Tiberio fue emperador romano desde el 14 al 37 EC. Tiberio, el hijo adoptivo del emperador romano César Augusto, nunca aspiró a seguir el camino de su padrastro - ese camino fue elegido por madre dominante, Livia. Su reinado de 23 años como emperador lo vería alejado de su controladora madre y viviendo en un exilio autoimpuesto de los deberes de administrar un imperio.
En el 42 AEC, Tiberio Claudio Nerón y su esposa Livia Drusila dieron la bienvenida al nacimiento de un hijo, Tiberio Julio César. El matrimonio fue difícil: la familia se vio obligada a vivir temporalmente en exilio debido a las opiniones anti-Augusto del padre de Tiberio. El historiador Suetonio escribe en su Vida de los Doce Césares, "Su niñez y juventud estuvieron plagadas de privaciones y dificultades porque Nerón (su padre) y Livia lo llevaron a dondequiera que fueran en su huida de Augusto". Cuando el joven Tiberio casi tenía cuatro años, sus padres se divorciaron (Nerón moriría seis años más tarde), y su madre fijó su mirada en otro esposo y padre para su hijo - y quien mejor que, el una vez enemigo de su exesposo, Augusto.
En el 39 AEC, Livia cumplió su deseo cuando ella y Augusto se casaron. El matrimonio presentó una oportunidad para Tiberio para estar en la línea de una posible sucesión al trono imperial, pero al momento del matrimonio, no era ni el favorito de Augusto ni el siguiente en línea. Augusto había preparado a sus dos nietos, Cayo César y Lucio César, de su problemática hija Julia (su madre era la esposa número dos, Escribonia) para sucederlo. Sin embargo, más tarde, para asegurar una posible ascensión al trono imperial, Tiberio fue obligado a divorciar (a órdenes de Augusto) a su amada y embarazada esposa Vipsania Agripa (hija del almirante Marco Agripa) y, en el 12 AEC, casarse con la recientemente enviudada Julia.
Tiberio detestaba a su nueva esposa, pero, afortunadamente para él, su reputación (entre otras cosas, una adúltera) forzó a Augusto a exiliarla, aun cuando Tiberio había apelado, sin éxito, a Augusto en su nombre. Murió por hambre en el 14 EC. Si bien Tiberio no lamentó la muerte de Julia, pareció aún menos entusiasta cuando los dos hijos de Julia murieron; Cayo en batalla y Lucio por enfermedad. Si bien esto colocó a Tiberio (en ese momento el hijo adoptivo de Augusto) el siguiente en la línea, nunca había demostrado ningún entusiasmo de convertirse en emperador - ese entusiasmo era todo de Livia. Cabe señalar que Tiberio tenía alrededor de 40 años cuando fue finalmente adoptado, una práctica nada fuera de lo común en Roma.
La madre de Tiberio tenía planes más altos para su hijo. El historiador Dion Casio escribió:
... en el tiempo de Augusto ella (Livia) poseía la mayor influencia, y siempre declaró que ella fue quien hizo emperador a Tiberio; consecuentemente, ella no estaba satisfecha en gobernar con él en términos iguales, si no deseaba tomar prioridad sobre él.
Su influencia controladora no duraría. Después de que Tiberio se convirtiera en emperador de mala gana - los historiadores debaten sobre si Livia tuvo que ver en la muerte de Augusto - Livia fue apartada por completo de los asuntos públicos e incluso le fue prohibido celebrar un banquete en memoria de Augusto. Tiberio se abstuvo de tener algún contacto futuro con ella. Cuando murió en el 29 EC, a la edad de 86,
... Tiberio no la visitó durante su enfermedad ni dispuso de su cuerpo; de hecho, no hizo ningún arreglo en su honor excepto por el funeral público e imágenes y algunos otros asuntos sin importancia.
El historiador Tácito añadió que Tiberio se excusó del funeral "... en la justificación de la presión de los negocios".
El hecho que Tiberio nunca haya deseado ser emperador era evidente. Siempre había destacado fuera de la arena política. Había sido un excelente general, sirviendo con distinción en Germania y ocupando la gubernatura de la Galia. Sin embargo, en el 6 AEC abruptamente se autoexilió en la isla de Rodas (posiblemente para escapar de Julia), no regresando a Roma hasta el 2 EC - tuvo que solicitar permiso de Augusto para regresar. De hecho, a menudo se le llamaba simplemente "el exiliado". En el 14 EC, Augusto murió, permitiéndole a Tiberio a convertirse en el nuevo emperador del Imperio romano. Como a muchos que le siguieron, sus primeros años como emperador estuvieron bien. Se rehuyó de la pomposidad que siguió a su ascensión, respetando la autoridad del Senado. Casio Dion escribió, "Tiberio era un patricio de buena educación (hablaba fluidamente griego) pero tenía una naturaleza peculiar. Nunca dejaba que lo que deseaba apareciera en su conversación, y aquello que decía que quería usualmente no lo deseaba en absoluto". Considerado un avaro por algunos y modesto por otros, inició, pero no terminó, muchos proyectos de obras públicas (la mayoría fueron completadas más tarde por Calígula). En su mente, su ascensión al trono imperial estaba amenazado por otro: Germánico Julio César Claudiano, el hijo adoptivo de Tiberio (por solicitud de Augusto) y la verdadera elección de muchos generales. Germánico, sin embargo, silenció a aquellos opositores abiertos a Tiberio y expresó su apoyo al nuevo emperador.
Cuando Germánico murió repentinamente después de una corta enfermedad en el 18 EC, su viuda, Agripina la Mayor, regresó a Roma, creyendo que Tiberio había ordenado a Cneo Pisón, el antiguo gobernador de Siria, asesinar a Germánico. El joven general había sido responsable por la destitución de Pisón como gobernador. Pisón fue llamado a Roma para responder a las acusaciones en su contra; sin embargo, a pesar de apelar al emperador, fue forzado a suicidarse. Agripina también creyó que sus hijos - Nerón César, Druso César y Cayo Julio César (Calígula) - deberían ser considerados los siguientes en la línea al trono; sin embargo, esto nunca iba a ser. Solo Calígula sobreviviría y se convertiría en emperador. Druso fue muerto por hambre y Nerón fue asesinado (la misma Agripina fue exiliada y muerta de hambre también). Calígula y sus hermanas, quienes fueron vistas como demasiado jóvenes y no como una amenaza, vivieron con Tiberio en Capri.
La muerte de Germánico provocó un cambio en la personalidad de Tiberio; de acuerdo a Dion Casio, se volvió cada vez más cruel "... hacia aquellos asociados de conspirar contra él era inexorable... esclavos eran torturados para hacerlos testificar contra sus propios dueños..." Tiberio a menudo pretendía compadecer a aquellas pobres almas a las que castigaba mientras guardaba rencor contra aquellos a quienes perdonaba. Suetonio concordó con este cambio de conducta: "Tiberio realizó muchas otras malas acciones bajo el pretexto de reformar la moral pública, pero en realidad (fue) para gratificar su lujuria de ver a la gente sufrir".
Los rigores de administrar un imperio. combinada con la interferencia de Livia, fue demasiado para Tiberio, y se mudó a la isla de Capri en el 26 EC, dejando la rutina diaria a su consejero y prefecto de la Guardia Pretoriana, Lucio Elio Sejano. Conforme pasaba el tiempo, Tiberio empezó a depender más y más del consejo de Sejano. A menudo visto por muchos como despiadado y ambicioso, Sejano incluso empezó a verse a si mismo como el verdadero emperador, hasta que cometió un error fatal: el hijo de Tiberio con Vipsania (Druso Julio César) estaba casado con una mujer llamada Livila (llamada de hecho por Livia). Sejano, quien veía a Druso como un rival, empezó a tener una aventura con su esposa. Eventualmente, esto llevó a la muerte de Druso en el 23 EC por envenenamiento. Por insistencia de Livila, Sejano se divorció de su esposa y abandonó a sus hijos; la pareja apeló a Tiberio en el 25 EC para poder casarse, pero Tiberio rechazó la propuesta. Para este tiempo, Sejano había incrementado la Guardia Pretoriana a una fuerza considerable de 12,000 hombres. Después, se embarcó en una serie de juicios de traición para eliminar cualquier posible oposición, muchos romanos vivieron con miedo.
En el 31 EC, sin permiso, la pareja anunció su compromiso. La madre de Livila, Antonia Menor, escribió al emperador y le informó de su intención de asesinarlos a él y al joven Calígula. Tiberio se apresuró a Roma y compareció ante el Senado, y Sejano fue atraído al Senado bajo falsos pretextos y fue forzado a responder a las acusaciones. Con poco debate fue declarado culpable y condenado a muerte; fue ahorcado y desmembrado por una turba reunida, con sus restos dejados a los perros. Sus hijos y seguidores también fueron ejecutados mientras que Livila fue muerta por hambre bajo la atenta mirada de su propia madre.
En los últimos años de su reinado, Tiberio se volvió más paranoico e impuso un número cada vez mayor de juicios por traición. Además, se volvió más solitario, permaneciendo en Capri, donde en el 37 EC murió a la edad de 77 años (supuestamente en las manos del prefecto de la Guardia Pretoriana Nevio Sutorio Macrón, con la ayuda del eventual sucesor de Tiberio, Calígula). Al escuchar de su muerte, el pueblo, de acuerdo a Suetonio, gritó "Al Tíber con Tiberio". Casio Dion dijo, "Así, Tiberio, que poseía muchas virtudes y muchos vicios, y seguía cada grupo por turno como si el otro no existiera, falleció de esta manera el veintiséis de marzo".