Carlomagno

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Joshua J. Mark
por , traducido por Nicolás Cavaliere
Publicado el 25 marzo 2019
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Bust of Charlemagne (by Beckstet, CC BY-NC-SA)
Busto de Carlomagno
Beckstet (CC BY-NC-SA)

Carlomagno (también conocido como Carlos I el Grande; 742-814) fue rey de los francos desde el 768, de los lombardos desde el 774 y del Sacro Imperio Romano desde 800 hasta su muerte en el 814. Es uno de los personajes históricos más conocidos y más influyentes de la Alta Edad Media por sus triunfos militares que unieron la mayor parte de la Europa occidental, las reformas educativas y eclesiásticas, y las políticas que sentaron los cimientos para el desarrollo de las naciones europeas posteriores.

Fue hijo del rey de los francos, Pipino el Breve (que reinó entre los años 751 y 768 y fue el primer rey de la dinastía de los carolingios). Carlomagno ascendió al trono a la muerte de su padre y fue corregente con su hermano, Carlomán I (que reinó entre 768-771), hasta que este murió. Una vez fue el único regente, Carlomagno no tardó en expandir su reino y se consideraba el cabecilla de la iglesia occidental, excediendo en poder a los papas de la época. Lideró personalmente campañas militares con el objeto de cristianizar Europa y subyugar disturbios casi constantemente en los 46 años de su reinado.

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Sus contemporáneos vieron la muerte por causas naturales en el 814 como una tragedia y Europa estuvo de luto; especialmente cuando las incursiones vikingas comenzaron al poco tiempo de que muriera. A Carlomagno se lo conoce como el padre de la Europa moderna.

Primeros años y ascenso al poder

Se cree que Carlomagno nació en Aquisgrán (en la actual Alemania) durante los últimos años de la dinastía merovingia, la que había reinado en la región desde alrededor del 450. El rey merovingio había perdido poder e influencia a lo largo de los años mientras que la posición real del mayordomo del palacio, que supuestamente estaba subordinada al rey, había crecido en poder. Cuando Childerico III fue rey (que reinó entre el 743 y el 751), la monarquía se había quedado virtualmente sin poder, por lo que Pipino el Breve, el mayordomo del palacio, decidía sobre todas las políticas administrativas.

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Pipino comprendió que no era una simple cuestión de usurpar el trono y esperar que lo reconocieran como el rey legítimo, así que apeló al papado con la siguiente pregunta: “¿es correcto que un regente sin ningún poder continue llevando el título de rey?” (Hollister, p. 108). En ese momento el papado trataba con una serie de problemas, que abarcaban desde hostilidades lombardas en el norte de Italia hasta la controversia iconoclasia con el Imperio bizantino.

No hacía mucho que el emperador bizantino había condenado cualquier representación de Cristo en iglesias como idolatría, así que ordenó que se retiraran todas. A su vez, había intentado imponerle la misma política al papa para que se llevara a cabo la misma práctica en Europa occidental. El académico C. Warren Hollister dice lo siguiente: "el papado nunca había necesitado un campeón tan desesperadamente" cuando el papa Zacarías (pontífice de 741 a 752) recibió la carta de Pipino; este no tardó en mostrarse de acuerdo con él.

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Map of Francia
Mapa del reino de los francos
Sémhur (CC BY-SA)

Pipino fue coronado rey de los francos en el 751 y continuó la costumbre real de nombrar a sus hijos como sucesores. Entre sus primeros actos como rey, Pipino derrotó a los lombardos y donó una parte significativa de las tierras al papado (una cesión conocida como la "Donación de Pipino"). Por su parte, el papado esperaba controlar a Pipino y sus sucesores, porque tenía acceso al control de la corona franca gracias a un documento conocido como la "Donación de Constantino", supuestamente escrito por Constantino I, el primer emperador romano cristiano, que declaraba que los monarcas cristianos entregaban su poder por voluntad propia al papado, y el papa se lo devolvía gentilmente.

Según el documento, la Iglesia era el verdadero poder detrás de cada trono y podía quitarles el poder con la misma facilidad que se lo daba. El documento era una falsificación, y no existe evidencia de que Constantino haya escrito algo semejante, pero no había forma de que Pipino lo supiera, porque era analfabeto. Así que no tenía más remedio que creer en lo que los clérigos decían que estaba escrito en el papel que agitaban delante de su cara. Pipino aceptó lo estipulado en la Donación de Constantino, pero su hijo no lo haría.

Desde el principio, Carlomagno reinó con la fuerza de su personalidad, que personificaba el ethos de los reyes guerreros combinado con la visión cristiana.

El rey Pipino murió en el 768 y sus hijos ascendieron al trono. La corregencia con Carlomán no era para nada sencilla dado que Carlomagno favorecía la acción directa mientras que su hermano era menos decidido. La primera prueba de su reinado fue la rebelión en la región de Aquitania, que había sido sometida por Pipino, en el 769. Carlomagno prefería iniciar una campaña militar, pero su hermano se oponía.

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Carlomagno marchó hacia Aquitania y derrotó a los rebeldes, además de someter a Gascuña, una región colindante, mientras que Carlomán se rehusó a tomar parte en la acción. En el 770, Carlomagno se casó para luego repudiar a una princesa lombarda, hija del rey Desiderio (que reinó 756-774), con el fin de casarse con la adolescente Hildegarda (la futura madre del Ludovico Pío, que reinó entre el 814 y el 840). Luego de que Desiderio le propusiera a Carlomán que derrocara a Carlomagno y vengara el honor de su hija, los dos hermanos estaban al borde de una guerra civil cuando Carlomán murió en el 771.

Campañas militares y expansión

Ya desde el principio, como único gobernante, Carlomagno reinó con la fuerza de su personalidad, que personificaba el ethos de los reyes guerreros combinado con la visión cristiana. Hollister describe al rey:

Carlomagno sobrepasaba a sus contemporáneos tanto figurada como literalmente. Medía 1.92 m, tenía un cuello grueso y una gran barriga, pero igual tenía un aspecto imponente. Podía ser cálido y conversador, pero también podía ser áspero, cruel y violento, por lo que sus súbditos lo admiraban y le temían. Por encima de todo, Carlomagno era un rey guerrero; lideraba sus ejércitos en campañas anuales como algo rutinario. No fue sino con el paso del tiempo que desarrolló una noción sobre la misión cristiana y un programa para unificar y expandir sistemáticamente el cristianismo occidental. (109)

Una vez armado el ejército, lanzó su primera campaña sobre Sajonia en el 772, lo que comenzó un largo y sangriento conflicto conocido como las guerras sajonas (772-804) con el afán de desterrar el paganismo nórdico y establecer su autoridad en la región. Luego de dejar tropas estacionadas en Sajonia, Carlomagno se dirigió hacia Italia donde los Lombardos se estaban imponiendo de nuevo. Los conquistó en el 774 y anexó las tierras a su reino; de ese momento en adelante, se autodenominó "rey de los francos y de los lombardos". Luego volvió a Sajonia.

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Statue of Charlemagne
Estatua de Carlomagno
Mark Kaswan (CC BY-NC-SA)

La agitación de los vascones en los Pirineos atrajo a Carlomagno y su ejército en esa dirección donde se libraron una serie de combates, como la famosa batalla de Roncesvalles en el 778 (que más adelante insipiraría el poema épico La canción de Rolando); batalla en la que las fuerzas vasconas emboscaron y aniquilaron la retaguardia del ejército de Carlomagno, incluyendo al conde Rolando de la marca bretona. Lo único que la derrota logró fue fomentar la determinación de Carlomagno de tomar control total de la región.

Cada año entre el 778 y el 796, Carlomagno estuvo de campaña obteniendo victorias en los Pirineos, España y Germania. En el 795, aceptó la rendición de los avares de Hungría, pero como no confiaba en ellos, atacó su fortaleza (conocida como “el anillo ávaro” y los derrotó por completo en el 796, lo que trajo el fin absoluto de ese pueblo. También había derrotado a los sarracenos en el norte de España y creó una zona colchón denominada la Marca Hispánica; además, capturó la isla de Córcega. El reino de Carlomagno ahora se extendía por toda la región de la Francia moderna, el norte de España, Italia y la Alemania moderna a excepción de Sajonia.

Las guerras sajonas

Cada vez que Carlomagno creía que finalmente había puesto fin a las luchas y sometido a los sajones, se volvían a rebelar. Antes de las guerras sajonas, la región de Sajonia había estado en buenos términos con el reino de los francos e interactuaban con regularidad, sirviendo como una vía de comercio con los países escandinavos. En el 772, se dice que un grupo de sajones saqueó y quemó una iglesia en Deventer (ubicada en la actual Holanda, que en aquel momento era parte del reino de los francos), lo que dio a Carlomagno la excusa para invadir la región. Se desconoce por qué los sajones quemaron la iglesia de Deventer, o incluso si realmente lo hicieron. Teniendo en cuenta que Carlomagno era intolerante de las creencias y prácticas paganas, es probable que el rey cristiano fuera responsable de la destrucción de la iglesia con el fin de justificar la invasión de la tribu germánica, que habría llevado a cabo de cualquier forma.

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Como represalia por la quema de la iglesia, Carlomagno marchó hacia Westfalia y destruyó el Irminsul, el árbol sagrado que representaba a Yggdrasil (el árbol de la vida en la mitología nórdica) y masacró a muchos sajones en la primera campaña militar. La segunda, tercera y el resto de las campañas (en total fueron 18) siguieron el mismo modelo de destrucción y de masacre. En el 777, un caudillo sajón llamado Viduquindo lideró la resistencia y, a pesar de que era un líder capaz, no tenía esperanza de desafiar seriamente los ejércitos de Carlomagno, como había sido el caso del resto de Europa. Sin embargo, lo que sí hizo fue negociar con el rey Sigfred de Dinamarca para que refugiara sajones en su reino.

En el 782, Carlomagno ordenó que se ejecutaran a 4.500 sajones, una atrocidad que se conoció como la masacre de Verden, con el fin de romper la voluntad de resistencia sajona, pero aun así no cedieron su autonomía ni repudiaron el paganismo. Viduquindo se ofreció para ser bautizado al poco tiempo (o en el 784 o en el 785) como gesto de paz, pero, poco después desaparece del registro histórico.

En el 798, Carlomagno puso fin al éxodo de refugiados hacia Dinamarca, y los sajones continuaron rebelándose luego de la desaparición de Viduquindo. El rey franco siguió actuando del mismo modo que lo había hecho en los últimos 30 años con el mismo resultado. Finalmente, en el 804, deportó a más de 10.000 sajones a Neustria, que era parte de su reino, y los reemplazó en Sajonia con su propio pueblo, con lo que ganó el conflicto, pero se granjeó la enemistad de los reyes escandinavos, sobre todo de Sigfred que atacó la región franca de Frisia al poco tiempo. El conflicto tuvo el potencial de ser otra guerra prolongada, pero a la muerte de Sigfred, su sucesor busco la paz.

Emperador del Sacro Imperio Romano

A lo largo de las guerras sajonas y sus otras campañas militares, Carlomagno siempre actuaba por iniciativa propia y prestaba poca atención al papado. Sin embargo, ninguno de los papas se quejaba porque todos los proyectos de él coincidían con los intereses del papado o lo beneficiaban directamente. Pero, hacia el 800, quedó claro que el poder de Carlomagno excedía el del papado y no había nada que se pudiera hacer al respecto.

Coronation of Charlemagne
La coronación de Carlomagno
Friedrich Kaulbach (Public Domain)

Esa situación se evidenció cuando una turba atacó al papa León III (pontífice de 795 a 816) en las calles de Roma y se vio forzado a huir. Los nobles romanos habían incitado a la turba porque, con la esperanza de reemplazar a León III por uno de los nobles, lo habían acusado de inmoralidad y de abusar de su cargo. León acudió a Carlomagno para que lo protegiera; asesorado por su ilustrado consejero, el erudito Alcuino (735-804), el rey franco acordó a acompañar a León de vuelta a Roma para limpiar el nombre del papa. El académico Norman Cantor describe los hechos:

El 23 de diciembre, en un juicio presidido por Carlomagno, León se purgó de las acusaciones en su contra. Esa serie de eventos habían representado una terrible humillación para el papa y su abnegación ante el dirigente carolingio, por lo que decidió recuperar el prestigio y la autoridad de su cargo llevando a cabo la coronación imperial de Carlomagno. El día de navidad del año 800, cuando Carlomagno se levantó luego de orar ante la tumba de san Pedro, el papa Leo coronó al rey; y el clero y el pueblo romanos gritaron, "Carlos Augusto, ¡coronado el grande y pacificador emperador de los romanos, vida y victoria!" (181).

Se dice que Carlomagno no quería que el papa León lo coronase y que dijo que nunca hubiera entrado a la iglesia si hubiera sabido que eso sucedería. Fuera como fuese, se sabe que la corona estaba a plena vista en la iglesia cuando Carlomagno entró, y el rey era suficientemente inteligente como para darse cuenta que no la habían dejado ahí por accidente. Lo más probable es que viera con buenos ojos el prestigio del título, pero no quería darle pie al papado para que le impusieran la Donación de Constantino.

Reformas eclesiásticas y educativas

No hay duda de que la coronación fue un intento del papado para tratar de ejercer algún tipo de control sobre Carlomagno. El académico Hollister señala que "los papas creían que los emperadores debían ser los representantes del papado, utilizando la autoridad política secular con el interés de la iglesia católica en mente" (112). Aun así, no había ninguna necesidad práctica para querer controlar al rey franco dado que este siempre había combinado sus intereses con los de la iglesia desde su ascenso al poder.

Además de las victorias militares, Carlomagno también había emprendido reformas eclesiásticas y educativas: mejoró la función de las iglesias, monasterios e instituciones educativas en todo su reino, o, mejor dicho, su imperio. Los avances tecnológicos en el periodo de la dinastía merovingia y el reinado de Pipino el Breve ya habían provisto de una base para una mayor prosperidad. Avances agrícolas, tales como la rotación de cultivos entre tres campos; la invención y uso del arado normando, que reemplazó el anterior arado romano; también se incentivó a los campesinos a poner en común sus recursos y mano de obra en la agricultura, lo que llevó a un incremento en la producción de comida y mejor cuidado de las tierras. Carlomagno perfeccionó las mejoras promoviendo un mayor desarrollo de la mecanización como el molino de agua para moler el grano en lugar del método anterior de molienda a mano.

Sculpture of Charlemagne - Abbey of Saint John at Müstair
Escultura de Carlomagno – Abadía de San Juan situada en Müstair
Wladyslaw Sojka (GNU FDL)

Pipino el Breve había iniciado la reforma de la Iglesia franca encabezada por san Bonifacio (672-754), quien estableció orden en las casas religiosas y construyó escuelas monásticas. También dividió las regiones en parroquias para que fueran más fáciles de administrar. Carlomagno sacó provecho de esos avances promoviendo su continuo desarrollo y rodeándose de las mentes más brillantes de la era, tales como el erudito Alcuino de York, que enfatizaba que la alfabetización era tan importante como la piedad. Se promovió esa política en todas las escuelas monásticas del imperio de Carlomagno, lo que mejoró la tasa de alfabetización y produjo mejores estudiantes. El emperador continuó las primeras reformas de Bonifacio enviando comisionados desde la capital en Aquisgrán hacia los varios distritos y parroquias para asegurarse de que se implementasen adecuadamente sus decretos y de que todos los aspectos de la administración funcionaran con un mismo objetivo. Sin embargo, parece que no existía necesidad de los comisionados dado que a aquellos que Carlomagno confiaba con las posiciones de autoridad cumplían con sus obligaciones por la lealtad que tenían hacia el rey, no hacia al estado.

Legado

Carlomagno gobernó su imperio durante 14 años hasta que murió de causas naturales en el 814. Loyn señala que "su fuerza y personalidad dinámica fueron necesarias para crear el imperio y, sin él, las partes que se desprendieron no tardaron en hacerse con el poder" (79). El emperador ya había elegido a Ludovico Pío como su sucesor en el 813, pero no podía hacer nada para asegurarse de que su legado sobreviviera a su muerte. Norman Cantor comenta lo siguiente:

La muerte de unos pocos líderes ilustres, o incluso la pérdida repentina de una gran personalidad, pueden causar que un sistema entero colapse y abra el camino para una reversión al caos y barbarismo igual de veloz. Los líderes ilustres de una sociedad preindustrial están rodeados de una multitud de guerreros salvajes y de campesinos lerdos, que no comprenden lo que intentan hacer los líderes. En consecuencia, cuando se pierde el rumbo, no se tarda en recaer en el barbarismo (172).

Charlemagne and the Carolingian Empire c. 814
El Imperio carolingio de Carlomagno en torno al 814
Simeon Netchev (CC BY-NC-ND)

Sin embargo, los primeros problemas del imperio no se debieron a ninguna recaída ni a partes que se desprendieron, sino a las elecciones de Carlomagno en lo que respectaba a Sajonia décadas atrás. Las guerras sajonas destruyeron la región, mataron a miles de personas y lo único que lograron fue enfurecer a los reyes escandinavos que esperaron al momento oportuno cuando, a la muerte de Carlomagno, desataron las incursiones vikingas sobre el Imperio carolingio. Entre el 820 y el 840, durante el reinado de Ludovico, los vikingos atacaron al imperio en repetidas ocasiones. El emperador hizo lo que pudo para rechazar los ataques, pero le resultó más sencillo apaciguar a los nórdicos por medio de concesiones de tierras y negociaciones.

Cuando Ludovico murió en el 840, el reino se dividió entre sus tres hijos, que lucharon entre sí para lograr la supremacía. El conflicto terminó en el 843 con el Tratado de Verdún, que dividía al imperio entre los tres hijos de Ludovico. Luis el Germánico (que reinó entre el 843 y el 876) recibió la Francia Oriental; Lotario I (que reinó entre el 843 y el 855) recibió la Francia Media y Carlos el Calvo (que reinó entre el 843 y el 877) controlaría la Francia Occidental. Ninguno de esos reyes francos tenía interés alguno en ayudar a los otros, por lo que se deterioró la infraestructura del imperio, al igual que la mayoría de las reformas promovidas por Carlomagno. Las incursiones vikingas continuaron entre el 843 y hasta alrededor del año 911, cuando Carlos el Simple (que reinó entre el 893 y el 923) les dio final mediante un tratado con el líder vikingo Rollón (quién sería el primer duque de Normandía y reinaría entre el 911 y el 927).

Aunque Carlomagno nunca fue víctima del absurdo fraude de la "Donación de Constantino" de la Iglesia, sus descendientes no fueron igual de fuertes, y los herederos de la dinastía carolingia sufrirían cuando los papas reafirmaran su supuesta autoridad política. Los reinos divididos del imperio de Carlomagno formarían las naciones europeas modernas y, a pesar de los defectos de Carlomagno, no lo hubieran podido lograr si no hubiera sido por su determinación y la habilidad natural para liderar de un modo que otros estuvieran dispuestos a servirle.

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Sobre el traductor

Nicolás Cavaliere
Soy traductor técnico-científico y literario de inglés a español, aficionado a la Historia desde muy pequeño. La posibilidad de combinar las dos disciplinas me parece una oportunidad imperdible e invaluable.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2019, marzo 25). Carlomagno [Charlemagne]. (N. Cavaliere, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-16764/carlomagno/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Carlomagno." Traducido por Nicolás Cavaliere. World History Encyclopedia. Última modificación marzo 25, 2019. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-16764/carlomagno/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Carlomagno." Traducido por Nicolás Cavaliere. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 25 mar 2019. Web. 20 nov 2024.

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