000) se casó con la princesa Merneith y, tras su muerte, se cree que fue ella la que se hizo con el control del país. No está claro si reinó como regente para su hijo Den o si reinó como reina, pero en cualquier caso su reinado sería el primero de una mujer en el antiguo Egipto.

Den

Su hijo, Den (en torno a 2900 a.C.), fue en sexto rey de la Dinastía I y está considerado como el más grande. Den reinaría durante 50 años en los que el país prosperó. Su reputación como rey efectivo proviene de las mejoras de la economía del país, las conquistas militares y la estabilidad de su reinado tal y como demuestran los ricos edificios y las complejas obras de arte. Den es el primer rey que aparece representado con las coronas del Alto y el Bajo Egipto, lo que indica claramente una nación unida bajo su mandato. Después de Den vendrían otros dos reyes, Anedjib y Semerkhet, que vivieron reinados difíciles marcados por la insurrección. La dinastía tocó a su fin con el reinado de Qa'a, cuyos sucesores se pelearon por el trono y fueron sometidos por Hetepsejemuy, que fundó la Dinastía II.

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Raneb

Raneb (también conocido como Nebra, en griego: Kaiekos) fue el segundo rey de la Dinastía II y posiblemente el hermano de Hetepsejemuy. Gobernó durante unos 15 años y puede que se hiciera con el poder mediante un golpe. Es el primer rey egipcio en añadir el nombre del dios sol, Ra, a su nombre, vinculando así directamente el título de rey, y así mismo, con los dioses. Esta práctica perduraría a lo largo de la historia de Egipto y acabaría definiendo el puesto de gobernante de Egipto. El gobernante como una divinidad viva, no un simple mortal, elevaba el estatus del cargo y unía al gobernante con el concepto cultural de la vida terrenal que refleja la eternidad. Este vínculo tendría consecuencias profundas en la cultura egipcia, porque no creían que el líder supremo, sencillamente, había sido elegido por los dioses, sino que él tenía la cualidad de divino, así que sus edictos eran necesariamente justos y buenos, por definición. Las prácticas religiosas se desarrollaron más durante el reinado de Raneb que lo que lo habían hechos desde el reinado de Hor-Aha. Las imágenes de la diosa Bastet (representada como un gato o como una mujer con cabeza de gato) aparecen por primera vez en esta época, y otros ejemplos de iconografía religiosa se hicieron más ubicuos, lo que habla de un gobernante más pacífico y productivo que su predecesor. Sin embargo, no hay ninguna certeza sobre este punto, y hay pruebas de que el país siguió sufriendo malestar social y rebeliones.

Bastet
Bastet
Trustees of the British Museum (Copyright)

Peribsen

Peribsen (también conocido como Set-Peribsen) fue el sexto gobernante de la Dinastía II y está considerado como un gobernante importante por los cambios culturales que se dieron durante su reinado, así como por su nombre, que sustituyó al dios Horus por su rival, Set. Horus el Joven era el hijo del dios Osiris que derrotó a Set, el hermano (y asesino) de Osiris, para restaurar el equilibrio en Egipto. Se ha sugerido que el hecho de que Peribsen adoptara el nombre de Set es indicativo de un cambio importante de perspectiva en la religión en Egipto en esta época. Sin embargo, dado que el nombre de Peribsen no aparece en ningún documento del Bajo Egipto, también se ha dicho que gobernó un país dividido y optó por distanciarse del Culto de Horus por razones políticas. Otra sugerencia dice que Peribsen fue el primer monoteísta (siglos antes que Akenatón), pero esta afirmación se ha desmentido en gran medida, ya que hay pruebas de la creencia en muchos dioses diferentes durante su reinado. Peribsen reorganizó la burocracia de Egipto e incentivó la alfabetización y la práctica religiosa. La primera frase completa en la historia egipcia data de su reinado y se encontró precisamente en su tumba. La frase dice: "El dorado, el de Ombos, unificó y entregó los dos reinos a su hijo, el rey del Alto y el Bajo Egipto, Peribsen". Según el erudito Marc Van de Mieroop, "las inscripciones anteriores, a menudo encontradas en sellos impresos en arcilla, eran secas y no ofrecían mucho más que los nombres y títulos de la gente (30)". Por su parte, la frase encontrada en la tumba de Peribsen establece claramente cómo el dios Set ("el de Ombos") legitimó el gobierno de Peribsen. El faraón Jasejemuy, el último rey de la Dinastía II y padre de Djoser, fue el sucesor de Peribsen.

Djoser

Djoser (en torno a 2670 a.C.; griego: Tosortros) fue el primer rey de la Dinastía III y gobernó más de 20 años. Gobernó un país estable, tal y como demuestra el lujo de poder dedicarse a varios proyectos de construcción. De hecho, Djoser construyó tantos monumentos, tumbas y templos que los eruditos afirman que más bien debió gobernar casi 30 años. La expansión militar a la región del Sinaí ocurrió durante su reinado y la industria y la tecnología prosperaron, así como las artes. Su visir, Imhotep, diseño su lugar de enterramiento en Saqqara: la gran Pirámide Escalonada por la que es conocido hoy en día. A su reinado le siguieron el Sekhemket, Khaba y Huni, el último rey del Periodo arcaico.

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Step Pyramid of Saqqara
Pirámide escalonada de Saqqara
Charlesjsharp (CC BY-SA)

La pirámide escalonada empezó como una simple mastaba con un techo plano y lados inclinados, siguiendo el modelo de muchas de las tumbas de las dinastías anteriores. Sin embargo, el arquitecto, Imhotep, tenía una idea más grandiosa en mente para el hogar eterno de su monarca. La pirámide escalonada consiste en una serie de mastabas apiladas una encima de otra, en la que cada nivel va reduciendo de tamaño para formar una pirámide. Las mastabas anteriores se habían construido con ladrillos de arcilla, pero la pirámide escalonada estaba compuesta de bloques de piedra en los que se tallaron imágenes de árboles (sagrados en Egipto por estar dedicados a los dioses) y juncos (que puede que simbolizaran el Campo de Juncos, el más allá egipcio). Una vez terminada, la pirámide escalonada se alzaba a 62 metros (204 pies) de altura y era la estructura más alta de la época. El recinto completo contaba con un templo, patios, santuarios y aposentos para los sacerdotes que abarcaba un área de 40 acres (16 hectáreas) y estaba rodeado por un muro de 10,5 metros (30 pies) de alto. Las cámaras propiamente dichas de la tumba se excavaron en la base de la pirámide como un laberinto de túneles con habitaciones y pasillos para disuadir a los ladrones y proteger el cuerpo y los bienes funerarios del rey. La pirámide escalonada es el primer intento conocido de los egipcios de crear el tipo de tumbas monumentales por las que es conocido el país. En su época era una atracción turística muy popular y sigue atrayendo visitantes de todo el mundo aún 4.000 años después.

Legado

Estos cinco reyes asentaron las bases para las generaciones futuras de reyes que añadieron sus propias contribuciones a la gran cultura de Egipto. El concepto de la ciudad se originó en Mesopotamia, pero se refinó en Egipto, así como la religión y el arte religioso, y la arquitectura después. De hecho, toda la arquitectura egipcia se inspiró en el entendimiento del cosmos y el lugar que ocupaban en él. El ejemplo más claro son las casas eternas de los faraones, las pirámides, pero todo templo, palacio o edificio administrativo también se construía pensando en la eternidad. La decisión de Raneb de unir el oficio de gobernante de Egipto con los dioses procedía naturalmente de la creencia cultural de que los dioses estaban cerca y que la vida de todos los egipcios no era más que una parte del viaje eterno. Como gobernante divino, el rey era el responsable de hacer que la parte terrenal de ese viaje fuera lo más agradable posible. El éxito de estos cinco gobernantes ha sido tema de debate, pero no cabe duda de que Narmer, Den, Raneb, Peribsen y Djoser establecieron el estándar que los monarcas egipcios posteriores tendrían que cumplir y exceder.

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Bibliografía

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Sobre el traductor

Rosa Baranda
Traductora de inglés y francés a español. Muy interesada en la historia, especialmente en la antigua Grecia y Egipto. Actualmente trabaja escribiendo subtítulos para clases en línea y traduciendo textos de historia y filosofía, entre otras cosas.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2016, febrero 18). Los cinco grandes reyes del periodo arcaico de Egipto [The Five Great Kings of Egypt's Early Dynastic Period]. (R. Baranda, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-860/los-cinco-grandes-reyes-del-periodo-arcaico-de-egi/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Los cinco grandes reyes del periodo arcaico de Egipto." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. Última modificación febrero 18, 2016. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-860/los-cinco-grandes-reyes-del-periodo-arcaico-de-egi/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Los cinco grandes reyes del periodo arcaico de Egipto." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 18 feb 2016. Web. 21 nov 2024.

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