El Paleolítico (“Edad de Piedra antigua”) es la primera parte de la Edad de Piedra (el extenso período en el que los homininos fabricaban herramientas de piedra) y se extiende desde el primer uso conocido de herramientas, hace aproximadamente 2,6 millones de años, hasta el final de la última glaciación, hace alrededor de 12 000 años, excepto en algunas regiones, en las que parte de la cultura de las herramientas de piedra perduró hasta hace alrededor de 10 000 años. Por eso, coincide con bastante exactitud con la época geológica del Pleistoceno, durante la cual se sucedieron períodos glaciares e intervalos interglaciares en todo el planeta. Sin embargo, el significado del término va más allá de las características de las industrias líticas, ya que generalmente se lo asocia con la cultura y el estilo de vida de los pueblos cazadores y recolectores que fabricaron las herramientas.
A este período lo sucedieron el Mesolítico (“Edad de Piedra media”), durante el cual el ser humano se adaptó al ambiente cambiante tras el fin de la última glaciación, y el Neolítico (“Edad de Piedra nueva”), durante el cual se produjo la expansión de la agricultura y que finalizó con la aparición de las herramientas de bronce. Para poner en perspectiva la pequeñez de la era moderna en la historia de la humanidad, es interesante recalcar que la Edad de Piedra en su totalidad constituye alrededor del 99 % de toda la tecnología jamás fabricada por los seres humanos, por lo que las herramientas de piedra fueron la última tendencia por un período bastante extenso.
Subdivisiones
Debido a la impresionante extensión cronológica del Paleolítico, el ser humano moderno, con su mentalidad orientada a la organización, lo ha subdividido. Con base en las distintas etapas y características que podemos percibir en las culturas líticas que se desarrollaron durante este período (en lugar de fronteras cronológicas absolutas), se crearon los siguientes nombres poco originales:
- Paleolítico inferior: desde el uso de herramientas más antiguo que se conoce, hace aproximadamente 2,6 millones de años, hasta hace 250 000 años, durante el cual se utilizaban núcleos simples, lascas y, más tarde, grandes bifaces.
- Paleolítico medio: desde hace aproximadamente 250 000 años, con mayor predominio de lascas retocadas y núcleos preparados, que se siguieron utilizando con frecuencia en algunas áreas hasta hace tan solo alrededor de 30 000 años (mientras que en otras áreas ya se habían comenzado a implementar herramientas que consideramos propias del Paleolítico superior).
- Paleolítico superior: comenzó hace alrededor de 50 000 o 40 000 años y se caracterizó por la gran diversificación de las formas y la materia prima de las herramientas (con la introducción de huesos, astas y marfil), y en algunas regiones perduró hasta después del fin de la última glaciación, hace alrededor de 10 000 años.
Por supuesto que, dada la naturaleza humana, era de esperar que se distinguieran otras industrias líticas específicas dentro de estas categorías. Por ejemplo, en el Paleolítico inferior se desarrollaron las industrias conocidas como olduvayense y achelense; en el Paleolítico medio, el musteriense; y el Paleolítico superior cuenta con demasiadas para nombrarlas a todas, entre las cuales se destacan el châtelperroniense, el auriñaciense, el gravetiense, el solutrense y el magdaleniense en Europa, y las culturas de Clovis y Folsom en América. Es necesario aclarar que, por supuesto, estas son categorías artificiales que simplifican la realidad y que no representan con fidelidad las áreas intermedias y las etapas de transición. Además, los desarrollos pueden variar en gran medida dependiendo del lugar.
Paleolítico inferior
Hace nada menos que 2,6 millones de años, en África, los humanos arcaicos comenzaron a fabricar herramientas simples de piedra. La primera industria identificada es la olduvayense, llamada así por la Garganta de Olduvai, en Tanzania, y consiste de núcleos simples que los cazadores-recolectores usaban como cantos tallados y percutores, por ejemplo, para matar animales y romperles los huesos y así obtener la médula, rica en nutrientes, o para romper plantar y semillas. El olduvayense se desarrolló principalmente en África (en los actuales países de Tanzania, Kenia, Etiopía y Sudáfrica), pero también se han encontrado pruebas de la presencia de esta industria en Medio Oriente y Asia Oriental, que seguramente llevaron allí los aventureros Homo erectus. Se superpone en parte con la industria achelense, que se desarrolló un poco más tarde, hace aproximadamente 1,7 millones de años, y no tiene un punto final exacto, sino que parece haber ido desapareciendo de manera gradual en varias regiones a medida que avanzaba este último. Para satisfacer nuestro afán de contar con fronteras definidas, los arqueólogos suelen ubicar el final del olduvayense hace alrededor de un millón de años.
El achelense, que se caracteriza por grandes bifaces que luego se transformaban en todo tipo de cosas terroríficas, como hachas de mano, picos y cuchillas, se desarrolló primero en África y luego se expandió por Eurasia. Acompañó a los Homo erectus y Homo heidelbergensis que migraron por Europa y Asia, y aumentó la eficacia de su caza y alimentación, quienes gradualmente fueron aprendiendo a dominar el fuego de manera adecuada. Hace al menos 400 000 años, el uso del fuego se volvió habitual, según atestiguan los registros arqueológicos. Este desarrollo les permitió cocinar su comida, lo cual a su vez trajo aparejados diversos desarrollos corporales (como el aumento del tamaño del cerebro).
Paleolítico medio
El Paleolítico medio de Europa, Medio Oriente y el norte de África (hace aprox. 250 000 a 30 000 años) se caracteriza por la disminución de la popularidad de los bifaces y la creciente popularidad de las lascas retocadas extraídas de núcleos preparados con precisión mediante la técnica conocida como el método de Levallois para crear herramientas como raspadores, puntas y hojas con filo en un lado. Es evidente que la utilidad de las herramientas se fue diversificando a medida que pasaba el tiempo, y ayudaron al ser humano a dominar entornos cada vez más hostiles a lo largo y ancho de casi todo el Mundo Antiguo.
Los sitios del Paleolítico Medio muestran que hubo variaciones y tradiciones locales. En su mayoría, los grupos humanos todavía usaban refugios naturales como cavernas y abrigos rocosos, pero lentamente comenzaron a designar áreas separadas para actividades específicas y las hogueras se fueron volviendo cada vez más frecuentes. Las especies principales que se asocian con este período son el Homo neanderthalensis (industria musteriense) y el Homo sapiens arcaico.
Más o menos al mismo tiempo, en África se desarrollaba la tecnología de la Edad de Piedra Media, que no debe confundirse con el Mesolítico ni el Paleolítico medio, y que también se caracterizó por el uso de tecnologías de núcleos preparados para producir herramientas basadas en lascas, pero que, más inusualmente, ya mostraba indicios de adición de mangos a las lascas (como en la fabricación de lanzas), del uso de herramientas de hueso y de pigmentos y caparazones, lo que muestra la presencia del pensamiento simbólico. Un ejemplo importante de esto es la Cueva de Blombos, en Sudáfrica.
Paleolítico superior
La industria del Paleolítico superior (desde hace aprox. 50 000/40 000 años hasta hace aprox. 10 000 años) supuso una explosión en la diversidad de las herramientas. La piedra dejó de ser la materia prima principal y comenzaron a predominar los materiales como el hueso, las astas y el marfil, que se utilizaron para fabricar puntas y buriles (cinceles con puntas o bordes tallados con filo), aunque se siguió utiliizando la piedra. Estos avances posibilitaron la costura, con lo cual los propulsores de lanzas, los arpones y el arco y flecha produjeron cambios importantes en el estilo de vida de sus inventores al diversificar su comportamiento en la caza. En este período, se evidencia un desarrollo aún mayor de las culturas materiales regionales, por lo que muchas áreas cuentan con su propia denominación según los detalles específicos de los métodos de fabricación de herramientas que predominaban en ellos.
Generalmente se asocia al Paleolítico superior con el Homo sapiens, pero es probable que el hombre de Neandertal haya tenido contacto con esta cultura, de manera directa o indirecta, y que haya tomado algunos aspectos de esta (y viceversa). Por ejemplo, parece ser que también los neandertales formaron parte de la industria châtelperroniense, que se caracteriza por las hojas curvas. En cuanto a la cultura, los humanos anatómicamente modernos crearon cantidades impresionantes de arte y objetos simbólicos durante este período, en el cual las expresiones simbólicas se volvieron evidentes. Por otro lado, los neandertales también demostraron habilidades artísticas y se han hallado sepulturas que lo demuestran.
Cuando los glaciares de la última glaciación comenzaban a retroceder e iniciaba el Holoceno, hace alrededor de 12 000 años, los seres humanos no solo habían conquistado el Viejo Mundo, sino que también habían llegado hasta el extremo meridional de Australia y América. La industria del Paleolítico superior fue desapareciendo a medida que comenzaba el Mesolítico, el período intermedio más cálido que el drástico período que lo precedió, en el que se desarrollaron las culturas del Paleolítico, y al que le siguió la aparición de la agricultura y el inicio del Neolítico. El ser humano buscaba adaptarse al clima posterior a la glaciación y a la flora y la fauna en constante cambio, por lo que necesitó diversas herramientas, como hachas para el desmonte. Los microlitos (hojas pequeñas de piedra, generalmente de solo 5 mm de longitud y 4 mm de espesor) se convirtieron en el tipo de herramienta arquetípico. Por fortuna, el ser humano ya se había enfrentado al reto de desarrollar la tecnología a gran velocidad para mantener el ritmo de la naturaleza, lo que le dio la preparación necesaria para enfrentarse a los nuevos desafíos que vendrían.