Sociedad cartaginesa

10 días restantes

Invertir en la enseñanza de la Historia

Al apoyar a nuestra fundación benéfica World History Foundation, está invirtiendo en el futuro de la enseñanza de la historia. Tu donación nos ayuda a dotar a la próxima generación de los conocimientos y habilidades que necesitan para comprender el mundo que les rodea. Ayúdanos a empezar el nuevo año dispuestos a publicar más información histórica fiable y gratuita para todos.
$3081 / $10000

Artículo

Mark Cartwright
por , traducido por Emiliano S. Grill
Publicado el 16 junio 2016
Disponible en otros idiomas: inglés, francés
Escucha este artículo
X
Imprimir artículo

La sociedad de Cartago estaba dominada por una clase aristocrática comerciante que ocupaba todos los cargos políticos y religiosos importantes, pero por debajo de este estrato había una mezcla cosmopolita de artesanos, trabajadores, mercenarios, esclavos y extranjeros de todo el Mediterráneo. En su apogeo, la ciudad contaba con unos 400.000 habitantes, y la mezcla internacional de habilidades y culturas era una receta para el éxito que llevó a los escritores romanos a describir Cartago como la ciudad más rica del mundo. Desgraciadamente para la posteridad, cuando Cartago fue destruida por los romanos también lo fue su historia en muchos aspectos, y los detalles sobre el funcionamiento de la sociedad cartaginesa, las relaciones entre clases y el papel de las mujeres en particular siguen siendo frustrantemente vagos. Sin embargo, las descripciones de los autores romanos y las inscripciones que se conservan de las estelas púnicas ayudan a reconstruir al menos una imagen parcial de la composición social de una de las culturas más importantes del Mediterráneo antiguo.

Phoenician/Punic Necklace with Amulets
Collar fenicio/púnico con amuletos
Carole Raddato (CC BY-NC-SA)

Aristocracia

La aristocracia de Cartago no se basaba, como en muchas otras sociedades antiguas, en la propiedad de la tierra, sino en la riqueza pura y simple. Sin duda, había grandes terratenientes en las regiones cartaginesas más allá de la ciudad propiamente dicha, pero poseer tierras no era el pasaje exclusivo al poder que era en otras culturas antiguas. Esto significaba que los individuos emprendedores, capaces de explotar las condiciones del mercado de la ciudad, donde los bienes se importaban, exportaban y fabricaban o cultivaban in situ, o aquellos que eran capaces de financiar sus propias expediciones comerciales privadas a tierras tan ricas en oportunidades como Sicilia y España, podían llegar a lo más alto de la sociedad y la política. De hecho, esta fue una crítica de Aristóteles al hablar de Cartago: que tal preocupación por la riqueza conduciría inevitablemente a una oligarquía egoísta que dominaría la sociedad.

Eliminar publicidad
Publicidad

Los cargos más importantes del gobierno cartaginés, como el Senado y sus comités, no tenían salario, por lo que, necesariamente, solo aquellos con ingresos privados podían permitirse ocupar un cargo público. No obstante, el acceso a la élite estaba abierto a cualquiera que pudiera adquirir los medios económicos necesarios. Cabe señalar, sin embargo, que los cartagineses respetaban mucho la genealogía y que los líderes políticos aparecían a menudo registrados no solo con sus nombres, sino también con los de varias generaciones anteriores. Esto sugiere que un puñado de familias que podían rastrear su linaje hasta la fundación de la ciudad y los colonizadores originales de Tiro tenían una clara ventaja a la hora de presentarse a cargos públicos.

La sociedad cartaginesa se componía de una mezcla ecléctica de ciudadanos nativos, norteafricanos, etruscos, íberos y griegos que trabajaban como artesanos, obreros, soldados, comerciantes y esclavos.

Sacerdotes

La élite dominaba también los cargos religiosos de Cartago. El jefe de los sacerdotes (rb khnm) era también miembro del Senado y del influyente Consejo de los 104. Un comité de diez senadores era responsable de los asuntos religiosos del estado. Los sacerdotes gozaban de un estatus elevado, ya que realizaban rituales y sacrificios (tanto animales como humanos) en honor de los dioses púnicos. De vida austera y con la cabeza afeitada, la mayoría de sus cargos eran hereditarios. Las inscripciones nos informan de que un sacerdote principal era responsable de un templo concreto y estaba asistido por una categoría inferior de sacerdotes (khnm). Había sacerdotisas, pero, una vez más, se desconocen los detalles de la iniciación y los deberes de la clase sacerdotal. Es posible que los sacerdotes controlaran la educación, de la que sabemos muy poco, y también las bibliotecas que sabemos que existían en la época de la destrucción de Cartago en 146 a.C.

Eliminar publicidad
Publicidad

Corbita Sailing
Corbita navegando
Jan van der Crabben (CC BY-NC-SA)

Ciudadanos

La ciudadanía estaba reservada a los varones autóctonos de Cartago y daba derecho a participar en la asamblea popular de la ciudad. En ella se debatían los asuntos del día y se aprobaban, o a veces incluso rechazaban, las propuestas del Senado. En la práctica, es discutible cuántos ciudadanos de a pie podían permitirse el lujo de no trabajar y participar en política, e incluso es posible que existiera un requisito mínimo de riqueza. Los ciudadanos se organizaban en asociaciones (mizrehim) o clubes familiares que se distinguían entre sí por su devoción a un dios concreto, por la profesión de sus miembros o, incluso, por estar formados por aquellos que habían luchado juntos en batalla. Estos miembros se reunían a menudo para compartir banquetes.

A diferencia de las ciudades-estado griegas, la mayoría de los ciudadanos no estaban obligados a cumplir el servicio militar ni en tiempos de paz ni de guerra. Había un pequeño ejército cartaginés de élite conocido como la Legión Sagrada y compuesto por 2.000 hoplitas, pero la mayoría de las necesidades militares de la ciudad se cubrían con ejércitos mercenarios. Esto fue posible en gran medida porque durante gran parte de su historia, Cartago solo libró batallas en territorio extranjero y la propia ciudad nunca se vio amenazada hasta que Agatocles desembarcó un ejército en el 310 a.C. y las invasiones romanas de la segunda y tercera guerras púnicas. No está claro si los ciudadanos de Cartago estaban obligados a pagar impuestos, tal era la enorme renta extraída de los territorios conquistados. La prolongada prosperidad de la ciudad durante gran parte de su historia, basada en el trabajo de otros, fue probablemente la razón más importante por la que los ciudadanos de Cartago aceptaron ser gobernados por una élite aristocrática. La ausencia de un gran ejército ciudadano que hubiera elevado la conciencia política colectiva de los ciudadanos en otros estados, como los griegos, fue quizá otra de las razones de la aparente falta de interés de los cartagineses por el poder político.

Eliminar publicidad
Publicidad

Punic Stele with Goddess Tanit
Estela púnica con la diosa Tanit
Carole Raddato (CC BY-NC-SA)

Mujeres

A pesar de la importancia de diosas como Tanit/Astarté en la religión cartaginesa y del mito de la fundación de la ciudad por la reina Dido (Elisa), a las mujeres no se les concedía la ciudadanía y, por tanto, no podían participar en la vida política de la ciudad. De hecho, apenas aparecen en el ya de por sí empobrecido registro histórico de Cartago. Algunos nombres de mujeres aparecen inscritos en dedicatorias religiosas en las que se hace referencia a ellas con el nombre de su marido o de su padre. Algunas dedicatorias llevaban conjuntamente los nombres del padre y de la hija. Estas convenciones confirman que Cartago, como la mayoría de las sociedades antiguas, era una sociedad dominada por los hombres en todos los aspectos.

Artesanos

Los cartagineses no se limitaban a ser intermediarios comerciales, sino que producían sus propios productos manufacturados, por lo que la ciudad contaba con un gran número de talleres de alfarería, vidrio y metal (que producían armas, joyas y artículos de uso cotidiano), tintoreros, carpinteros y trabajadores de la construcción. Los talleres más grandes empleaban tanto a ciudadanos como a esclavos. Los artesanos vivían en zonas específicas: los alfareros y los trabajadores del metal se congregaban fuera de las murallas de la ciudad, al sur, y a lo largo del lago de Túnez, por ejemplo. Los artesanos también formaban gremios y aportaban dinero colectivamente para mejorar y mantener su zona de la ciudad.

Phoenician-Punic Grinning Mask
Máscara sonriente fenicio-púnica
Carole Raddato (CC BY-NC-SA)

Los estibadores, porteros y marineros eran trabajadores menos cualificados pero no menos importantes para la industria de la ciudad. Como en cualquier gran ciudad, existían todas las profesiones necesarias para una población próspera con dinero para gastar: maestros, médicos, arquitectos, cocineros, tenderos, zapateros, pescadores, escribas, constructores de carros, etc. También había artistas que producían orfebrería, esculturas y cristalería fina. Muchas de estas profesiones se mencionan en las estelas púnicas. En esta clase trabajaban mujeres, esclavos, extranjeros y ciudadanos varones. Vivían en las grandes zonas residenciales de la ciudad, en casas modestas construidas con ladrillos de adobe, algunas incluso de varios pisos (hasta seis) para alojar a varias familias. Las construcciones más antiguas datan del siglo VII a.C., lo que ilustra la prosperidad y el auge demográfico de Cartago en los primeros años de su historia.

Eliminar publicidad
Publicidad

Extranjeros

Los extranjeros de la ciudad procedían de la ciudad fundadora de Tiro, en Fenicia, y de las zonas conquistadas del norte de África (especialmente Libia y Numidia), España, Italia y Cerdeña. También sabemos que Cartago contaba con una importante comunidad griega en el siglo IV a.C. La presencia de intérpretes profesionales, tal y como se menciona en las estelas, es una prueba del carácter cosmopolita de Cartago. Es posible que los ciudadanos de las ciudades-estado aliadas y los de Sidón y Tiro tuvieran ciertos privilegios por encima de los de otros extranjeros, y habrían disfrutado de la igualdad ante la ley, o incluso del estatus político, de los ciudadanos de Cartago propiamente dichos.

The Western Mediterranean 264 BCE
El Mediterráneo occidental, 264 a.C.
Jon Platek (CC BY-SA)

Esclavos

Los esclavos procedían de pueblos conquistados o traídos de los mercados de esclavos y se utilizaban para todo tipo de tareas, profesionales o serviles, en la ciudad y en el campo, así como en la armada cartaginesa durante las guerras púnicas. El número de esclavos en Cartago solo puede calcularse de forma aproximada, ya que los ciudadanos ricos tenían muchos y los pobres probablemente ni uno. No hay pruebas de que un ciudadano de Cartago se convirtiera en esclavo, pero, al igual que en Roma, esto podía ocurrir si una persona no podía pagar sus deudas o si unos padres pobres vendían a sus hijos, como ocurría a veces. Hubo casos de esclavos que se convirtieron en libres, aunque es poco probable que su nuevo estatus les otorgara los mismos derechos que a los ciudadanos de a pie. No se sabe cómo se conseguía.

Las inscripciones revelan que la relación entre esclavos y propietarios no siempre era negativa. Hay casos de esclavos a los que se permitía dirigir negocios para su amo con relativa autonomía y de esclavos que volvían a trabajar para su antiguo amo después de haber obtenido la libertad (aunque esto podía ser una obligación legal). Una inscripción concreta, en la que se señala que un esclavo pagaba su propia dedicación en un templo, implica que algunos esclavos, al menos, podían acumular su propio dinero gracias a sus actividades. Aparte de dos revueltas de esclavos a principios y mediados del siglo IV a.C., cuando los esclavos se unieron a los rebeldes libios y luego al líder cartaginés Hannón en levantamientos más amplios, no se menciona ningún otro disturbio a lo largo de los siglos. Su lealtad, más bien, fue esperada y recibida en tiempos de extrema tensión durante la segunda guerra púnica y el asedio de Cartago en la tercera guerra púnica, cuando se concedió la libertad a los esclavos a cambio de servicio militar.

Eliminar publicidad
Publicidad

Eliminar publicidad
Publicidad

Sobre el traductor

Emiliano S. Grill
Nacido y criado en Uruguay, Emiliano es un traductor, subtitulador y aficionado a la historia. Le apasionan los idiomas, la lectura y la escritura.

Sobre el autor

Mark Cartwright
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.

Cita este trabajo

Estilo APA

Cartwright, M. (2016, junio 16). Sociedad cartaginesa [Carthaginian Society]. (E. S. Grill, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-908/sociedad-cartaginesa/

Estilo Chicago

Cartwright, Mark. "Sociedad cartaginesa." Traducido por Emiliano S. Grill. World History Encyclopedia. Última modificación junio 16, 2016. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-908/sociedad-cartaginesa/.

Estilo MLA

Cartwright, Mark. "Sociedad cartaginesa." Traducido por Emiliano S. Grill. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 16 jun 2016. Web. 21 dic 2024.

Afiliación