Brahmanismo

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Joshua J. Mark
por , traducido por Waldo Reboredo Arroyo
Publicado el 29 septiembre 2021
Disponible en otros idiomas: inglés, francés
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Om (by Duncan Creamer, CC BY-NC-ND)
Om
Duncan Creamer (CC BY-NC-ND)

El brahmanismo, también conocido como religión védica, es el sistema de creencias que se desarrolló a partir de los Vedas durante el Período Védico tardío (c. 1100-500 a.C.), y tiene su génesis en la civilización del valle del Indo tras la migración indoaria ocurrida entre el 2000 y el 1500 a.C. Su doctrina, que promulga a Brahman como ser supremo, influyó en la formación del hinduismo.

Se entendía que los Vedas eran las palabras eternas de un universo siempre existente, reveladas no a individuo particular alguno, sino a los sabios, quienes las habían «escuchado» mientras se encontraban en estado de meditación. El ser que las pronunció, Brahman, era el creador del universo y el Universo mismo, y los Vedas definían el Sanatan Dharma, el Orden Eterno, establecido por él. La clase sacerdotal, los brahmanes que a diferencia de las clases más bajas podían leer el lenguaje de esas escrituras, promovían la creencia en la autoridad de los Vedas. La posición exclusiva de los brahmanes reforzaba su reputación, pero a la postre condujo a reclamos de reforma, debido a que las gentes no estaban de acuerdo con que fueran el único estamento que dictara los preceptos religiosos que todos debían cumplir.

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Las reformas del brahmanismo condujeron al desarrollo del hinduismo, conocido por sus adeptos como Sanatan Dharma, mientras que, quienes rechazaban el brahmanismo, y en consecuencia el hinduismo, formaron sus propias sectas religiosas y filosóficas, de entre las cuales se establecieron con mayor firmeza el charvaka, el jainismo y el budismo. El brahmanismo continuó ejerciendo considerable influencia en el hinduismo, situación que se mantiene en la actualidad. Desde mediados del siglo XX los reformistas de la India y de otras latitudes se han opuesto al brahmanismo por alentar la desigualdad y el trato brutal hacia las clases inferiores, reforzar la posición élite de los brahmanes, y promover el sistema de castas.

Los orígenes y los Vedas

Se desconocen la fecha y el lugar de origen del pensamiento védico, aunque se han propuesto dos teorías: la de la migración indoaria, y la de una génesis fuera de la India (OIT, por sus siglas en inglés). El planteamiento de la migración indoaria establece que las ideas védicas se desarrollaron en Asia central, en el Reino de Mitani, que comprendía la actual región norte de Siria e Irak, y Turquía. Además, afirma que esa visión arribó a la India alrededor de los años 2000-1500 a.C. durante la decadencia de la civilización del valle del Indo, la cual existió entre el 7000 y el 600 a.C. Por su parte la OIT asevera que el desarrollo del pensamiento védico se originó en la civilización del valle del Indo, también nombrada civilización Harappa, la que lo exportó al Asia Central para más adelante presenciar su retorno con la migración indoaria. En esencia, se acepta la teoría de la migración indoaria, y se descarta una génesis en la civilización Harappa, debido a la carencia de pruebas que la sustenten.

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se entendía que brahman era una entidad individual de un poder tan inconmensurable que la mente humana no podía abarcarlo.

Indra se encontraba entre los más notables nombres de dioses conocidos en Asia Central, donde además se había establecido con firmeza el concepto de rita, el orden cósmico, uno de los más importantes del brahmanismo. Se piensa que alrededor del tercer milenio a.C. un grupo de tribus nómadas arias migró hacia el Asia Central, y que dos de ellas se separaron: la indoirania, que se asentó en la meseta iraní, y la indoaria, que continuó su avance hacia el sur, en dirección al subcontinente indio. El término ārya denotaba el concepto de «libres» o «nobles», referido a determinadas gentes, y no estaba vinculado en modo alguno con el concepto de raza. Durante los siglos XVIII y XIX d.C. varios historiadores que sostenían una interpretación racista del mundo vincularon el significado de ārya a etnias de piel clara.

La civilización del valle del Indo se encontraba entre las más avanzadas del mundo antiguo, y resulta evidente que en ella se practicaba algún tipo de creencia religiosa, pero sus características permanecen desconocidas debido a que su escritura nunca se ha descifrado. Se han descubierto estatuas y sellos que indican la veneración de espíritus conocidos como yakshas, los cuales debían aplacarse y honrarse por medio de sacrificios y cierta especie de ritos. Los cultos yaksha parecen haberse enfocado de manera exclusiva en las necesidades cotidianas de las gentes, sin involucrarse en temas cosmológicos. Los hallazgos parecen apuntar a que los argumentos acerca del origen del universo y el significado de la vida surgieron con el desarrollo del pensamiento védico, el cual pudo haberse fundido con los rituales yaksha.

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India in the Vedic Age, 1500 BCE-500 BCE
India en el Período Védico, 1500 a. C.-500 a.C.
Simeon Netchev (CC BY-NC-ND)

El contenido de los Vedas se transmitió de manera oral de maestro a maestro hasta el Período Védico (c. 1500-c.500 a.C.), época en que se recogieron por escrito. Constan de cuatro textos:

  • Rig Veda
  • Sama Veda
  • Yajur Veda
  • Atharva Veda

Cada texto se divide a su vez en subtextos:

  • Aranyakas: rituales y prácticas
  • Brahmanas: comentarios acerca de los rituales
  • Samhitas: bendiciones y oraciones
  • Upanishads: narraciones y diálogos filosóficos

Estos textos definen la visión védica que constituye el corazón del brahmanismo.

Preceptos del brahmanismo

La lengua escrita de los indoarios, también conocidos como pueblo védico, era el sánscrito, y se cree que su religión y cosmovisión se fusionaron con las de la civilización del valle del Indo. Las relaciones de las gentes con lo sobrenatural se constreñían a la ejecución de rituales cotidianos de carácter contractual, quid pro quo, dirigidos a honrar a los espíritus. Los Vedas desplazaron el significado de la vinculación con lo divino hacia una concientización del origen de toda existencia y del significado de la vida. El vedismo, un intento de proporcionar respuesta a las preguntas más complejas de la existencia, se transformó en brahmanismo una vez identificada la Causa Primordial.

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Los sabios védicos reconocían que el mundo funcionaba conforme a ciertas reglas sugerentes de un orden; los Vedas atribuían este orden a numerosos dioses, quienes por lo general constituían un reflejo de las características humanas. Las reglas se definían como rita, y su existencia implicaba la participación de un creador de reglas, un ser más grande que los dioses que se describían en los textos, un dios-detrás-de-todos-los-dioses que los animaba; este dios era Brahman.

Brahman se concebía como una entidad individual de un poder tan inmenso, que resultaba imposible de comprender para la mente humana. Este ser existía en la realidad, dado que podía ser aprehendido, asimismo, se encontraba fuera de la realidad, en el reino de la preexistencia, y además era la realidad misma, todo simultáneamente. Los dioses del panteón védico eran avatares de este ser, pero para posibilitar una conexión personal, era necesaria la existencia de algún rasgo de naturaleza humana que lo permitiera.

A Drop of Water (Atman)
Una gota de agua (Atman)
Don Kennedy (CC BY-NC-ND)

No se creía posible que la fuente de toda vida pudiera crear vida sin que proveyera alguna vía para comulgar con ella. Se pensaba que el ser humano estaba constituido por cuerpo, alma y mente, a lo que los sabios védicos añadieron una «supra-alma», el Atman, que permite la conexión con el Brahman debido a que es parte del Brahman. Se entendía que cada ser humano llevaba en su interior una chispa de lo divino, y la persona no tenía que hacer más que reconocerla y consagrarse a fomentarla para hallar la paz y el bienestar en lo divino.

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Del mismo modo que el individuo llevaba consigo esta chispa deífica, también la portaban los diversos dioses que constituían la manifestación de los distintos aspectos de Brahman, todos de una única e indivisible esencia, pero cada uno de manera individual al cuidado de una necesidad humana. El erudito John M. Koller amplía:

Todos [los sabios védicos] reconocían que Brahman, como realidad última, no podía definirse de manera literal. Es posible abordarlo de manera conceptual siempre que se describa en términos de las más perfectas cualidades imaginables. Pero debido a que Brahman está más allá de toda concepción, debe desistirse incluso del empleo de las supremas cualidades de existencia, conocimiento, y beatitud. Esta constituye la famosa vía negativa, caracterizada en la tradición india como neti, neti, expresión que significa de manera literal «así no, así no». Neti, neti revela con claridad el entendido filosófico de que Brahman no podía ser comprendido en términos conceptuales.

Sin embargo puede intentarse un acercamiento a la realidad por vías no conceptuales. Los filósofos indios pensaban en Brahman tanto en términos personales como abstractos, haciendo profuso empleo de imágenes que apelan a los sentidos. Los sentidos estimulan los sentimientos y la fe, así como los pensamientos, y la India ha valorado con el mismo alto aprecio a esta manera de comprender la religión, como al entendimiento que se logra a través del pensamiento abstracto. Esta comprensión religiosa es activa, y conduce a la persona a abrazar o a evitar la realidad en sus formas inmediatas y concretas. Con este enfoque, el conocimiento, la beatitud y la existencia que describen a Brahman de manera abstracta, se revisten de carne y de personalidad, en forma de dioses y diosas que se pueden amar y temer, ver y tocar. En el Bhagavad Gita, Krishna, una encarnación del dios Visnú, que aparece como conductor del carro de Arjuna, declara que él es, en efecto, el Brahman definitivo. (158-159)

Resultaba más fácil relacionarse con los dioses y diosas de formas y características humanas, aunque en ocasiones se mostraban con brazos o piernas adicionales o como la cabeza de un elefante, que con una fuerza cósmica. La clase sacerdotal, los brahmanes, alentaban a las gentes a que adoptaran una deidad de su elección, puesto que todas eran aspectos equivalentes de la Causa Primordial o Realidad Última. Los cánticos, himnos, oraciones y mantras de los Vedas eran recitados por los brahmanes durante las prácticas rituales para reafirmarles a las gentes que ya contenían lo divino dentro de ellas, que sus vidas y la forma en que las vivían tenían estar de acuerdo con el orden cósmico, y de hecho, que tal orden existía incluso si no entendían cómo funcionaba.

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Brahmanismo e hinduismo

Ni los sacerdotes que recitaban los Vedas, ni quienes los escuchaban, se referían a este sistema de creencias como brahmanismo. El término «brahmanismo» fue acuñado por los estudiosos europeos en el siglo XVI d.C., y se empleó de manera intercambiable con el de hinduismo. La aseveración que el brahmanismo se transformó en hinduismo resalta las importantes contribuciones que se efectuaron a los detalles del sistema de creencias, no a su forma subyacente, conocida desde la antigüedad con el nombre de Sanatan Dharma tanto por los sacerdotes como por el pueblo, así como, en la actualidad, por sus adeptos. Se entendía que el universo lo había ordenado una inteligencia divina con un propósito, y que cada individuo tenía una parte que desempeñar en ese propósito. El hinduismo desarrolló las particularidades de cómo la persona debía desempeñar su parte.

Brahman Worshipper
Devoto de Brahman
James Blake Wiener (CC BY-NC-SA)

Según Koller subraya arriba, un entendimiento activo de la religión puede conducir a que las personas abracen o se distancien de la realidad en dependencia de cómo la perciben. El mundo puede constituir un lugar de atemorizante incertidumbre o un reino ordenado de supremo significado; el hinduismo reconoció esta cuestión al crear suficiente espacio para practicar un iluminado desapego por las cosas de la vida, mientras a la vez alentaba los adeptos a participar con plenitud de los aspectos de la vida, que constituían presentes de Brahman. Se esperaba y espera un enfoque del adepto en los objetivos de la vida (purusharthas), los cuales asumen tres formas:

  • Artha: la vida hogareña, la carrera y el bienestar material
  • Kama: el amor, la sensualidad, la sexualidad y el placer físico
  • Moksha: la iluminación, la liberación, la libertad a través de la autorrealización

Se entiende que todos estos constituyen placeres temporales, pero su valor debe ser reconocido debido a que todos son otorgados por lo divino. A la postre cada quien moriría, pero mientras se viviera, se requería cumplir con los objetivos de la vida por vía de la ejecución del karma, la acción, realizada de conformidad con el dharma, el deber personal. A cada individuo se le asignaba un deber al nacer, algo que nadie más podía realizar, y de no poderlo cumplir como se debía durante la vida, tendría que reencarnar para regresar a la tierra en cumplimiento del ciclo de volver a nacer y morir, para hacer un nuevo intento.

El ciclo de reencarnación y muerte se conocía con el nombre de samsara, traducción que conlleva el significado de «juego de niños», en el que se repite la existencia numerosas veces hasta que por fin el individuo comprende y ejecuta el karma de conformidad con su dharma, con lo que efectúa una conexión completa con el Atman y alcanza la liberación del samsara. Se entendía que esta interpretación comprendía tanto una visión global de la creación del universo, como una explicación del sentido de la vida de cada quién. Sin embargo, alrededor del 600 a.C. varios reformistas rechazaron la autoridad de los Vedas para fundar sus propias escuelas de pensamiento a partir de sus concepciones particulares de la realidad.

Brahmanismo y escuelas nastika

Krishna explica el concepto de samsara, sugestivo de una jerarquía, en el Bhagavad Gita, obra compuesta entre los siglos V y II a.C., donde describe a Arjuna las tres gunas, los estados del ser que existen en cada individuo, que impulsan u obstaculizan el desarrollo de la conciencia espiritual y el crecimiento de la persona. De inmediato prosigue con la discusión de la importancia del dharma. Según argumenta Krishna, el sistema de castas (varnas) define el dharma de cada quien y constituye parte del Orden Eterno. Los cuatro varnas son:

  • Brahmana varna: la casta superior de sacerdotes, intelectuales y maestros
  • Kshatriya varna: guerreros, protectores, guardianes y policía
  • Vaishya varna: mercaderes, banqueros, escribanos y granjeros
  • Shudra varna: la casta inferior de trabajadores no calificados, obreros y sirvientes

En un plano inferior a los shudras se encontraban los dalits, a quienes a menudo se hacía referencia como intocables, y por considerarse impuros, no se incluían en el sistema varna.

la visión del brahmanismo impulsaba a la persona a esforzarse al máximo, de conformidad con el deber asignado de manera divina, y así, a estar satisfecho con la suerte que le había tocado en la vida.

Se creía que los Vedas constituían el soporte del sistema varna, el cual no podía cuestionarse debido a que se reconocía a los Vedas como la palabra del Creador. Sin embargo, alrededor del 600 a.C. algunos pensadores comenzaron a objetar la naturaleza autoritaria de los sacerdotes que interpretaban los Vedas a su antojo, puesto que el pueblo no podía leer ni entender el sánscrito. Según la tradición, las palabras de Brahman se habían pronunciado en sánscrito y se habían registrado de conformidad con lo que se había «escuchado», por lo que las gentes percibían de manera monótona los cánticos que les dirigían los sacerdotes en una lengua desconocida que solo los brahmanes podían explicarles.

Con el transcurso del tiempo la situación condujo a un resquebrajamiento del hinduismo, durante el cual las gentes tomaron partido a favor o en contra de aceptar la autoridad de los Vedas y de sus sacerdotes. Las escuelas de pensamiento que reconocían a los Vedas se conocían como astika, «existe», mientras las que rechazaban la visión védica se conocían como nastika, «no existe». El criterio de lo que «existe» o «no existe» está referido a la autoridad de los Vedas. Al parecer, en aquellos tiempos surgieron numerosas tendencias de pensamiento que competían por la obtención de fieles, pero las tres más prominentes fueron la charvaka, el jainismo y el budismo.

De las tres, solo el jainismo planteó una seria amenaza a la autoridad del hinduismo. La escuela charvaka, de concepciones materialistas, se concentraba en los placeres de la vida y en la negación de la existencia de una vida posterior a la muerte corporal. La probabilidad de que un sistema filosófico que no ofrecía la esperanza de una vida ulterior a la muerte ganara numerosos simpatizantes era poca, y en consecuencia, el charvaka se extinguió. El budismo, si bien llegó a ser popular en algunas áreas de la India, forcejeó con el hinduismo y el jainismo para ganar seguidores, y no lo favoreció el hecho de fracturarse en diversas escuelas que ofrecían expectativas distintas a los creyentes.

Karma, Ceiling Sculpture, Ranakpur
Karma, escultura en techo, Ranakpur
Shakti (CC BY-SA)

El budismo no alcanzó amplia popularidad hasta el reinado de Aśoka el Grande (268-232 a.C.), quien adoptó el sistema e impulsó a otros a que hicieran lo mismo, pero incluso así, su mayor aceptación la consiguió fuera de la India. El jainismo rechazaba el concepto de Brahman y de un dios creador, si bien mantuvo la creencia en seres sobrenaturales denominados devas, en el karma, y en el ciclo de reencarnación y muerte. La adherencia del jainismo a los Cinco Votos y a los 14 Pasos le proporcionaba a los adeptos un camino claro a la vez que eliminaba el aspecto autoritario del hinduismo, evitaba las rivalidades que llegaron a caracterizar a las distintas escuelas budistas y rechazaba el materialismo del charvaka.

Conclusión

A pesar de todo, el hinduismo sobrevivió al desafío de los otros sistemas filosóficos, debido a que los monarcas reconocieron el valor de una estructura de castas de promulgación divina que permitía mantener el orden, y además, a que le proporcionaba una imagen de magnificencia y grandiosidad al brahmanismo. Desde un punto de vista estrictamente pragmático, el concepto de un ser divino que se hacía accesible a través de múltiples deidades masculinas o femeninas, cada una de las cuales exigente de un festival en su honor, significaba que se podía mantener entretenido al pueblo con numerosas celebraciones a lo largo del año. La visión del brahmanismo desarrollada por el hinduismo motivaba a la persona a realizar su máximo esfuerzo para cumplir con el deber que le había asignado lo divino, y así, a estar satisfecha con la suerte que le había tocado en la vida, que se entendía era el resultado directo de las acciones realizadas en una vida anterior.

Sin embargo, en sus inicios el brahmanismo no se concibió para controlar a las gentes, sino para responder a sus inquietudes sobre el origen del universo y el lugar que ocupaban en él. Los Vedas encararon estas preguntas de manera directa y el brahmanismo desarrolló su visión para ayudar a las gentes a hallar un sentido en lo que a menudo parecía un mundo caótico y desordenado de sucesos aleatorios que nada significaban.

A partir de la mitad del siglo XX distintos reformadores han realizado esfuerzos para desmantelar determinados aspectos del brahmanismo, en particular el estatus elitista de los brahmanes, en favor de la igualdad y la fraternidad. El reformista B. R. Ambedkar (1851-1956) organizó campañas contra la discriminación que alentada sufrían los dalits por el encumbramiento de los brahmanes. Asimismo, a partir de esa época, de manera esporádica, han continuado los esfuerzos para nivelar el terreno en que se desenvuelven las gentes, de manera que disfruten de oportunidades equitativas en el desarrollo de sus vidas. Resulta interesante constatar que esta parece haber sido la visión original del brahmanismo, al promulgar la existencia de un ser divino que atendía a todos por igual, y de manera tan profunda, que colocó en cada quien una chispa de sí mismo.

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Sobre el traductor

Waldo Reboredo Arroyo
Interesado en el estudio de las migraciones, costumbres, las artes y religiones de distintas culturas; descubrimientos geográficos y científicos. Vive en La Habana. En la actualidad traduce y edita libros y artículos para la web.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2021, septiembre 29). Brahmanismo [Brahmanism]. (W. R. Arroyo, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-15129/brahmanismo/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Brahmanismo." Traducido por Waldo Reboredo Arroyo. World History Encyclopedia. Última modificación septiembre 29, 2021. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-15129/brahmanismo/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Brahmanismo." Traducido por Waldo Reboredo Arroyo. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 29 sep 2021. Web. 21 dic 2024.

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