El monte Ararat (armenio: Masis; turco: Ağrı Dağı; kurdo: Çiyaye Agiri; azerí: Ağrıdağ; persa: Kūh-e Nūḥ) es un volcán compuesto inactivo, formado por dos antiguos picos volcánicos, situado en la actual Turquía oriental muy cerca de la frontera con Armenia. Fuertemente asociado a la cultura, mitología e identidad armenias, el monte Ararat es también el lugar donde, según algunas leyendas, aterrizó el Arca de Noé tras el diluvio bíblico.
Geografía
Situados aproximadamente a medio camino entre el lago de Van, al suroeste de Turquía, y el lago Seván, al noreste de Armenia, los montes Ararat dominan las tierras altas armenias. Estos montes se encuentran en el extremo sur de la llanura de Ararat, por lo que crean una fértil zona agrícola de clima templado. Ambos montes se extienden por las fronteras de lo que hoy son Turquía, Armenia, Irán y Azerbaiyán. El monte Ararat («Gran Ararat») se eleva a 5137 metros de altura. El monte vecino, llamado el «pequeño Ararat» se eleva hasta los 3925 metros (o 12 877 pies) de altura. En conjunto, son el punto más alto y el sexto más alto de Turquía, respectivamente. En un día despejado, ambos pueden verse desde el centro de Ereván (Armenia), que dista 54 kilómetros del monte Ararat. Además, el monasterio de Khor Virip ofrece impresionantes vistas de los montes Ararat desde Armenia.
Antiguos mitos y leyendas
En la antigüedad, varios pueblos mesopotámicos consideraban estas montañas como sagradas, pero también temían a sus feroces habitantes. Los sumerios, acadios y asirios creían que el monte Ararat no era solamente el hogar de sus dioses, sino también la cuna de sus civilizaciones, ya que las aguas de los ríos Tigris y Éufrates descendían de la montaña para fertilizar las tierras de sus ciudades y asentamientos. Los textos asirios, en particular, alaban la santidad y majestuosidad de las montañas, describiéndolas como un lugar donde «los pájaros celestiales no pueden llegar».
Los mesopotámicos, sin embargo, también asociaban las montañas con las feroces tribus que habitaban en sus laderas, las cuales regularmente, asaltaban aldeas y asentamientos mesopotámicos. Otro peligro asociado al monte Ararat era el de sus inundaciones desastrosas: tanto los sumerios, como los acadios y babilonios tenían cada uno su propio relato acerca de las inundaciones, pero todos hacían referencia a los montes de Ararat como el lugar en el que sus respectivos héroes encontraban refugio tras sobrevivir a lluvias torrenciales y aguas peligrosas. Un antiguo relato acadio del III milenio a.C. describe las hazañas de un hombre llamado Utnapishti que se convirtió en inmortal y sobrevivió a una inundación catastrófica haciendo aterrizar su nave en las montañas más altas del norte de su país. Gilgamesh, el célebre héroe sumerio, llegó a una montaña del norte llamada «Mashu», que era el lugar por el que salía y se ponía el sol cada día.
Los antiguos armenios llamaban a la montaña «Azatn Masis», que significaba «santo» y «libre» en armenio antiguo. En el Gran Ararat habitaban los kajs, espíritus guardianes de las familias reales y nobles. Los armenios paganos consideraban tabú escalar las montañas, ya que creían, al igual que los sumerios, que el monte Ararat era el lugar donde el sol descansaba durante la noche. Incluso después de su conversión al cristianismo, los armenios seguían siendo reacios a arriesgarse a subir a la cima del monte Ararat. No obstante, existe la leyenda de que el rey Tiridates III, primer rey cristiano de Armenia, subió al monte Ararat con el fin de extraer piedras para construir los cimientos de ocho nuevas iglesias.
Los armenios tienen muchos mitos y leyendas sobre la base de los montes Ararat, muchos de los cuales son anteriores al cristianismo, e incluyen dragones, serpientes y otros monstruos reptilianos. Estos mitos y leyendas están estrechamente relacionados con el vapor volcánico, la ceniza y las aguas negras que brotaban del monte Ararat durante las erupciones y los terremotos. Movses Khorenatsi (410-490 d. C), historiador armenio y autor de la Historia de Armenia, escribió que los armenios son descendientes directos de Noé a través de su hijo Jafet, y que Haik, el fundador mítico de Armenia y antepasado de todos los armenios, estableció su nación en las proximidades del monte Ararat.
El monte Ararat en los textos bíblicos e históricos
Hay muchas especulaciones históricas sobre cuándo y cómo se asoció por primera vez la historia bíblica de Noé y el diluvio universal con el monte Ararat. Algunos lingüistas sostienen que «Ararat» no es más que una variante de «Urartu», que fue el principal estado de la antigüedad al norte de Asiria durante la Edad de Hierro. El libro hebreo de los Jubileos, compuesto hacia el año 100 a.C., relataba que el Arca de Noé se encontraba en el «monte Lubar», en «la tierra de Ararat». (Jubileos 5.28, 10.15). El historiador judío Flavio Josefo (37-100 d. C) utilizó el «Ararat» para denotar una montaña al sur del lago de Van, pero posteriormente atestiguó tradiciones de que el Arca de Noé se posó en el «monte Baris». (Antigüedades judías 1.93)
De forma similar a los antiguos mitos y leyendas mesopotámicos, la Biblia hace referencia al monte Ararat en Génesis 8:4 en relación con la historia de Noé:
...Y reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre los montes de Ararat.
El Corán es explícito al nombrar la montaña sobre la que se posó el arca de Noé como «monte Judi» y no monte Ararat:
Una voz gritó: 'Tierra, trágate tus aguas. Cielo, cesa tu lluvia'. Las inundaciones se calmaron y se hizo Su voluntad. El arca se posó sobre al-Judi, y una voz declaró: 'Se han ido los malhechores'. (11:43)
El geógrafo árabe Ibn Jordadbeh (820-912 d.C.) y el historiador árabe Abu al-Hasan Ali al-Masudi (896-956 d.C.) afirmaron que el arca se posó en «Asiria», no muy lejos de una de las fuentes del río Tigris.
Anteriormente, algunos historiadores pensaban que la presencia de judíos en el valle del río Aras, en Armenia, podría haber servido de catalizador para volver a asociar el monte Ararat con el Arca de Noé, pero esta afirmación parece improbable. Al igual que los historiadores de la Europa medieval (alrededor de los años 400-1000 d.C.), los historiadores armenios opinaban que el Ararat bíblico se encontraba en la antigua provincia de Corduene (armenio: Korduk), al sureste del lago de Van. En la actualidad, esta zona forma parte de la Turquía moderna, y está cerca del nacimiento del río Tigris y de la ciudad de Cizre. La llegada de cruzados europeos y los matrimonios entre estos y los armenios en los siglos XI y XII d.C., parecen haber acelerado la reafirmación de que el monte Ararat fue el lugar donde el Arca llegó a tierra. Cuando los europeos regresaron a la Europa continental desde Tierra Santa o Armenia, reiteraban que el monte Ararat, situado en el corazón de Armenia, era donde podía encontrarse el arca. Cabe señalar que en épocas posteriores, el monte Ararat marcó la frontera entre Turquía e Irán entre aproximadamente los años 1600 y 1800.
Asociación con el pueblo y la cultura armenios
Durante miles de años, el pueblo armenio ha utilizado los montes Ararat como emblema de su identidad nacional y cultural. El monte Ararat aparece con frecuencia en la cultura material moderna, desde camisetas y pegatinas para parachoques hasta esculturas de madera y collares, y también ha adornado monedas, sellos y los tres escudos de armas armenios desde 1918. Si bien los armenios ven el monte Ararat como un símbolo de sus profundas pérdidas y tragedias en el siglo XX, ya que actualmente se encuentra dentro de las fronteras de Turquía, también consideran que las montañas están estrechamente relacionadas con su fe, sus creencias religiosas y sus tradiciones artísticas.
This article was made possible with generous support from the National Association for Armenian Studies and Research and the Knights of Vartan Fund for Armenian Studies.