El pancracio es un antiguo arte marcial que mezcla la lucha libre y el boxeo. El origen de este deporte se remonta al segundo milenio antes de Cristo, en el territorio de la antigua Grecia. Su nombre deriva de las antiguas palabras griegas pan (todo) y kratos (fuerza, poder, potencia) y literalmente significa "todas las fuerzas". En el 648 a. C., el pancracio se introdujo como evento deportivo en los 33º Juegos Olímpicos de la Antigüedad, donde se unió al boxeo y a la lucha libre en una categoría llamada "eventos pesados". Ese grupo especial de deportes estaba reservado para los mejores atletas con mayor fuerza y resistencia.
El evento del pancracio era el deporte favorito del público de la Edad Antigua. Se creía que un entrenamiento militar basado en este antiguo sistema de combate sin armas ayudaba a los espartanos a sobresalir en el combate cuerpo a cuerpo. Los soldados entrenados en pancracio eran muy apreciados en las famosas falanges macedonias, ya que se decía que Alejandro Magno les daba prioridad en el proceso de reclutamiento de su ejército.
El pancracio en la mitología
La mitología griega antigua nombra a algunos personajes mitológicos ilustres como los primeros luchadores de pancracio. Teseo, el rey fundador de Atenas, supuestamente utilizó técnicas de ese arte marcial para derrotar al Minotauro (la criatura mitad humana mitad toro encerrada en el laberinto de Minos). Se dice que Hércules ganó en el concurso de pancracio en Olimpia, así como en otro evento organizado por los Argonautas (los héroes que fueron en busca del vellocino de oro en Cólquide). También se dice que utilizó las habilidades del pancracio en uno de sus doce trabajos. Muchos jarrones griegos representan imágenes del héroe derrotando al león de Nemea con una fuerte llave que se cree que hace parte de los métodos de lucha del pancracio.
Las reglas del pancracio
Las fuentes antiguas presentan al pancracio como un deporte de combate de contacto que permite el uso de diversas técnicas como el golpe, el agarre y la lucha libre. De hecho, el pancracio era una combinación de boxeo, lucha libre y otras artes de combate con la única diferencia de que prácticamente no había reglas. Morder y meter los dedos en los ojos, la nariz o la boca de un oponente era lo único prohibido una vez se estaba en el ring. Todo lo demás, como patadas en el vientre y en los genitales, estaba permitido e incluso era algo que se esperaba.
La prueba atlética comenzaba tras realizar sorteos y formar las parejas de lucha. Al final de cada combate, se repetía el sorteo entre los ganadores de los combates anteriores, y así sucesivamente hasta que quedaba un ganador final. Un combate terminaba con la rendición (el oponente levantaba el dedo índice como señal de haber sido derrotado) o con la muerte. Según una historia, el luchador Arraquión de Figalia ganó una competición de pancracio en los antiguos Juegos Olímpicos, literalmente muriendo en el ring. Se encontraba atrapado en un fuerte estrangulamiento y tuvo que romperle el tobillo a su oponente para aflojar el agarre mortal. Sin embargo, en el mismo momento, cuando su competidor levantó un dedo pidiendo su rendición, Arraquión cayó muerto. No obstante, fue honrado como ganador.
El deporte tenía dos fases principales. Durante la primera, llamada Ano Pankration (Pancracio superior), los concursantes debían luchar de pie. Como el objetivo principal era derribar al oponente, se solían dar puñetazos, patadas y todo tipo de golpes letales. La segunda fase, conocida como Kato Pankration (Pancracio bajo) comenzaba con la primera caída al suelo de alguno de los competidores. Aquí se utilizaban agarres, bloqueos de articulaciones e incluso el estrangulamiento como los métodos más efectivos de lucha en el suelo.
Los luchadores de pancracio tenían la libertad de construir su propio estilo de lucha. Al comienzo de un combate, algunos preferían utilizar golpes cortos con gancho llamados krocheirismos. Una técnica conocida como klimakismos (truco de la escalera) se utilizaba a menudo para subirse a la espalda del oponente, trabar las piernas firmemente alrededor de su cuerpo y estrangularlo por detrás. Probablemente esta sea la técnica que resultó ser letal para Arraquión de Figalia.
Muy a menudo los combatientes del pancracio recibían apodos según su técnica preferida para derrotar a sus oponentes. A un luchador de la ciudad de Sición lo llamaban "El yemas de dedos" por su costumbre de romperle los dedos a su adversario al comienzo de un combate. También existían características locales especiales. Los espartanos, por ejemplo, eran famosos por sus fuertes barridos con los pies utilizados para derribar a sus rivales. Los eleos, por el contrario, eran rápidos en el estrangulamiento.
Al principio, los combatientes de pancracio luchaban desnudos, con el cuerpo aceitado y las manos también desnudas. Más adelante, usaban correas alrededor de sus manos y antebrazos. Cuando se adoptó el pancracio en Roma, los combatientes se cubrían los genitales con taparrabos e incluso estaban equipados con guantes de batalla (caesti) hechos con tiras de cuero y reforzados con placas de hierro, cuchillas o púas de metal.
Un entrenamiento para los espartanos y el ejército de Alejandro
Desarrollado a partir de un antiguo sistema de combate existente, el pancracio fue parte del entrenamiento militar de muchas ciudades-estado griegas. Era el centro de la instrucción militar de los hoplitas (la famosa infantería griega). Los espartanos estaban especialmente bien entrenados y sobresalían en ese arte. En su último combate en las Termópilas, se dice que utilizaron el arte del pancracio como arma final. Una vez que los 300 perdieron sus armas, lucharon con sus manos, pies y dientes, tal era su confianza en sus habilidades para usar las técnicas de lucha sin armas.
Alejandro Magno también apreciaba mucho esa habilidad militar. A menudo buscaba atraer luchadores de pancracio a sus famosas falanges macedonias, ya que consideraba a los soldados entrenados en pancracio como una adición valiosa para su ejército. Un campeón ateniense del pancracio de los Juegos Olímpicos del año 336 a. C. fue bastante popular entre el ejército macedonio, en el cual sirvió. Su nombre era Dioxipo, y el historiador Curcio Rufo en sus "Historias de Alejandro Magno" nos informa que un día fue retado a un combate uno a uno. Su adversario era conocido como Corago, y era uno de los mejores soldados de Alejandro. El gobernante macedonio designó un encuentro entre ellos en uno de sus banquetes organizados en Persia. Dioxipo se presentó desnudo y armado únicamente con un garrote. Corago se presentó con toda su armadura. Después de una breve pelea, el campeón ateniense derrotó a su hábil y armado oponente utilizando únicamente técnicas de pancracio, y podría haberlo matado si no hubiera sido por la intervención de Alejandro.
Según se sabe, las falanges macedonias contribuyeron a la expansión del pancracio hacia el este. Se sugiere que tras las conquistas de Alejandro sobre Europa y Persia, este sistema de lucha griego sin armas finalmente llegó al valle del Indo. Algunos investigadores incluso especulan que al practicar su antiguo arte militar a lo largo del viaje, los soldados macedonios influyeron en el arte de combate indio conocido como "Vajra Musti", e incluso tuvieron un impacto en las artes marciales de China. Según la tradición oriental, los sistemas de lucha chinos evolucionaron a partir de las doctrinas budistas indias que enseñaban las primeras artes de combate indias.