Los fenicios: expertos marineros

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Mark Cartwright
por , traducido por Rosa Baranda
Publicado el 28 abril 2016
Disponible en otros idiomas: inglés, francés, italiano, polaco
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Llevados por su deseo de comerciar y de adquirir tales lujos como la plata española, el oro africano y el estaño de las islas Sorlingas, los fenicios navegaron a lo largo y a lo ancho, aventurándose incluso más allá de los límites seguros tradicionales del Mediterráneo, rebasando las Columnas de Hércules y adentrándose en el Atlántico. Se les atribuyen muchos importantes inventos náuticos, y afianzaron su reputación como los mejores marinos de la antigüedad. Los barcos fenicios aparecían representados en el arte de sus vecinos, y su buen arte para la navegación se alaba por encima de cualquier otro en las obras de escritores de la antigüedad de la talla de Homero o Heródoto. Si una nación pudiera reclamar el título de señora de los mares, esa sería la fenicia.

Phoenician Small Ship
Pequeña nave fenicia
Marie-Lan Nguyen (Public Domain)

Abandonar la patria

Los fenicios se hicieron marineros en primer lugar por la topografía de su tierra natal, una estrecha franja de tierra montañosa en la costa del Levante. Viajar de un asentamiento a otro, a menudo situados en penínsulas rocosas, era mucho más fácil por mar, especialmente si llevaban cargamentos pesados, como los troncos de cedro por los que son conocidos. Es precisamente gracias a esta misma madera que a los fenicios nunca les faltaron las materias primas necesarias para construir sus barcos. Los fenicios también preferían la seguridad de los islotes pequeños frente a la costa, cuyo ejemplo clásico es la espléndida ciudad de Tiro, por lo que los barcos eran la forma de transporte más práctica.

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RODEADOS COMO ESTABAN DE MONTAÑAS, LLEGADO EL MOMENTO, LA DIRECCIÓN NATURAL DE LA EXPANSIÓN FENICIA NO FUE HACIA EL INTERIOR, SINO MAR ADENTRO.

Rodeados como estaban de montañas, llegado el momento de expandirse, puede que a partir del siglo XII a.C., la dirección natural a tomar no fue hacia el interior, sino mar adentro. Como resultado de esta búsqueda de recursos nuevos como oro y estaño, los fenicios se convirtieron en marineros diestros, creando una red comercial sin precedentes que cubría Chipre, Rodas, las islas del Egeo, Egipto, Sicilia, Malta, Cerdeña, Italia central, Francia, el norte de África, Ibiza, España e incluso más allá de las Columnas de Hércules y los límites del Mediterráneo. Con el tiempo, esta red se transformó en un imperio de colonias de manera que los fenicios estaban por todos los mares y ganaron confianza para llegar a lugares tan alejados como Gran Bretaña y la costa Atlántica de África.

Los barcos fenicios

Los fenicios eran famosos en la antigüedad por su habilidad en la construcción naval, y se les atribuía la invención de la quilla, el espolón y el calafateado entre las tablas. Gracias a los relieves asirios tallados en Nínive y Khorsabad, y a las descripciones en textos como el libro de Ezequiel de la Biblia, sabemos que los fenicios tenían tres tipos de barcos. Los barcos de guerra tenían una popa convexa y se impulsaban con una vela cuadrada de un solo mástil y dos hileras de remos (o birreme), tenían una cubierta y llevaban un espolón en la parte inferior de la proa.

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El segundo tipo de barco estaba dedicado al transporte y el comercio. Eran parecidos al primer tipo, pero tenían cascos amplios y abultados por lo que eran mucho más pesados. Puede que también tuvieran lados más altos para poder apilar el cargamento en cubierta además de en bodega, y tanto la proa como la popa eran convexas. La capacidad de carga era alrededor de 450 toneladas. Una flota podía constar de hasta 50 naves cargueras, y tales flotas aparecen representadas en relieves escoltadas por varios barcos de guerra.

Phoenician-Punic Ship
Barco fenicio-púnico
NMB (CC BY-SA)

Un tercer tipo de nave, usado también para el comercio, era mucho más pequeño que los otros dos, tenía una cabeza de caballo en la proa y una sola hilera de remos. Debido a su tamaño, este barco solo se usaba para la pesca costera y los viajes cortos. Los arqueólogos marinos no han conseguido rescatar ningún barco fenicio intacto, pero a juzgar por las pruebas pictóricas, habría sido difícil pilotar estos barcos. También cabe notar que cuantos más remeros había en un barco, menos sitio había para el cargamento. Por esta razón, se conseguía una mayor maniobrabilidad ajustando la vela cuando era necesario y usando una vela doble.

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Los barcos de la antigüedad no eran nada fáciles de manejar, pero los fenicios eran conocidos como los mejores navegantes. Heródoto describe un episodio durante la época previa a la segunda invasión persa de Grecia en 480 a.C., bajo el mando de Jerjes. El rey persa quería poner a prueba su flota multinacional, así que organizó una carrera naval, que ganaron los marineros de Sidón. Heródoto también menciona que Jerjes siempre se aseguraba de viajar en un barco fenicio cuando tenía que ir por mar a cualquier sitio.

La navegación

Los fenicios no tenían brújula ni ningún otro instrumento de navegación, así que dependían de las características naturales de las costas, las estrellas y la navegación por estima para guiarse y llegar a destino. La estrella más importante para ellos era la Estrella polar de la constelación de la Osa Menor, y a modo de cumplido de su destreza náutica, el nombre griego de este grupo era Phoenike, fenicio. Se sabe que existían algunos mapas de tramos costeros, pero es poco probable que se usaran en los viajes. En vez de eso, la navegación se hacía mediante la posición de las estrellas, el sol, los puntos de referencia terrestres, la dirección del viento, y la experiencia que tuviera el capitán con las mareas, las corrientes y los vientos en cualquier ruta específica. Cerca de la costa, Heródoto menciona el uso de sondas para medir la profundidad del mar, y sabemos que los barcos fenicios tenían un puesto de vigía para una visibilidad mejor.

Durante mucho tiempo los historiadores pensaron que los fenicios navegaban solo durante el día, ya que tenían que mantenerse cerca de la costa para mantener a la vista los puntos de referencia; así que por la noche tenían que atracar o echar el ancla, lo que explicaba la proximidad de algunas colonias fenicias, a un día de navegación unas de otras. Esta idea simplista se ha replanteado recientemente. Para empezar, la costa mediterránea, a menudo montañosa, implica que se puede navegar a gran distancia de tierra sin perder de vista los puntos de referencia, una estrategia que siguen usando hoy en día muchos pescadores locales. De hecho, las áreas del mar desde las que no se puede ver tierra son notablemente escasas en el Mediterráneo, además de ser lugares que los marineros de la antigüedad no habrían tenido ningún interés en cruzar. Aparte de eso, navegar cerca de la costa puede ser de hecho más peligroso que en altamar, donde no hay rocas y corrientes impredecibles.

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Greek and Phoenician Colonization
Colonización griega y fenicia
Kelly Macquire (CC BY-NC-SA)

Esta idea tradicional tampoco tiene en cuenta que los fenicios usaban la observación astronómica por la noche. Además, muchos asentamientos fenicios estaban o bien mucho más cerca que un día de navegación, o mucho más lejos; por ejemplo, Ibiza está a 65 millas en recto desde Iberia. Lo mismo puede decirse de Cerdeña y Sicilia, y también hay indicios de que los fenicios usaban pequeñas islas aún más remotas para hacer paradas. Por lo tanto, parece razonable asumir que los navegantes fenicios, por lo menos cuando había buen tiempo, habrían elegido la ruta directa más corta entre dos puntos y no habrían ido necesariamente pegados a la costa o hecho paradas cada noche tanto como se había pensado previamente. Parece ser que debiéramos dar más crédito a la exactitud de los viajes sin escalas descritos tanto por Hesíodo como por Homero. Es verdad que cuando hay niebla o lluvia los puntos de referencia y las estrellas se vuelven inútiles, pero probablemente sea por eso que la temporada de navegación fenicia se limitaba al periodo de finales de primavera a principios de otoño, cuando el clima del Mediterráneo es sorprendentemente estable.

Las rutas marítimas

Tanto Heródoto como Tucídides están de acuerdo en que la velocidad media de un barco de la antigüedad era de unas 6 millas por hora, y por tanto, teniendo en cuenta las escalas para descansar, por mal tiempo, etc., habría llevado, por ejemplo, 15 días navegar (y a veces remar) de Grecia a Sicilia. Coleo navegó de Samos a Gadir (Cádiz), una distancia de 2.000 millas, en el siglo VII a.C., lo que le habría llevado unos 60 días. Por tanto, en los viajes largos a menudo habría sido necesario hacer una escala de invierno para continuar después en la siguiente temporada de navegación. Heródoto menciona este hecho, e incluso describe cómo los marineros podían cultivar su propio trigo mientras esperaban. Así que ir de una punta del mundo fenicio a la otra, de Tiro a Gadir (más de 1.600 millas), podría haber llevado 90 días, o toda la estación de navegación; el barco habría dejado su cargamento y se habría vuelto a cargar, para hacer el viaje de vuelta al año siguiente.

Phoenician Trade Network
Red de las rutas comerciales fenicias
Akigka (CC BY-SA)

Mucho se han discutido las rutas reales utilizadas por los fenicios, pero si asumimos que las corrientes del Mediterráneo no han cambiado desde la antigüedad, entonces parece probable que los navegantes de entonces aprovecharan las corrientes de larga distancia que usan los marineros actuales. Por lo tanto, la ruta hacia oeste probablemente pasaba por Chipre, la costa de Anatolia, Rodas, Malta, Sicilia, Cerdeña, Ibiza y a lo largo de la costa meridional de España hasta Gadir y su plata abundante. El viaje de regreso al hogar se habría beneficiado de la corriente que corre de vuelta por mitad del Mediterráneo. Esto nos da dos posibles rutas: a Ibiza y después a Cerdeña, o a Cartago en la costa norte de África y después o bien a Cerdeña o directamente a Malta, y después, Fenicia. No es sorprendente que en cada una de estas escalas estratégicas los fenicios crearan colonias que en la práctica eliminaron, por lo menos durante unos siglos, a otras culturas rivales de comerciantes como la griega.

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Viajes célebres

Según Heródoto, los fenicios consiguieron dar la vuelta a África en un viaje de en torno a 600 a.C. patrocinado por el faraón egipcio Necao. Partiendo del mar Rojo, pusieron rumbo al oeste en un periplo que llevó tres años. Se decía que los navegantes de la colonia fenicia más próspera, Cartago, habían viajado a la antigua Gran Bretaña en una expedición comandada por Himilcón en torno a 450 a.C. Otra célebre travesía cartaginesa, esta vez comandada por Hannón en torno a 425 a.C., bajó por la costa atlántica de África hasta el moderno Camerún o Gabón. Este viaje, cuyo propósito era fundar colonias nuevas y encontrar recursos nuevos y bienes de valor (especialmente oro), quedó recogido en una estela del templo de Baal Hammon en Cartago. En esta historia, Hannón describe el encuentro con tribus salvajes, volcanes y animales exóticos, como gorilas.

Los fenicios no se limitaron al Mediterráneo y el Atlántico, y también se aventuraron por el mar Rojo y puede que hasta el océano Índico. El libro de Reyes I de la Biblia describe una expedición fenicia en el siglo X a.C. a una tierra nueva llamada Ofir para adquirir oro, plata, marfil y piedras preciosas. Se desconoce la localización de Ofir, pero se ha considerado que puede estar en Sudán, Somalia, Yemen o incluso en una isla del océano Índico. Los barcos de esta flota fueron construidos en Ezióngeber en la costa del mar Rojo y financiados por el rey Salomón. La enorme distancia recorrida queda sugerida por la descripción que dice que esta expedición no se repetía más que cada tres años.

El historiador de la antigüedad, Diodoro, afirma que los fenicios llegaron a las islas atlánticas de Madeira, las Canarias y las Azores. Sin embargo, no hay ninguna prueba arqueológica de un contacto fenicio directo, tan solo el descubrimiento, en 1749, de ocho monedas cartaginesas datadas del siglo III a.C. Tan solo podemos especular sobre la manera en que llegaron hasta allí.

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Bibliografía

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Sobre el traductor

Rosa Baranda
Traductora de inglés y francés a español. Muy interesada en la historia, especialmente en la antigua Grecia y Egipto. Actualmente trabaja escribiendo subtítulos para clases en línea y traduciendo textos de historia y filosofía, entre otras cosas.

Sobre el autor

Mark Cartwright
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.

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Cartwright, M. (2016, abril 28). Los fenicios: expertos marineros [The Phoenicians - Master Mariners]. (R. Baranda, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-897/los-fenicios-expertos-marineros/

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Cartwright, Mark. "Los fenicios: expertos marineros." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. Última modificación abril 28, 2016. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-897/los-fenicios-expertos-marineros/.

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Cartwright, Mark. "Los fenicios: expertos marineros." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 28 abr 2016. Web. 20 nov 2024.

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