Alboino (que reinó de 560 a 572 d.C.) fue un rey de los lombardos que condujo a su pueblo a Italia y fundó el Reino de los Lombardos que duró desde 568-774. Su padre fue Audoino rey de los lombardos y su madre la reina Rodelinda.
Probablemente nació en torno a 530 d.C. en Panonia, creció con entrenamiento militar y luchó contra las tribus avar y gépida antes de llevar a su pueblo a Italia. Después de la muerte de su primera esposa Clotsinda, se casó con Rosamunda, la hija del rey gépido Cunimundo, a quien Alboino mató en la batalla. A pesar de sus victorias militares y su reinado exitoso, las generaciones posteriores lo conocieron principalmente porque su esposa lo hizo asesinar, que formó la base de pinturas de varios artistas y obras como la ópera Rosamunda de Giovanni Rucellai (1525) y el drama en verso Rosamunda de Algernon Charles Swinburne (1860).
Ambos artistas se basaron en gran medida en la obra principal sobre Alboino: el escrito del siglo VIII de Pablo el Diácono Historia de los Lombardos. Pablo documenta que en 572, después de que Alboino hubiera gobernado Italia durante casi cuatro años, Rosamunda lo hizo asesinar para vengar el asesinato de su padre. La naturaleza dramática del asesinato y el trato de Alboino a Rosamunda en su matrimonio se ha prestado a obras imaginativas en las que se representa a Alboino o Rosamunda como figuras trágicas que sufren injustamente. Sin embargo, según las fuentes primarias (especialmente la de Pablo el Diácono), Alboino era un señor de la guerra tribal que estableció una patria para su pueblo y trató a su esposa cautiva como lo haría con cualquier otro premio de guerra, y acabó pagando con su vida por el mal trato que le dio.
Victorias militares y reinado en Panonia
No se sabe nada de los primeros años o la educación de Alboino. Sus hazañas posteriores sugieren que tenía entrenamiento militar y, como hijo del rey, lo más probable es que fuera instruido en política. Pablo el Diácono escribe que sucedió a su padre, Audoino en 560. Audoino se había aliado con el Imperio bizantino, pero él o Alboino decidieron ampliar su base de poder aliándose también con los francos, que en ese momento estaban aumentando su influencia. Cerca al 560, Alboino se casó con Clotsinda, la hija del rey franco Clotario, para asegurar esta alianza. El historiador Francesco Borri escribe:
Alboino debe haber sido un hombre muy poderoso, incluso si las fuentes contemporáneas que describen sus actividades políticas y militares son escasas... El hecho de que Alboino pudiera casarse con una princesa franca, lo que ningún rey lombardo después de él pudo hacer, confirma su importancia en el escenario de la Europa tardorromana. (223-224)
Puede que los lombardos fueran invitados a Panonia por el Imperio bizantino para hacer frente a la amenaza de las tribus gépidas en la región, o puede que vinieran por su cuenta. De cualquier manera, los conflictos entre los lombardos y los gépidos eran rutinarios, y los lombardos se aliaron con otra tribu, los ávaros, para aplastar de una vez por todas a los gépidos. Los ávaros también habían llegado a Panonia por invitación del emperador Justino II o por iniciativa propia. El rey ávaro Bayan I (que reinó de 562/565 a 602) negoció un trato con Alboino en el que acordó que, si su alianza derrotaba a los gépidos, los ávaros recibirían las tierras de los gépidos.
Según Pablo el Diácono, en 567 los gépidos, ahora bajo el gobierno de su rey Cunimundo, atacaron a los lombardos, aunque otras fuentes afirman que Alboino y Bayan I instigaron las hostilidades. Las fechas precisas de las alianzas entre el Imperio bizantino, los lombardos, los ávaros y los gépidos son confusas debido a las constantes contradicciones en las fuentes primarias, pero parece que en este momento, los lombardos y los ávaros estaban estrechamente aliados contra los gépidos con el apoyo del Imperio bizantino.
La alianza aplastó a los gépidos y Alboino mató a Cunimundo, decapitándolo en la batalla. Tomó la cabeza del rey como trofeo y luego hizo que la convirtieran en una copa de vino que llevaba en su cinturón. Sin embargo, otras fuentes afirman que fue Bayan I quien mató a Cunimundo, lo decapitó y le dio el cráneo a Alboino para celebrar su victoria conjunta.
Con los gépidos derrotados, Alboino consolidó su dominio y marcó los límites de su territorio. Los ávaros, sin embargo, habían logrado ocupar más de la región que los gépidos antes que ellos debido al trato que Alboino había acordado antes de la batalla y amenazaron los territorios lombardos. Alboino luego se casó con Rosamunda, hija de Cunimundo, para formar una alianza con los gépidos contra los ávaros, pero ya era demasiado tarde.
Entonces, los ávaros, bajo el mando de Bayan I, eran demasiado poderosos y las fuerzas gépidas estaban demasiado debilitadas por la guerra anterior como para resultar muy útiles; Alboino se dio cuenta de que el curso de acción más prudente era abandonar Panonia, pero no estaba seguro de hacia dónde llevar a su gente. Un gran número de tropas lombardas habían servido en las fuerzas imperiales bajo el mando del general bizantino Narses en Italia, con el que se desempeñaron particularmente bien en la Batalla de Tagina en 552, donde Narses derrotó al rey ostrogodo Totila y recuperó Italia para el imperio. Estos soldados todavía recordaban a Italia como una tierra fértil y o bien le sugirieron una migración a Alboino o, según otras fuentes, fue el propio Narses el que los invitó a Italia, aunque esta última afirmación se cuestiona habitualmente. Cualquiera que fuera su motivación, en abril de 568 Alboino sacó a los lombardos de Panonia para dirigirse al norte de Italia.
Migración a Italia y reinado
El Imperio bizantino estuvo en guerra con los ostrogodos de Italia desde la muerte de Teodorico el Grande en 526 hasta la victoria de Narses sobre los godos en la batalla de Mons Lactarius en 555. En 568, Italia era por lo tanto parte del Imperio bizantino, pero estaba escasamente fortificada o defendida. Se habían gastado tantos recursos para recuperarla de los godos durante tantos años que ahora el imperio parecía confiar, por alguna razón, en que la región podría defenderse si fuera necesario. Alboino y su gente entraron en Italia desde el norte y tomaron la ciudad de Forum Iulii sin luchar.
Desde aquí, marchó sobre Aquileia y, una vez asegurada la ciudad, continuó su conquista de la región, hasta que para el 569 había tomado Milán y controlaba el norte de Italia sin haberse involucrado en ningún conflicto militar serio. Entre 569-572, Alboino conquistó la mayor parte del resto del país, aunque algunas partes todavía estaban controladas por el Imperio bizantino, como Roma, y estableció su capital en Verona mientras sitiaba Pavía, la única ciudad que resistió la invasión lombarda de manera significativa. Fueron necesarios tres años de asedio para tomar la ciudad y, mientras eso sucedía, Alboino se dispuso a establecer su reino desde su palacio en Verona.
Dividió el país en 36 territorios conocidos como "ducados" presididos por un duque que era responsable de informar directamente al rey. Si bien esto hizo que el gobierno fuera eficiente desde un punto de vista burocrático, dejó demasiado poder en manos de los duques individuales, por lo que las regiones prosperaron o sufrieron según la calidad de su duque en particular.
Alboino gobernó efectivamente desde Verona, pero, como estaba más preocupado por asegurar sus fronteras contra los francos y defenderse de los esfuerzos del imperio oriental para desalojarlo, dejó los asuntos de gobierno en manos de estos subordinados, lo que resultó en una falta de cohesión entre los territorios ya que cada duque, naturalmente, quería lo mejor para su región particular. Estos duques, por lo tanto, actuaron de forma autónoma en la conquista de regiones hacia el sur de Italia que, según afirman los eruditos, Alboino no tenía interés en tomar demanos del Imperio bizantino.
Las fuentes sobre el reinado de Alboino son pocas; Pablo el Diácono escribe cómo bajo el reinado de Alboino:
Existía este maravilloso reino de los lombardos. No hubo violencia, ni trampas en la conspiración y no hubo otros injustamente oprimidos. Nadie saqueó y no hubo robos, no hubo hurtos; todos iban a donde querían, seguros y sin ningún miedo. (Historia, III, 16)
Aunque los eruditos consideran que esta descripción es una exageración, parece que el reinado de Alboino trajo estabilidad y prosperidad a Italia, especialmente en el norte, y fue un monarca efectivo a pesar de las actividades de los duques individuales. Aunque actuaron por su propio interés, los historiadores suponen, basándose en la reacción general a la muerte de Alboino y las consecuencias, que parecen haber creído que estaban siguiendo un curso que Alboino habría aprobado.
Asesinato y secuelas
El matrimonio de Alboino con Rosamunda nunca había sido feliz. Pablo el Diácono afirma que Alboino abusaba rutinariamente de su esposa y se burlaba de ella. El matrimonio, como muchos otros entre la nobleza a lo largo de los siglos, había sido simplemente un dispositivo para asegurar una alianza; además, Rosamunda ya era cautiva de Alboino después de la derrota y muerte de Cunimundo, por lo que difícilmente tuvo elección para casarse con el rey lombardo. En junio de 572, aparentemente llegó al punto en que ya no podía tolerar estar casada con el hombre que había matado a su padre y usaba su cráneo en el cinturón como un vaso para beber. Pablo escribe:
Cuando él [Alboino] estaba más volado con vino de lo apropiado en una fiesta en Verona, pidió que se le diera vino a la reina para beber en la copa que había hecho con la cabeza de su suegro Cunimundo. La invitó a beber alegremente con su padre... Por eso, cuando Rosamunda se enteró del asunto, concibió un profundo dolor en su corazón que no pudo sofocar. Ella ardía por vengar la muerte de su padre en su marido. (Historia, III, 18)
Rosamunda convenció al hermano adoptivo de Alboino, Helmechis, para que lo asesinara. Otras fuentes sobre el asesinato de Alboino, como Gregorio de Tours o Mario de Aventicum, por ejemplo, aportan detalles diferentes, pero todas coinciden en que la trama fue puesta en marcha por Rosamunda, que tal vez, se había enamorado de Helmechis o al menos, tenía una relación con él. Rosamunda y Helmechis solicitaron la ayuda de un guardaespaldas llamado Peredeo, que fue engañado en la conspiración por Rosamunda, la cual que se disfrazó de sirvienta, tuvo relaciones sexuales con él y luego lo chantajeó para que lo sirviera. Un día, cuando Alboino se había retirado a su habitación a descansar después del almuerzo, Helmechis y Peredeo lo atacaron. Rosamunda había ordenado que Peredeo atara la espada de Alboino a su cama para que el rey estuviera desarmado. Alboino luchó contra sus agresores con un escabel, pero fue golpeado y asesinado.
La pareja, junto con la hija de Alboino de su primer matrimonio, Peredeo, el tesoro real y un segmento del ejército, huyeron de Verona a la ciudad de Rávena, controlada por los bizantinos. Este curso de acción ha sugerido a muchos historiadores que el asesinato fue en realidad instigado por el Imperio bizantino y que Rosamunda fue manipulada por ellos.
Si bien el imperio pudo haber tenido algo que ver con la muerte de Alboino, y ciertamente se habría sentido aliviado por ello, todas las fuentes principales afirman que el asesinato fue planeado y llevado a cabo por Rosamunda para vengar la muerte de su padre y castigar a su esposo por abusar de ella. Aun así, el hecho de que los conspiradores fueran bienvenidos en Rávena y que después de su muerte el tesoro real y la hija de Alboino fueran enviados a Constantinopla, es un argumento a favor de la participación bizantina en el asesinato de Alboino.
Helmechis y Rosamunda se casaron en Rávena y él se proclamó rey. Sin embargo, los duques se negaron a reconocerlo y proclamaron a su propio rey, Clefi duque de Pavía, ciudad que finalmente había caído en el asedio. Rosamunda aparentemente no encontró a Helmechis más de su agrado que a Alboino y envenenó su copa de vino. Sin embargo, Helmechis, que sospechaba de su traición, la hizo beber de la copa antes o justo después de que él lo hubiera hecho y de esta manera ambos murieron a manos del otro.
Conclusión
Clefi reinó durante 18 meses antes de ser asesinado por uno de sus sirvientes. Luego los duques individuales lucharon entre sí por el control del reino entre 572-586, cuando se eligió al rey Autari para luchar contra las incursiones de los bizantinos y los francos. El reino Lombardo en Italia mantuvo su control de la región, a veces perdiendo y a veces ganando territorio, hasta el 774, cuando fueron conquistados por Carlomagno al mando de los francos y absorbidos por su imperio.
Aunque los posteriores reyes lombardos, como Agilulfo (que reinó de 590 a 616), Rotario (que reinó de 636 a 652) y especialmente Liutprando (que reinó de 712 a 744), lograron mayores avances en la conquista y el gobierno que Alboino, el primer rey lombardo de Italia todavía se recuerda por llevar a su pueblo a una patria segura y establecer un reino que sintió que podían llamar suyo. Su vida y logros se han visto ensombrecidos por su muerte y su posterior transformación en un personaje de tragedia literaria pero, mientras vivió, parece haber sido un hombre de considerable poder y visión para el futuro de su pueblo.