La cerámica de la civilización nazca, que floreció en el antiguo Perú entre el 200 a.C. y el 600 d.C., está entre la producción artística más distintiva de cualquier civilización de la antigüedad. Por la inventiva sin fin tanto en su forma como en su uso de colores fuertes y diseños decorativos llamativos, los artículos de cerámica de los nazca se reconocen al instante. La facilidad de identificarla es sin duda debido a que, en un cultura sin escritura, los diseños en recipientes cerámicos eran una forma importante de comunicar ideas compartidas y prácticas religiosas. Así, más allá del uso cotidiano, los nazca crearon recipientes para usos rituales, ofrendas mortuorias, y decoración pura. Los ceramistas nazca, aunque empleaban técnicas muy simples, eran técnicamente diestros y su cerámica presenta el mayor abanico de colores encontrado en cualquier cerámica antigua americana.
Formas
La cerámica nazca, hecha donde no se conocía el torno, se hacía a mano, principalmente siguiendo el método de urdido, por el que un "churro"de arcilla se envolvía alrededor de una base para construir el recipiente. Los alfareros usaban una placa giratoria, pero era para ir girándolo lentamente a mano durante el proceso de decoración. Los lados del recipiente (por dentro y por fuera) se afinaban y alisaban a mano o con una piedra plana según se deseara. Las vasijas eran de paredes delgadas y podían tomar una gran variedad de formas. Las formas distintivas incluyen las vasijas de doble vertiente con una sola manija, y generalmente recipientes bulbosos sin un fondo plano o base. Los cuencos, los vasos, las jarras simples y en forma de efigie también eran comunes. También había vasijas con forma de cabeza humana, sin duda inspiradas por la práctica nazca de tomar cabezas a modo de trofeo luego de las batallas. La forma de la greca escalonada tridimensional es única de los nazca. Además de los recipientes, también producían efigies, tambores, flautas de pan, y máscaras de cerámica, típicamente para enterramientos con los difuntos.
Diseños decorativos
Debido a la influencia de los diseños anteriores de los paracas, las vasijas de cerámica nazca se decoraban con una combinación (antes de cocerse) para producir una amplia gama de patrones de acabados vivos. El arte nazca nunca representa personas reales ni acontecimientos específicos. En vez de eso, la cerámica se decora con una variedad infinita de imágenes inespecíficas de dioses, gente (abstracta, más mujeres que hombres, y más a menudo sólo caras), imágenes chamánicas en varias etapas de transformación antropomórfica, crustáceos, orcas, cóndores y otras aves depredadoras, monos, lagartos, insectos, cabezas trofeos, víctimas decapitadas y criaturas míticas de transformación, especialmente felinos que están muy estilizados pero casi siempre son reconocibles gracias a sus bocas con mostachos. Los ojos curiosos, que se lograban pintando todo el iris alrededor de la pupila en blanco puro, son otro rasgo típico andino, que muchos expertos creen que representa un estado de trance inducido por drogas. A veces, el ombligo de las figuras se representa como un ojo y podría también representar una unión chamánica de los sentidos. En los primeros recipientes las plantas y las frutas eran otro tema popular e indican su importancia para esta sociedad agrícola.
Los nazca no siguieron sin más las tradiciones de sus predecesores, sino que, con el tiempo fueron creando su propio estilo único y unos diseños que evolucionaron desde lo naturalista a lo muy ornamentado y luego, en sus etapas finales, a formas muye abstractas y a un tipo de taquigrafía de artista. Los colores son vivos y se realzan con contornos gruesos en negro. A menudo el diseño cubre el recipiente entero, lo que produce una envoltura de efecto tridimensional, incluso una narrativa, por ejemplo, con escenas de batalla. Los diseños a veces también se valen de los contornos del receptáculo, por ejemplo, una nariz en una parte protuberante. La parte inferior del cuerpo rara vez se representa y pr lo general se une con la parte inferior más redondeada de la forma del recipiente en sí. Los diseños pueden incluso solaparse uno a otro para crear la ilusión de espacio y profundidad.
Los colores favoritos eran el marrón, el púrpura claro, y el azul grisáceo, aunque de hecho se usaba un gama de colores más amplia que en cualquier otra cultura andina antigua. Hastas 12 de los colores se hacían mezclando agua con pigmentos minerales tales como manganeso para el negro y óxido de hierro para los rojos. El fondo usualmente era en blanco, marrón, rojo, o negro. Los colores no solían usarse para representar objetos tal como aparecían en realidad sino que normalmente se usaban acorde a un conjunto de convenciones artísticas. El delineado de figuras y áreas de color con una línea negra que nunca varía en espesor es otra característica y otro ejemplo del gusto nazca por el diseño de líneas. Una vez cocida la pieza, un pulido final daba a los colores un brillo lustroso.
Legado
La cerámica nazca tardía tiene una decoración cada vez más abstracta. Los chamanes, en particular, están representados con máscaras con muchas protuberancias y las partes del cuerpo se deshacen en líneas y formas abstractas, con las que ahora la figura es difícil de identificar. Este esfuerzo por capturar el proceso de cambio durante los rituales chamánicos es conocido como el Estilo de Innovación Bizarro, e influiría en las culturas posteriores, a medida que el arte de las Américas se iba haciendo cada vez más abstracto. La civilización nazca fue conquistada por los wari, pero su influencia artística en sus sucesores sería transmitida de nuevo a la civilización Inca asegurándose así de que al menos su arte perduraba. Los artistas nazca también trabajaban los metales preciosos, pero el hecho de que valoraran tanto la cerámica, el mejor superviviente arqueológico, como una forma de arte ha significado que su trabajo destacado se haya preservado para la posteridad.