Hedeby (en nórdico antiguo: Heiðabýr; alemán: Haithabu) fue un importante bastión en la Dinamarca de la edad vikinga entre los siglos VIII-XI d.C. y, junto con Birka en la actual Suecia, fue el centro vikingo de comercio más importante de Europa. Durante esa época prosperó bajo el control de los vikingos daneses. Hoy en día, Hedeby se encuentra cerca de la ciudad de Schleswig, en Alemania, en la península de Jutlandia, pero en la Edad Media era el puerto de mercancías más septentrional de Escandinavia. Gracias a su posición favorable en el nexo entre el Imperio franco y el reino danés, así como el río Schlei que conecta con el mar Báltico, el pueblo de Hedeby amasó una gran riqueza como asentamiento mercantil con extensos vínculos comerciales con Europa occidental, Escandinavia, el este eslavo y bizantino y el mundo árabe. La UNESCO reconoció la importancia de Hedeby en la historia medieval europea y declaró el emplazamiento arqueológico un Patrimonio de la Humanidad en 2018 junto con el sistema defensivo Danevirke del que formaron parte las fortificaciones de Hedeby.
Fundación y primeros años
El nombre en nórdico antiguo recreado de Hedeby, Heiðabýr, significa "asentamiento del brezal". Situado en el extremo sur de la península de Jutlandia, Hedeby se encuentra a las afueras de la moderna ciudad de Schleswig, en Schleswig-Holstein, Alemania, a orillas del Schlei. En la Alta Edad Media la ruta a lo largo del Schlei hacia Hedeby estaba flanqueada por morrenas cubiertas de bosques que protegían y aislaban aún más el pueblo de los ataques externos, por lo que el lugar era muy deseable para un asentamiento. Hedeby también se encuentra a tan solo 12 kilómetros del río Treene, que desemboca en el Eider y, en última instancia, en el mar del Norte. Esta vía fluvial le proporcionaba a Hedeby el acceso por barco al mar Báltico, a Escandinavia y también a lo que hoy en día es Rusia, de manera que también podían comerciar con los países de Europa Occidental.
El origen de Hedeby se remonta probablemente a finales del siglo VIII, cuando los vikingos daneses construyeron muelles y talleres en las inmediaciones de lo que más tarde se convertiría en el pueblo de Hedeby. La documentación más antigua que tienen los historiadores de Hedeby data de 804, proveniente de los anales francos, y de hecho los francos jugaron un papel relevante en la historia temprana de la ciudad. Para la década de 790 los francos estaban ocupados extendiendo su presencia hacia el norte y ya habían ganado algunas batallas contra los frisones y los sajones. Los abodritas, una tribu eslava polabia aliada de los francos, derrotaron a los sajones en la batalla de Bornhöved en el año 798. Una vez vencida y conquistada Sajonia en 804, Carlomagno, rey de los francos (que reinó de 768-814), les otorgó a sus aliados abodritas las antiguas tierras sajonas en lo que hoy en día es Schleswig-Holstein al norte del río Elba, lo que situaría a los francos y los abodritas justo en la frontera meridional de Dinamarca a lo largo del Eider.
Profundamente angustiado por estos acontecimientos, el rey Godofredo de Dinamarca (que reinó de 804-810) restauró y extendió la fortificación llamada Danevirke que cruza Jutlandia desde Hedeby hasta la costa occidental de Dinamarca. Probablemente Godofredo reconociera la ubicación privilegiada de Hedeby, ya que se encontraba cerca del "camino de bueyes" que les permitía a los comerciantes y soldados vikingos viajar rápidamente por Jutlandia. La propia Hedeby recibió una guarnición de soldados y se construyó un muro de protección, y las calles de Hedeby se trazaron en ángulos rectos, paralelas a un arroyo. Unos pocos años más tarde, en torno a 807, Godofredo destruyó el asentamiento eslavo polabio de Reric (posiblemente la actual ciudad de Rostock, en Alemania), mató a Drozko, su líder, y reubicó a los mercaderes de la ciudad en Hedeby. Godofredo enriqueció aún más la ciudad gracias a sus lucrativos saqueos de la costa frisia justo antes de su muerte en 810.
El cristianismo llegó a Hedeby en la década de 820 después de que un miembro de la familia real danesa, Harald "Klak" Halfdansson (en torno a 785-852), visitara el Imperio franco y le implorara su ayuda al emperador Ludovico el Piadoso (que reinó de 813-840) contra sus rivales vikingos. Harald Klak se convirtió al cristianismo y regresó a Hedeby con un sacerdote católico que posteriormente cambiaría el curso de la historia danesa y sueca: san Ascario (801-865). El rey Horik I de Dinamarca (que reinó de 827-854) más adelante le otorgó a san Ascario el derecho de construir una escuela e iglesia cristianas en Hedeby, y el cristianismo ganó algunos conversos, aunque parece ser que la gran mayoría de sus habitantes siguió siendo pagana al menos hasta el siglo XI. A pesar de todo, Hedeby recibió un obispo en 948 que trabajaba bajo la dirección de los arzobispos de Bremen y Hamburgo.
La fortuna de Hedeby creció rápidamente en los siglos IX y X a medida que fue aumentando el comercio con la Rus de los varegos (en territorios con una presencia vikinga histórica en Europa oriental) y el Imperio bizantino. Los suecos y los germanos empezaron a desear estas riquezas cuando Hedeby empezó a acuñar su propia moneda en torno a 825. En su punto álgido, en torno a 900, Hedeby abarcaba un área de unas 24 hectáreas, tenía una población aproximada de 1.500 habitantes y estaba rodeada de murallas semicirculares reforzadas que conducían a una pequeña fortaleza. La ciudad fue tomada brevemente por los francos en 934 y después volvió a ser ocupada en 974. Los daneses no consiguieron recuperarla hasta 983.
El comercio y la vida cotidiana en Hedeby
Hedeby se menciona en varios documentos medievales tempranos, incluidos La vida de san Ascario, de Rimbert, Historia contra los paganos de Ohthere de Hålogaland, Gesta Hammaburgensis Ecclesiae Pontificum de Adán de Bremen y un relato árabe escrito por Ibrahim bin Yaqub al-Turtushi (que escribió en torno a 961-962) a mediados del siglo X. Estos registros históricos escritos por extranjeros dan fe de la popular ciudad comercial, poblada por daneses, frisones, francos, germanos, suecos y eslavos, y las excavaciones arqueológicas han confirmado la composición multiétnica de Hedeby.
Para mediados del siglo IX, cuando Hedeby empezó a crecer más rápidamente, el centro de la ciudad se desplazó al norte hacia un pequeño arroyo que se transformaría en un canal durante el siglo siguiente y se protegería con tablones de madera. Parece que los embarcaderos y muelles del puerto de Hedeby disfrutaban de un buen mantenimiento. La vivienda típica de Hedeby era rectangular con dos o tres habitaciones, y la ciudad estaba densamente poblada, al igual que otros asentamientos medievales tempranos de Europa Occidental. Sin embargo, Hedeby tenía la suerte de contar con varios manantiales naturales de agua dulce, que los lugareños usaban habitualmente.
Las importaciones procedentes del comercio a larga distancia les permitían a los mercaderes de Hedeby respaldar una impresionante gama de artesanías: en la ciudad se producía de todo, desde la herrería con mineral sueco hasta la joyería de bronce. Los arqueólogos de Hedeby han encontrado desde esteatita y piedras para afilar de Noruega hasta cerámica y barriles de vino del valle del Rin, cuencos de los eslavos bálticos e incluso textiles de lujo de Bizancio. Algo que merece una mención especial es la fabricación de cuentas de vidrio y ámbar de Hedeby, así como su producción textil. Entre las demás industrias practicadas en la ciudad se encuentran el trabajo en ámbar, la zapatería, la herrería, la construcción naval y la fabricación de peines. Hedeby contaba con su propio mercado de esclavos, que, aunque chocaba con la desaprobación de los misionarios cristianos, fue una característica constante de la vida y el comercio de la era vikinga en Escandinavia.
La mayoría de los habitantes de Hedeby vivían del comercio y la navegación. Tietmaro de Merseburgo, el príncipe-obispo de Merseburgo (en el cargo de 1009-1018), atestigua en su crónica el incesante negocio de la casa de peaje de Hedeby alrededor de 1000, y es posible que por allí pasaran aún más mercancías que por el puerto. Lo que sí se cree es que los comerciantes llegaban por barco a lo que hoy en día es Hollingstedt, Alemania, y después iban en carro o transporte a Hedeby. Historiadores y arqueólogos pueden, por tanto, decir que Hedeby era un núcleo importante de importación, exportación y de tránsito del comercio en Europa del norte.
Declive de Hedeby y excavaciones
Hedeby entró en decadencia como centro de comercio importante a finales del siglo X y principios del siglo XI como resultado de cambios políticos, económicos y medioambientales. La ciudad cercana de Schleswig cobró más importancia a medida que el río Schlei que conducía al puerto de Hedeby se fue encenagando por la arena. En un prolongado período de conflicto entre Noruega y Dinamarca a partir del 1048-1064, Harald Hardrada de Noruega (que reinó de 1046-1066) saqueó Hedeby y quemó la ciudad, así como muchos de los barcos en puerto. Snorri Sturluson (1179-1241), el célebre historiador y poeta islandés, mencionaría este acontecimiento más tarde en su Heimskringla. El devastador golpe final llegó en 1066 cuando Hedeby fue saqueada por los eslavos polabios. Los residentes de Hedeby se trasladaron a la otra orilla del río Schlei, a Schleswig, que asumió el papel que había tenido hasta entonces Hedeby de centro de comercio y conducto del comercio internacional a larga distancia durante la Edad Media.
Los arqueólogos empezaron a excavar Hedeby a principios del siglo XX sin la menor idea de dónde se encontraba el asentamiento original; esto se debía en parte a la subida de las aguas y otros cambios ecológicos desde el final de la era vikinga. Los esfuerzos arqueológicos siguen adelante en Hedeby, ya que solo se ha excavado a fondo una porción ínfima de la ciudad. El Museo Vikingo de Hedeby se encuentra cerca del emplazamiento de la ciudad y les permite a los visitantes observar de primera mano algunos de los artículos encontrados por los arqueólogos en los últimos años.